Hasta el Amanecer II

La gente nos empuja y quedamos pegados cuerpo con cuerpo, se gira y se me queda mirando mientras sonríe.

Bien, pues el primer día no ha ido tan mal como pensaba, esta mañana no tenía ningunas ganas de salir y ahora sin embargo estoy preparándome para ir a una fiesta de alguien a quien no conozco, ¿eso es ser irresponsable o aprovechar la oportunidad de conocer a alguien? Sea lo que sea, hoy he conocido un grupo de gente y a decir verdad, me caen muy bien, sobre todo uno de los chicos, Julio, no se por qué pero me da buenas vibraciones y es el que más simpático ha sido conmigo, quiero decir, los demás también, pero él parecía mas interesado en conocer algo más de mi... Si esto sigue así, creo que debería dejar de escribir este blog, al fin y al cabo, lo más importante ya tengo con quién puedo hablarlo, si no hoy, dentro de unos días. A ver como siguen las cosas... ¡Deseadme suerte para la fiesta de hoy!

P.D. ¿Debería borrar el blog?

Cierro el ordenador tras escribir una nueva entrada en el blog, no se por qué lo he hecho, si seguramente casi nadie lo lea, pero bueno...ya da igual. Ahora debería preocuparme en qué ponerme porque solo me queda un cuarto de hora y estoy muy lejos de estar preparado, abro mi armario y lo primero que cojo son mis bermudas vaqueras negras y creo que me pondré una camiseta blanca con algún estampado negro y mis bambas blancas. Si, así me veo bien, ahora me falta peinarme y ya estaré listo. Elena ha decidido ponerse unos shorts y una camiseta sin mangas, y como no...Va genial. Cuando ya estoy listo bajo al salón, mamá y papá aún siguen cenando.

-Tened mucho cuidado, y no volváis muy tarde.

-Si mamá, de todas maneras si ocurre algo te llamaré.

Mi hermana Elena baja las escaleras y nos despedimos de nuestros padres, Rubén todavía no ha llegado asique nos toca esperarle. No pasa mucho tiempo cuando le vemos aparecer con su coche por la esquina. Estoy nervioso y no se si es por el hecho de ir a una fiesta donde apenas conozco a nadie o porque tengo ganas de llegar ya y ver que pasa.

-Hola chicos, ¿estáis listos ya?

-Si, por nosotros nos vamos ya- le responde Elena.

Nos subimos al coche, yo detrás y Elena delante junto a Rubén. Escuchamos la típica música que se escucha cuando se sale de fiesta, aunque la música electrónica/pop no son lo que más escucho, no me disgusta del todo. Paramos delante de una casa enorme, menuda fiesta se debe montar en una casa así, pero no hay nadie... Entonces veo que sale Ainara y me doy cuenta de que esta no es la casa de la fiesta, sino la de Ainara. Debe de venir de una familia muy adinerada para poder permitirse una casa como esta. Se sube en el coche, a mi lado y ponemos dirección a la fiesta, esta vez si.

-¿Estáis nerviosos?- nos pregunta Ainara.

-La verdad es que me preocupa no encajar...

Mi hermana empieza a hablar sobre lo importante que es para ella dar una primera impresión muy buena, ya que ella opina que es de las más importantes, tal vez tenga razón y por eso en la ciudad donde vivíamos a todo el mundo le caía bien. Nos detenemos frente a una casa, hay bastante gente por la zona y coches, la casa parece grande, no tanto como la de Ainara, pero está muy bien también. Bajamos del coche y Rubén se dirige al maletero, saca unas cuantas bolsas y nos dice que tangamos cuidado, que es todo lo que tenemos para esta noche, miro dentro de una de las bolsas y me doy cuenta de que son botellas de alcohol de todo tipo, ron, ginebra, whisky, vodka... También hay unas bolsas con hielo,refrescos y unos cuantos vasos de plásticos. Ahora entiendo por qué Ainara dijo que no nos asustáramos de lo que podamos ver esta noche. A ver, no es la primera que hago algo de este tipo, pero no con tanta cantidad de alcohol.

-El resto debería estar ya aquí- Rubén parecía nervioso.

-Rubén no te impacientes, aún no ha empezado la fiesta, apenas hay nadie.

“Apenas hay nadie”, miro a la gente y a mi parecer hay mucha, muchísima gente, no se si quiero saber cuantas personas quedan por venir. Ainara me ve y me nota nervioso.

