Hasta que la Mafia nos separe 7

Tengo miedo de soñar con ella y luego al despertar darme cuenta que ya no esta...

Joan: pero eso es muy peligroso

Liliana: tengo que hacerlo

Joan: por que?

Liliana: por que ella hubiera hecho lo mismo por mi – le dije antes de subirme al auto –

El también se subió al auto y para mi sorpresa salió de la carretera, volvimos a la ciudad, y fuimos a un lugar que yo no conocía, mucho menos mi madre

Pascuala: llegamos? – dijo un poco dormida en el asiento trasero –

Joan: si, esta noche nos quedaremos aquí

Liliana: donde aquí? – pregunte mirando los árboles –

Joan: síganme – dijo estirando sus brazos para tomar a Sofía que dormía en los brazos de mi mamá – por favor Señora Pascuala

Pascuala: muchas gracias Joan

Joan: no se preocupe

Liliana: donde se supone que vamos?

Joan: vas a conocer tu nueva casa – me dijo al oído –

Subimos una cuesta y llegamos a una casa de 2 pisos, una casa tipo cabaña escondida en medio de unos árboles gigantes, entramos y la casa estaba totalmente amoblada, tenía tres habitaciones y un garaje en la parte trasera

Joan: tengo que mostrarte algo – me dijo mientras entregaba a mi hermana a los brazos de mi mamá –

Pascuala: - se dirigió a una de las habitaciones acostar a Sofía –

Liliana: que es lo que me tiene que mostrar – dije mientras lo seguía a la parte trasera de la casa –

Joan: necesitaras algo para movilizarte

Abrió la puerta que creí se dirigía a un patio dándome cuenta que se dirigía directo al garaje donde había no solo un auto, sino el auto favorito de Mariana un Ford Mustang 1968 en perfecto estado color rojo como su auto… lo se por que tenía una foto de revista de este auto en su casa, intente sonreír pero solo se me dibujo una mueca poco exacta que irradiaba un poco de nostalgia por su recuerdo, abrió una gaveta que estaba a un lado y saco las llaves

Joan: este era mi regalo para Mariana, pero ya que no esta… - suspiro – por eso ahora te pertenece a ti

No le pude hablar, no le pude ni siquiera intentar sonreí solo fui capaz de abrazarlo y llorar un poco mas de esta pena infinita que desgarraba mi alma, me seque las lagrimas nuevamente y limpie mi cara

Liliana: lo cuidare con mi vida

Joan: lo sé señorita, hay algo mas que tiene que recordar

Liliana: que cosa?

Joan: - apunto hacia una puerta en una esquina del garaje que se abría con una clave – 2609

Liliana: y que hay detrás de eso?

Joan: lo que necesitaras para vengarte, pero necesito que la abras solo cuando estés preparada

Liliana: y cuando lo estaré?

Joan: cuando dejes de tener miedo – dijo mirando directo a mis ojos –

El tenía razón mi decisión estaba tomada pero los riesgos aun golpeaban duro en mi conciencia, tenía miedo, no sabia como hacerlo, por donde empezar, con quien hablar, hacia donde dirigirme… tenia miedo, y el lo sabía

Liliana: y como se deja de tener miedo?

Joan: eso yo no te lo puedo enseñar

Liliana: y como lo hizo ella? – refiriéndose a Mariana –

Joan: ella tuvo que vivir con esto toda la vida, usted no

Liliana: nunca tuvo miedo?

