Hasta que la Mafia nos separe 12

Mariana: a veces el amor no es suficiente

Eso fue lo último que dijo y salió de la casa, yo la alcance para girarla con furia, volví a retomar mi confianza, mi ego, volví a encontrar en sus ojos a mi antigua yo…

Liliana: bésame – le dije altaneramente – bésame y luego dime que no me amas

Mariana: como se te ocurre que te voy a…

Me adelante a su negación, a su rechazo y la bese… estos labios compartían conmigo un vinculo único que nos transparentaba a ambas y nos hacia caer otra vez en la magia de nuestro amor… su lengua se perdía en mi boca cuando es ella misma quien nos saca de aquel encanto

Mariana: no vuelvas a besarme en público – dijo enojada –

Liliana: en publico?... estamos en medio de la nada

Mariana: ellos tienen ojos en todos lados

Liliana: quienes?

Mariana: aléjate de mi… déjame en paz

Liliana: por que? por que me besas así y me hablas de otra manera tan distinta?

Mariana: solo no te vuelvas acercar a mí…

Salió corriendo mientras miraba por todas partes como buscando a quien no encontraría… me senté en el suelo y solo pude llorar, solo pude volver a tenerla un instante para perderla de peor forma que la muerte, ahora podía verla, tocarla, forzarla a besarme pero ella no me amaba, no me amaba ni la mas minima parte de cómo yo lo hago en este instante, veo el atardecer caer para dar paso a las estrellas, y solo puedo pensar que esto es lo único que nos une… un cielo infinito

Mariana

Llego a la casa del jefe y este al verme entrar se pone frente a mí, otra vez, y su olor a tabaco me atacan por un pasado que ya estoy empezando a recordar…

Jefe: la conoces?

Mariana: a quien?

Jefe: L… dime si conoces a alguna de las participantes

Mariana: no conozco a nadie – le mentí –

Jefe: - rió – quien eres?

Mariana: soy L

Jefe: solo me acordaría de una pregunta en tu lugar… L

Mariana: - espere su respuesta –

Jefe: cuanto me duro aquella felicidad del pasado? – rió otra vez – soy tu dueño…

Mariana: yo soy la dueña de mí…

Jefe: a si? y si yo quisiera matarte?

Mariana: inténtelo…

Jefe: no perderé mi tiempo en eso, para eso tengo a gente igual a ti

Mariana: ya no quiero pertenecer a esto – dije enojada –

Jefe: eso no lo decides tu, sino la muerte

Mariana: entonces moriré antes de matar otra vez en su nombre…

Jefe: pues entonces empieza a correr…

Atrás de él comenzaron aparecer las mascaras, se muy bien quienes son cada uno de ellos y también de lo que son capaz con una simple orden, en sus manos cada uno tenía un arma por lo que no dude dos veces y comencé alejarme dándoles la espalda

Jefe: por que confías en que no te mataría?

Mariana: - me detuve y lo mire por sobre mi hombro – no confió en usted, sino en el honor que perdería si se atreviera a dispararme por la espalda y desarmada…

Salí de ahí… no tengo casa, no tengo ningún lugar a donde ir… esperen, si lo tengo… camino hasta llegar bajo la colina antes de llegar a aquella casa que ella llamo nuestra, otra vez la cabeza me duele y las imágenes mas nítidas desde lo que paso se vuelven recuerdos vividos que me hacen recordar… por inercia camino hacia la casa, abro la puerta y la veo… pero no estaba sola… también su novia, ambas profanaban este lugar en un beso de la que fui espectadora por unos segundos hasta que me vio…

Liliana

La noche ya había llegado cuando veo el auto de Maite acercarse, le debía una explicación por lo que abrí la puerta esperándola… le tenía que decir que sentía, que me entendiera o por último simplemente que lo supiera, entro y ambas nos miramos, no exactamente a los ojos por que yo no era capaz de hacerlo, pero ahí estábamos las dos frente a frente y solo pude respirar cuando ella corto este silencio…

Maite: traje tus cosas – me dijo mientras dejaba el bolso en el suelo –

Liliana: muchas gracias – le dije un poco avergonzada por todo lo que pasaba –

Maite: es ella?

Liliana: si

Maite: - mordió su boca – que pasará con nosotras?

