Hasta que la Mafia nos separe 6

Estaba preparada para todo, menos para lo que me iba a decir

L: yo por su hija me mudo a la Luna

J: eso quería escuchar, la críe para que tuviera la mente fría en estos casos, va andar rara y callada, si?

L: ella no habla mucho normalmente, así que no espero mucho – dijo riendo –

Mariana: escuche eso querida – le dije desde la puerta –

Joan: - rió y se metió a la casa –

Liliana: - avanzo hacia mi y me beso –

M: perdóname

L: por que?

M: por meterte en este problema

L: prefiero esto a estar muerta – dijo irónicamente –

M: - reí – no hubiera podido matar a mujer con semejante cuerpazo – le dije mientras la miraba de pies a cabeza y me mordía los labios –

L: - rió fuertemente mientras papá nos miraba –

J: señorita usted estudia verdad?

L: si – dijo apretando los dientes, recordando su vida normal –

J: como lo va hacer?

L: no lo se –suspiro –

M: no puedes dejar tus estudios linda

J: Marianita tiene razón

M: ves, Marianita tiene razón – burlándome de su ternura paternal –

L: - peñiscándome – no seas mala

J: - movía su cabeza divertido –

M: ya, ahora enserio… te iré a dejar a la universidad mañana y así podrás seguir con tus clases

L: y si alguien me va a buscar

M: aquí tendrás a tu guardaespaldas – colocándome en posición de superhéroe –

J: y también al padre de la mujer maravilla cuidándote

M: tu puedes ser Superman si quieres – le dije tratando de hacer un trato –

L: - reía divertida, me encanta escucharla reír después de todo lo que ha pasado –

J: gracias, pero prefiero ser Joan

M: tu te lo pierdes – dije haciendo una seña de despreció –

L: bueno, bueno… entonces los dos me irán a dejar a la universidad?

J: así es – dijo prendiendo la televisión –

M: y te esperaremos hasta que salgas de clases

L: seguros? – dijo apenada por las supuestas molestias que traería –

J: - se giro y ambos la miramos fijamente y al unísono dijimos – por supuesto

L: bueno, bueno – dijo resignada –

Estábamos viendo un partido de futbol con papá mientras el tomaba cerveza, de pronto mire a Liliana la que me hacía gestos insinuándose desde el pasillo… miré a papá el cual estaba concentrado en el partido

Mariana: iremos a ver las habitaciones

Joan: si, si… - me miro y movió la cabeza – por lo menos no tendré que preocuparme por un embarazo

Liliana: - se sonrojó al verse descubierta yo solo reí –

La seguí a una de las habitaciones y nos encerramos en ella, comenzó a sacarse la ropa y yo estaba estática, otra vez parecía una niña indefensa ante su espectacular cuerpo, se acerco y sus brazos se anudan en mi cuello, ella sin ningún pudor se pega a mi y pega su frente con la mía

Liliana: de nuevo nerviosa chica ruda?

Mariana: - sonreí e intente besarla pero ella me esquivo –

L: desnúdate – me dijo mientras se alejaba de mi –

M: - por que pregunte con gestos –

L: hazlo

Me desnude, quedamos en iguales condiciones y se volvió acercar a mi, esquivo otra vez uno de mis besos y yo solo podía morderme los labios deseándola locamente…

L: cuantas veces haz estado así con una mujer?

M: ella estando desnuda y yo sin poder ni siquiera besarla?

L: si… cuantas? – volvió a preguntar mientras acariciaba mi espalda –

M: nunca

L: - me sonrió – me encanta ser la primera

M: - la tomé y la aprisione contra mi suavemente, ella ahora se dejaba – eres con la primera que hago el amor

L: entonces hazme el amor otra vez Mariana – dijo mientras lamía mi cuello –

No existía el pasado duro, ni el presente complejo que teníamos, ni siquiera el futuro incierto, solo ella, sin tiempo, sin planes… solo amor y deseo, la tome y la subí sobre el escritorio siempre con nuestras frentes pegadas y ella amarrada a mi cuello, acariciaba mi espalda mientras yo mordía sus pechos al ritmo de sus gemidos que solo yo podía oír, fui bajando y nuestras miradas se clavaron mi lengua toco su clítoris y ella mordió sus labios para no gemir fuerte, acomodo su cabello y tomo el mío con fuerza, la lamí e introduje mis dedos, ella aguantaba sus gemidos pero su respiración me deleitaban, me detuve cuando estaba por acabarse, ella me sonrió, en ese momento no encontraba rasgos de ternura en ella y eso me enloquecía, me llevo a la pared donde me dejo de frente, tomo mis dos manos y las puso contra la pared, una de sus manos masajeaba mis pechos mientras la otra tocaba solo en forma superficial mi vagina, lo hacía para que le rogará y no le costo mucho conseguirlo mucho menos cuando ella me lamía los hombros y me lo pedía