Joan: sabe… si lo tuvo jamás lo demostró, la única vez que la he visto aterrada fue cuando tuvo que irse aquella noche – agacho la mirada –

Liliana: sabia lo que le iba a pasar – dije resignada –

Joan: no, ella tenía miedo de irse y que algo le pasará a usted, jamás a ella… - guardamos silencio –

Liliana: enséñeme a pelear – dije de la nada –

Joan: solo le enseñe tres cosas a mi hija y se las enseñare a usted – saco su chaqueta y arremango su camisa – primero como dejar inconsciente a un hombre

Tomo mi cuello con suavidad y con su antebrazo comenzó asfixiarme, mientras que el otro brazo tomaba la muñeca del brazo que hacia presión, por un segundo creí que me desmayaría pero el lo noto y me soltó

Liliana: - respire un poco exaltada –

Joan: segundo como matar a un hombre torciendo su cuello

Puso sus manos en mi cuello mientras me explicaba detalladamente cada punto donde mis dedos tenían que hacer contacto para poder rotar la cabeza de mi objetivo y torcerla haciéndola salir de su lugar, tengo que admitir que sus palabras me hacían sentir como si estuviera explicándome como cocinar, lo hacia ver tan normal y simple que por un momento creí que era otra cosa, menos como matar a alguien

Liliana: y tercero?

Joan: te enseñare como controlar tu ansiedad, muchos de nosotros no usamos armas – caminaba alrededor mío – aprendemos a matar con las manos y tal vez lo primero que hagan será tirarte al piso y comenzar a golpearte, pero nosotros hablamos de respeto y honor, por lo que jamás te seguirán golpeando si creen que no te puedes defender

Liliana: eso que significa?

Joan: significa que no te podré enseñar a golpear a alguien pero si aguantar golpes y a tragar tu orgullo y ansiedad cuando te tengan en el piso

Me acostó sobre el suelo, creo que eran las 10 de la noche, mi madre se había ido a dormir y solo estábamos los dos, me hizo cerrar los ojos y lo primero que me prohibió fue a llorar

Joan: aquí no puedes llorar, escupir, quejarte o siquiera hacer una mueca – patio una de mis piernas y me moví por el dolor – que acabo de decirte – me grito –

Liliana: que no debo llorar, escupir, quejarme ni hacer muecas – repetí –

Joan: muy bien, repítetelo mientras te este golpeando, por que ellos no pararan hasta que te quedes inmóvil

Comenzó a golpearme y yo comencé a quejarme, me movía tratando de esquivar los golpes, el primer intento fue inútil el se canso mientras que yo intentaba no pensar en el dolor de su agresión

Joan: lo lamento, no hay otra forma de enseñarte – dijo pasándome una toalla para limpiar mi sangre de boca y nariz –

Liliana: prefiero que lo haga usted a ellos – dije cansada –

Joan: otra vez – dijo quitándome la toalla –

Liliana: como se aguanta el dolor?

Joan: pensando en un dolor más grande, pensando en su meta

Liliana: pensando en Mariana? – dije en un tonó entre pregunta y afirmación el solo asintió mientras me volvía a patear –

La patada me llego justo al estomago, jamás me considere una chica ruda o fuerte ni siquiera me había metido en pleitos o había recibido un golpe antes que esto, pero ahora no iba a pelear por que alguien me había mirado mal o tirado el pelo, iba a vengar la muerte de la mujer que amaba, Joan me seguía golpeando y en un momento la imagen de Mariana me vino a la cabeza, no solo pude aguantar un golpe sino que todos… me pateo unas cuantas veces mas y yo mantuve los ojos cerrados tan serenamente que ni yo misma podía entender aquel estado

Joan: muy bien, este es el momento en el que ellos comenzaran a mofarse de tu debilidad, de lo estupida que eres por intentar pelear siendo que eres una princesa, pero tu no eres una princesa, eres una Leona… y una Leona esperara un descuido para atacar, escucha mi respiración, escucha todos los sonidos – volvía a caminar por toda la habitación – ellos intentarán matarte en unos segundos – se acerco a mi – que harás Liliana? Que harás?

Grito unos segundos antes de intentar golpearme con un fierro en plena cabeza, alcance a rodar por el piso y la adrenalina subió de nuevo por mi cuerpo, lo sentía como una electricidad excitante que mataba cada poro de la humanidad que me quedaba

Joan: y ahora Leona? Que harás?

