Hasta el Amanecer III

Estamos muy cerca, apenas a unos centímetros, le miro a los ojos y él a mi, se acerca un poco más y siento su respiración junto a la mía, un poco más cerca, y me besa.

¿Alguna vez te ha pasado que estas bajo la ducha, sintiendo como el agua recorre todo tu cuerpo y sientes como que el tiempo se para? Te hundes en tus pensamientos, te relajas, es como si ese momento fuese eterno, así me siento yo, me siento bien. Pienso en todo y en nada a la vez, en como en un día puede haber pasado tanto, nunca imaginé que me sería tan fácil conocer a gente nueva y abrirme a esas personas... No se cuanto tiempo ha pasado desde que entré a la ducha, seguro que mucho, asique cierro el agua, cojo una toalla que me enrollo en la cintura y vuelvo a la habitación. Busco la ropa que al parecer, me la quité y la tiré a ver donde caía... En fin, muy bien Aitor. Miro debajo de la cama, no hay nada; detrás de un sillón que hay, tampoco hay nada, no recuerdo haberla tirado por la ventana ni nada parecido asique debe estar en la habitación. Entonces se abre la puerta y entra Julio, con mi ropa.

-Esto... La encontré tirada en el suelo y pensé en plancharla un poco – cuando se da cuenta de que solo llevo la toalla enrollada en la cintura, mira hacia otro lado.

-Oh... Gracias – le digo un poco sorprendido.

-Bueno... Mejor... Te dejo solo y te vistes... Abajo espero – deja la ropa en la cama y se apresura a salir de la habitación.

Sonrío, me hace mucha gracia la situación, aunque en realidad es todo un detalle por su parte. Cojo mi ropa y rápidamente me visto para bajar, el hambre me está matando. Bajo a la cocina y me hago un café con leche y cojo un par de galletas, no hay nada como una ducha y un café por la mañana, al menos a mi me ayuda a ser persona y despertarme un poco. Por lo que parece el resto está durmiendo o se han ido, solo he visto a Julio, espera, ¿y Elena? Subo a la habitación, toco a la puerta por si acaso está Lucía, pero no hay respuesta asique abro la puerta despacio para no hacer mucho ruido y ahí la veo, sigue durmiendo como la dejamos anoche Rubén y yo, Lucía también duerme todavía. Vuelvo abajo, me dirijo al salón y me siento en un sofá, no se que puedo hacer en una casa tan grande mientras los demás duermen. Julio se acerca y se sienta a mi lado.

-¿Qué tal has dormido? - me pregunta.

-Bien supongo, ¿y tú?

-Bien... Supongo.

-¿Qué hacemos?

-¿Qué hacemos de qué?

-No se... Me apetece hacer alguna cosa.

-Háblame de antes de mudarte.

-Hay para rato... Nací en Asturias, en el 98, cumplo los años el 3 de julio...

-¡Pero si está al caer! ¿No tenías pensado decirlo? Habrá que hacer algo.

-¿Qué? No, no, no...

-Oh si... Ya lo verás.

-Julio, ya te digo yo que no.

-¿Qué harás al respecto? - me dice en tono burlón con una media sonrisa.

-Pues... Ya se me ocurrirá algo.

-¿Algo para qué? - Ainara aparece con un café en las manos.

-Para el cumpleaños de Aitor, es el 3 de julio.

-Te mato Julio – le digo.

-¡¿Qué?! ¿Y no nos lo dices? - Ainara se sorprende.

-Es que no me gusta celebrar mi cumpleaños.

-Pues no te queda más remedio, te haremos una fiesta increíble, no será nada comparada con la de ayer.

Ainara se sienta a mi otro lado y mientras bebé su café, charla animadamente con Julio sobre qué podrían hacerme, mejor no les digo nada porque al parecer no servirá mucho. Poco a poco, el resto se va despertando, primero llega Marcos, luego Rubén quejándose de los ronquidos de Pablo, después Lucía y Elena, y por último Pablo. Todos hablamos con todos de anoche, Elena se disculpa veinte veces por lo que pasó y Rubén le explica que ella no tiene la culpa. Recogemos los restos de la fiesta de anoche, vasos, botellas vacías, bolsas de hielo... No había mucho desorden, así que terminamos pronto y la gente se estaba yendo a sus casas, nos quedamos Ainara, Elena, Rubén y yo.

-¿Qué tal la noche? - pregunta Rubén.

-Pues Marcos habla en sueños y no da muy buen rollo – dice Ainara mientras se ríe.

-Prefiero que hablen a que ronquen como ha roncado Pablo... ¿Y tú Aitor?

