Hasta el día de hoy 48

Tras la marcha de Erika nos vamos de viaje de fin de curso… me encuentro otra vez con la azafata… Ana, Teresa y Eva cabreadas de lo lindo conmigo

Hasta el día de hoy 48

Después de regresar a casa tras despedirme de Erika en el aeropuerto fue cuando me vino encima todo el bajón por la situación. Estuve bastante tiempo llorando sin poder parar, me gustaría poder decir que fui un machote y no derrame ni una lagrima, pero lo cierto es que me harte a derramarlas por la marcha de ella. Sabía desde el principio que me dolería perderla, pero joder, nunca pensé que me fuera a doler tanto como me estaba doliendo su marcha.

Cuando Ana llego esa misma tarde a casa después de haber estado por ahí con la pandilla. Pese a que ella insistió en que después de dejar a Erika y verla marchar me reuniera con todos ellos para evitar que me pasara precisamente lo que me paso, es decir, que me diera el bajonazo que me había dado. Estaba tumbado en el sofá mirando la tele, realmente no miraba nada, solo pensaba en todo este tiempo pasado con Erika y lo que la echaba de menos... lo que para mi estado de ánimo resultaba cojonudo del todo.

Ana llego como un torbellino e hizo algo que hacia muchísimo tiempo que no hacía, prácticamente desde que éramos pequeños, salto sobre mi tumbándose sobre mi abrazándome. Cuando éramos niños esa era nuestra posición preferida, yo tumbado debajo y ella tumbada encima mío, de esa forma nos dormíamos muchas veces e incluso hablábamos de nuestras cosas durante horas. A medida que fuimos creciendo nuestros padres fueron poco a poco quitándonos esa costumbre de terminar siempre de la misma manera, según ellos eso no era apropiado para unos jovencitos adolescentes. Evidentemente no hace falta ser un lince del porque no querían que a partir de determinada edad estuviéramos así de íntimos, aunque nuestra amistad siguió igual de fuerte que siempre, pese a tener que cortar con estas pequeñas cosillas sin malicia.

Para distraerme estuvo hablándome del futuro viaje de fin de curso que haríamos la semana siguiente. El viaje lo empezamos a planear desde mediados de curso y fue una de las mayores sorpresas que recuerdo que nos lleváramos nunca en todo el curso. Nos reunimos todos los que queríamos ir de las distintas clases para decir dónde ir, al final se decidió por votar en unos papelitos por una capital Europea para ir de viaje. Luego pasaríamos a votar ciudades del país seleccionado, esto se decidió así más que nada porque había discrepancias por ejemplo entre Roma, Florencia y Venecia por poner un ejemplo, de esa forma si salía Roma luego votaríamos si íbamos allí o a otra ciudad del país. Pero para nuestra mas total y absoluta sorpresa no salió ninguna de las capitales favoritas a priori, todos pensábamos que saldría Paris, Roma o Londres, o lo que es lo mismo, Gran Bretaña, Francia o Italia, pero nos pegamos todos un chasco de impresión cuando salió... Viena.

Si justo esa Viena, la ciudad Imperial, la capital de Austria. Debo no obstante de admitir que gano solo por un voto sobre Roma, pero os podéis imaginar la cara que se nos quedo a todos nosotros que ya teníamos planes preparados para cualquiera de las tres opciones que se preveían. Por lo que pudimos deducir después de a sorpresa, dado que todos pensamos que saldría una de esas tres, los que pensábamos en otras opciones "imposibles" como por ejemplo Berlín (en mi caso y por razones obvias era donde me interesaba para luego elegir otra ciudad que yo me sabia), se empezó en coña a decir de votar alguna de la zona del centro de Europa al azar, solo como coña, ya sabéis, Praga, Viena, Berna, etc... y mira tú por dónde la coña resulto que salió elegida, casi todos fuimos a votar en plan coña a Viena ya que sabíamos que nuestras opciones eran imposibles por los comentarios de las preferidas de los compañeros/as.

Para más Inri todavía, como los profesores habían tomado cartas en el asunto dadas las trifulcas y peleas que se organizaban por culpa del viaje, decidieron que saliera la que saliera para allá que iríamos, y al que no le gustase o no estuviera de acuerdo que no fuera, pero que sería una elección definitiva. Así que una vez que salió Viena elegida solo quedaban dos opciones, aceptar o no ir al viaje, y por fortuna puedo decir que a esto último no estábamos dispuestos a renunciar, aunque hubiera salido nuestra misma ciudad, el cachondeo del viaje no pensábamos perdérnoslo.