Liliana: Maite yo… - intentaba excusarme –

Maite: - me interrumpió – entendí, cuando te vi… lo entendí

Liliana: - solo agache la cabeza –

Maite: para ti, nada de esto significa nada

Liliana: no digas eso… yo sin ti estaría muerta

Maite: mientes… - me grito – tu solo vivías por su recuerdo, por vengarla… no por mi

Liliana: tienes razón – no pude negarlo – pero cuando te hice el amor no fue por ella… fue por ti, por mi… por que de verdad lo sentía

Maite: - se acerco y me tomo las manos con los ojos empapados – entonces?

Liliana: - zafe mis manos – ella es irreemplazable, son cosas distintas… yo a ti te quise pero yo a ella…

Maite: - me interrumpió otra vez – no quiero escucharlo

Liliana: perdóname…

Maite: jamás – dijo retrocediendo –

Liliana: pensé que me entenderías, con todo lo que habíamos hablado pensé que en mi posición tu harías lo mismo

Maite: te tenía miedo, tenía miedo a esto… a enamorarme, trate de autoconvencerse que no te amaba tanto como de verdad lo hacía

Liliana: - me descolocaban sus palabras pero no podía regalarle nada mas que el acto de desahogarse –

Maite: por que te amo Liliana, te amo

Decía mientras se abalanzaba sobre mi y me besaba con rudeza, no podía sacarla de mi lado hasta que sentí su mirada sobre mi, ese calor de su presencia que ahora me inquietaba por que la obligaba a ver este malentendido… Saque a Maite de mi lado y la seguí otra vez colina abajo como lo había hecho hace solo unas horas…

Liliana: es un malentendido – le grite antes de que desapareciera –

Mariana: un malentendido? – rió sarcásticamente – yo no me excusaría así por besar a mi novia

Liliana: ella no es mi novia… tu lo eres

Mariana: - se acerco furiosa para desafiarme – yo no soy tu novia…

Liliana: si lo eres – dije mientras miraba esos ojos enojados que solo tenía a unos milímetros de comerme –

Maite: - la empujo haciéndola retroceder – no te atrevas hacerle daño – le dijo colocándose frente a mi –

Liliana: Mariana – dije pasando por el lado de Maite para ayudarla a ponerse de pie –

Mariana: suéltame – dijo esquivando mi ayuda – acabaste de ganar un punto y lo perdiste en una frase… - se reincorporo y se limpio la ropa – así se comporta una hembra cuando tiene que defender a su mujer – me miraba como favoreciéndola – pero te equivocaste…

Maite: en que? – dijo Maite otra vez desafiante –

Mariana: yo jamás le haría daño – me miro enojada –

Maite: jamás te lo permitiría…

Mariana: si yo quisiera – se acerco tanto como lo había hecho conmigo – te mataría aquí y ahora con mis manos

Maite: inténtalo – dijo alejándose y sacándose la chaqueta –

Mariana: - rió – otro grave error

Maite: - la miraba lista para atacar – cual?

Mariana: no se tu… pero yo jamás mataría a nadie delante de una Señorita – otra vez me sonreía tan altaneramente que ambas sabíamos que tenía el control de la situación –

Maite no se controlo y al verme sonreír por su mirada y hasta por su sonrisa le propino un golpe que Mariana no esquivo por estar mirándome… Mariana se reincorporo y tocó su boca que sangraba segundos antes de ver esa mirada que yo sabía que significaba me puse frente a ella para tomarla por los hombros

Mariana: ahora defiendes a tu novia? – dijo aun mas enojada que antes –

Liliana: no hagas esto… por favor… ella no tiene la culpa de nada – dije con mis manos ahora en su abdomen para detenerla –

Maite: suéltala… ¡vamos! – gritaba ella –

Liliana: tu también… para con esto, que estas haciendo? – le pregunte enojada –

Maite: lo que ella dijo… defendiendo a mi mujer – dijo por mi –

Liliana: - ahora la enojada era yo – entiéndelo… yo soy SU mujer – le grite a Maite –

Maite: - tomo su chaqueta – te arrepentirás Liliana – dijo mientras pasaba por nuestro lado y ponía su dedo índice frente a mi – ella jamás te dará la estabilidad y seguridad que yo había creado para las dos… te arrepentirás

Liliana: - tome con fuerza las manos de Mariana para que no la golpeara – yo no quiero estabilidad ni seguridad… yo solo la quiero a ella

Maite: - asintió decepcionada – te arrepentirás – miro de pies a cabeza a Mariana la cual ardía por matarla – nada es para siempre…

