Hasta el día de hoy 49

La cosa se complica durante la estancia en Viena… Surgen los problemas entre las chicas y yo… Cada vez me va mejor con Inés

Hasta el día de hoy 49

La verdad es que las tres estaban más cabreadas conmigo que una mona. Estuve intentando hacer las paces con ellas hasta la hora de acostarnos, pero ni por asomo daban su brazo a torcer, según ellas debía de haber hecho algo malísimo porque me ignoraron por completo. Decidí dejarlo pasar, pensé que por la mañana se les habría pasado la tontería, porque sinceramente no entendía nada de nada.

A la mañana siguiente nos levantamos y por orden de las profesoras a los chicos nos toco ir a buscar algo para desayunar todos. Me lo pase en grande con la compra del desayuno, intente que me dejaran a mi pero los tres memos se estuvieron riendo de mi lo que les dio la gana y de forma unilateral decidieron que ellos eran los más indicados para llevar “todo el peso” de la operación. Ni os cuento todo lo que me pude reír al verles intentar entenderse con los dependientes, y suerte que con el ingles medio los entendían, porque además hablaban como si estuvieran mascando chicle lo que hacía que todavía se les entendiera menos, al final no obstante lograron hacer toda la compra, pero en lugar de tardar diez minutos si me hubieran dejado a mí, tardamos más de cuarenta… pero eso sí, me divertí viéndolos lo que no está en los escritos.

Si pensé que ya se les había pasado el cabreo conmigo me basto el desayuno para quedarme claro que de eso nada, seguían con el cabreo. Nos fuimos al centro de Viena donde nos reunimos todos los grupos juntitos, luego dependiendo de lo que hubiéramos decidido hacer nos separamos, el nuestro fue con otros dos dado que los tres habíamos previsto más o menos ver lo mismo y andar por la misma zona. Me ignoraron todo el santo día, no se molestaron ni en dirigirme la palabra cuando intentaba hablar con ellas. A medio día, justo después de comer, hice mi última intentona por hablar con ellas, llegado ese punto empecé a pensar que mis inútiles esfuerzos con ellas empezaban a resultar ciertamente patéticos… cualquiera que me viera pensaría que las estaba atosigando así que decidí dejar de intentarlo.

En Viena aunque por el turismo los horarios de comidas son un poco más flexible se puede decir que más te vale ponerte a comer antes de las 13:30h. Después de comer se decido ir a ver varios sitios distintos en grupitos acompañados por un profesor, yo espere a que ellas decidieran a donde pensaban ir para decidir lo mismo que ellas e ir juntos, según vieron que hacia eso se cambiaron las tres de grupo, fueron directas al grupo donde estaban los tres memos, únicamente porque era el que menos coincidiría con el recorrido del que yo me había apuntado, vamos que me hicieron la tres catorce.

En el mismo grupo en que yo estaba, se podría decir que en el estaban todos los empollones y frikis de la excursión, vamos los inadaptados por decirlo de forma comprensible. Al final se apunto también Inés en este grupo, vi como las tres arrugaban el hocico al darse cuenta del detalle. Evidentemente Inés no se había apuntado en el por casualidad, aunque de un grupo de diez personas, cuatro eran de su clase, con lo que bien podía haberlo hecho porque se llevara muy bien con esos cuatro. Ni digo una cosa ni otra, puesto que no sabía gran cosa de los de su clase, aunque… bueno que cada uno opine lo que quiera sobre el porqué eligió precisamente ese grupo.

Sinceramente a esas alturas lo que las importara a las tres había pasado a mejor vida para mi, decir que estaba molesto con ellas era quedarse muy corto. Creo que no calcularon nada bien el resultado de sus muestras de animosidad y enfado conmigo, no era para nada el momento de empezar con esas estupideces después de cómo llevaba el mes, con la marcha de Erika. No hacia ni quince días desde su marcha y no estaba para estupideces de ningún tipo. Esa última decisión que tomaron, el amagar apuntarse a ese grupo para luego una vez yo me apunte cambiarse a otro a ultima hora, os aseguro que fue una muy mala decisión para las tres, si pensaban dejarme claro que estaban muy enfadadas conmigo solo lograron enfadarme a mí con ellas, y muchísimo. Sin contar con el hecho de dejarla a Inés el camino libre conmigo toda esa tarde, algo de lo que vi que se dieron perfecta cuenta cuando la vieron en mi grupo, Inés se las había apañado para apuntarse sin hacer ruido, con lo que sorprendió a propios y extraños cuando la vieron en él.

Debo de decir que me pase una tarde genial en ese grupo, iba gente de lo mas normalita pese a las famas, Inés no se separo de mi prácticamente desde el principio, desde el momento en que como ella misma me dijo, “se dio cuenta” de que por suerte yo también estaba en el grupo, pero lo que me termino de rematar es cuando me expreso su sorpresa “al darse cuenta” de que no estaba ninguna de las otras tres presentes tampoco. Bueno, debo de decir que me falto un pelo para reírme en su cara con sus chistes.