Para acabar de rematarlo, para colmo de colmos encima resulto todo de lo más increíble, casi podríamos decir que surrealista. Al principio solo iban a ir para controlarnos cuatro profesores, dos hombres y dos mujeres, los únicos dispuestos a "soportarnos" pero después de salir Viena se apuntaron seis profesoras mas del instituto, y no solo de las de nuestras clases, más otros dos profesores mas, dos auténticos petardos. También se apuntaron bastantes más compañeros al viaje, curiosamente al no ser una de las "habituales" ciudades a visitar en estos eventos parece que atrajo más la atención que otra cosa, pasamos de 35 personas sin profesores a mas de 60, ni os cuento el lio que se formo con el puñetero viaje de marras vista la envergadura que tomaba todo esto. En vez de reducirse el número de gente para el viaje al salir algo no esperado, resulto que casi nos triplicamos en número para el viaje, no se borro del mismo ni Cristo, solo se apuntaron mas, al final los profesores incluso se empezaron a temer que tendrían que rechazar alumnos de seguir así la cosa.

Al final paso lo que tenía que pasar, lo acabaron organizando todo los profesores porque a nosotros nos empezó a pasar como con la decisión del destino, bronca continua sobre qué hacer, como alojarnos, etc... si con unos 35 nos paso lo del destino imaginad para ponernos de acuerdo todos los que éramos. Los profesores al final con apoyo total de padres y dirección decidieron organizarlo todo ellos. Porque visto lo visto, si dependía de nosotros no haríamos viaje ninguno a ningún sitio. Nos dividieron en grupos por cada dos profesores, a mi me toco con Ana y las chicas en un grupito de 12 a 15 según la gente final que fuera al viaje definitivamente. Los encargados serian dos profesoras, para más inri eran las dos que estaban más buenas, y también posiblemente las mas enrolladas de todos los que iban, así que en cierta forma tuvimos hasta suerte, porque iban también dos cardos borriqueros de cuidado, y no me refiero a su físico, sino a su personalidad, si nos llegan a tocar esos él viajecito hubiera sido de espanto, menos mal que nos libramos. Nuestro grupo al final fue de dos profesoras y doce alumnos.

Pero como no todo podía ser perfecto también nos cayeron en el grupo tres de los mas guay de los guay, tres imbéciles integrales, guapísimos, rompedores, ligones y según ellos mismos, folladores natos, de esos que presumen de que no se les escapa ninguna viva... Si os digo que a mí esto me hizo gracia mentiría como un bellaco, enseguida pensé eso de... "gilipollas a la vista", pero comparado con Ana, Eva y Teresa al enterarse, lo mío no pasaba de ser una leve sensación de molestia el pensar en que tendría que aguantarlos durante el viaje. Para ellas era casi, casi como barruntar un dolor de muelas durante todo el viaje a Viena. Otra de las integrantes del grupo era Inés, la chica del curso de por las tardes con la que tuve el rollito aquel del cuarto del último piso, además de una par mas de bombones, parecía que el grupo había sido seleccionado a propósito, por lo menos las chicas. Como podéis imaginar esos tres no intentarían cambiarse de grupo ni por asomo, a esos como no los movieran con fórceps, nada de nada. El único alivio era saber que a las dos profesoras tampoco es que esos tres las hicieran tilín que digamos con lo que con suerte lo mismo intentaban antes de partir intercambiarlos con otros "acompañantes" y si no, al menos los pararían los pies en el acto a la mas mínima, o eso esperábamos los demás.

