Hasta aqui hemos llegado
Cuando recobramos fuerzas, y después de apagar un par de cigarrillos, decidimos que lo mejor era fingir que nada de esto había pasado, mientras nos vestíamos, ambos sabíamos que era lo correcto, pero necesitábamos más el uno del otro, me despedí con un beso en los labios, tan intenso que estuve a punto de quedarme otra vez.
Hasta aquí hemos llegado:
10 de febrero de 2007, el frío que hacia en la ciudad ese día me hizo aclarar la mente, ya estaba harta de discusiones un día si y otro también, estaba decidida a hacerlo, era el momento, todo eran señales...
Hacia mucho tiempo que no tenia casi contacto físico con Álvaro, mi pareja, y el verbal no era mucho mas extenso, cada vez que nos veíamos sin ropa, todo era de una forma automática, casi para pasarlo cuanto antes y volver a la rutina, habíamos pasados de los momentos intensos de placer de hace varios años a ser un simple tramite que pasar cuanto antes, solíamos quedar con una pareja de amigos, Paula y Carlos, y desde hace ya varios meses que noto, que sutiles insinuaciones de el se han ido convirtiendo poco a poco en claras proposiciones, que yo, no interpretaba, o dada mi situación quizás no quería interpretar.
Aquella mañana había tenido una fuerte discusión con mi pareja, por un tema tan absurdo que ni siquiera puedo recordar, pero si recordaba que el cabreo me duraría todo el día y parte del otro, me hizo reflexionar sobre donde iba esta relación, estancada hace meses, y cada vez mas hundida, el sms que recibí de Carlos me hizo decidirme: Hla, si qirs q ns veams me aptc, stoy slo en ksa td la trd, bss. No se por que pero sabia que era el momento, lo sentía o tal vez lo necesitaba, otras veces había recibido mensajes de el, con un contenido similar, y no los había dado importancia, pero esta vez fue distinto, me decidí a ir, salí por la puerta de casa y le dije a mi pareja que me iba, que había fallado una compañera de trabajo y debía cubrirla, sin saber que ella es la que me cubriría a mi, a lo que recibí como única respuesta:- ok, ¡tráeme un paquete de lucky cuando vuelvas!-
Al subirme en el coche note una extraña sensación, entre nervios, morbo y culpabilidad por lo que estaba a punto de hacer, yo solo había estado con Álvaro, a mis 23 años no es lo normal hoy en día, empezamos a salir con 18 y es lo que hay, la mezcla de sensaciones me desconcertaba, pero sabia que era lo que quería, o necesitaba, tome el camino para legar a casa de Carlos y Paula, aparque justo en su puerta y nerviosa e indecisa, tras llamar al timbre, Carlos me abrió, con unos pantalones cortos y una camiseta de estar por casa, -pasa, no se por que, pero sabia que vendrías- me dijo, tal como me escribió en el mensaje Paula se había tenido que marchar a trabajar a otra ciudad, ya que era azafata de stand, y llegaría bastante tarde, Carlos aprovechando su ausencia tenia pensada una tarde de videoconsolas y cervezas, aunque podía salir algún plan mas interesante, -¿así que te apetecía verme?- le dije, ¡pues estas en un plan como para visitas! Solté riéndome, al ver la mesa con el cenicero lleno y latas de cerveza por encima, estaba segura que sabia a lo que venia, pero quería que se expresara un poco mas claro, no se lo iba a dar todo masticado, -no te preocupes, el plan que tenia no era precisamente en el salón, pero si estas mas tranquila lo limpio un poco-,medio en broma, pero dejándolo caer bien caído, mas bien tirado - si anda, no sea que les salgan patas a las cervezas y se vayan solas-
Mientras el se puso a recoger me senté en el sofá, poniéndome lo mas cómoda que la situación me permitía, medio tumbada pero sentada, llevaba un pantalón ancho de pierna pero ajustado de culo, y una camiseta con un escote bastante generoso para la época del año, pero perfecto para la función que tenia que hacer, y hizo, por que a Carlos le costaba trabajo mirarme a los ojos, podía ser vergüenza, aunque supongo que las vistas no le dejaban mirar mas allá, cuando terminó se sentó a mi lado y me dijo, -bueno, ¿que te apetece hacer?, me pregunto, a lo que sin mas rodeos le conteste, -creo que se por donde vas, la cuestión es, ¿ sabes que esta mal, no? Somos amigos y los dos tenemos pareja, reconozco que hay cierta atracción entre nosotros, pero no es la forma correcta.
Empezó a explicarme que su relación con Paula no iba bien, que solo discutían, el irse a vivir juntos había apagado la llama y que cada vez que estaban solos se les hacia un pesado trago que tenían que pasar como rutina, me sentí tan identificada que decidí dar un paso mas, -¿ y que te hace pensar que si hacemos algo ahora será diferente?, tu estarás pensando en Paula y yo en Álvaro, y en que les estamos haciendo daño, y en que no es lo correcto-, - la verdad es que tienes razón-, me dijo, - pero todo el tiempo que llevamos viéndonos, no puedo sacarte de mi cabeza, no se si ese será uno de los motivos por que mi relación no funciona, pero algo me dice que debo intentarlo.