Al final cuando estuvimos hablando es tarde termino por reconocerme que se apunto al grupo al verme a mí apuntarme en él, y también al darse cuenta de que tanto Eva, como Teresa, como mi prima se habían apuntado a otro distinto, me dijo que pensó que podía aprovechar para poder hablar conmigo sin la presencia de mis sombras, como denomino a Teresa, Eva y Ana. Me dijo que también era cierto que mataba otro pájaro mas, ella quería ver tranquila la ciudad y este grupo era perfecto para ello, no había moscón ninguno que la pudieran molestar, y el único “moscón” que quería que la molestara del grupo sabía que no lo haría por voluntad propia, lo cual era una pena. Tras esa pedrada se lio a hablar conmigo enseguida, o más bien a en cierta forma, liarse a preguntarme, y os aseguro que algunas de sus preguntitas se las traían…

- Inés : ¿Cómo es que te han dejado solito?

- Yo : Bueno, ellas preferían ver otras cosas y se han ido con otro grupo que las venia mejor para lo que querían ver, ¿Por qué?- Silencio por su parte-.

- Inés : Luis, ¿Te puedo hacer una pregunta?

- Yo : Claro, dime…

- Inés : Estas saliendo con Teresa o con Eva…

- Yo : ¿A qué viene eso?

- Inés : Simple curiosidad –Una sonrisa de oreja a oreja-.

- Yo : Solo somos amigos

- Inés : ¡Venga ya…! –seguía con la sonrisita, lo que a mí no me hacía gracia ninguna, no estaba de humor para juegos, y menos con el cabreo que llevaba encima con esas tres-.

- Yo : Inés hoy no tengo humor para jueguecitos, así que dime directamente lo que quieres preguntar…

- Inés : Vale, ¿Te has follado también a Teresa o a Eva?

- Yo : A ver Inés, del instituto he follado contigo… y si te reconozco esto es porque eres la persona de la que estoy hablando, igual que no hablaría de lo que paso entre nosotros con nadie no esperes que hable de otra persona contigo…

- Inés : Gracias por contestarme, eso quiere decir que si te las has follado… ¡¡¡Joder que fuerte!!!

- Yo : Me parece que te equivocas, no te he admitido nada Inés, si no he dicho sí o no es porque evidentemente tu ya te has hecho la composición de lugar, si digo que si es que tendrías razón, pero si digo que no pensarías que solo lo hago así para protegerlas, sea como sea tu ya has decidido así que… tu misma.

- Inés : Estate tranquilo Luis, aunque estoy segura de que has tenido algo con esas dos no diré nada de nada a nadie, respetare tu “secreto” igual que tu estas respetando el “nuestro” sin contárselo a nadie.

- Yo : Inés que te estas columpiando…

- Inés : Mira piense lo que piense tranquilo que no diré nada de nada, piense o sepa algo de cualquier cosa que tenga referencia a ti.

- Yo : Supongo que estés en lo cierto o no debería de darte las gracias por eso, sea lo que sea que pretendieras decirme, ¿no?.

Se echo a reír con ganas al oírme decir eso ultimo, después se colgó de mi brazo, por un momento incluso apoyo su cabeza sobre mí. Me dio las gracias por no haberle contado a nadie lo nuestro, ni lo del “encontronazo” que tuvimos los dos… tras eso se quedo pensativa mientras seguía abrazada a mí. Os aseguro que en ese momento la miraba sin saber exactamente muy bien a que venía ahora todo esto. Entonces levanto la cabeza, me miro a los ojos y me pregunto…

- Inés : Eres un tío muy raro, ¿sabes?

- Yo : ¿Yo?

- Inés : Si, tu.

- Yo : Y porque si se puede saber.

- Inés : Corrieron rumores sobre ti en navidades, ¿sabes?, decían que de friki nada. Lo he podido comprobar cuando nos enrollamos, bueno realmente cuando me pillaste aquel día y jugaste conmigo como quisiste ya lo comprobé. Sigues con la misma fama que siempre, de pardillo y friki, no has intentado quitártela y si se supiera que te lo has montado conmigo, o con Teresa o con Eva, con cualquiera de las tres, te la quitarías al instante, y no te digo si se supiera que has follado con las tres…

- Yo : Inés mira, déjalo estar vale, no voy a picar y a decirte nombres de con quién he follado o dejado de follar, no me interesa lo que piensen los demás. Si piensan que soy un pardillo, que soy virgen, o lo que quiera que piensen, eso es problema de ellos, yo sé lo que soy y punto.