Liliana: te matare

Joan: y como? Yo tengo un fierro y tu nada, quizás tengo un arma, que tienes tu?

Liliana: tengo… tengo – pensé unos instantes –

Y el volvió a intentar golpearme, nuevamente lo esquive, esto no era un juego ni para el ni para mi… volvió a intentar golpearme esta vez detuve el fierro con mi mano

Joan: en que piensas? No tienes tiempo para eso

Liliana: en que no tengo nada – dije con los ojos cerrados –

Los volví abrir solo para arrebatarle su arma, ahora era yo quien tenia el control, Joan me sonreía haciéndome entender que aun el tenía el control, pero el tenía razón no soy una princesa… lo intente golpear con el fierro el cual esquivo, luego lo solté y lo encare por mi misma, comenzó a esquivar mis golpes mientras yo no me detenía… a veces tu cuerpo realiza movimientos por si solos, cuando era pequeña tuve clases de valet por lo que tenia una bueno flexibilidad, el se esperaba estos inútiles puñetazos que no llegaban ni cerca de mi objetivo (su cara) pero jamás se espero aquella patada que le di dejando mi pierna en alto y manteniendo el equilibrio unos segundos, el no se equivoco… yo si soy una Leona

Joan: creo que mi hija nunca se equivoca – dijo abriendo su boca para acomodar su quijada –

Liliana: creo que sabre como defenderme – le dije mirando mi reloj, eran las 4 de la mañana –

Joan: yo me iré con su madre y usted quedará sola

Liliana: lo sé… pero ahora algo es diferente – le dije antes que entrara a la casa –

Joan: que es diferente?

Liliana: que ya no soy Liliana – dije mientras lo miraba de la misma forma que el me miraba, de la misma forma que me miraba Mariana –

Joan: eres una Leona – sonrió a media boca –

Liliana: soy LA Leona – dije enmarcando el LA –

Escuche como se cerraba la puerta de su habitación, creo que intente dormir, fueron solo dos horas las que parece que pestañee y no me había dado cuenta hasta que sentí una mano tibia en mi rostro, por un momento creí que era Mariana, pero su mano pequeña me hacia entender que era Sofía

Liliana: hola mi amor – le dije antes de abrir los ojos –

Sofía: te estoy esperando para tomar desayuno

Liliana: entonces vamos a desayunar – dije levantándome –

Sofía: que te paso?

Liliana: - me mire al espejo y en el vi las marcas de la noche anterior – nada pequeña

Sofía: fue el tío Joan verdad? Yo pensé que era bueno

Liliana: y es muy bueno hermanita, solo que el y yo estábamos jugando

Sofía: mamá dice que los golpes que hacen heridas no son juegos

Liliana: y mamá tiene razón, solo que este juego ambos queríamos jugarlo

Sofía: y por que?

Liliana: vamos a tomar desayuno, si? tengo mucha hambre

Dije para despistarla del asunto y salir de ese embrollo rápidamente, salimos las dos de la habitación y en cuanto mi madre me vio paro lo que estaba haciendo y se fue corriendo donde mi

Pascuala: que te paso hija?

Sofía: fue jugando con el tío Joan – dijo antes de que yo pudiera reaccionar –

Pascuala: el te hizo esto? – dijo gritando –

Liliana: podemos hablar en otro momento – dije apuntando a Sofía –

Mi mamá se fue furiosa hacerle el desayuno a Sofía, intentamos comer aunque con el nudo que tengo en el estomago todo era mas difícil hasta respirar, cuando terminamos de desayunar Sofía fue a mirar televisión lo que nos dejo tiempo para conversar, salimos de la casa y prendí un cigarro

Pascuala: jamás te había visto fumar

Liliana: no lo hago muy seguido – dije sin mirarla –

Pascuala: por que Joan te hizo esto?