-¿Yo? Nada raro... Bueno, raro no pero si gracioso, me he despertado y Julio estaba abrazado a mi – sonrío mientras muevo la cabeza a un lado y a otro.

Los demás también se ríen, pero Rubén se me queda mirando ¿con miedo?Como si algo malo estuviera a punto de pasar, en fin, decido no darle importancia, al menos no por ahora. Ya se va acercando la hora de comer asique Ainara le pide el coche a Rubén para volver a su casa y de paso llevarnos a nosotros. Por el camino me siento al lado de Ainara, le estoy dando vueltas al tema de Julio y Rubén, asique decido preguntarle a Ainara.

-Ainara... ¿Pasa algo con Julio y con Rubén?

-¿Julio y Rubén? - me mira confusa – No, no que yo sepa, ¿por qué?

-Por nada... Serán cosas mías.

-De todas maneras, ¿por qué no le preguntas a Rubén o a Julio?

-Si, eso haré.

Ya hemos llegado a casa, nos despedimos de Ainara y nos bajamos del coche. Antes de entrar en casa me aseguro de que Elena está completamente bien y puede pasar sin que mamá se de cuenta de lo que pasó anoche. Afortunadamente así es, entramos en casa, saludamos a nuestros padres, comemos como cualquier otro día, nos preguntan que hicimos, que tal lo pasamos, si habíamos pasado buena noche en casa de Rubén y eso me hace gracia, “si mamá, he dormido casi desnudo abrazado a un chico que apenas conozco y después casi me pilla desnudo al salir de la ducha”.

Después de comer subo a mi habitación, me quito la ropa quedándome en bóxers y cojo mi móvil, quiero preguntarle a Julio si pasa algo con él y Rubén, pero no se como preguntárselo, y Rubén no me va a decir nada... Va, empiezo a hablar con Julio y ya se me ocurrirá como preguntar, abro WhatsApp y busco a Julio.

-¡Julio!

-Hola Aitor¿Ya estas en casa?

-Si hace un rato, ahora estoy sin hacer nada en la cama.

-Puedo ir a abrazarte otra vez si quieres – al leer esto me río.

-Que pavo... Oye, ¿que pasa con Rubén y contigo?

-¿Qué? ¿Por qué lo dices?

-Por nada en especial, esta mañana cuando os habéis ido hemos estado hablando y les he dicho que me he despertado y estabas abrazado a mi, y Rubén me ha mirado con cara rara.

-Voy a tu casa y te lo explico mejor, ¿vale?

-Vale...

Le digo donde vivo, y creo que mejor ordeno la habitación un poco, todavía tengo algunas cajas en medio y ropa tirada por todas partes, que desastre... Me pongo lo primero que pillo, unas bermudas deportivas y una camiseta blanca; cojo las cajas y las dejo apartadas en un rincón y la ropa que estaba tirada la meto en el armario, vale ahora mas o menos es una habitación decente y yo estoy vestido, ahora solo queda esperar. Pasados unos minutos llaman a la puerta, bajo y es Julio, le saludo y subimos a mi habitación.

-Bueno... esta es mi habitación – le dejo pasar y me siento en la cama.

-Es grande, y bonita – Julio me mira y se sienta conmigo.

-Aún tengo que decorarla y también quiero pintarla...

-Me gusta así, con sus cajas y sus cosas – se ríe y suspira – bueno...

-Bueno... - no se como sacar el tema.

-Te lo voy a contar, sin rodeos – se sienta de modo que queda frente a mi – verás, a mi de siempre me han gustado tanto chicos como chicas, pero hace ya un tiempo, un año mas o menos, Rubén tuvo dudas. Como él sabía que a mi me gustan los chicos, me pidió ayuda, por aquel entonces se podría decir que me atraía y que me pidiera eso, pues era algo que me hizo muy feliz...

-¿Y qué pasó? - estaba escuchando muy atentamente.

-Quedamos un día los dos solos, nos fuimos a mi casa, y en mi habitación me lancé y le di un beso... Solo eso, un beso, no pasó nada más. Me dijo que no le había gustado y no se por qué ese día nos distanciamos, habíamos sido amigos desde que empezamos el instituto y ya no quedábamos después de ese día, hasta que empezamos a conocer al resto del grupo que daba la casualidad que ya se conocían entre ellos y Rubén y yo volvimos a coincidir, y por el bien del grupo no dijimos nada e hicimos como si nada hubiese pasado.

-¿Solo por un beso?

-Si – parecía un poco triste.

-Vaya... Lo siento, no tenía ni idea.

-No te disculpes bobo – se ríe – no tienes culpa de nada.

-¿Cómo estás?