Con lo del virgen se rio muchísimo la jodìa, la costo poder dejar de hacerlo, cuando la pregunte por el ataque de risa me contesto que eso la había quedado muy claro desde el primer día, desde el día aquel que jugué con ella. Que la deje entonces ya muy clarito que de virgen o pardillo tenía lo que un lobo de cordero.

Ni que decir tiene que intente salir lo más rápido que pude de tan escabrosa conversación, aunque os aseguro que me di cuenta de que por parte de ella no estaba ni cerrada, ni por supuesto olvidada. Pude apreciar que seguía con todo su interés intacto por saber que era lo que tenía con esas dos. No abandonaba sus sospechas la jodìa, hice un intento para cambiar de tercio y se me ocurrió la genial idea de preguntarla por su novio, con lo que lo acabe de arreglar del todo. Si pretendía que se olvidara de las otras y las dejara tranquilas desde luego me lucí.

Me dijo que lo veía muy raro últimamente, que pensaba que se la estaba pegando con otra por la forma en que se comportaba. Al preguntarla que a qué se refería me respondió…

- Inés : Me refiero a que se fija menos en mi, en lo que hago, que tus dos “amigas” en ti, que tienen el rebote que tienen porque seguro que se dieron cuenta como yo de lo de la azafata del avión…

- Yo : ¿Azafata?, ¿Qué pasa con la Azafata?

- Inés : ¿También me vas a decir que no vi bien las miraditas entre tú y la Azafata en el avión?

- Yo : Es que no se a que te refieres con eso…

- Inés : Venga Luis no me jodas, que vi perfectamente como a la salida la tocabas el culo y como te metía ella también mano a ti… Que esas tres están cabreadas desde entonces, seguro que lo vieron también como yo. Joder si pusieron una cara de la hostia las tres… Tu prima una cara de cabreo de aúpa y las otras dos tenían unos celos que no podían con ellos joder…

- Yo : Jajajaja, solo era una broma entre la azafata y yo… no hagas ni caso, y esas estaban cabreadas ya de antes…

Después de esto me alegre enormemente que las tres decidieran irse con otro grupo, porque si llegan a estar con nosotros cuando Inés perdió los estribos conmigo y mis salidas por la tangente, la que se hubiera liado hubiera sido de escándalo. Estábamos en uno de los muchos palacios de Viena visitándolo, entonces me retuvo hasta que el grupo paso a la siguiente habitación con la guía que llevábamos, me cogió por la pechera y pegándome contra la pared, junto a la puerta por la que el grupo acababa de pasar me metió un morreo de escándalo, mientras metía entre mis piernas una de las suya, alzándola lo suficiente para restregarme su muslo contra mi polla, que actuó por cuenta propia, poniéndose como el pedernal. Después al oído y mascando las palabras me susurro…

- Inés : Me tienes ya hasta el coño, ¡¡idiota!!, que pareces imbécil cuando quieres. Si te quieres hacer el gilipollas con los demás perfecto, pero conmigo déjate de historias. Tengo unas ganas locas de follar contigo otra vez… me calientas solo con verte… Y que sepas que quiero a mi novio como te dije, pero que te conste que me sentó igual de mal que a esas dos lo de la Azafata, solo que yo no pienso hacerte el vacio, es más, a la mínima que pueda en este viaje… Mira, ¿sabes qué?, que ni novio ni leches… tu me follas como la otra vez, por las buenas o por las malas, aunque te tenga que violar… pero me follas si o si, ve haciéndote a la idea… Luisito. ¡¡¡Antes de volver a casa tu y yo follamos otra vez!!!, ¡¡¡GILIPOLLAS, que pareces GILIPOLLAS!!!.

Os aseguro que me resulto genial, ahora tenía que preocuparme por Inés también, y con ese último gilipollas me dejo muy clarito que también estaba cabreada conmigo, pues qué bien, no te jode. Y sobre lo de follar…, creedme que me tome muy, muy enserio lo que me dijo. Después de esta explosión alcanzamos al grupo otra vez, en el que nadie pareció haberse dado cuenta de nuestra momentánea desaparición. Inés actuó como si no hubiéramos tenido esa charlita, o más bien, como si no me hubiera dicho ni pio, ya que realmente la única que hablo fue ella, parecía igual de encantadora que siempre. Os aseguro también que en el grupo se alegraron enseguida de que fuera con ellos (me refiero a mí).

