Hasta el Amanecer I

~Aitor este es Julio~

Supongo que como todo comienzo, debería empezar presentándome, mi nombre es Aitor y acabo de mudarme desde un pueblo del norte, hace poco que cumplí los 17, pero aparento mucho más. No me considero lo que se podría decir un chico guapo, tal vez del montón y cuando digo esto suelen decirme que estoy falto de moral y sinceramente, yo pienso que solo soy realista conmigo mismo...

Bueno, de carácter se podría decir que soy demasiado bueno con quien no debo y demasiado malo con quien no lo merece, pero muy pocas veces me arrepiento de ser como soy o de hacer lo que he hecho, es por eso por lo que empiezo esta historia... A ver cuanto dura.

Bien, ya tengo la primera entrada de mi nuevo blog, ya que aquí no tengo a nadie con quien pueda hablar, aparte de mis padres y mi hermana, me gusta compartir estas cosas, me gusta pensar que hay gente que no le importa perder un poco de tiempo en mi.

-Aitor, baja es hora de cenar.

La cena a las ocho y media, ¿por qué tan pronto? En fin, cuando se trata de mi madre mejor no discutir, está claro que mi mal genio lo saqué de ella, y me gusta. Bajo las escaleras y en la mesa veo una sana y deliciosa lasaña de verduras,que rico...

-Acuérdate que mañana vamos con el primo al centro, no estaría mal que conocieramos a alguien en esta ciudad.

Mi hermana Elena, de 19 años, la típica chica que no pasa desapercibida, morena, de piel pálida y alta, y como no, a todos les cae bien. Yo soy algo diferente a ella, yo soy moreno de pelo también, y de piel, más alto que ella y de cuerpo normal, y respecto a los amigos, no es que no tuviera amigos en el pueblo donde vivíamos, pero me cuesta más que a ella ya que yo soy el tímido y ella la extrovertida.

-Ya conocemos a papá, a mamá, a los tíos y al primo, ¿para qué mas? Yo puedo esperar a empezar las clases, puedo aguantar un verano.

-Hijo – mi padre levanta la vista y me mira- no te cuesta nada ir con tu hermana y tu primo a dar un paseo, además, a lo mejor conoces a alguna chica.

Esto último lo dijo soltando una risa floja, “Papá yo no quiero conocer chicas” me gustaría decirle, pero no puedo, es demasiado tradicional, el típico que dice “estos maricones no se qué, mira ese mariquita no se cuanto”, pero es mi padre y se que en el fondo es un buen hombre, asi que cada vez que intento decírselo y me echo para atrás, en lugar de culparle a él por ser como es, me culpo a mi por no tener el valor suficiente.

-No va a haber ninguna chica papá, seguro que el primo se junta con gente de su edad, de la edad de Elena, son mayores para mi.

-O no, tú por si acaso ve con ellos.

Ya sabía que no quería que fuese para conocer a ninguna chica, se que le preocupa que me quede solo.

-Esta bien, iré.

Terminé de cenar, recogí mi plato, fui al cuarto de baño y me lavé los dientes. Después estuve en mi habitación, sacando las últimas cosas que me quedaban en las cajas y decorando a mi gusto, hasta que vi una foto que me hice antes de mudarme, en la foto salía yo con mis amigos en un parque al que solíamos ir, sin duda los iba a echar de menos a todos ellos, hablaríamos y tal por skype, twitter, facebook, whatsapp... Pero ya no será lo mismo. Colgué esa foto en la pared que está al lado de mi cama, a la altura de la almohada y me dormí viendo esa foto.

Al día siguiente me levanté a la una de la tarde, total, no tenía nada que hacer... Me puse unas bermudas y bajé al salón donde estaban mi madre y mi hermana. Me senté en el sofá junto a ellas, Elena estaba haciendo no se qué con su móvil, mamá se limitaba a cambiar de canal una y otra vez, bonitos momentos en familia...

-¿Dónde ha ido papá?

-Ha ido a comprar unos pollos asados para comer, apenas hemos tenido tiempo de ir a comprar más con el lío de la mudanza, esta tarde iremos a comprar -me dijo mi madre en un tono dulce.