Liliana: yo se lo pedí

Pascuala: hija… yo no se que pretendes, pero yo no voy a dejarte sola

Liliana: eso no depende de ti, necesito quedarme sola, es mi decisión

Pascuala: tu no te mandas sola, mientras yo sea tu madre – la interrumpí –

Liliana: mientras tu seas la madre de Sofía tendrás que ir a cualquier lugar donde ella pueda estar segura

Pascuala: y tu?

Liliana: yo voy a estar bien – dije con el cigarro en la boca –

Pascuala: pero mírate hija – intento acariciarme –

Liliana: - la esquive, tire mi cigarro y la mire – solo déjame tomar mis propias decisiones

Pascuala: tomar tus propias decisiones?... ya no pareces mi hija, pareciera que ya no eres Liliana

Liliana: ya no lo soy…

Pascuala: serás como ella? – su pregunta me paralizo –

Liliana: como quien?

Pascuala: como Mariana… serás una chica perturbada como ella?

Liliana: - me mordí para no gritarle – tu no sabes quien es

Pascuala: tu padre me lo dijo todo

Liliana: y tu conoces a tu marido? Sabes quien mierda es el hombre con el que estas casada? Acaso sabes que te engaña?

Me abofeteo, se que me lo merezco pero ella se lo busco, poco a poco mi cara enrojece pero el control vuelve a mi y me desligo de su absurdo comportamiento

Liliana: solo quiero que estés bien – volví a entrar a la casa –

Joan: - me detuvo – niña esta bien?

Liliana: si, la que no esta bien es mi madre

Joan: - acaricio mi brazo – tiene que entrenar

Pensé que se refería de nuevo a los golpes por lo que respire profundo acaricie mis costillas y ambos nos dirigimos al garaje, pero cuando llegamos habían puestos de tiros… el auto no estaba asíque había espacio suficiente para movernos con comodidad

Liliana: y el auto?

Joan: afuera, luego lo entramos… ahora necesito que aprenda a disparar, alguna vez ha tenido un arma?

Liliana: jamás – dije un poco asustada –

Joan: entonces empezaremos de la nada…

Comenzó por enseñarme las partes de un arma, el seguro, el cañón, el percutor, disparador, guardamonte, culata, pie de mira, corredora… todo lo que necesitaba saber, comenzó a mostrarme las armas que tenía atrás de esa puerta con clave… una pistola UZI, Mini UZI, colt double eagle, Smith & Wesson 686, una Smith & Wesson serie sigma 9E y una Colt Anaconda en armas cortas y una AK-47 Kalashnikov, un fusil de asalto CZ 805, M-16 A2 y una Ruger SR2… me tenía mínimamente atontada con tanta información de cada arma, solo podía mantener en mi cabeza para lo que servia cada arma y las compilaciones de usarla, había terminado ya, pero me percate de un arma que no me había mostrado… de la que no había hablado

Liliana: y esta? – dije sacándola de su lugar –

Joan: - suspiro y luego rió – a ti no se te escapa nada verdad?

Liliana: la verdad es que no… que pasa con esta arma?

Joan: lo que significa para mi o históricamente?

Liliana: que significa para usted

Joan: es una firing beretta con silenciador… fue la primera arma de Mariana

Liliana: - la tome entre mis manos – por que no me la iba a mostrar?

Joan: no se si su trabajo sea una cosa que te haya encantado de ella

Liliana: la entiendo… jamás la juzgaría

Joan: - acaricio mi rostro – es tuya, igual que todas estas armas

Liliana: solo quiero aprender a usar esta – dije con el arma de Mariana entre las manos –

Joan: bueno – rió –

Acomodo mis manos sobre el arma, y me ayudo apuntar… al oído me decía que respire y que bote el aire cuando apretara el gatillo, estaba ansiosa mis manos temblaban y sudaban, estaban frías y la adrenalina aumento cuando puse mi dedo sobre el disparador y comencé apretarlo apuntando al blanco… dispare y me fue imposible no cerrar los ojos y asustarme

Joan: poco a poco le tomarás confianza

Liliana: como lo hizo Mariana la primera vez?