Al llegar al a tienda se suvenir no había forma de entenderse con la señora que había tras el mostrador, vi el cielo abierto al ver eso. Se me ocurrió una idea un tanto peregrina… ¡pero joder!, es que tenía un embrollo encima de narices con estas y solo me faltaba ya liarla con Inés, así que pregunte si querían que yo lo intentara, que lo mismo podía hacer algo, todos me dijeron que lo hiciera que haber si tenía más suerte que ellos que no habían podido hacer nada. Menudo cambio de estos a los “listos” de turno, estos me lo dijeron de buen rollo, sin coñas y agradeciendo de verdad que intentara ayudar, aunque también vi que no esperaban ningún milagro por mi parte, ya que ellos hablaban ingles también como yo, o incluso algunos de ellos mucho mejor que yo, aunque yo tenía esperanzas de poder hacerlo mejor que ellos. Evidentemente yo si tuve más suerte, como ya sabéis Erika me enseño alemán y era lo suficientemente bueno con él como para no tener ningún problema al hablar con la gente en conversación de calle (os recuerdo que el alemán es el idioma de Austria también). Ni os digo las caras de todo el mundo cuando me vieron hablando con la de la tienda tranquilamente en alemán.

La avalancha de compras fue instantánea, dado que ahora no tenían problemas para entenderse con nadie gracias al “traductor” ni os digo todo lo que pidieron, algunas veces me costó un poquito por desconocer la palabra exacta, pero al describir lo que quería, sin problemas. La parte mala es que la profesora era una de las de nuestro grupo con lo que sabía que desde ese mismo momento estaría oficialmente a cargo de todo lo relativo a hablar con la gente cuando volviéramos al grupo. Si no hubiera estado ningún profesor con nosotros hubiera sido genial, sabía que si se lo pedía ninguno de ese grupo hubiera dicho a nadie que hablaba alemán, con lo que no me hubieran perdido de vista igual pero además me hubiera librado de ser “expuesto”, ante todos los demás, y haberme esperado al final del viaje para cerrarle la boca a más de un listo, cosa que ahora seria imposible.

Si os pensáis que hice esto de forma gratuita olvidaros de ello, como dije antes se me ocurrió una idea un tanto peregrina, lo que pretendía era estar lo más visible posible para evitar… los efusivos deseos de Inés. Si dependían de mi para hablar no me perderían de vista el tiempo suficiente como para que ella pudiera conseguir sus propósitos. Solo me hubiera faltado eso con las otras tres, que encima me vieran liándome otra vez con Inés, aunque no penséis ni por un momento que me había olvidado de esto que me estaban haciendo las tres, que no me olvide ni por un momento.

Cuando nos juntamos con los demás para ir a cenar resulto gracioso ver el movimiento que había, los pocos que habíamos estado en esa visita, once con la profesora nos pusimos todos juntos, o más bien se pusieron todos en mi misma mesa, profesora incluida para mi sorpresa, ya que salvo Inés y yo el resto eran todos “grupitos de amigos” no tenían más interés en un sitio que en otro y dado que yo hablaba Alemán para ellos era perfecto el estar cerca mío para que yo pidiera o les tradujera lo que decían las camareras. Durante toda la tarde pasada con Inés lo único que había conseguido además de que ella me dejara claro que quería follar otra vez conmigo y que descubriera a los demás que hablaba alemán, era estar cada vez mas enfadado con estas tres.

A las tres no las hizo maldita la gracia que Inés se sentara a mi lado, y menos que lo hiciéramos en otra mesa, no digamos ya el que yo no hiciera la menor intención de irme con ellas. Veía a las tres bastante enfadadas, pero principalmente a Eva y Teresa con el asunto de estar sentado con Inés que eran las que no se llevaban muy allá con ella, o más bien para ser del todo exactos debería de decir que era más que con ella, con la otra que siempre iba con ella y que en este viaje no venía a la que no tragaban, pero que habían extendido esa animadversión a ella también. Debo de decir que a mí mismo no me caía tampoco nada bien esa chica, aunque no voy a ponerme a explicar el porqué aquí, ya que no tiene mayor importancia en la historia, pero yo no lo había extendido a nadie, Inés me parecía una chica majísima, por lo menos hasta esa misma tarde, ahora era casi como una pesadilla. Tanto Eva como Teresa se podría decir que no veían en esos momentos mas allá de sus narices, estaba totalmente ofuscadas con la situación, pero Ana me conocía demasiado bien como para no darse cuenta de los pequeños detalles o gestos que yo inconscientemente pudiera hacer.

Anita se dio cuenta de varios detalles durante esa cena. Por un lado pedía yo a las camareras después de hablar todos conmigo, dado que lo hacía en voz baja con ella y con los demás de la mesa, no podía saber que hablaba, pero con la rapidez con que me tomaban nota las camareras era evidente para ella que lo hacía en alemán. Lo que suponía que me había “descubierto” durante esa misma tarde a todo el grupo, dado lo que me gustaba a mi llamar la atención en nada, supuso que algo había tenido que pasarme para que lo hiciera y según me diría ella más tarde, en el acto pensó que solo Inés podría haber sido capaz de hacerme tomar esa decisión y no había que ser muy inteligente para suponer lo que había podido pasar para que yo decidiera ponerme en el punto de mira de todo el mundo, sabiendo que al hablar alemán no me perderían de vista para recurrir a mí a la mas mínima, la cabrona me calo en el acto la idea. Sin contar como me dijo ella con la forma en que Inés me miraba, algo que tampoco paso desapercibido a Eva y a Teresa lo que las puso todavía peor, de un humor que os podéis imaginar.