Liliana: ruega por que te haga mía, ruega – me decía jadeante –

Mariana: házmelo amor, por favor… hazme tuya, hazme tuya una y mil veces…

Jadeaba, le rogaba y estaba a punto de acabarme solo con su respiración cuando me introduce dos dedos, no me controle y gemí con fuerza… ella sigue con su trabajo de mete y saca y cuando me tiene a unas cuantas metidas de acabarme, para y me da vuelta

Liliana: quiero que acabemos juntas mi amor

Nos recostamos en la cama esta vez yo encima de ella y ambas le introdujimos a la otra dos dedos, comenzamos a gemir sin pudor y segundos antes de acabar me besa

L: te… amo… te amo – dijo en medio de su orgasmo –

Es lo que dice antes de arquear su espalda provocando que me acabe, caí rendida a su lado en la cama, ambas desnudas y siendo cómplices de aquella travesura muy poco silenciosa, nos miramos y reímos, luego ella se cobijo en mis brazos y beso mi pecho

Mariana: yo también te amo

Liliana: linda, yo también – dándome un pequeño beso en los labios – tu papá nos habrá escuchado?

M: tendría que estar sordo para que no lo hubiera hecho

L: todo esto es tu culpa

M: y por que mi culpa? – pregunte frunciendo el ceño –

L: tu que me haces el amor tan rico – subiéndose arriba mío mordiéndose el labio inferior –

M: - tome su cabello y la bese –

Los Meses pasaron tranquilos, vivíamos con papá y algunas noches el salía a “trabajar” y ninguna de las dos se lo cuestionaba, hablamos con los padres de Liliana y si bien no le contamos el problema en el que estábamos metidas ellos aceptaron dejar que viva conmigo, obviamente sin que yo interfiriera con sus estudios, la llaman diariamente por lo que no es un problema, con Liliana hemos consolidado una relación increíble, siempre pensé que era pésima para las relaciones y si aun creo que lo soy, no hablo mucho, prefiero estar en casa y no soy muy buena con los regalos, pero eso a ella le da igual, ella habla por las dos por lo que no es un problema además de encantarle que yo le preste atención mientras me cuenta sobre su día, tuvo que dejar de lado sus fiestas por las circunstancias en las que estamos, aunque la verdad se que tampoco lo haría, no le gusta dejarme sola como si algo fuese a pasarme y sobre los regalos, las veces que salimos ella elige que le gusta y pasamos horas viendo ropa algo que no me molesta en lo absoluto, me encanta verla sonreír, por lo que tampoco existen problemas entre nosotras, pero afuera… afuera sigue el mismo mundo, con la misma gente y por mas que nos encerremos en la casa seguimos con el mismo problema, era una noche para nosotras normal hasta que sentimos el auto de papá llegar a gran velocidad, me puse de pie y Liliana se refugió atrás de mi, mi papá entro

Joan: niñas nos encontraron – dijo mientras revisaba las ventanas de la casa –

Mariana: sabes que eso no funcionará, tenemos que hacer algo

J: en que estas pensando?

M: dame las llaves del auto

Liliana: para que?

J: - las busco en su bolsillo y me las dio –

M: mi amor necesito mantenerte a salvo

J: deben ser los autos que vienen en la entrada – dijo por las luces a lo lejos –

L: amor no, por favor

M: papá por favor, cuídala

J: por supuesto – dijo mientras apagaba las luces –

L: Mariana por favor, por favor – me rogaba y aprisionaba mi mano –

M: Liliana… quédate con papá, yo vuelvo enseguida

L: Te amo – me dijo cuando me soltó –

Fue lo último que escuche antes de salir por la puerta trasera y subirme al auto, los espere un poco, para que creyeran que nos íbamos en el auto y arranqué, los lleve por la carretera desolada a esas horas para no poner en peligro a nadie, comenzaron a disparar, rompieron el vidrio trasero y yo no podía acelerar mas, las curvas eran imposibles de tomar a esa velocidad, de pronto en el final de una de ellas le disparan a un neumático, el auto se descontrola y me doy vuelta, cuando el auto estaba girando yo solo podía pensar en mi padre, en Liliana y en la falta que me había hecho su beso de buena suerte, intente salir del auto, pero ya estaban sobre mi, solo logré escuchar unas voces, unas voces que no reconocía…

Hombre: estará muerta? – preguntó –

Hombre2: dispárale al tanque porsiacaso – dijo mientras le pasaba la pistola –

Eso fue lo último que escuche y mentalmente le pedí mil veces disculpas a Liliana, un te amo a gritos fue opacado por la explosión…

