Hay Mimi que has hecho...
Yo soy bien blanco y tenía una pareja negra de grandes tetas, culo bien rellenito y piernas bien torneadas, que me tenía loco. Todos los días nos mandábamos un buen polvo, con besos, chupada de tetas, dominación femenina y bananazos por la concha y por el culo, para terminar en alguno de los dos orificios. Estaba encantado con mi novia Mimí, pero tenía la sensación que ella algo iba a hacer y no íbamos a poder seguir porque ella era demasiado putona. En esta entrega les cuento la cagada que se mandó
Yo soy bien blanco y tenía una pareja negra de grandes tetas, culo bien rellenito y piernas bien torneadas, que me tenía loco.
Todos los días nos mandábamos un buen polvo, con besos, chupada de tetas, dominación femenina y bananazos por la concha y por el culo, para terminar en alguno de los dos orificios.
Estaba encantado con mi novia Mimí, pero tenía la sensación que ella algo iba a hacer y no íbamos a poder seguir porque ella era demasiado putona.
En esta entrega les cuento la cagada que se mandó.
Ambos trabajábamos y salíamos sobre las 5 de la tarde, pero generalmente ella o yo debíamos hacer algún tiempo extra o algún mandado por lo cual nos alternábamos en quien llegaba primero a casa.
Una tarde primaveral, yo conseguí salir a las tres, por lo cual me adelanté a nuestro nidito de amor a esperar a Mimí.
No veía la hora en que llegara con su moñita roja que ataba su pelo laciado, y su blaiser y minifalda negras, que tan bien combinaban con el brillo de sus dientes muy blancos al sonreir.
Quise darle la sorpresa y me escondí cuando ella entró, pero la sorpresa me la llevé yo porque entró con su primo y un gran danés manchado tipo dálmata.
Me escondí en el cuarto para espiarlos, mientras ella el perro y él estaban en el comedor.
Ya le dije que no me gustaba su primo, porque era bastante irrespetuoso, con su pinta de rapero y aire de crack no desperdiciaba la oportunidad de pasarle la mano por la cola o por las piernas, lo cual ella rechazaba, rezongándolo cada vez que lo hacía, pero yo temía que el muy atrevido la atropellara y ella siendo tan calentona cediera.
Inesperadamente, cuando el hizo su rutina de caminar moviendo las manos como si bailara, girar su cuerpo y soltar sus brazos levantándole la pollera y tocándole la cola, fue el perro el que ladro como si se hubiera enojado y quisiera defenderla.
No se de donde había sacado el perro, pero evidentemente no era de él y no lo quería, así como tampoco le permitía tocar a Mimí, por lo que se le arruinó la fiesta y profiriéndole varios insultos pretendió echarlo.
Lo gracioso es que el perro se enfureció y lo mordió en manos y brazos (viva el perro), por lo que tuvieron que luchar juntos para sacárselo de arriba lo que consiguieron echándolo adentro del dormitorio donde estaba yo.
El perro me miró serio, pero como la cosa no era conmigo se conformó con escuchar lo que pasaba en la cocina.
A mi me dieron muchas ganas de sacar a ese tipo a patadas. Tengo muchos amigos negros, pero ese era un hijo de puta que no respetaba ni a su familia. Sin embargo tuve que quedarme en el molde porque lo que yo necesitaba era saber como se comportaba ella cuando yo no estaba. Era la oportunidad de saber si me iba a meter los cuernos o no.
Del otro lado se sentía al primito gemir y pedir mimos por sus heridas (yo tenia ganas de mandarle al perro de regreso para que se lo comiera) y Mimí trató de curarlo, lo cual el aprovechó para toquetearla todo lo que quiso, pero afortunadamente ella se sobrepuso y cuando lo curó le dijo que se fuera que yo estaba por llegar y que no quería que yo me pusiera celoso. El otro protestó, pero terminó echándolo a la calle y cerrándole la puerta.
Ahora le quedaba deshacerse del perro y como yo me había escondido no quise que me encontrara espiándola así que me escondí en el ropero.
Mimí se acercó al perro no con temor, sino con ternura y para mi sorpresa llamándolo por su nombre. "Golfo, perrito precioso, veo que todavía me recordás, pero no tenias que ponerte celoso de ese bobo, nunca te cambiaría por él, es a otro al que amo"
Yo miraba por el ropero entreabierto y no podía entender que mierdas pasaba. ¿Por qué habría el perro de ponerse celoso del tarado del primo de Mimi?.
En eso Mimí tomo al perro por el collar e intercambió un beso con un lenguetazo del perro y luego se incorporó para llevarlo hacia afuera del cuarto, pero el perro, como es la costumbre de estos animales se aferró al piso con sus patas delanteras y Mimí no pudo llevárselo.
"Vamos que tenes que irte, mi Pepe está por llegar y tu vas a meter lío". Pero el perro seguía firme y ella para convencerlo se acercó a él y lo abrazó diciéndole "vamos Golfo, lo nuestro ya pasó, si querés perra buscate una por ahí" Y mientras tanto el perro podrido le lamía las tetas, lo cual a ella empezó a gustarle porque se rió mostrando sus dientes grandes, blancos y perfectos.
Mimí cambió de táctica, abrió la puerta y fue a salir del cuarto, cuando el perro la tomó de la mano con su boca a la vez que lanzó un gruñido de advertencia.
Ahora Mimí ya no sonrió, un "Ay" escapó de su boca. Mientras el perro tiraba hacia la cama.