En el aeropuerto a la hora de partir para Austria... como podría yo definir la que se monto allí hasta que empezamos a embarcar en el avión..., digamos que, caos, maremágnum, descontrol, cachondeo... desde luego lo de montar en el mismo avión que nosotros reconozco que era como para pensárselo detenidamente, y lo de ser tripulante de cabina era para cogerse una baja en el mismo instante por depresión ante lo que se le avecinaba a los pobres.  Íbamos sentados de acuerdo a los grupitos que formaron los profesores, gracias a dios me las pude apañar para sentarme lo más lejos posible de los tres imbéciles, es decir, dos filas mas atrás de ellos. Lamentablemente fui a caer con las dos profesoras de acompañantes... tres asientos, pues me fue a tocar el de en medio con una a cada lado entre las miraditas socarronas y divertidas que se dedicaban a lanzarme mi primita querida, Eva, Teresa y para mi sorpresa también Inés, viéndome todo modosito entre ambas profesoras, mientras estas charlaban entre ellas conmigo en medio. Os juro que intente cambiarla a alguna de ambas el asiento para que estuvieran juntitas y pudieran hablar pero no quisieron, según ellas que no me preocupara que no las molestaba para nada, que podía oír lo que hablaran con toda tranquilidad que nada de lo que dijeran era algo que alguien de mi edad no pudiera oír o que "normalmente" debiera ya haber oído antes. Ni os digo las sonrisitas maliciosas de cuatro personas concretas, tres por todo lo que sabían y la cuarta por lo que había vivido conmigo. Seguro que pensaban algo así como... "si vosotras supieseis...".

Debo de remarcar que lo de la complicidad que me mostraba Inés me gusto, me agrado esa "complicidad" que me mostro en esos momentos, aunque fuera algo mínimo, aunque cuando paso lo que paso entre nosotros me dejara bien claro que no volvería a pasar porque quería a su novio... esa sonrisita me encanto verla, me dejo también claro que no había olvidado en lo más mínimo lo pasado aquel día entre nosotros y pensé que al menos para ella debía de ser un recuerdo agradable de tener, debo de decir que aquello me subió la moral unos cuantos enteros. No obstante debo de indicar también para ser sinceros que en ningún momento pensé en que fuera algo más que eso, o que pudiera indicarme que pudiera darse otra vez la misma situación entre ambos, en este caso lo tome como algo totalmente inocente e inofensivo entre ambos, simplemente un secreto compartido entre ambos.

Os describiré el grupito en el que me había tocado estar para este viaje. Iban los tres memos mega guay de la muerte, que desde el principio se les veía encantados con el "ganado" que les había caído en el grupo... bueno encantados con casi todos los del grupo mas bien, porque conmigo me da que el "friki" seguía causando estragos pese a todo... desde luego no me quitaba el San Benito ni de casualidad, gracias a dios. Después estaban también otros dos chavales de otra clase que eran más normalitos, tampoco estos se podía decir que estuvieran disgustados con el grupito que les había tocado en gracia precisamente, excepto que a estos me daba que los tres capullos como que no... Después estaban Ana, Teresa, Eva e Inés, a estas no hace falta que os las describa porque ya sabéis como son. También había otras dos chicas de la clase de Inés que estaban francamente bien, con lo que completaban el sexteto de buenazas. Para finalizar de alumnos estaba yo, el friki... se podría decir que parecía ser el único punto que desentonaba en semejante grupito de "guapos/as" oficiales, digo yo que algunos incluso pensarían que me habían metido allí para compensar o algo así. Para terminar estaban las dos profesoras, de veintiocho años respectivamente y amigas intimas desde la universidad por lo que pudimos averiguar durante el viaje, que además estaban de toma pan y moja.

Debo no obstante de reconocer que en este caso concreto los blancos principales no eran las la alumnas precisamente, sino las profesoras, que como ya he dicho, estaban cañón. Eran dos mujeres preciosas, sumado a sus edades, mas el hecho de ser además nuestras profesoras... las daban un morbazo impresionante para cualquier chico. Os garantizo que ese era el sueño de cualquiera de los chicos, tirarse a alguna de las profesoras que nos acompañaban, preferentemente a alguna de estas dos. La mas mayor de las profesoras tenía unos 42 o 43 años y era una madurita la mar de apetecible, os lo aseguro, por lo que puedo aseguraros que con cualquiera hubiera sido el sueño hecho realidad del que lo consiguiera.