Lo que más gracia me hizo en todo este asunto es que nadie de las demás mesas pareció darse cuenta de nada de lo que pasaba en la nuestra, debe de ser que como salvo Inés el resto de bombones de ambos sexos estaban en el resto de mesas y ninguno en la nuestra… ni nos miraron para nada. Os juro que lo que más me sorprendió es que aunque los de la mesa, incluida la profesora veían los esfuerzos en las demás mesas por entenderse con los camareros… nadie dijo ni media de que en la nuestra no había problema porque había una persona que hablaba en Alemán, lo de los compañeros no me extraño demasiado, pero lo de que la profesora tampoco dijera nada de nada... Me da que lo de la excursión, el que nadie quisiera venirse con nosotros y eligieran hacerlo todo del modo más eficaz posible para no coincidir con nosotros tubo bastante que ver en todo esto… creo que incluso la profesora se dio cuenta de que los demás trataron de evitarnos a toda costa.

Cuando regresamos a la casa cada uno nos fuimos a dormir enseguida porque al día siguiente íbamos a un pueblecito en la montaña, y madrugaríamos bastante. Os aseguro que al día siguiente la cosa fue a bastante peor que el día anterior. Eva y Teresa parecían emperradas en demostrarme que estaban muy enfadadas conmigo, a mi prima la veía menos “convencida” de ello, pero seguía en cierta forma a las otras dos, aunque la veía mirarme con cierta preocupación. Esa mañana llegamos al pueblo y estuvimos visitándolo, monumentos incluidos. Para comer íbamos a coger comida rápida, porque como ya digo era un pueblo muy turístico y los precios en cualquier sitio eran prohibitivos.

Las profesoras empezaron a preguntar qué era lo que queríamos para comer con un folleto, apuntando lo que íbamos eligiendo cada uno. Después de eso la profesora que estuvo el día anterior con nosotros me llamo a mí y a Inés para que la acompañáramos a por la comida. Una cosa que me había sorprendido, bueno tanto a Inés como a mi es que esta no había dicho nada de nada a nadie de que yo hablaba alemán. Cuando llegamos al sitio me dio la lista para que yo pidiera, efectivamente en pocos minutos estaba hecho el pedido, no me costó lo mas mínimo hacerlo, aunque si hubiera que haberlo hecho en ingles tampoco hubiera habido el menor problema.

Después de comer durante toda la tarde estuvimos a nuestra bola en grupitos separados viéndolo todo por libre, quedamos a una hora concreta en la plaza principal para volver y nos separamos. Esa tarde intente hacer la paces con las tres de una vez por todas, pero me salió rana del todo, pero rana a lo bestia y con cachondeo incluido. Estaban Eva y Teresa hablando con los tres memos, o más bien estos intentando ligar con ellas cuando llegue yo, elegí ese momento al no estar Ana con ellas, vi como se iba al servicio. Así que aproveche para intentar hacer las paces con ellas sin que estuviera mi primita delante, porque ella me conocía demasiado bien y lo último que quería eran sus preguntas y me había dado cuenta de cómo me miraba desde la noche anterior. Así que me acerque y las pedí si podíamos hablar un momentin a solas. Como respuesta me dijeron que ellas no tenían que hablar nada con “alguien” como yo… después me soltaron algo así como… “friki largo, que molestas”… a continuación los tres memos se rieron de mí a conciencia sin que ellas dijeran ni mu. En definitiva me vinieron a decir delante de ellas que me fuera con las ranas, que había apuntado muy alto, que un friki como yo no tenía nada que hacer. Os aseguro que me cabree muchísimo con ellas… estuve en un tris de saltar sobre esos tres para hacerlos trizas a golpes y os garantizo que no creo que hubiera tenido muchos problemas en conseguirlo.

Ellas dos se rieron de lo lindo con lo que me dijeron los tres memos, no seré hipócrita ahora diciendo que no vi nada, porque si que lo vi, las risas las duraron solo lo que estuve delante, después vi de reojo como les cambiaban las caras a las dos y se liaban con ellos, cuando me retire con un cabreo del quince no tuve el menor problema en darme cuenta de que los mandaron a los tres a la mierda por haberme dicho eso y haberse metido conmigo poniéndolos finos por ellos. Estuvo muy claro que lo hicieron para “castigarme” y que una vez que me aleje les pusieron a los tres en su sitio, pero debo de decir que la cagaron pero bien con eso que hicieron las dos. También vi que Ana llego junto a ellas después de que todo pasara, cuando estaban ya solas para irse las tres por ahí. Para empeorarlo todo los tres gilipollas se cruzaron conmigo y con Inés por el pueblo, como no tuvieron que reírse un ratito de mi delante de Inés para dárselas de listos, solo que les salió rana porque Inés los puso a los tres a caer de un burro, eso sin contar con que los restregó el hecho de que los que estaban solos eran ellos ya que yo estaba con ella… Vi en su cara las ganas de preguntarme por lo que había pasado pero no se atrevió, supongo que pese a mi habitual habilidad para ocultar mis estados de ánimo en este caso dejaba traslucir a las claras el cabreo que tenia.