-Estoy bien Aitor, de verdad, no te preocupes.

No puedo evitar no creerle, lo veo triste, no parece que esté bien. Me acerco un poco a él y le pongo mi mano en su hombro, él se acerca más y apoya su cabeza en mi hombro. No podría imaginar que Julio, el chico tan alegre de ayer, ahora estaría en mi casa así, me siento culpable por hacerle recordar eso. Julio levanta la cabeza y me mira, estamos muy cerca, apenas a unos centímetros, le miro a los ojos y él a mi, se acerca un poco más y siento su respiración junto a la mía, un poco más cerca, y me besa, un beso tímido, pero no puedo seguirle el beso.

-Julio... Yo...

-Lo siento Aitor, tenía que hacerlo, no quería incomodarte... - agacha la cabeza sin mirarme.

-Es que...

-Eres hetero, no pasa nada, de verdad – parece muy avergonzado.

-No, no es eso, es que, te conocí ayer y apenas te conozco, ni tú me conoces a mi...

-Si, tienes toda la razón... Creo que mejor me voy... - se levanta de la cama y en ese momento Elena abre la puerta.

-Oh... Hola Julio – Elena me mira como diciendo “¿Qué pasa aquí?”

-Hola Elena... esto, yo ya me iba – Julio se despide y se va.

-¿Aitor?¿Pasa algo?

-No, no, solo ha venido para... darme una cosa que... me dejé ayer, solo eso, ¿qué querías?

-Ah, si, eso... Que Lucía y Ainara van al centro a comprar ropa, y he pensado que como necesitas ropa, podrías venir.

-Si, iré cono vosotras, pero deja que me vista primero.

-Llegan en cinco minutos asique date prisa.

Me quedo solo en mi habitación, pensando en lo que acaba de pasar y, no se, me ha gustado, Julio es un chico muy guapo y tal, pero no le conozco lo suficiente... Dejo esos pensamientos aparcados por ahora, tengo que ponerme algo para salir.

Una vez en el coche, con Ainara, Lucía y Elena, vuelvo a pensar lo mismo una y otra vez, en la historia de Julio y Rubén, en el beso, en que me ha gustado mucho ese beso, pero no estaría bien ¿no? Es decir, lo conozco de ayer, solo un día.... Creo que le doy demasiadas vueltas, seguro que mañana ya está todo olvidado y todo seguirá como siempre. De que me quiero dar cuenta ya estamos en el centro, hay muchísimas tiendas y muchísima gente. Vamos primero a una tienda que parece barata, Elena se prueba mil cosas, Ainara no encuentra nada de su gusto y Lucía solo mira la misma ropa una y otra vez, de saber que esta tienda solo era de chicas habría ido a otra, pero ya me han cargado con sus cosas y no puedo escaparme. Al salir, vamos a otra tienda, esta vez si que hay ropa de chico, menos mal, empiezo a mirar la ropa pero lo veo todo muy igual, la misma camiseta con un estampado distinto, luego el mismo pantalón, con unos cortes aquí y allá y de distinto color, solo cojo un par de bermudas y unas camisetas, la ropa de verano no me gusta demasiado, prefiero la de invierno; sin embargo soporto mejor el calor, que el frío. Vuelvo junto a las demás y las veo en las mismas que antes, Elena en el probador, Ainara mirando ropa con cara de decepción y Lucía dando vueltas. Al salir de esa tienda, nos vamos a una cafetería cercana, hace demasiado calor para estar toda una tarde caminando y de tienda en tienda, un refresco no viene mal de vez en cuando. Al acabar, Ainara quiere ir a una tienda que está a una calle de aquí, dice que allí si que hay ropa de verdad. Y bueno, para Ainara la ropa de verdad, son pantalones cortos, rotos y oscuros; camisetas de grupos de los cuales no conocía a la gran mayoría, no es que este sea mi estilo, pero lo respeto, he de admitir que hay alguna que otra cosa que me gusta. Tras cargar con cinco camisetas, dos pantalones y unas muñequeras, Ainara y el resto salimos de la tienda. Hay una plaza enorme cerca, con zonas verdes y un parque infantil, nos dirigimos a ella y nos sentamos en el césped a la sombra de un árbol. No se como, Ainara se da cuenta de que algo va mal conmigo, y he tratado de disimular todo lo que he podido, pero esta chica es increíble.

-Aitor, ven conmigo a la fuente un momento, vigilad nuestras cosas ahora venimos – nos levantamos y vamos hacia la fuente - ¿ocurre algo?

-No, todo va bien, ¿por qué?

-Estas ausente y distraído.

-Estaba pensando en que más podría necesitar, pero creo que lo tengo claro - ¿colará?