Se perdió bajando la colina mientras que las manos de Mariana y las mías permanecían entrelazadas incapaces de soltarse… me refugié en su cuello unos instantes antes de sentir como sus labios besaban mi frente… el aroma de su pelo otra vez me embriagaba… otra vez estábamos juntas

Mariana

Que me detuvo para no matarla? La verdad es que solo las manos de Liliana que me tranquilizaban al punto de adormecer aquel instinto asesino que me obligaba a abalanzarme sobre el cuello de aquella tipa y arrancarle la cabeza… su aliento en mi cuello era una nueva sensación que mi cuerpo comenzaba a recordar, bese su frente simplemente para poder sentir su calor en mis labios y no comerle la boca en ese instante solo por instinto… se alejo y me regalo una sonrisa mientras que una de sus manos me dejaba libre la otra me aprisionaba fuertemente a su mano para conducirme al  interior de la casa…

Liliana: te voy a curar – dijo al verme la boca –

Mariana: - quiso soltar mi mano pero no se lo permití y solo logre acercarla a mi –

Liliana: - me sonrió nerviosa y coquetamente… como mi imaginación la recordaba – tengo que curarte…

Mariana: - asentí y solté su mano –

Volvió con un botiquín de lo más exagerado solo para curarme una pequeña cortada en el labio

Mariana: - me reí al verla buscar en aquel enorme botiquín –

Liliana: no te rías que este botiquín lo hiciste tú

Mariana: soy un poco exagerada

Liliana: lo eres para todo – dijo por el suceso anterior –

Mariana: yo no le pegue a nadie – reclame inocencia –

Liliana: no si de eso ya me di cuenta – dijo riéndose de mi labio –

Mariana: - me recosté sobre la silla – que agradezca que estabas ahí

Liliana: tranquila chica ruda – dijo divertida, haciéndome recordar otra vez –

Mariana: chica ruda…

Liliana: - me sonrió – lo recuerdas?

Mariana: discoteca… - mire hacía otro lado recordando la vergüenza del momento –

Liliana: - rió – recuerdas la canción?

Mariana: - la mire intentando recordar – la verdad es que no

Liliana: - sonrió un poco decepcionada y se acerco a mi con un algodón – pronto recordarás todo

Mariana: - el alcohol me provocó un leve ardor – con amor…

Liliana: ya no seas chillona – me reprocho parada entre mis piernas –

Mariana: - me reí y tome sus caderas para sentarla en una de mis piernas –

Liliana: - miro mis labios y ya no pudimos controlarnos –

Ella me abrazo y acaricio mi nuca hasta que el beso nos ahogo… otra vez el silencio cómplice hacían aparecer su inocencia que se arropaba en un abrazo…

Mariana: aun tenemos un problema… - dije provocando que me mirara –

Liliana: nos persiguen?

Mariana: como lo sabes? – pregunte intentando entender como se metía en mi cabeza –

Liliana: - sonrió – no sería la primera vez

Mariana: - sonreí también – entonces? A donde vamos?

Liliana: no tenemos por que escapar…

Mariana: a que te refieres?

Liliana: - ella se ponía de pie y guardaba las cosas del botiquín – que ahora podemos pelear las dos

Mariana: por supuesto que no – me pare de la silla – no te pondré en riesgo

Liliana: yo ya no soy esa niña

Mariana: - puse mis manos en la cadera – y no se que tanto te favorezca eso conmigo

Liliana: - se coloco seria –

Mariana: - respire hondo y entendí que no era el momento, ya no lo era para hacer ese tipo de comentarios – perdón

Liliana: - tomo el botiquín y se alejo por el pasillo –

Mariana: - la seguí y espere a que volviera – perdón

Liliana: por que? si tienes razón… cuando te enamoraste de mi yo no era lo que soy ahora…

Mariana: ni siquiera recuerdo en que momento me enamore de ti… solo se que la mujer de la que me enamore tenía esos ojos… y que aun los tiene – dije acariciando su mejilla –

Liliana: en cambio yo recuerdo muy bien cuando me enamore de ti

Mariana: cuando? – pregunte curiosa –

Liliana: “quiero dejar cosas en el misterio para que vuelvas a buscarme” – dijo ella –

Mariana: - la mire sin entender nada –

Liliana: me lo dijiste la mañana en que nos conocimos – rió – pensaba que eras la altanera mas hermosa que había visto en el mundo