Cuando volvimos esa noche a la casa resulto que había que ir a comprar algunas cosas a la tienda que estaba a un paseíto, se veía claramente que todo el mundo después de la paliza del día estaba remolón a más no poder. La profesora se me acerco y en voz baja me pido si no me importaba ir a mí, ya que era al que menos le costaría conseguir lo que necesitábamos. La dije que si, entonces se incorporo y mando que fuera conmigo Inés. La cara de ciertas dos personas concretas que os podéis imaginar fueron un poema, las sentó de puta madre el que se fuera conmigo a solas Inés.

De camino hacia la tienda Inés me hizo observar las caras que pusieron ambas cuando fue ella la seleccionada, me dijo que si eso no eran celos ella entonces era monja. Evidentemente no dije esta boca es mía sobre el asunto, aunque la vi a ella sonreír y asentir para sí misma. Entonces me dijo que se alegraba de poder haberme visto en estas circunstancias, ante mi pregunta de a qué se refería, me contesto que al hecho de que pese a lo cabreado que estaba con esas dos en ningún momento había dejado entrever nada de nada de lo que fuera que pudiera tener con ellas, usándolo para vengarme. Para mi sorpresa me planto un besito en la mejilla y me dijo que cada vez la gustaba más, y que cada vez me deseaba mas, que me tenia cada vez mas ganas. En ese momento se me cruzaron los cables, o más bien, tuve una de mis habituales ideas, de esas que son estúpidas del todo.

Pasamos por delante de un parquecito que en el centro tenía un pequeño laberinto de plantas altas, como si fuera alibustre, de una altura como de metro y medio más o menos. En el centro del laberinto había un banco de piedra completamente plano. Cogí de la mano a Inés y la lleve hasta allí dentro. Una vez allí la bese en los labios, mientras la abrazaba acariciándola sus glúteos por encima de su minifalda vaquera, apretándola contra mí, haciéndola notar mi erecto pene… Ella me rodeo el cuello con sus brazos, apretándose a su vez contra mí, para a continuación hablarme con voz jadeante…

- Inés : Fòllame… Fòllame ahora mismo, ya…

- Yo : ¿No tienes miedo de que esto solo sea por venganza contra esas dos si de verdad estamos liados como tú crees?

- Inés : No… sinceramente creo que no lo harías si así fuera… Creo que estas enfadado con ellas… pero que al igual que me pasa a mi contigo la realidad es que enfadado o no, me deseas tanto como yo te deseo a ti… Ahora deja de hablar y fòllame joder… Fòllame ya

Como siempre he sido un caballero me dispuse a hacer lo que la dama me estaba pidiendo que hiciera. Aunque lo cierto es que no fui yo quien me la folle a ella, fue ella realmente quien me follo a mí. Estaba tan caliente que me pego un empujón contra el banco de piedra, me tumbo sobre el saltando sobre mí como una posesa, intentando quitarme el cinturón a tirones. Me dio por reírme de sus intentos y se mosqueo conmigo, cuando se fue a levantar tuve que incorporarme para abrazarla y tumbarla sobre mí. Al final conseguí aplacarla un poco, después la dije que me dejara a mi desabrocharme mientras ella se desvestía también…

Una vez tuve los pantalones y los bóxer bajados me tumbe sobre el banco como ella quería, entonces la vi subirse sobre mí, se había quitado las braguitas y el sostén, abriéndose la blusa para dejarme a mi alcance sus pechos. Se monto sobre mi empalándose en mi polla despacio, lentamente, acostumbrándose a mi presencia en su interior, para terminar con mi pene completamente enterrado en su interior, entonces se tumbo sobre mi quedándose quieta un ratito. Cuando intente empezar a moverme me lo impidió, diciéndome que quería sentirme dentro de ella un instante, solo eso, sentirme.

Un poco después se levanto lentamente y empezó a cabalgar sobre mí, moviéndose de forma acompasada, rotando las caderas mientras mis manos estaban sobre sus pechos acariciándole los pezones. Empecé a sujetarla los pezones entre el dedo índice y pulgar de cada mano, frotándoselos con ellos suavemente… cada vez que empezaba a hacerle eso notaba como sus músculos vaginales se contraían fuertemente sobre mi polla, tensándose en el acto, escapándosele fuertes gemidos a la vez… Me decía que por favor siguiera jugando así con sus pezones, que eso la volvía loca.