Joan: la primera vez que ella se fue a misión fue la primera vez que uso un arma

Liliana: no le habías enseñado antes?

Joan: si, pero no con un arma real… la experiencia lo hace todo y no es lo mismo imaginárselo a estar ahí

Liliana: y por que a mi me enseñas con el arma

Joan: por que yo no estaré para cuidarte si te equivocas – puso su mano sobre mi hombro – estas sola en esto niña

Liliana: - asentí –  y estaré bien, lo prometo

Practique unos cuantos tiros mas, el sonido del silenciador era imperceptibles para mi madre y hermana que estaban en la cocina, además de que el garaje era a prueba de sonido… en pocas horas, estábamos todos sentados a la mesa, a mi se me había olvidado la discusión con mi madre hasta que la vi… nos sentamos todos juntos a comer y nadie hablaba con nadie, mi cabeza estaba en otro lado, movía la comida con los cubiertos, era incapaz de comer

Joan: tiene que comer algo niña

Liliana: no tengo apetito Joan – dije echándome sobre la silla –

Pascuala: si no quieres comer, no comas – me dijo resignada por mi actitud –

Joan: tiene que recobrar el apetito, o no podrá hacer lo que desea

Liliana: eso lo logro si, o si – dije decidida –

Pascuala: y que se supone que harás?

Liliana: lo que haré, lo haré por Mariana

Pascuala: - se quedo en silencio y espero hasta que mi hermana se fuera para reprocharme, se puso de pie cuando ya había terminado de comer y con sus ojos tristes me miro – ella ya esta muerta, como no lo entiendes?

Liliana: - escuche aquella verdad a la que le temía – pero aun la amo, la amo con todo mi corazón

Pascuala: harás que te maten, y si lo logras no la harás volver… ella ya no volverá

Liliana: te dije que me dejarás tomar mis propias decisiones, te iras con Sofía y Joan lejos… a mi déjame en paz

Tome mi plato y lo fui a dejar al lavabo, luego me fui a encerrar a mi cuarto, no he dormido nada, tengo miedo de soñar con ella y luego al despertar darme cuenta que ya no esta… la noche llegaba y yo perdida en mis pensamientos, sin poder salir de aquella inmovilidad que me provocaba el pensar en ella me había hecho olvidar que esa noche Joan, mi madre y mi hermana partían… alguien tocaba la puerta

Joan: - tocando la puerta – señorita esta durmiendo?

Liliana: no – respondí secando aquellas lágrimas de las cuales no tenía control –

Joan: - abrí la puerta – ya nos vamos

Liliana: me iré a despedir – intente pasar a su lado pero me detuvo –

Joan: espere – tomo mi rostro y limpio aquella lagrima solitaria que rodaba por mi mejilla – ahora si – me sonrió –

Sofía: y tus cosas? – me pregunto desde el pasillo –

Liliana: eh… yo no iré con ustedes mi amor  - dije colocándome a su altura –

Sofía: por que no? – pregunto preocupada –

Liliana: yo tengo que quedarme aquí por Mariana – acaricie su rostro –

Sofía: la irás a buscar? – dijo sonriente –

Liliana: - agache la cabeza –

Pascuala: - puso su mano en mi hombro – Sofía tenemos que irnos

Liliana: corre al auto pequeña – provoque una sonrisa en ella y corrió por sus cosas -

Pascuala: cuídate hija

Liliana: tu también

Nos abrazamos por un momento creí que lloraba pero no le quise prestar atención, estuvimos mucho tiempo así hasta que apareció Joan y ambas sabíamos que era hora de partir… algo se acababa de romper y si… era mi inocencia… Joan me abrazo en la puerta y no dijo mas palabras que una mirada muda, se fueron, estoy sola… y el llanto nuevamente es incontrolable, tengo miedo, pero su recuerdo me da fuerzas y este es un buen momento para pensar como haré yo, para meterme en su mundo…

Continuara...