-Aitor, relájate, lo pasaremos bien ya lo verás, las fiestas de Tony son famosas por lo bien que se lo pasa la gente, y nunca ha habido ningún tipo de problemas, ven te lo presentaré.

Me coge de la mano y me guía entre los coches y la gente, veo un grupo de gente bastante grande al cual nos dirigimos. Ainara en realidad es muy buena chica, me gusta su estilo, sus piercings y sus dilataciones, no parece que le importe lo que puedan pensar de ella, ojalá yo también pudiera hacer lo mismo. Llegamos al grupo de gente y un chico pelirrojo, de pelo corto, fuerte y algo bajito se acerca a nosotros.

-¡Hey A!- el chico saluda a Ainara.

-Hola Tony – le da un abrazo- deja que te presente a alguien, éste es el primo de Rubén, se han mudado y no conoce a mucha gente, y hemos pensado en traerle a él y a su hermana, no hay problema, ¿verdad?

-Claro que no – Tony me dedica una sonrisa- tú simplemente pásalo bien y no rompas nada, los amigos de A son mis amigos, y ahora si me perdonáis tengo una venta pendiente.

Tony se va y yo miro extrañado a Ainara y me explica que Tony es muy buen chaval, pero se dedica a vender drogas entre la gente de la fiesta, algo por lo que no debo preocuparme si no me meto. Entonces vemos a Rubén junto a Pablo, Elena, Lucía, Marcos y Julio; todos nos saludamos y entramos en la casa, decorada con luces de discoteca y la música suena por toda la casa, hay unos altavoces en el techo que hacen que no haya un rincón sin música. Nos dirigimos a la sala de estar que todavía no hay mucha gente y nos sentamos en unos sofás rodeando una pequeña mesa donde dejamos las bolsas con la bebida. Al parecer en esta fiesta la gente no pierde el tiempo, ya hay gente bebiendo y bailando, yo por ahora me tomaré una copa de cualquier cosa.

-Aitor, no te pases – mi hermana me mira con cara de pocos amigos.

-Vamos Elena, déjale – Julio le dice mientras le tiende un vaso con hielo – entre todos lo vigilamos.

-Lo se Julio, pero soy responsable de él y no quiero que llegue a casa sin saber andar.

-Seguro que él es mas responsable que eso – Julio me guiña un ojo.

Cojo mi vaso y empiezo a beber y a observar a la gente bailar, están los típicos que solo mueven los pies, como yo; los que creen que bailan bien y los que bailan bien. Me giro y me siento en uno de los sofás entre Lucía y Pablo, todos hablan animadamente sobre lo que puede pasar esta noche, quien puede aguantar mas sin emborracharse o quien puede ser el primero en caer, comienzan a hablar unos con otros, Pablo con Elena, Lucia con Marcos y Ainara, y Rubén se acerca a mi.

-¿Estás bien? Pareces ausente.

-Si, si estoy bien, no te preocupes.

-Está bien.

-Y Rubén – me acerco para que solo me escuche él - ¿a qué te referías con eso de Julio, si me había dicho algo raro?

-Nada, no es nada, son cosas que... en fin, ya te irás dando cuenta con el tiempo.

-¡Eh Rubén no acapares al chico!- Ainara muy animada se acerca a nosotros- Aitor, baila conmigo.

-¿Qué?- me rio- Ainara yo no se bailar...

-Da igual, yo tampoco.

Ambos reímos y me levanto, dejamos nuestras bebidas en la mesa y nos salimos del círculo, ahora hay más gente que antes, bastante más, nos cuesta un poco de trabajo abrirnos paso entre la multitud, pero logramos hacernos un hueco y empezamos a bailar lo mejor que podemos, saltando a un lado y a otro, moviendo los pies, las manos, la cadera, mientras saltamos reímos y seguimos bailando, o al menos lo intentamos. Después de un rato ya no podemos más y volvemos a nuestro sitio, ha sido divertido, divertido y agotador... Me siento en un sofá y me doy cuenta que ni Marcos ni Elena están.

-¿Y mi hermana?

-Se ha ido con Marcos – dice Pablo con una sonrisa pícara.

-Si, se han llevado muy bien – ahora es Rubén quien se ríe.

Todos bromean sobre el asunto, todos excepto Lucía.