El avión era un Airbus de esos que tiene dos filas de asientos con un pasillo en el centro, una fila tiene tres asientos y la otra solo dos, yo como ya he dicho iba con ambas profesoras en el de tres asientos, justo en el asiento del medio. Ana, Teresa y Eva iban justo en la fila de delante nuestro e Inés justo en la de enfrente, al lado de una de las dos profesoras. Como os podéis suponer nada mas apagarse la indicación de cinturones abrochados se levanto casi todo Cristo para formar grupitos, las tres de delante se giraron para hablar conmigo y las profesoras, Inés también se unió a la conversación con sus otras dos compañeras que iban sentadas delante suyo, junto a ella iba una señora ajena al grupo. Lo peor vino cuando los tres memos lo intentaron también si mucho éxito que digamos. Tardaron como media hora en despachar todos los moscones que se intentaron acoplar a la conversación, imaginad... Eva, Ana, Teresa e Inés, a cual más buena, las otras dos de la clase de Inés que eran también muy guapas y las dos profesoras de unos 28 años e igual de macizas que las demás, aunque a decir verdad a esas edades el 90% de las mujeres para nosotros son tías buenas, pero todas estas os aseguro que estaban buenas, buenas de verdad.

Otra sorpresa me la lleve en el avión cuando por fin pudimos levantarnos, resulto que una de las azafatas que debían de estar por la otra de las puertas atendiendo al pasaje al entrar al avión era... Patricia, la misma Patricia que me vio "despidiéndome" de Erika en el aeropuerto, la misma que estaba muy interesada en que la llamara para quedar los dos para lo que surgiera. Me hizo gracia comprobar que paso como media docena de veces por delante de mi sin reconocerme. El día que me vio parecía un chico joven y ahora parecía un adolescente algo friki... un adolescente incrustado entre dos profesoras en medio de una excursión. Cuando ella pasaba cerca evitaba hablar, porque una cosa tenia clara, estaba seguro de que si me escuchaba hablar me reconocería en el acto, pero por otro lado reconozco que me estaba picando el morbo...

Me estaban entrando ganas de hablar delante de ella y que me reconociera para poder ver su reacción cuando se diera cuenta de que ese adolescente friki era el joven aquel que sorprendió "despidiéndose" de una rubia de infarto en el aeropuerto tan solo unos días antes. El mismo al que le había dado su teléfono para que la llamara con la sanísima intención de averiguar como de "agradable" debía de haber sido aquella despedida para la rubia. Un rato después me di cuenta de que Ana me miraba fijamente, extrañada de mi repentino silencio... normalmente en el avión estaría locuaz, al igual que en el aeropuerto, que había estado hablando con todo el grupo como uno más, incluidas ambas profesoras, tan excitado por el viaje como el que mas, por lo que veía que mi actual silencio la extrañaba.

Decidí jugármela, saciar mi curiosidad y además hacerlo delante de las narices de Ana, echándole todo el morro del mundo. Le pedí un papelito a Ana donde poder apuntar, que me dejo sin preguntar nada observándome con detenimiento, después de escribir algo en el pregunte a todas que querían tomar, que yo invitaba... una vez todas me dijeron que querían llame en voz alta a la azafata cuando paso por nuestro lado...

- Yo : ¡¡¡Patricia...!!!

- Patricia : Si, ¿dígame que... -se paro ahí sorprendida por una decima de segundo para continuar enseguida, rehaciéndose de la sorpresa enseguida- deseaba?

- Yo : Quería saber si nos podrían por favor traer unas bebidas...

- Patricia : Solo para usted, o también para sus "amigas", es por traerlas en la mano o ir por el carrito-

- Yo : Para mis profesoras, mis compañeras de instituto y para mi, serán bastantes, si...

- Patricia : Traigo el carrito y les atiendo, un momento.

- Yo : Gracias.

Después de eso se fue a por el carrito de las bebidas para servírnoslas ella misma en un instante. A Ana no la paso desapercibida la sorpresa de la Azafata al verme o más bien al oír mi voz y estar frente a mí, a cómos se fijo en mi detenidamente para sorprenderse después, pese a que fue un lapsus muy breve el que tubo. Cuando regreso seguimos con una conversación la mar de inocente mientras la pedía las bebidas que habíamos acordado.

- Patricia : De viaje de fin de curso, ¿no?, aunque un poco tarde para hacerlo.

- Yo : Si, pero por el tema de la selectividad hemos tenido que aplazarlo hasta ahora.

- Patricia : A los 18 años cualquier momento es bueno para divertirse, así que debería de aprovechar este viaje al máximo.

- Yo : Gracias, pero tengo solo 17 años, aunque cumplo los 18 después del verano.

- Patricia : Vaya, me había parecido usted mas mayor...

- Yo : Si, la verdad es que creo que engaño bastante.

