Hasta que la muerte, nos separe. PARTE III
Hasta que la muerte, nos separe. Capitulo 3
Bueno, primero que nada, no merezco perdón de Dios por hacerlos esperar tanto.
Deberían mandarme a la hoguera, al calabozo, a darme azotes con el látigo, a aplicarme torturas chinas.
Sin embargo, he vuelto y espero les guste.
En éste capitulo les pido vayan poniendo atención, no deseo que se pierdan en algún punto, pero sólo es un aviso.
Les recomiendo, leer el capitulo anterior por si se pierde el hilo de la historia.
http://www.todorelatos.com/relato/103551/
Y ahora, espero les guste!
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Hasta que la muerte, nos separe. Capitulo 3
Capitulo 3
Han pasado 2
días, no has comido, no has dormido, no has pronunciado palabra,
no has dejado de pensar. Sigo esperando a que cumplas tu promesa.
Hoy recibiste una llamada de mi padre, te ha dicho que me enterrarán mañana, y aunque aparentemente me meten a un pozo, yo estoy aquí contigo.
Cómo lo prometí.
Te levantas lentamente de la cama y te diriges a la regadera. Abres el grifo
, no te desnudas
y te pones bajo él
mojando todas las prendas que te visten
. E
l cabello rápidamente se vuelve una masa de la cual escurre un chorro de agua. Tu espalda empieza a transparentarse a través de la blusa blanca de botones que usas. Empiezas a llorar. Tu cara totalmente limpia y demacrada, tus ojos hinchados y rojos me parten el alma. Tus labios y cuerpo tiemblan, el agua está muy fría y el otoño toca
tu ventana con las ramas de arboles secos.
El verte temblar me hace revivir nuestra primera vez.
Teníamos 3 meses y 9 días de novias. Entramos a
t
u casa y estaba vacía,
t
us padres acostumbraban a viajar mucho y en aquella ocasión estaban en España. No teníamos planeado nada, muchas veces antes nos habíamos quedado
solas y era totalmente natural
nuestro trato
. Aquel instante fue diferente.
Fuimos a tu habitación y pusimos un poco de música, sonaban todas las canciones de amor que nos habíamos dedicado, tú hiciste una lista especial con ellas. Me senté en tu cama y viniste sonriendo y meneando
tu cuerpo al ritmo de la música suave. Te pusiste frente a mi y me besaste suavemente. P
oco a poco, ese beso comenzó a tomar color y forma. Al separar nuestros labios jalaste aire de manera
un tanto
brusca, me asusté.
- ¿Estás bien? -
tomé tu mejilla y busqué desesperada tus ojos.
**-
¿Te duele algo? * No... nada me provoca dolor... quiero que me tomes.-**
te sonrojaste.
Me volviste a besar suavemente, a partir de ahí todo fue una lluvi
a de permisos. Para quitar tu blusa, para quitar tu sosté
n, para quitar tu pantalón,
para quitar tus bragas, para besar tu cuello, para tomar tus pechos. No teníamos experiencia, era nuestra primera vez.
Luego de un rato, nos empezamos a tocar libremente. Comencé a besar tus pechos, tu cintura, acariciaba tus glúteos y tú disfrutabas a lo grande de ello, tomabas mi cabeza, gemías de manera suave pero a la vez tan fuerte, mi mano se paseó por Venus y exploró sus misteriosas tierras. Encontré oro puro cuando luego de un momento tu cuerpo comenzó a temblar incontrolablemente. Tuviste un orgasmo tan fuerte e intenso que empapaste mi mano. Tu respiración entrecortada y tu voz tan diferente me decía "Te amo" en aquella intimidad de tu habitación. Te abracé fuerte, te besé y entonces, repetiste lo mismo para mi. Al venirme me sentí única y tan feliz, fue una sensación que invadió mi cuerpo de manera completa, con un amor y placer que me sacaron de órbita.
- Te amo. -
me quedé dormida.
Te miro
de nuevo y est
as sentada en la regadera, tu madre entra
a tu habitación y te saca
del agua bajo el manto de una toalla, te empieza
a desvestir y a secar, te mira con preocupación pero no lo notas, sólo la obedeces cuando te pide que metas los brazos y piernas en tu pijama. Te recuesta y gracias a Dios, luego de unos minutos caes dormida. Esperé tanto ese momento, verte dormir.
El panorama alrededor cambia poco a poco, tu habitación se desaparece y ahora todo luce como
una central de autobuses, tal vez un aeropuerto
. Comienzo a caminar y me doy cuenta que realmente es un andén, las vías de tren se hicieron presentes y mucha gente camina en todas direcciones.
Un tren blanco se acerca a lo lejos y miro en mi boleto la hora de partida marca las 7:34pm, miro al reloj
y la manecilla corta marca el 7, la larga el 6. Casi es hora de que ese tren llegue y comienzo a caminar de manera instintiva a la orilla de las vías. El silbato del tren zumba y casi hace reventar mis oídos.
- No te vayas. -
tu voz invadió lugar con un fuerte eco. * ¿Ximena?... -
me giré lentamente.
- ¿qué haces aquí? * Debes irte, ¿cierto? -
un par de lágrimas rodaron. * Es la hora de mi partida, ese tren llegará a la hora en que mi boleto marca. * Pero... te necesito mi amor, te necesito cerca. * Me prometiste que serías fuerte, que podrías estar sin mi.
- No imaginé que sería tan duro.
Tus ojos se cubrían bajo tu flequillo, tu cabeza agachada y tu espalda encorvada. Tus hombros se movían suavemente ante tu silencioso llanto y apoyé mis manos en ellos.