-Lucía,¿estás bien?

-Si, si Aitor, no te preocupes...¿Qué tal el baile? - parece un poco ausente, pero sigue siendo igual de dulce.

-Ha sido divertido, ¿tú no sales a bailar?

-No, ahora no. Voy a esperar a terminar mi copa y saldré a arrasar con todo.

Ambos reímos, yo cojo mi vaso y me lo termino, me echo otro más y me doy cuenta que Julio me está mirando mientras sonríe, se levanta y me hace un gesto para que le siga, se levanta y yo voy detrás de él con la excusa de que tengo que ir al baño. Esquivo a la gente y me cuesta mucho no perderle de vista, hasta que llegamos a una terraza, se sienta en una silla y yo en otra, sigue con su copa en la mano y bebe.

-¿Para qué me has hecho venir aquí?

-Solo quería tomar el aire un poco, ¿quieres otro cigarro?

-No, ahora no gracias.

-Como quieras... Cuéntame, ¿como va la noche?

-Va bien, es justo como lo imaginaba.

-Me alegro de que te estés divirtiendo, si te aburres, o lo que sea, me lo dices y te llevo a casa, he traído el coche.

-Te lo agradezco.

-¿Volvemos dentro?

-Lo que quieras.

Se levanta y me coge la mano, “para no perderte” me dice, pasamos dentro de la casa y la gente baila, se lo pasa bien, y sigue bebiendo. A decir verdad, no esperaba que hubiese tantas personas, la casa es más grande de lo que parece, tiene un sótano bastante grande también, decorado como si fuese un bar, con su barra y sus bebidas. Conforme vamos llegando a nuestro sitio nos cuesta más avanzar, la gente nos empuja y apenas podemos movernos, menos mal que me tiene sujeto, temo perderme en esta casa con tantas personas. Seguimos moviéndonos como podemos, pero hay tantas personas que llega un punto que no podemos movernos más,la gente nos empuja y quedamos pegados cuerpo con cuerpo, se gira y se me queda mirando mientras sonríe.

-Parece que nos toca quedarnos aquí.

-Si, eso parece – me río y busco alguna zona donde no haya mucha gente, pero es imposible.

-¿Te apetece bailar mientras? Para no estar aquí los dos quietos sin hacer nada.

-Me parece bien.

Y empezamos a bailar, yo lo hago igual que antes, salto, muevo los pies, me río... Pero Julio parece más interesado en mirar como intento bailar que en bailar él, no me molesta la verdad, será cosa de las copas o será porque es Julio, pero no me avergüenza que me esté mirando. A todo esto, noto como una mano se posa en mi hombro, me giro y veo a Marcos que parece un poco preocupado.

-¡Aitor!

-¿Marcos?¿Qué ocurre?

-Es tu hermana, parece que no se encuentra muy bien, Rubén va a llevarla a su casa, no quiere que tus padres la vean así.

¿Qué? Pero si mi hermana apenas ha bebido, es más, no recuerdo que ella se haya emborrachado nunca. Sigo a Marcos a la terraza y rodeamos la casa, tardamos menos que si intentamos cruzar la casa hasta llegar a la puerta. Y efectivamente, los veo a todos cerca del coche de Rubén, me acerco a ellos y Elena está dentro y quiero pensar que está dormida y no inconsciente.

-¿Qué le ha pasado?- pregunto preocupado.

-Marcos y ella habían vuelto, se sentaron y de que nos quisimos dar cuenta estaba dormida, la hemos despertado pero decía que estaba bien, que solo quería dormir, no te preocupes, estará bien. Rubén ha ido a llamar a tus padres para decirle que os quedaréis con él esta noche – Lucía trata de tranquilizarme, y el hecho de que está dormida logra tranquilizarme.

Todos miran a Elena y luego me miran a mi, menuda primera impresión... Bueno, al parecer la fiesta se ha terminado para nosotros. Rubén vuelve con nosotros y me mira.

-Ya he hablado con tus padres, dicen que no hay ningún problema, no les he dicho nada de Elena.

-Está bien...

Me despido del resto y me subo en el coche, Elena simplemente parece que no está, parece un cuerpo inerte y todavía un poco preocupado por ella. Rubén no dice nada, solo conduce.

-Rubén... Siento esto, no queríamos ser molestia – le digo a modo de disculpa.