Carlos a mi nunca me había atraído, es mas, me parecía mas bien tirando a feucho, y con un cuerpo que tampoco es que fuera un escándalo, era unos años mayor que yo, y en esta franja de edades la diferencia era muy evidente, pero la situación, el sofá, que el cada vez estaba mas cerca mío, me estaban haciendo cambiar de idea, cada vez me estaba poniendo mas nerviosa y excitándome a la vez, no sabia que sensación ganaría, pero estaba decidida a comprobarlo, Carlos también lo había notado, y decidió dar el primer paso, se medio tumbo en el sofá, casi encima de mi, poniendo su boca muy cerca de la mía, diciendo muy suave: -noto que es el momento-.
Era la ultima señal, no pude mas que acercar mis labios a los suyos y besarlos, como si no lo hubiera hecho nunca antes, el me mordía el labio inferior y lo succionaba, a lo que yo le respondía con mi lengua intentando que se chocara con la suya, pensé en una sensación de culpa, pero una ráfaga de bienestar se apodero de mi, pidiéndome que fuera mas lejos, que llegara hasta el final, me lo merecía, había sido muy mala racha y esto lo solucionaría, por lo menos por el momento.
Con los dos tumbados en el sofá, ya en una postura claramente mucho mas cómoda, empezó con mucho cuidado a levantarme la camiseta, le deje hacer levantando los brazos para ayudarle a sacarla, y quedo al aire un precioso sujetador negro con encaje, que con un hábil movimiento de su mano derecha, no me dio tiempo a impedir que saliera despedido hacia delante, dejando al aire mis no muy grandes, pero perfectos pechos, Carlos no pudo mas y se quito la camiseta, a gran velocidad, para no perder tiempo en agarrar las dos con una excitación, que hizo que yo también me excitara un poco mas.
Fuimos a mas, seguíamos besándonos y acariciándonos sin parar, nuestras manos recorrían todos los rincones de piel que teníamos al descubierto, como pronto se nos quedo pequeño el espacio, tuvimos que buscar mas zonas de piel aún sin explorar, le quite el corto pantalón que vestía, mi sorpresa fue al ver que no llevaba nada debajo, algo normal por otra parte, estaba en casa, estaba cómodo, me llamo la atención verle el pene, no era muy grande, pero verlo por primera vez me produjo lubricarme de tal forma, que casi no le di tiempo a quitarme los pantalones, que ya tenia desabrochados, y a quitarme el diminuto tanga, que cubría justo lo que tenia que tapar, nos sentamos uno al lado del otro, y con las manos cruzadas, y sin dejar de besarnos, nos masturbamos mutuamente, primero con suavidad, después mas enérgicamente, como me estaba gustando, ufff cuanto tiempo hacia que no sentía algo parecido, a el le debía pasar lo mismo, por las expresiones que ponía, se notaba que hacia mucho tiempo que también necesitaba algo así, quería que no parara, pero saber que había algo mejor esperando me hizo decidirme, en ese momento tome la iniciativa, y me subí a horcajadas sobre el, nos conocíamos de sobra y yo tomaba la píldora anticonceptiva, así que considere que no había riesgos, me coloque de tal forma que la punta rozaba mis labios vaginales, acompañado de un movimiento hacia arriba y abajo de el, la sensación de placer era casi total, esperando la penetración, que llegó de una forma tan progresiva, que sin darme cuenta ya estaba entera dentro, la sentía mucho mas grande y gruesa que lo que me pareció al verla, y la forma de moverse era ideal, me abrace a el, y acompañando los movimientos de cadera, le apretaba los pechos contra el suyo cuando bajaba, y al subir contra su cara, el se aprovechaba bien, y acompañaba cada roce con un lenguetazo o un pequeño mordisco, que me hacia multiplicar el placer que me estaba dando, cada vez nos movíamos mas rápido, y mas acompasados, en el momento que estaba a punto de terminar, Carlos me dijo que el estaba a punto, que si se quitaba, le dije qie ni se le ocurriese, estaba llegando al máximo placer, y una eyaculacion conjunta seria el climax total, solo hicieron falta dos o tres movimientos para conseguir la de ambos, estallamos a la vez de placer, un placer que notaba como me iba inundando poco a poco, desde lo mas profundo de mi vagina, hasta que iba saliendo por donde podía, fue una sensación tan placentera que me quede exhausta en el sofá, durante varios minutos sin poder moverme, me temblaban las piernas y me costaba mantenerme centrada, había sido el mejor orgasmo de mi vida, lo que me hizo plantearme si alguna vez había tenido uno, Carlos también se quedo tumbado a mi lado, medio soñoliento y medio aturdido aun, llevaba mucho tiempo necesitando algo así.
Cuando recobramos fuerzas, y después de apagar un par de cigarrillos, decidimos que lo mejor era fingir que nada de esto había pasado, mientras nos vestíamos, ambos sabíamos que era lo correcto, pero necesitábamos mas el uno del otro, me despedí con un beso en los labios, tan intenso que estuve a punto de quedarme otra vez.
Al recorrer el camino a casa en el coche, no paraba de darle vueltas, a ver ahora como le iba a mirar a la cara a Álvaro, no sabia si podría, lo mejor seria no dar muchas explicaciones, pare en el bar de al lado de mi casa, a comprar un paquete de lucky, nada mas entrar por la puerta, le dije, -hola, ya estoy aquí, voy a darme una ducha que vengo muy cansada- a lo que recibí como única respuesta, -ok, ¿me has traído el tabaco?
Aquella respuesta fue la que me abrió los ojos.
Por cierto, aun no os he dicho mi nombre...