"Querés que Mimi se acueste en la cama Golfito, pero eso ya no puede ser". Pero mientras eso decía, Mimí se fue hacia la cama y se sentó.
Yo no sabía que mierdas hacer. Me tenía fe para echar al perro a patadas, pero estaba descubriendo algo que Mimí nunca me había contado y es que había tenido relaciones sexuales con ese perro y por otro lado tenia ganas de saber como terminaba la cosa sin intervenir (se me había podrido el bocho).
El perro le soltó la mano, pero la empezó a lamer entre las piernas. Mimí decidió apartarlo, pero el perro volvió al ataque poniendo sus patas sobre los hombros de Mími, empujando su espalda contra la cama y refregándole su pene que ahora crecía rojo como un gran lápiz de labios contra la concha.
Mimí dijo "así no, me vas a ensuciar toda.....te voy a dar una dosis de lo que te gusta y te vas antes que venga mi novio y se entere". (Qué bonito pensaba yo).
Mimí empezó a empujar para sacarse al Golfo de arriba y logró incorporarse, pero para conformar al perro empezó a sacarse la ropa. La blusa, el corpiño, la mini, las panties, la bombachita, zapatos, todo. Solo le quedó puesta la moñita roja. Mientras el perro complacido se relamía.
Mimí se sentó sobre el borde de la cama con las piernas abiertas y el perro volvió a repetir la escena. Le puso nuevamente las patas delanteras encima y la empujó hacia atrás mientras su pene ahora buscaba la concha de Mimi. Y la muy puta lo ayudó, lo agarró del pene y se lo encaró a su vagina y el perro: PUM se la clavó de un solo tiro.
Yo no podía creer lo que veía Mimí me estaba metiendo un cuerno con un perro gran danés. El perro le metía la lengua en la boca mientras la bombeaba con una manguera impresionante que tenía y Mimí para gozarla mejor levantó sus piernas apoyando los talones en el lomo del perro.
El ruido que hacía Mimí demostraba que estaba gozando al máximo y que estaba teniendo orgasmo tras orgasmo. Yo por mi parte también tenía la pija bien parada y no puedo ocultar que disfrutaba viendo como el perro se la cogia. Era todo un espectáculo, Mimí gemía, soplaba y el perro bombeaba y bombeaba, hasta que finalmente también alcanzó el orgasmo, Mimí le soltó el lomo, el perro pasó una pata sobre las piernas de ella y quedaron abotonados.
Mientras esperábamos que se desabotonaran me quedé dormido.
Desperté cuando Mimí gritaba tratando de echar al perro, que enviciado no quería irse, se la quería volver a coger. Mimé protestaba como si el Golfo fuera una persona: "Ya te dejé que me cogieras, me abotonaste como si fuera tu perra, que más querés ahora". Pero el Golfo le gruñó y volvió a llevarla contra la cama. Mimí como entendiendo lo que el perro quería se colocó encima de la cama en cuatro patas. El perro subió en un abrir y cerrar de ojos, apoyó sus patas delanteras en la espalda de Mimí y comenzó a buscarle ahora el ano. Ella lo guió y PUM de nuevo. El perro se la bombeaba toda y ella no bastándole, gemía de placer y se metía los dedos en la concha para disfrutar por los dos lados. La escena siguió varios minutos y yo observaba con mucho placer como el perro se la cogia por el culo y la bombeaba clavándole el pijazo que tenía.
Cuando el perro estaba pronto Mimí trató de zafarse. "Sali Golfo, no quiero que me claves la bola esa que tenes en tu pija , salí decía mientras con las manos forcejeaba para sacarse al perro de encima, sin conseguirlo. Pensé en ayudarla, pero me gustaba la escena y lo que fuese a pasar se lo tenía merecido por engañarme con el perro.
De repente Mimi lanzó un grito "Aaaaayyyyyyyyyyyy me lo rompiste todo perro puto, te sacaste las ganas" pero el perro siguió bombeando un poco más, hasta que eyaculó y volvió a repetir la operación pasada de pata, con lo cual quedaron prendidos ella y el perro culo contra culo.
En ese momento salí del armario. Mimí al verme exclamo estabas ahí. No le contesté, me acerqué a ella, desprendí mi bragueta, saqué mi pija y le pedí que me la mamara porque no aguantaba más. "No me podes pedir eso" "Por qué no, si te gusta y después de lo que hiciste por el perro es lo menos que podes hacer por mí." Abrió su boca, puse mi pija dentro de ella, tome su cara con mis manos y mientras ella me la succionaba, la acompañaba entrando y saliendo hasta que yo también eyacule.
Mimi preguntó "que va a pasar ahora" "Pues vamos a esperar a que tu amante te suelte y después voy a ayudarte a librarte de él.
Cuando el perro la soltó la pija quedó colgando. Era impresionante lo que medía. ¡Cómo esa mujer pudo tener esa tripa taladrándole la cotorra y el culo no me lo podía explicar!. Salí del cuarto, fui a la cocina traje dos baldes de agua y se los eché al perro que se fue satisfecho y presuroso.
Me acerqué a Mimí, le di un beso en la frente, le dije que pese a todo la amaba y que nunca nunca iba a olvidarme de ella y de lo que tuvimos juntos, pero que se había acabado, que mañana nos íbamos a separar.
Me gustaría saber que habrían hecho ustedes en mi lugar, agradezco sus comentarios
Gracias y felices fiestas.
El Ansia