En ese momento ni os digo las risas de las profesoras y de las chicas al oírla decir eso de que engañaba bastante... Cada una por sus motivos pero todas la mar de divertidas, excepto Ana que tenía el ceño fruncido y no nos quitaba ojo ni a la Azafata, ni a mí. Incluso una de las profesoras como broma me dijo que porque no la invitaba a ir con nosotros si estaba algún día en Viena... Las demás aumentaron sus risas, sobre todo al oírme hablar de continuación...

- Yo : Es una buena idea, ¿te apetece Patricia?

- Patricia : Me encantaría poder quedar contigo y hacer contigo "todo lo que quieras", pero regreso enseguida otra vez, según lleguemos recogemos nuevos pasajeros y regresamos, lo siento.

- Yo : No te preocupes Patricia, otra vez será, ¿no?

- Patricia : Por supuesto, claro que si, si ambos estamos libres y dispuestos no había ningún problema para hacerlo así...

Esto todavía las hizo más gracia pensando en que la azafata nos estaba siguiendo el juego, sobre todo les hizo gracia a las profesoras. Incluso me felicitaron por haber ligado con la azafata y todo delante de ella entre risas, incluidas las de ella (de Patricia se entiende) mas majas mis profesoras con el cachondeo. Veía también perfectamente como los ojos le brillaban a Patricia, juraría que todo esto la estaba gustado, eso de hablar así entre nosotros delante de todo el mundo sin que se enteraran de nada, de que se estuvieran riendo sin saber que de bromas nada, de prácticamente quedar para follar delante de todos sin que se hubieran coscado de nada la estaba poniendo a cien.

La única que no se rio en lo más mínimo fue Ana, dado que a ella la había contado lo de la despedida de Erika en el aeropuerto y lo que paso con la Azafata en el mismo, no la costo sumar dos y dos, el resultado que la dio con la suma fue obvio, que esa Azafata debía de ser la misma de aquel día. Naturalmente también ella comprendió que de cachondeo nada, que estábamos hablando tranquilamente de quedar los dos delante de las narices de todos, y seguro que no precisamente para hablar del tiempo. Se dio cuenta de que habíamos estado hablando con dobles intenciones la Azafata y yo de lo que pensábamos realmente... manteniendo una conversación delante de todos, hablando de todo sin que nadie se diera cuenta de nada, poco menos que tomándolos a todos por idiotas. Ni os digo la cara de mosqueo que empezó a mostrar la jodìa al darse cuenta del morro que le estábamos echando los dos.

Cuando acabo de servirnos nos dijo el importe, como yo había invitado saque la cartera para pagar, Tampoco la paso desapercibido el hecho de que al pagar, junto con el billete iba también el papel que le había pedido y que había escrito antes delante de ella. Tampoco el hecho de que al darme las vueltas ella también me había pasado un papel junto con uno de los billetes. Decir que Anita estaba intrigada con tanto papelito para arriba y para abajo, seria quedarme muy, muy corto. Aunque esto de los papelitos delante otra vez de las narices de todas la estaba poniendo todavía más cabreada si era posible.

Al ratito me levante con la sana intención de irme al servicio para poder leer el papelito que me había pasado Patricia. Yo le había pasado uno con mi edad, mi número de teléfono y la fecha de mi cumpleaños, diciéndola que entendería que al ser menor ya no quisiera nada conmigo. Ella me contesto en el papelito diciéndome simplemente que ella sería mi regalo de cumpleaños, y yo el suyo ya que por casualidad el suyo era unos quince días antes del mío... Como firma iban unos labios marcados con carmín del mismo color del que ella llevaba en esos momentos. Entonces llamaron a la puerta del servicio, la abrí para salir cuando me encontré de frente con Patricia que me empujo otra vez para dentro...

No diré que follamos porque sería mentir como un bellaco, nos era imposible del todo algo semejante allí dentro. Tened en cuenta que con todos por ahí dando por saco nos hubiera acabado pillando si o si, pero al menos si nos dio tiempo de darnos unos magreos a conciencia... Yo la metí bajo su falda una mano acariciándola el coñito suavemente por encima de su braguita, provocándole que esta se humedeciera con muchísima rapidez, mientras ella me sobaba la polla por encima del pantalón, acariciándomela mientras nos comíamos mutuamente la boca sin parar. Esto fue apenas tres o cuatro minutos y no nos pillaron por los pelos ya que Ana fue a buscarme para enterarse de que pasaba, solo nos sirvió para quedarnos más calientes que una estufa los dos.