-¿Qué? No seas tonto Aitor, esto no es culpa vuestra, algún imbécil le habrá echado algo en la bebida, mañana estará bien- y me dedica una sonrisa por el retrovisor.

Llegamos a casa de Rubén y no hay nadie,me explica que sus padres están de viaje y no volverán en unos cuantos días. Entre los dos, logramos subir a Elena a una de las habitaciones y acostarla, espero que mañana esté mejor. Rubén baja al salón y se sienta en el sofá, bajo con él y me siento también.

-No creo que los demás tarden mucho más.

-¿Los demás?- pregunto extrañado.

-Si, ahora van a venir, el plan era pasar aquí la noche todos juntos, claro que sin el detalle de tener a tu hermana drogada en la planta de arriba – se ríe.

-Entonces, ¿el plan era venir aquí después de la fiesta?

-Si, eso vamos a hacer.

Rubén enciende la tele, la conecta a Internet y busca alguna lista de reproducción en Spotify. Al poco tiempo suena el timbre y llegan Ainara, Lucía, Pablo, Marcos y Julio.

-¿Esperabas que la fiesta iba a terminar tan pronto?- viene Ainara y me saluda.

Vamos todos al salón y es igual que en la fiesta, en los sofás, con la bebida en una pequeña mesa frente a nosotros, pero aquí es mucho más cómodo y no hay necesidad de gritar para que el que nos escuche el que tenemos al lado, me gusta más esta fiesta que la otra a decir verdad.

Todos están hablando y riendo por las anécdotas que cuentan, como cuando un año Pablo, cuando era pequeño se dedicaba a comer arena de la playa, o cuando a Ainara le dio una vez por raparse el pelo ella sola cuando tenía 6 años. La noche pasaba y nos animábamos cada vez, estuvimos jugando al juego de la botella, yo me tuve que dar un beso con Lucía, Marcos y Ainara dos veces, me lo estaba pasando realmente bien, pero empezábamos a sentirnos un poco cansados y tuvimos que hacer reparto de habitaciones, había 4, asique serían dos personas por habitación y pensamos que sería gracioso hacer el reparto por sorteo y así nos repartimos, Ainara con Marcos, Rubén con Pablo, Lucía con Elena y...yo con Julio. Subimos a nuestras habitaciones, de las cuales solo una tenía dos camas, la de Elena y Lucía, los demás tendríamos que compartir una cama de matrimonio. Antes de dormir tenía que comer algo e ir al baño, no me encontraba “en condiciones”, por lo que cuando me fui a la cama ya no había nadie despierto. Entro en la habitación y me encuentro a Julio en bóxers y de espaldas, la única luz que había era la que entraba por la ventana, va a ser divertido desvestirme y llegar a la cama intentando no hacer mucho ruido, camino despacio, guiándome con la cama y una vez que llego a mi lado de la cama, empiezo a desnudarme y me quedo en bóxers, me tumbo en la cama dando la espalda a Julio.

-Ya era hora

-¿Qué?- me asusto un poco, no voy a mentir- ah... si, tenía un poco de hambre y tenía que ir al baño.

-¿Qué te ha parecido la fiesta?

-Ha sido genial, me he divertido mucho.

-Puedes mirarme, no te voy a matar con la mirada- se ríe y yo me giro- así mejor.

-Creo que voy a dormir ya... No aguanto más con este sueño.

-Si, yo creo que también.

Cierro los ojos y en cuestión de segundos me duermo. Cuando me despierto me doy cuenta que Julio me está abrazando por la espalda y tenemos las piernas entrelazadas, siento su cuerpo pegado al mio, y el calor y lo que no es el calor se nota, se nota bastante. Intento levantarme sin despertar a Julio, pero...

-¿Dónde vas?¿Qué hora es?

-Julio, soy Aitor, voy a darme una ducha.

-¿Qué? Esto... perdón, debí haberte abrazado mientras dormíamos- se pone colorado.

-No te preocupes – me rio – ahora nos vemos.

-¿Quieres algo para desayunar?

-Ahora me hago algo, gracias.

Salgo de la habitación, voy al baño y bajo la ducha pienso en Julio, pienso en que es el que mejor me cae, y el chico es bastante guapo, las cosas como son, y también pienso en cuando me he despertado, normalmente si me despierto con alguien que no conozco mucho, me habría sentido muy incómodo, pero sin embargo me sentía bien, me sentía a gusto.