- Nunca te he dejado, en ningún momento ¿sabes?
- Te extraño mucho.
- Aunque no esté físicamente contigo, mi alma está a tu lado. -
suspiraste fuerte. * Te amo. * Te amo, mi amor. -
tomé tus manos y las besé.
- te amo.
El tren llegó, soltaste suavemente mis manos y me miraste con un dolor infinito, giré mi cabeza de lado y pude ver de reojo que alguien vestido de blanco aguardaba en la puerta.
- ¡Todos a bordo! -
gritó fuerte. * Ahora, debo irme. -
comencé a girar mi cuerpo frente al tren. * Sofía... -
llamaste mi a
tención.
**-
eres todo para mi. * Y tú para mi, te estaré esperando siempre. -**
me acerqué a ti y te tomé entre mis brazos.
- Quiero que seas feliz. * Ahora sé que tú estarás bien. -
tus labios tocaron los míos, suave y tiernamente. * Yo no me habría ido, si Dios no me necesitara.
Tras la última frase me dejaste ir. Subí al tren y busqué dentro mi asiento. Había mucha gente que me
sonreía y saludaba. Seguí caminando entre el pasillo y el tren comenzó a avanzar. Pude ver tu silueta desde la ventanilla, cada vez se hacía más lejana. Mi mirada decayó, sentí un hueco en el pecho
y luego escuché una voz femenina.
- ¿Te duele dejarla?
- Sí... me duele en lo más profundo. -
la mujer comenzó a caminar y la seguí.
Los asientos del tren, la gente y el sonido del silbato
poco a poco desaparecía, todo se volvió blanco y la mujer seguía caminando.
- ¿Puede explicarme que está pasando? -
dije confundida. * Yo... soy la muerte. -
sentí una sensación de frío en los dedos de las manos.
- Entonces... ¿puede decirme porqué estoy viviendo todo esto?... tengo dos días desde que se supone morí, he visto cada movimiento y sufrimiento de las personas que amo en ese tiempo, si no duermen, si lloran, si no comen. Estoy atrapada entre los vivos, ¿soy un fantasma?
- ¿Segura de que has muerto?
- **Estoy frente a usted...
es claro ¿no? * Dime que sientes por ella. -**
la imagen de Ximena
,
de pronto,
cubría gran parte del panorama. * La amo, la amo más que a mi vida. * ¿A pesar de que es algo prohibido? -
acarició mi cuello. * No deja de ser amor. -
respondí firme. * Todo esto es un sueño, Sofía... tú no estás aquí. -
sus palabras me
taladraron
. * Entonces ¿qué es todo lo que he visto? -
quise encontrar sus
ojos, pero entendí que no debía, su cara estaba cubierta con una capucha. * Lo que yo quiero que veas. * **¿Co
n qué propósito? -**
tal vez preguntaba demasiado, pero merecía explicaciones. * **¿No te parece que han sido suficientes preguntas
? -**
adivinó mi pensamiento, aunque supongo, no había algo que pudiese ocultar ante ella. * ¿Qué es lo que sigue? * Que hagas las cosas bien, mi querida Sofía. * **y ¿c
ómo?...
-**
una impotencia invadió
mi cuerp
o.
**-
¡¿cómo salgo de ésta maldita pesadilla?! * Vas a jugar con la muerte, deberías estarte divirtiendo
, no todos pueden eso, sólo la gente especial. * Y ¿qué tengo yo de especial? * Exacto... ¿qué tienes tú de especial?**
Su pregunta me destanteó, cerré los ojos un momento tratando de poner en orden mis ideas, lo que estaba pasando. N
o lo logré.
A
l abrirlos, ella ya no estaba. Me estaba vol
vie
ndo loca, seguro que eso era. Comencé a caminar lentamente, trataba de encontrar una salida, pero no podía. Mi corazón comenzó a latir con fuerza, desesperada, con ganas de gritar, apreté los puños fuertemente y una vez más todo comenzaba a tomar otra apariencia, seguí caminando y todo sobre de mi parecía una calle, pero no una calle cualquiera, era la calle donde me atropellaron, perdí control de mi cuerpo, se movía en automático y de pronto, sentí de nuevo el impacto.
Escuché un leve pit
ido, traté de abrir los ojos, pero no pude, traté de moverme y también fue en vano. Podía escuchar a lo lejos voces que sonaban como si estuviesen debajo del agua. Por momentos lograba ver algo y luego todo estaba oscuro de nuevo, me dolía el pecho
, no sentía mis piernas ni mis brazos, mi cabeza quería estallar, quería saber que estaba sucediendo, pero de pronto todo fue oscuro de nuevo.
Todo comenzó a sentirse igual que antes de haberme desmayado, luego de algunos minutos podía escuchar con claridad, pero seguía sin poder moverme, sin poder abrir los ojos.
Continuará _______________________________________________________
Bueno, espero les haya entretenido y compense los días de espera.
La persona detrás de Ellie Frank, ha estado muy ocupada y no le ha dado chance respirar.
Quiero que sepan que escribir es mi pasión, pero fuera de ello hay estudio, trabajo, familia y amigos.
A quienes sigan el relato, les agradezco infinidades, ha quienes han dado like a la página en facebook, me hacen muy feliz.
Y a quienes me han agregado como amiga. De verdad estoy muy satisfecha, poco a poco este proyecto saldrá adelante.
les dejo los links:
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Un gran saludo y un beso. GRACIAS !