-Rubén viene después de comer a por nosotros, asi que no pienses en hacer el vago más.

-Pero, ¿por qué tan pronto? ¿No se supone que en las zonas costeras hace más calor? Podríamos salir más tarde.

-No para salir burro, nos va a llevar a la playa, él ya está allí con sus amigos, pero como estabas durmiendo nos toca esperar a después de comer.

-Como si tu estuvieses despierta desde las ocho de la mañana.

Tras decir esto mi hermana me fulminó con la mirada y acto seguido llega mi padre con dos pollos para comer, ponemos la mesa, y empezamos a comer. Mis padres hablan de si necesitamos algo de la compra aparte de comida y Elena no deja de meterme prisa porque “Rubén está al caer”, yo la quiero mucho, pero a veces la mataba de lo nervioso que me pone. Finalmente, terminamos de comer, recogemos la mesa y mi hermana y yo subimos a nuestras habitaciones a cambiarnos, empiezo a buscar en el armario y solo encuentro dos bañadores del año pasado, uno azul y largo y otro negro de tela un poco más corto, creo que el negro está mejor que el azul, al menos no tiene pinta de estar tan gastado, cojo una toalla y me preparo la mochila, me pongo mis chanclas, mis gafas de sol las echo en la mochila y salgo a buscar a Elena.

-Toc, toc, ¿se puede?

-Si, pasa.

-Tanta prisa y aún estás decidiendo que bikini ponerte.

-Pues me vas a ayudar- me enseña dos conjuntos, un dos piezas de color morado y un bikini con unos shorts granates.

-Creo que el granate está mejor.

-Eso pensaba you, ahora vete y deja que me cambie y dile a mamá que compre crema hidratante, no queda.

-Si sargento.

Lo que le gustará mandar a esta mujer, sobre todo a mi, en fin, bajo las escaleras y encuentro a mi madre poniendo el lavavajillas sin saber muy bien aún como funciona y donde van las pastillas.

-Mamá, Elena me ha dicho que te diga que compres crema hidratante, que no queda.

-Vale cariño- entonces suena el timbre- ¿puedes abrir tú? Será el primo Rubén.

Voy a la entrada y abro la puerta, y me encuentro un chico rubio, un poco más alto que yo, pero mucho más fuerte, se me queda mirando con unos ojos verdes bastante bonitos, y si yo no recuerdo mal, el primo Rubén no ha sido nunca “un chico fuerte” por así decirlo. Había escuchado eso de que la pubertad y los años te convierten en un hombre y se supone que cambias a mejor, pero este chico se ha pasado.

-¿Aitor? ¡Cuánto tiempo!- y me da un fuerte abrazo, cuando se separa me sonríe- casi no te había reconocido, has cambiado mucho desde la última vez que nos vimos.

-¡Rubén!- mi hermana baja corriendo y gritando las escaleras y se lanza a darle un fuerte abrazo.

-¡Enana cuanto tiempo!

-Te he echado de menos y como has cambiado, estás genial ahora.

-Rubén cariño, -mi madre aparece en la entrada y saluda a mi primo- ha pasado tanto tiempo, que guapo estás, perdona que José no salga, no se encotraba bien y se ha acostado.

-No te preocupes Teresa, dale saludos de mi parte.

-¿Y cómo están tus padres? Hace poco he llamado a tu madre, pero apenas hemos tenido tiempo entre unas cosas y otras.

-Mamá, seguro que están esperando a Rubén -Elena parecía impaciente, otra vez.

-Ay si, cierto, coged vuestras cosas y pasadlo bien chicos.

-Si mamá.