Poco después cuando note que estaba pronta para correrse, me alce para poder lamerla los pezones, comprobé que los tenia enormemente sensibles, al sentir mi lengua sobre ellos alcanzo el orgasmo… La sujete fuertemente contra mí mientras se estremecía y se tensaba presa del placer mientras yo también alcanzaba mi orgasmo en ese momento. Una vez que se quedo completamente quieta y relajada, lentamente me fui volviendo a tumbar sobre el banco llevándola conmigo abrazada, hasta quedar completamente apoyada sobre mi jadeante por el esfuerzo realizado. La estuve besando durante bastante rato mientras nos recuperábamos.

Al final fue ella la que se levanto tirando de mi, diciéndome que teníamos que ir a comprar a la tienda. Os juro que no tenía ni las más mínimas ganas de levantarme de allí en ese momento, lo que de verdad me apetecía era seguir con Inés… continuar enrollándonos. Inés me dijo que se alegraba de poder dejarme con ganas de mas, porque según ella así todavía podríamos hacer más “cositas” en este viaje… ni os digo la risa que la entro al decir lo de “cositas”. Después de comprar mientras volvíamos a la casa se abrazo a mí, empezó entonces a contarme cosas de su novio y de su relación…

Creo que es de esas cosas que nunca entenderé, acabábamos de follar los dos y poco después, se abraza a mí para empezar a contarme sobre su relación de pareja. Evidentemente la escuche, estuve escuchándola atentamente, hablando con ella de lo que me contaba. La dije lo que acabo de contaros, que no entendía nada y ella riéndose me dijo que eso era porque la inspiraba confianza, además me soltó algo como que… quien mejor para aconsejarla que su “amante”, o como apuntillo después…

- Inés : Al fin y al cabo ahora eres mi amante, por lo menos durante este viaje, porque no pienses que esto ha terminado aquí… que yo también me he quedado con ganas de mas, de mucho mas…

Después de decirme eso no os digo el morreo que me metió, después cuando se separo se detuvo poniéndose enfrente de mi, me miro fijamente a los ojos, me cogió la mano y se la llevo a su coñito, sobre su braguita…

- Inés : Ves lo mojada que me tienes todavía… y eso que acabamos de follar hace nada… me pones… uhhmmm…

Cuando llegamos no os digo las caras de dos que yo se me, habíamos tardado demasiado en comprar. A los demás no les extraño porque pensaron que habíamos tenido problemas para hacernos entender con la de la tienda, pero tanto ellas, como Ana, como la profesora sabían de sobra que no teníamos el mas mínimo problema dado que yo hablaba Alemán. La profesora no se qué pensaría, pero tuve muy claro el motivo por el que pensaron Teresa, Eva y Ana que nos retrasamos tanto los dos. Después de eso nos fuimos todos a dormir, yo más tranquilo que dios y dos personas concretas cabreadísimas… Además que casi, casi podría decir que Ana, por la forma de mirarme se fue muy preocupada a dormir esa noche.

A la mañana siguiente desayunamos y nos pusimos en marcha para ir a Viena otra vez. Debo de decir que por primera vez tanto Eva como Teresa intentaron hablar conmigo esa mañana en un momento que me quede a solas, estábamos en una casa típica con jardincito, vamos como un chalet para hacernos a la idea. Estaba solo en el jardín cuando se acercaron las dos a mí para que habláramos… pero encima se presentaron claramente enfadadas con lo sucedido la noche anterior. En poco menos de dos minutos estaban las dos pidiéndome explicaciones y de paso cabreándome hasta donde no os podéis ni imaginar…

Al final se unió también Ana que se encontró con una situación de aúpa entre los tres, a las dos pidiéndome explicaciones cada vez más enfadadas y yo callado como un muerto sin hablar ni media. Intento calmarlas porque se dio cuenta de que la cosa no iba nada bien, pero que nada bien, se mirara por donde se mirara. No por esto Ana dejo de hacerme notar que estaba también enormemente enfadada, pero ella al menos se molesto en tantearme antes de empezar a despotricar, se dio cuenta al instante de que algo pasaba conmigo, que no estaba el horno para bollos y que era el peor momento posible para liarme alguna, al menos hasta saber que era lo que pasaba y el porqué de mi enfado. En ese momento salió el trio metiendo la pata…

- Trió : Mira los primitos que cariñosos están… - Otro de ellos empezó a gritar -. Incesto, Incestos…

- Ana : Tu puta madre cabròn… seguro que ella se follo a su hermano para tener un imbécil como tu…