De todas forma algo raro debió de ver en nosotros (en Patricia y en mi) puesto que desde ese momento ni os digo el marcaje al que me sometió mi primita durante todo el vuelo, mientras estuve con las profesoras se relajo pero según se levantaron las profesoras se sentó conmigo sin despegarse durante todo el rato ni medio milímetro de mi, evitando de ese modo que Patricia se pudiera acercar al verme solo, aunque debo de señalar de que dudo que hubiera podido hacerlo aun queriendo, ya que ella y sus compañeras estuvieron solicitadísimas en todo momento por los chicos principalmente. Muchas de ellas simplemente para poder intentar ligar con ellas... de risa.

Cuando aterrizamos paso otra cosa que me puso en un compromiso de los jodidos, pero que de los muy jodidos. Según salíamos pasamos por la puerta despidiéndonos de la tripulación de cabina, incluida Patricia, por supuesto. Cuando me dio la mano me sonrió apretándome la misma y reteniéndomela mas tiempo del normal, mirándome intensamente y simulando mandarme un besito con los labios. El problema es que justo detrás mío iba Inés que se dio cuenta de todo... y aunque podría habérselo tomado como una continuación de la broma anterior con ella por algún motivo esta vez no fue así para nada. Para terminar de arreglarlo del todo no se me ocurrió otra cosa que darla un besito en la mejilla echándole cara, pero al poner mi mano en su cintura esta durante unos segundos estuvo sobre su culo apretándoselo a modo de saludo, ella cuando me separe y avance me dio una palmadita disimulada también en el mío sin que nadie se diera cuenta de nada. Nadie salvo Inés y evidentemente mi primita querida que no me perdía tampoco de vista desde el inicio del cachondeo con Patricia durante el vuelo lo que lo acabo de rematar con ella.

Para alojarnos los profesores habían decidido alquilar varias casas en un pueblecito cercano a Viena, ya que de esta forma nos seria muchísimo mas barato el alojamiento, entre nuestro equipaje a los chicos nos habían hecho llevarnos sacos de dormir de forma que las chicas lo hicieran en las habitaciones y los chicos en el salón en los sacos de dormir. Sinceramente no nos importo a ninguno ya que a las casas no iríamos más que a dormir y estas además nos daban la oportunidad de poder quizá desmadrarnos un poco aunque creo que ninguno pensamos que con nosotros dormirían también los profesores que teníamos asignados y eso nos judería cualquier oportunidad de fiesta... os juro que había veces que no sé con qué coño era con lo que pensábamos para no darnos cuenta de algo tan obvio.

Cuando llegamos a "nuestra casa" nos distribuimos para ver como dormiríamos, mientras empezaron a comentar los sucesos acaecidos hasta el momento, saliendo a colación el "cachondeo con la azafata". Los que más se reían eran los tres idiotas que no estuvieron en el, también los otros dos chicos y las otras dos chicas, amén de mis amiguitas del alma, mi prima y las profesoras. Teresa y Eva dejaron de reírse cuando vieron que Ana no se reía en lo más mínimo de la "broma" de la azafata, y se rieron todavía menos cuando vieron la actitud de malicia de Inés, una actitud de quien sabe algo que los demás no saben y dado que estaban hablando de mi y una azafata que estaba buenísima que se ofreció casi voluntaria para espabilarme... Cuando una de las profesoras dijo que seguro que hubiera salido espabilado, Inés con doble intención soltó...

- Inés : Si, seguro que alguien hubiera salido espabilado... o quizá más sorprendido que espabilado... Jajajajajaja

Todos los demás se unieron a las risas de Inés pensando que eso iba por mí, pero sin embargo ni Ana, ni Eva, ni Teresa se rieron en lo más mínimo, y os aseguro que el fijarme en sus caras me estaba dando un yuyu de espanto. Os aseguro que hice todo lo que pude para evitar quedarme a solas con ellas, por lo menos no antes de que tuvieran tiempo de que se les pasara el cabreo, pero no lo conseguí, al final por pitos o por flautas acabe quedándome a solas con ellas para que me pudieran acorralar a preguntas...

- Ana : Esa azafata era la que me dijiste de la despedida de Erika, ¿no?