Con mi mochila al hombro, los auriculares puestos y mi hermana por delante con Rubén, yo ya estaba listo para la gran aventura que me esperaba. Para mi sorpresa Rubén había venido en coche a por nosotros, pensaba que la playa estaba lo suficientemente cerca para ir andando. Me siento detrás junto a Elena y me dedico a mirar por la ventana, la zona en la que vivimos está bastante bien la verdad, es una zona de chalets, y hay un bonito parque cerca, no muy grande, pero bonito al fin y al cabo, después pasamos por el casco antiguo de la ciudad, y esto parece la típica escena nostálgica de cualquier película de domingo, un joven en un coche mirando por la ventana con una canción lenta de fondo, al pensarlo se me escapa una sonrisilla tonta. Finalmente llegamos a la playa, llena de gente y grande, va a ser gracioso encontrar a los amigos de Rubén.Salimos del coche, cogemos las cosas del maletero, me guardo los auriculares y andamos dirección a la playa.

-¿Y qué es de tu vida Aitor?

-¿Eh? Ah... Mi vida es... ¿normal? No se, lo típico, estudios, amigos...

-¿Estudios en verano?

-Bueno... es que he suspendido historia...

-No te preocupes, tengo un amigo que seguro que te puede ayudar, y cuéntame más, ¿alguna novia?

-No...no soy de novias.

-¿Novios?

-¿Qué?- me había puesto un poco nervioso, Elena lo sabía, pero no creo que ella se lo hubiese dicho,¿no?- No...No tampoco...

-Bueno, no hay que tener prisa- y dicho esto se ríe- ahí están.

Señala un grupo de personas y nos dirigimos a ellas, conforme nos acercamos puedo distinguir a una chica rubia, con gafas de pasta, bastante guapa a decir verdad; otra chica con el pelo lila, un piercing en la nariz y unas dilataciones pequeñas en ambas orejas; un chico moreno, con el pelo un poco largo y ondulado; a su lado otro chico rubio que rie con ganas. Cuando nos acercamos, nos miran y Rubén nos presenta:

-Chicos, estos son mis primos, Elena que tiene nuestra edad y Aitor que tiene 17 años se han mudado aquí y he pensado en que podrían venir con nosotros.

Todos se levantan y se presentan, la chica rubia es Lucía, la chica del pelo lila es Ainara, el chico del pelo ondulado es Marcos y el chico rubio es Pablo. Todos nos reciben muy calurosamente y parecen bastante simpáticos, nos sentamos junto a ellos y entonces una pelota de playa le da a Pablo, miro en la dirección de donde viene la pelota y veo a un chico alto, de piel clara, con el pelo castaño oscuro, que se acerca corriendo hacia nosotros.

-Va tíos vamos a echar un partido o algo- dice cuando llega.

-Julio, ¿y tus modales?- le dice Ainara al tiempo que se levanta Rubén.

-Julio, este es Aitor, mi primo – me levanto y me pongo en frente suya- Aitor, este es Julio- y nos estrechamos la mano con una sonrisa- y esta de aquí es mi prima Elena.

-Encantado de conoceros, ¿jugáis con nosotros un partido de volley?

-Si, será divertido – dice Elena.

-¡Bien! Aitor, a ti te quiero en mi equipo, vamos a pegarle una paliza a tu primo- me dice Julio y me guiña un ojo, tras eso no puedo evitar sonreir.

En realidad, no se me dan muy bien los deportes, y con lo patoso que soy no me estraña que acabe pegando un pelotazo a alguien. Nos dirigimos a una de las redes que hay y se forman los equipos; el de Julio en el que estoy yo junto a Ainara y Marcos; y el equipo de Rubén con Elena, Lucía y Pablo.

Al principio me sentía un poco incómodo debido a mi timidez, pero tras estar un rato jugando y siendo animado por los de mi equipo me suelto y empiezo a pasarlo realmente bien. El juego acaba con nuestro equipo ganando, pero por muy poco a decir verdad.

-Muy bien jugado Aitor – me dice Ainara- la verdad es que puede parecerte una tontería, pero llevaba tiempo queriendo ganar al equipo de Rubén, siempre se regodean de que nos ganan- tras decir eso se rie y se sienta en su toalla y yo en la mía.

-¿Qué se siente al perder? - le dice Marcos a Rubén riendo.

-No lo se, aún no he perdido cinco veces seguidas – y le da un golpe amistoso en el hombro.