-¿Y no tiene nada que ver con lo de esta mañana? ¿Con Julio o Rubén? - no, no ha colado.

-No, no... Nada de eso.

-Aitor, conozco bien a ambos, son mis mejores amigos, se que algo pasó con ellos, pero ninguno dice nada, solo Rubén me ha dicho que lo pasó mal por Julio una vez y ya está.

-¿Que Rubén lo pasó mal?

-Si, no quiero parecer mala o que quiero joder a alguno de los dos, pero Rubén una vez me dijo que hubo una época que Julio no tenía muy buenas intenciones...

-No entiendo Ainara...

-Que usaba a la gente, a ver, a Julio le gustan los chicos y las chicas, no digas nada de esto Aitor -parecía realmente preocupada.

-Ainara puedes confiar en mi, no diré nada – no estaba seguro si decirle lo que había pasado esta tarde o esperar a otro momento.

-Bien, pues Julio usaba a la gente, les creaba ilusiones, y luego cuando conseguía lo que quería, los dejaba, y una vez lo intentó con Rubén, pero le rechazó porque sabía lo que iba a pasar y Julio se cabreó con él. Luego nos conocimos todos y volvieron a coincidir, hicieron las paces y todo ha ido bien.

-Vaya... Menuda historia...

-Si... Bueno, ¿tú estás bien?

-Si, gracias Ainara – le sonrío, esta chica es genial.

-No las des, anda volvamos.

Ahora en realidad estoy mucho más confuso, en parte las historias coinciden, pero Julio no me había dicho nada de usar a los demás, ¿me querrá usar a mi también? No, ¿que podría querer de mi?Tampoco ha dicho nada de que fue él quien se enfadó con Rubén, es más ha dicho que él se distanció sin ningún motivo aparente... En fin, mejor no me meto, haré como que no se nada y ya está. O no, no lo se, no se que haré, tal vez dramatizo demasiado, ¿quién no ha estado en una situación así? Todos conocemos a alguien así, no lo se... Tampoco se por qué me empeño en darle tantas vueltas y en defender a Julio, creo que lo mejor que puedo hacer es hablar con Rubén, tal vez él me diga algo más.

No hemos vuelto a hablar del tema en el resto de la tarde, hemos estado en otras dos tiendas más, no me he comprado nada porque era o muy feo o muy caro; Elena sin embargo ha arrasado con ambas tiendas, ¿de donde saca el dinero esta chica?; Lucía se ha comprado un conjunto para salir por las noches y Ainara solo ha mirado ropa. En el coche de vuelta tampoco ha pasado nada fuera de lo común, hemos hablado de cosas varias, de los planes que había esta semana y poco más, el próximo jueves iremos al cine a ver una nueva película de miedo, después cenaremos en McDonald´s y luego a una discoteca que está frente a la playa, montarán una fiesta de luz negra, una fiesta donde ponen luces ultravioletas y te pintan con pintura que brilla en la oscuridad y como nunca he estado en una fiesta así, tengo muchísimas ganas.

Llegamos a casa y lo mismo de siempre, mamá nos interroga sobre que hemos hecho, que hemos comprado, etc... Después cenamos unas pizzas caseras de las que hace papá, le salen buenísimas, una lástima que no tenga sus mismas dotes culinarias, soy un desastre en la cocina...

Al terminar subo a mi habitación, enciendo la tele y busco alguna película que ver, pero solo encuentro una de una chica que la encierran en una especie de psiquiátrico y ella en su cabeza se monta un mundo, donde el psiquiátrico es un burdel y tiene que conseguir unos objetos para salir, no está mal a decir verdad. Después como no puedo dormir enciendo el ordenador y pongo mi blog.

La fiesta de ayer fue brutal, demasiado brutal, con sus más y sus menos... Pero da igual, todo bien ahora, al menos todo lo relacionado con la fiesta. Hoy han pasado un par de cosas que hacen que dude sobre un chico, creo que me miente... No, eso es una palabra muy fuerte, simplemente, no me ha contado toda la historia y sinceramente no se por qué le estoy dando tanta importancia, yo en esa historia no pinto nada , ¿no?

Eso es cosa suya y de otra persona...

Tampoco se de que me sirve escribir en el blog, no me ayuda mucho que digamos. Al menos no me lo guardo todo para mi. Me tumbo en la cama y veo que tengo un mensaje en el móvil.

“Aitor, tenemos que hablar, mañana ven a mi casa y borra este mensaje”

Es de Rubén, ¿habrá hablado con Ainara?¿O con Julio? Ya me lo dirá mañana, ahora estoy demasiado cansado como para seguir pensando en eso...