Mariana: - reí – y tu que me respondiste

Liliana: bueno, un poco altanera también te pregunte que por que volvería a buscarte

Mariana: “tal vez por que cuando salga por la reja este rogando por que tu curiosidad sea tan grande como tu hermosa sonrisa” – recordé la escena perfectamente –

Liliana: - me miró sorprendida y sonriente – lo recuerdas…

Mariana: - asentí –

Liliana: - me abrazo efusivamente –

Nos besábamos nuevamente y ahora este beso nos hacía perder la cordura y sin querer perder mas tiempo que todo el que perdimos, ambas caminamos hacía la habitación… y así mismo ambas caímos sobre la cama, ella sobre mi por lo que se acomodo para erguirse y sacarse la polera y dejar sus pechos al descubierto y también una pregunta fuera de lugar que corto todo este momento…

Mariana: te acostaste con ella? – pregunte mientras ella cambiaba la expresión de su rostro –

Liliana: - su cara me dio a entender la respuesta –

Mariana: - la saque de encima para ponerme de pie –

Liliana: que quieres? Que te mienta?

Mariana: - la mire furiosa y simplemente camine hacía la sala – no, solo que me fueras fiel… pero eso es mucho pedir si la señorita tiene necesidades – dije mirándola de pies a cabeza –

Liliana: - me abofeteo – pensaba que estabas muerta – me grito –

Mariana: - mis ojos me delataban, me dolía – sabes lo que me duele?

Liliana: - se giro para no verme llorar –

Mariana: que tu estuviste con otra aun recordando lo nuestro, mientras que yo jamás pude siquiera mirar una falda por este puto inconsciente que cada noche soñaba tu sombra

Liliana: - me miro con los ojos llenos de lágrimas –

Mariana: no va a funcionar Liliana – agache la mirada

Liliana: no digas eso… - intento abrazarme pero la detuve – yo te amo Mariana

Mariana: a veces el amor no es suficiente – le respondí con la voz entrecortada –

Liliana: - tomo mi mano antes de que escapara – podemos arreglarlo – decía mientras lloraba – podemos olvidarlo

Mariana: de las dos… solo tu sabes olvidar – le hablaba mientras mi mano corrediza se escapaba de la suya –

Liliana: - volvió a tomar mi camiseta – entonces te enseñare

Mariana: - sonreí por lo ilógico de sus palabras – y como? – pregunte siguiendo el poco sentido que ya tenía esta conversación –

Liliana: cierra los ojos – decía mientras intentaba controlar sus lágrimas y se ponía frente a mí –

Mariana: - seguí sus instrucciones –

Liliana: - sus manos tomaron mi rostro y comenzaron a bajar para adueñarse de mi por completo – que sientes?

Mariana: que te estas propasando – le dije causando su risa y frustración al mismo tiempo –

Liliana: que sientes? – pregunto mientras volvía a repetir el proceso –

Mariana: siento que te adueñas de mí… que me robas cada fibra de aquel pensamiento que me grita en este momento que me vaya…

Liliana: - se alejo de mi – te mentí

Mariana: - abrí los ojos no queriendo escuchar más errores –

Liliana: no puedo enseñarte a olvidar – dijo ella a lo lejos –

Mariana: entonces?

Liliana: no pretendo que olvides que estuve con otra mujer mientras creí que estabas muerta – cerré mis ojos para no partir el universo con la furia que salía por cada poro de mi piel – solo necesito que recuerdes lo que antes paso… - se acerco a la radio y al poner play la canción que se escuchaba era “Chocolate” - Kylie Minogue

Se acerco a mi y comenzó a bailar, yo inmóvil la dejaba moverse bajo la atenta mirada de mi tentación y deseo… me enloquecían sus movimientos y los recuerdos se hicieron presentes cuando se acerco a mi oído para susurrarme “chocolate” cerré mis ojos y recordé lo que ella quería, el deseo, las ganas, a ella siendo completamente mía sin importar el pasado… simplemente lo que nos regalaría el futuro, la tome por la cintura y sin poder esperar mas la bese, otra vez volvíamos a intentarlo ahora sin esperar llegar a la habitación fui yo quien primero se desnudo y la tiro sobre el sillón para sacarle aquellos pantalones que acentuaban su trasero pero que cubrían aquel manjar del que anhelaba adueñarme, ahora era yo quien estaba sobre su cuerpo y comencé a besarla mientras una de mis manos ya buscaba su sexo deseoso de ser redescubierto por mi, sus gemidos en mi oído, sus uñas en mi espalda, y sus senos bajo los míos hicieron que su orgasmo fuera compartido por aquel momento en el que solo el sentir dos de sus dedos unos segundos dentro de mi provocarán una electricidad en mi cuerpo que me acabo en un minuto cayendo rendida sobre su cuerpo desnudo que cansado inhalaba el aroma de lo ocurrido…