- Yo : Que azafata... ¿Patricia? ¿la que nos sirvió las bebidas?

- Ana : ¡¡¡¡LUISSSSS!!!!

- Yo : Vale, vale... si era ella, si. Es la misma de cuando Erika.

Entonces evidentemente la colección de preguntas de Eva y Teresa fue instantánea, preguntas a las que amablemente respondió mi preciosa primita. Digamos que el hecho de darse cuenta entonces de lo que de verdad habíamos estado hablando ambos delante de sus risueñas narices durante el vuelo no ayudo en nada a calmarlas en lo más mínimo, no, más bien las cabreo todavía más si es que eso era posible. Pero entonces para mi sorpresa cambiaron completamente de tercio salvándome momentáneamente de la quema con respecto a Patricia, pero solo fue porque tenían otra cosa metida entre ceja y ceja. Salí del fuego para caer justo en las brasas, entonces fueron ellas las que me hicieron una pregunta que os juro que en ese momento era lo último que deseaba contestar...

- Teresa : ¿Te has follado a Inés?

- Yo : Y eso a que viene ahora...

- Eva : Contesta Luis, ¿te has follado a Inés, verdad?

- Yo : Pero a qué viene esto ahora...

- Ana : ¡¡¡Ostias!!!... el día que nos fuimos al pueblo, en el instituto, nos dijiste que te la habías estado follando en el último piso, el día que no te encontrábamos...

- Teresa : Pero que hijo de puta... ¿era verdad?...

- Eva : ¿Te la follaste ese día de verdad?

- Yo : Y eso que importa ahora...

- Teresa, Eva y Ana : ¡¡¡¡CONTESTA JODER!!!! (las tres a la vez a voces, perfectamente sincronizadas)

- Yo : Si joder, ya os lo dije, nos lo montamos en el último piso... pero os lo dije joder, no digáis que no lo hice...

- Teresa : Eres un cerdo, te has estado riendo de nosotras todo este tiempo....

- Yo : Y una mierda para vosotras que me he cachondeado de vosotras, yo fui sincero, totalmente sincero... simplemente vosotras no me hicisteis ni caso, como siempre fuisteis a vuestra puta bola... a ver qué carajos de culpa tengo yo en eso, no te jodes ahora.

Ni os cuento el cabreo de las tres conmigo en ese momento, y mas después de mi explosión ante sus acusaciones más o menos veladas de haberlas mentido. No me volvieron a dirigir la palabra durante un par de días ninguna de las tres. Pero para terminar de rematar la cosa mis queridas Teresa y Eva empezaron entonces de vuelta con lo de Patricia... ya ni os cuento al nivel a que llego su cabreo con esto... fue épico.

Ana se mostro cabreadísima con todo esto, pero las otras dos... bufff, daban miedo de verdad, en mi vida las había visto a ambas tan enfadadas conmigo, bueno ni con nadie. Pero lo peor del asunto es que encima Inés, que imbécil no era tampoco, empezó a ver cosas en el comportamiento de las dos que no le encajaban, con lo que empezó a sospechar de los tres, la complicidad de Ana con las dos tampoco es que ayudara mucho que digamos a acallar sus sospechas, creo que en ese momento solo la retenía en sus sospechas el hecho de que entonces yo tendría que estar con las dos a la vez sabiéndolo ambas y estando enterada de todo mi prima... algo que seguro veía como del todo imposible que pasara. Pero aun así os aseguro que yo estaba sudando a mares con todo esto.

Menudo inicio de vacaciones, me liga una Azafata, porque fue ella la que me ligo a mí, me la vuelvo a encontrar en el avión que nos lleva de vacaciones. Para más inri en el avión tonteamos y me deja, bueno y yo a ella también, con un calentón de pelotas, nunca mejor expresado. Después estas tres se dan cuenta de que de verdad me folle en su día a Inés que no es que las callera muy allá, lo que las cabrea de aúpa, además para acabar de arreglarlo esta lo de Patricia delante de sus risueños morritos que ya es el acabose... y esto cuando solo había empezado nuestra estancia en Viena, menudo viajecito de fin de curso se me preparaba con estas... con lo divertidas que son cuando se cabrean y para colmo Inés con sus sospechas de... lo que sea que sospeche, si es que hay que joderse.

CONTINUARA