LILIANA:

Logró que los autos la siguieran, pero mis lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas, su padre me abrazo y me oculto porsiacaso, tome uno de sus polerones y me lo puse mientras intentaba calmarme, tendría que acostumbrarme a este tipo de cosas, su padre me trajo un jugo, ella aun no llegaba y antes de tomar el jugo pensé en el beso de buena suerte que no le había dado, tome el jugo que al parecer tenía un tranquilizante por que me hizo dormir hasta la mañana siguiente… desperté asustada, no la vi en la cama por lo que corrí al salón, tampoco había nadie, respire profundo, estaba obligada a esperar a que alguno de los dos apareciera, por que no podía salir de casa sola, juro que no la volveré a dejar irse sola, su padre abre la puerta y entra, la busco atrás de él pero ella no esta, estaba preparada para todo, menos para lo que me iba a decir…

Joan: señorita – dijo sacando su chaqueta y apretándola con las manos –

Liliana: donde esta Mariana? – mordía mi boca otra vez –

J: ella volcó en el auto anoche – dijo mirando un punto fijo, menos a mi –

L: y en que hospital esta? Tengo que ir a verla… Esta bien? – dije buscando mi chaqueta –

J: en ninguno señorita, el auto se quemo – dijo ahora mirándome –

L: y ella donde esta? Donde? – dije llorando –

J: - me sostenía fuertemente para no dejarme caer – ella se quemo con el auto señorita

Lo pude escuchar llorar también o tal vez era mi llanto descontrolado el que hacía eco en la casa, llore y llore las lágrimas no importaban mi pecho se comprimía y mi alma destrozada caía en mis sollozos, me fui a la habitación, no comí ese día menos pude dormir, el primer rayo de luz, lo hizo entrar a la habitación

Joan: tenemos que irnos de aquí, es muy peligroso

Liliana: y para que? que me maten si eso es lo que quieres

J: - se arrodillo junto a la cama y me acaricio – señorita mi hija la amaba como jamás pudo amar a nadie – hacia pausas para no llorar – me dijo que la cuidara y eso hare, tengo que sacarla de aquí

Es verdad, eso hubiera querido ella por eso fue que murió por mantenerme a salvo… hice mi bolso solo con su ropa

Joan: que hará con esa ropa?

Liliana: me la llevare

J: y la de usted?

L: algún día volveremos, verdad?

J: - el agacho su cabeza – en las calles se comenta que el objetivo cambio, corremos peligro nosotros, su hermana y su madre

L: por que nosotros? Por que ellas? – pregunte con furia –

J: era una trampa para que yo volviese, jamás existió aquella lista

L: que? pero mi papá estaba tan preocupado, cuando Mariana le dijo por que venía el sabia de lo que ella hablaba

J: por que su padre es cómplice señorita – dijo enojado –

L: que?... mi papá? – tiré enojada el bolso –

J: su madre y hermana están en riesgo, quieren la cabeza de su padre

L: entonces se la cortare – dije mirando a un punto fijo –

J: tenemos que sacar a su hermana y madre de allí

L: por supuesto, usted espéreme aquí yo iré sola

J: lo siento, pero no puedo dejarla ir sola

L: bueno, entonces vamos enseguida… que tendremos que ir a pie

J: señorita, tengo otro auto

L: que? cual? – mire por la ventana, y era su auto, el auto de Mariana, una lágrima intento rodar por mi mejilla pero la hice desaparecer de inmediato –

J: esta bien? – pregunto mientras colocaba su mano en mi hombro –

L: si – tome el bolso y lo lleve al auto –

Abrí la cajuela para colocar el bolso y ahí estaba la manta de aquella noche, la tome y la lleve a mi cara para olerla, tenía su olor, olor a recuerdos, a sus besos a toda ella… me senté en el asiento delantero mientras su padre llegaba, cuando subió miró la manta y tomo mi mano

J: se como se siente ambos perdimos a la misma persona – dijo mientras arrancaba –

Solo fui capaz de mirar a la ventana todo el camino, no quería ver otra cosa que la nada… estábamos a una cuadra y le tome el brazo

Lucía: es mejor que no nos vean llegar

Joan: - me miró extrañado – tienes razón

Lucía: supongo que me acompañara – dije ya afuera del auto –

Joan: si – salió el enseguida –

Entramos a mi casa y mi mamá salió enseguida, pero antes de que me pudiese decir algo, yo hable

Lucía: tenemos que irnos

Pascuala: pero que paso hija?

Lucía: donde esta mi hermana?

Pascuala: arriba en su dormitorio

Mi papá se acerco para preguntar que sucedía y lo abofetee

Fernando: que mierda te pasa? – me levanto la mano y Joan lo detuvo –

Joan: ni siquiera lo piense

Pascuala: Lucía que esta pasando?