La profesora que salió detrás de ellos y los oyó ni os digo la que les lio por la “broma”. También a Ana le cayó una buena bronca por su “salida de tono”. Lo que vi es que todo el mundo estaba también de ellos hasta las narices ya, vi que nadie encontró gracioso lo que esos tres dijeron, pero si se rieron muchísimo con lo que dijo Ana sobre el bocazas de turno. Después de irse la profesora el menda se acerco a Ana para amenazarla… entonces me acerque yo a él y cogiéndole por los cojones… literal… empecé a apretarlos mientras el imbécil se doblaba, al oído le dije que si volvía a verle meterse con mi prima lo mataba. Recordad que Erika me hizo ir al gimnasio nada más empezar con ella, así que para entonces, aunque no estaba cuadrado, si tenía todos los músculos muy definidos y muchísima fuerza física, aunque mi físico lo disimulaba muy bien usando ropa muy ancha. Supongo que el que mis dedos se cerraran sobre sus huevos por encima del vaquero como si fueran unas tenazas de acero ayudo bastante a que me tomara en serio y se diera cuenta de que mejor no jugar conmigo si me enfadaba.

Después de eso abrace a mi prima y la di un beso, diciéndola que la quería y preguntándola si estaba bien. Cuando Eva mi puso una mano sobre el antebrazo para preguntarme si yo también estaba bien me limite a cogérsela y hacer que me soltara. No dije ni media palabra mas, de hecho no me dirigí en ningún momento a ninguna de las dos… a la pregunta de mi prima de qué coño era lo que me pasaba, que porque estaba así con ellas… Me limite a decirla que le preguntara a ambas si quería saberlo… que el “friki seguía sin estar a la altura” y se tenía que ir a acabar de prepararse. Vi como se ponían ambas pálidas al oírme decir eso… quedando con Ana completamente consternadas por todo esto.

Por el camino a Viena Ana intento hablar conmigo sobre todo lo pasado, contándome lo que ellas hicieron luego a esos tres… que aquello solo fue una estupidez… pero para su desgracia no entraba en razón, me cerré en banda con todo este asunto. No tenía pensado tomar ninguna medida pero estaba claro que se lo pensaba hacer pasar mal, no me había gustado nada de todo lo que había pasado y no estaba por la labor de pasarlo por alto lo mas mínimo. Entendía perfectamente el problema que se las planteaba ahora para hacerme entrar en razón… normalmente Ana lo hubiera conseguido pero en esta ocasión había fallado, o más bien, yo no había querido tragar, estaba muy cabreado. En otras circunstancias no se preocuparían porque cierta persona me habría hecho recapacitar aunque fuera a tortas, pero esa persona ahora estaba en Alemania muy lejos de nosotros en esos momentos, y en más de un aspecto. Para colmo tenían que ver como cada vez me llevaba mejor con Inés y lo de la noche anterior las había tenido que rematar del todo porque seguro que se imaginaron lo que había pasado entre los dos.

Una vez en Viena tuvimos el primer problema al intentar comprar algo para picar, ya que habíamos desayunado muy pronto y nos entro hambre a casi todos, cuando vi a la profesora maniobrar pensé que al fin se descubriría que hablaba alemán, porque seguro que recurriría a mí, justo ahora que no quería ser el centro de atención otra vez, habían cambiado las tornas. Al final la profesora lo termino arreglando otra vez haciendo que su compañera se llevara a todos los demás mientras que ella, Inés y yo nos encargábamos de la compra de la comida. Una vez más para mi asombro no dijo ni media palabra a nadie, solo se limito a separarme del resto junto con la otra persona que lo sabia para que ayudara.

En un momento dado Inés nos dejo para ir al baño, momento que aproveche para preguntarle a la profesora el porqué no había dicha nada de que yo hablaba Alemán. Ella me dijo que no había querido desvelar mi secreto, que intentaría que no se supiera por ella… para mi sorpresa me dijo que bastantes problemas tenía yo ya con mi “cuadrángulo amoroso” como para encima complicarme más la vida con lo del alemán. Que me quedara tranquilo al respecto… vi como me miraba socarrona mi cara de sorpresa total después de lo que me dijo.

Cuando nos llamaron para recoger la comida al pasar por mi lado mientras hacía señas a Inés para que en vez de acercarse fuera directa a recoger las cosas… me dijo al oído que también se dio cuenta de mis manejos en el avión con la azafata… que desde luego daba muy bien el pego como corderito… la cabrona me soltó un “beeeeeeeee” bajito y después un “auuuuuuu” también bajito… me dijo antes de seguir que se estaba divirtiendo mucho conmigo en este viaje, que lo mío era como una telenovela, después de eso se marcho riéndose a ayudar a Inés con la comida, dejándome parado allí en medio, completamente asombrado, con la boca abierta, en shock…

CONTINUARA