Liliana

Cuando desperté estaba sobre ella, fue mágico poder ver sus labios otra vez desde esta posición, todo era tan complicado… todo estaba en nuestra contra otra vez y solo nos teníamos la una a la otra para… me acomode en el sillón para poder verla dormir y mientras lo hacía acomode un mechón de su pelo lo que la hizo despertar…

Liliana: buenos días mi amor – le dije sonriente –

Mariana: Hola bonita… - dijo mientras tapaba el sol con su mano –

Liliana: como dormiste?

Mariana: hace años que no dormía así de bien

Liliana: eres una mentirosa

Mariana: tienes razón, con suerte recuerdo quien soy y quien eres tú

Liliana: - reí – eso me basta para amarte

Mariana: - se levanto un poco solo para darme un beso –

Liliana: tienes hambre?

Mariana: un poco

Liliana: iré hacer café – dije mientras besaba su pecho y me paraba –

Me pare para hacer el café, la cafetera hacía su trabajo mientras ella se colocaba la ropa y yo me acomodaba la bata cuando un auto se acerca a gran velocidad y comienza a disparar con afán a la casa… Mariana se apresura a mi posición para acomodarse sobre mi y colocarse de escudo de todos los vidrios que caían sobre nosotras, cuando todo término Mariana se adelanto y ambas nos arrastramos rápidamente hasta el final del pasillo hasta llegar al garaje en busca de armas, quisimos arremeter cuando escuchamos como el auto se alejaba… mire a Mariana y mientras inspeccionaba su cuerpo en busca de alguna yaga grave veo en su pierna un vidrio del cual ni ella se había percatado

Liliana: tu pierna mi amor

Mariana: - se miro – no me di cuenta

Liliana: tengo que curarte – dije preocupada –

Mariana: no es nada – dijo apartándome – tranquila – tomo el vidrio y lo saco de su pierna con una frialdad que dolía –

Liliana: sigues sangrando, déjame curarte – dije mas preocupada que antes –

Mariana: no tenemos tiempo Liliana, tengo que sacarte de aquí

Liliana: no te estoy preguntando – dije caminando hacía la repisa donde estaba el botiquín – ahora siéntate y tendremos que perder unos minutos por que yo no voy a ninguna parte contigo así – dije autoritaria –

Mariana: - me hizo caso y dejo el arma a un lado para sentarse –

Limpie su herida bajo la mirada atenta de su ternura… vende su pierna de forma que pudiera moverla sin problema y no se le saliera, sabía que en unas horas ni se acordaría por lo que tenía que ser precavida para que sanara… las dos sabíamos que hacer por lo que cuando termine enseguida fui a preparar un bolso, en realidad solo agregue unas cosas al bolso que me había traído Maite, ella por su parte en otro bolso coloco todas las armas y el dinero que teníamos, entre de nuevo al garaje en busca de ella cuando la vi pensativa

Liliana: que pasa?

Mariana: necesitamos un auto – dijo preocupada –

Liliana: y si robamos uno?

Mariana: no, tendría un encargo por robo por lo que nos podrían encarcelar

Liliana: entonces?

Mariana: tendremos que ir a buscar mi auto – dijo sonriendo –

Liliana: y donde esta tu auto?

Mariana: en la casa del Jefe  - sonrió aun más feliz –

Liliana: yo ni loca vuelvo ahí

Mariana: ahora es diferente, no iras sola… iras conmigo –  Su sonrisa otra vez me llenaba de esa seguridad que tanto necesitaba –

Continuara........

• Espero que esten atentos, pronto antes del final de "Hasta que la Mafia nos separe" comenzare con otro relato para que no se sientan abandonados... todo lo bueno tiene fin... y estamos a punto de saber este... o quizas no... ARRIBA TEAM MARIANA!! jajaja... Gracias por sus comentarios ♥

• Que piensan de la frase..."A veces el amor no es suficiente" ? Comenten (: Saludos desde Chile