Lucía: por culpa de él, mataron a mi mujer -

P: que le paso a la Mariana?

L: - no pude aguantar mas y me gire para llorar –

J: mi hija murió

Pascuala: pero como paso?

Lucía: mamá, necesito que vayas a buscar tus cosas y yo iré por mi hermana

Fernando: nadie se mueve de esta casa menos tu y mi hija Pascuala – refiriéndose a mi madre –

Joan: eso no es algo que usted decida – tomó a mi madre y la llevo al dormitorio dejándome a solas con mi padre –

Fernando: que estas haciendo Liliana?

Liliana: no me hables – dije tapándome los oídos para no escucharlo y perder el control –

Fernando: ¡HIJA! – me gritó –

Perdí el control no me contuve, me lance sobre el y comencé a golpearlo y me detuve cuando sentí la mirada de Sofía

Fernando: - solo pudo mirarme au con el shock en su mirada –

Liliana: - la tome en brazos – no pasa nada mi amor

Sofía: - cerro los ojos – no quiero que pelees

L: no lo haré bebe, vamos a ir a buscar tus cosas

F: no, no te llevaras a mi hija

L: - me controle por Sofía – tu, no tienes hijas – le dije con odio y subí junto a la bebe a su pieza –

Comencé hacer su bolso, no la quise mirar por miedo a la expresión que tuviera, al lado escuchaba a Joan hablar con mi madre…

Pascuala: pero por que tenemos que irnos sin Fernando

Joan: por que es a el a quien lo buscan

P: pero, por que?

J: por un trato que hizo

P: que trato?

J: no haga mas preguntas, todo a su tiempo – y quedo en silencio –

P: y quien nos cuidara?

J: yo la cuidare, a usted y a sus hijas

Tocaron la puerta segundos después de que lo invadiera el silencio cuando la abrí mamá tomo en brazos a Sofía y Joan asintió la cabeza en signo que de que era hora de irnos, tome los bolsos y nos fuimos de la casa, bueno tratamos… papá opuso resistencia

Fernando: no te llevaras a mi hija… Pascuala – comenzó a gritarle a mi mamá –

Liliana: esta ya no es tu familia

Otra vez intento golpearme, Joan interfirió he intento golpearlo y fui yo quien lo detuvo esta vez, mi madre y hermana estaban en el auto por lo que no se percataron de nada…

Fernando: tu si quieres púdrete – refiriéndose a mi – no quiero una lesbiana en mi familia

Jamás había golpeado a nadie, jamás le había faltado el respeto… dos jamás que se fueron al suelo junto con el tuve la mejor sensación del mundo, tenía el control, su orgullo y su sangre en mis manos, no podía sentirme mas ni menos que vencedora, Joan me miraba desde el auto y antes de irme me gire y el mirándome desde el suelo me escucho atentamente lo último que le dije

Liliana: Tu ya no tienes familia, ni siquiera esta lesbiana

Joan se subió al auto y me miro por unos segundos cuando yo me embarque, sentía esa adrenalina aun recorrerme el puño no me dolía pero durante el viaje comenzó a enrojecer…

Pascuala: y donde se supone que iremos?

Joan: lo más sensato es salir del país

Liliana: si, necesito que estén seguras

Pascuala: y donde se supone que te dejas a ti?

Liliana: mamá yo no me puedo ir de aquí

Pascuala: hija yo no te dejare sola, como crees que me podré ir sin ti

Liliana: lo único que te digo es que necesito tiempo, yo los buscare -  dije mirando a Joan –

Joan: señorita yo no la dejare sola

Liliana: por favor, no me encontrarán lo juro

Detuvo el auto en medio de la carretera y lo estaciono a un lado… bajo del auto y me hizo bajar a mi también

Joan: - tomo mis manos – se lo que sentiste, lo pude ver en tus ojos

Liliana: no se que me paso, no se…

Joan: a Mariana no le gustaría todo esto

Liliana: pero Mariana no esta – dije tapándome la cara – ella ya no esta – la pena se colmaba en mi garganta e intentaba no llorar, solo podía emitir pequeños quejidos que Joan intentaba calmar con un abrazo –

Joan: que quieres que haga?

Liliana: que te lleves a mi madre y mi hermana lejos

Joan: y tu que harás aquí?

Liliana: lo único que me queda por hacer Joan… Vengar la muerte de mi mujer

Continuara...

No me pude resistir, tengo una leve obsesión con hacerlos felices y por escribir este relato por supuesto... me consume en la primera letra y luego no puedo parar, Gracias por los comentarios, las lecturas y los votos... ahora si me tendrán que esperar VS.