-Bueno, bueno... Ahora tenemos a tu primo con nosotros- y Julio posa su brazo sobre mis hombros y me dice- ven conmigo, tú y yo vamos a ser buenos amigos.

Se levanta y comenzamos a andar por la playa en silencio, la arena me quema los pies, pero puedo soportarlo por ahora, llegamos a un bordillo y ahí nos sentamos.

-¿Fumas?

-¿Qué? No,no fumo.

-Puedes estar tranquilo, no se lo diré a tu hermana o a Rubén- y me tiende un cigarro que acabo aceptando y él sonríe- antes en el partido has estado muy bien, no se por qué has dicho que eras muy malo.

Le miro y ahora que me fijo tiene unos ojos marrones muy bonitos, y un lunar al lado del ojo izquierdo que no se por qué, me gusta.

-Bueno, los deportes no son lo mio, lo de hoy ha sido “la suerte del principiante”-ambos reimos y seguimos fumando.

-Rubén también me ha comentado tu problema con historia, si quieres yo puedo ayudarte este verano, aquí donde me ves, se me da genial.

-Te lo agradezco de verdad, pero no quiero molestar, seguro que tienes mil cosas mejores que hacer.

-Que va, no te preocupes por eso.

-Gracias entonces- le sonrío.

-¿Y qué tal?¿Que piensas del grupo?

-Pues... No lo sé, apenas os conozco pero a primera vista diría que Ainara es muy simpática, Lucia me parece la más tímida, Pablo parece divertido...

-¿Más que yo?

-¿Cómo?

-Que si Pablo te parece más divertido que yo.

-Que difícil me lo pones...

-Maldito enano saltarín.

Ambos rompemos en una carcajada, me cae bien este chico, es simpático y gracioso, y no me disgusta hablar con él a pesar de conocerlo de hace un rato.

-Deberiamos volver, hay que recoger las cosas para la fiesta.

-¿La fiesta?

-Si, verás, un amigo nuestro va a montar una fiesta de bienvenida al verano, ven y conoce a más gente, seguro que conoces gente de tu edad.

-No se...

-Va, vente, si no te gusta nos vamos.

-No,no, por mi no te vayas.

-Ya lo veremos, vente y no se hable más.

Se levanta y va camino a donde estábamos, no me agradaba mucho la idea de ir a una fiesta de alguien que no conozco, tal vez no le parece bien o algo, pero bueno, por intentarlo no pierdo nada. Seguro que al final acabo pasandolo bien, como esta tarde. Me levanto y alcanzo a Julio, tiro mi cigarro acabado y no hablamos más, llegamos junto al resto que parece que siguen picándose por lo del partido, excepto Marcos y Lucía que no están, estarán bañándose o algo, me siento junto a ellos y Rubén me mira.

-¿Ya te ha traumatizado el bruto de Julio?

-Eh, no te pases – le tira la camiseta Julio a Rubén.

-Hemos estado hablando y tal, solo eso- le contesto.

-Le he comentado que este verano le puedo ayudar con historia, y también lo de la fiesta de Tony, Elena vente tú también.

-Pero...

-No, no hay pero que valga, ya se lo he dicho a tu hermano.

-Que peligro- Ainara se rie- vosotros no os asustéis de lo que pueda pasar esta noche.

-Ya los asustas tú sola -se rie Pablo.

-Enano saltarín, tu calla que no eres el más adecuado para hablar.

-Bien, pues os llevo a casa para que os duchéis, cenéis y a las diez os recojo.

Rubén recoge sus cosas, al igual que Elena y yo, nos despedimos del grupo y seguimos a Rubén hasta el coche.

-Aitor.

-Dime Rubén.

-¿Julio te ha dicho algo...raro?

-¿Raro?

-Nada, da igual, dame tus cosas que las meta en el maletero.

Le paso la mochila y me meto en el coche, me pongo los auriculares y pienso por qué Rubén ha podido decir eso, no se, Julio y yo no hemos hablado de nada “raro” , da igual, tengo que pensar de donde saco ropa decente para una fiesta.