Harry Potter y los presentes de la Muerte V
Ginny encuentra un collar. Fleur anuncia que se casa con Bill y el collar posee a una Ginny. Enfadada Ginny viola a Hermione y a Molly. Por suerte, Fleur consigue quitarle el collar tras comerle el coño y Molly lo destruye. Pero no todo acaba aquí ya que la infidelidad sacude a los Weasley.
Los días después del juicio fueron mucho peores como Harry. Anteriormente tenía a toda la Orden prestándole atención a su situación, pero ahora que le habían absuelto cada uno había regresado a sus tareas. El señor Weasley no le contaba nada sobre la Orden y cuando hablaban era sobre muggles. Sirius se pasaba el día deprimido debido a estar encerrado y a que la próxima semana volverían a Hogwarts y se quedaría solo en esa deprimente casa. Todos los demás estaban en misiones o planeando algo. Ron y Hermione iban a estudiar juntos a la biblioteca y luego por la noche usaban su habitación como picadero. A pesar de alegrarse por su amiga también estaba celoso, Hermione era demasiado hembra para un Weasley.
Lo único que podía hacer en la casa era ayudar a Molly a limpiar la casa y pasar el rato con Ginny. Por desgracia desde su noche de placer forzado, la pelirroja le evitaba y cuando hablaban no lo hacía con su sarcasmo habitual sino con miedo en la voz. Además, eso se había incrementado ya que la chica Weasley no dormía bien por las noches por el miedo a ser violada por su nuevo compañero de cuarto. Ambos chicos disfrutaban del silencio hasta que escucharon la voz gritona de la señora Weasley llamándolos. Ambos bajaron las escaleras evitando mirar las cabezas de elfos.
Harry bajaba más lento observando el culo de la pelirroja y pensando que a pesar de haber disfrutado de la chica, esta tenía la apariencia de Hermione. Quería follarla sin ningún truco de por medio. Ginny tenía un año menos que él y era la hermana menor de Ron, pero que más daba eso. Era una mujer ardiente y lo había demostrado aquella noche cuando lo sedujo. Una vez estuvieron abajo, vieron como la mujer pelirroja discutía con un enfadado elfo.
Ginny miró al elfo con asco y dijo con voz pesimista- Ese elfo, no deja en paz a mama. No quiere que tiremos nada. Pero tampoco limpia. Es un coñazo.
El elfo escuchó miró a la joven pelirroja y dijo- Kreacher no obedece a amigos de los sangres sucia ni a traidores a la sangre como los Potter y los Weasley. Si mi ama viese como su noble hogar está siendo contaminado por inmundicia.
Ginny miró al elfo con odio iba a estallar contra él cuando Harry dijo mirando a la Señora Weasley.
- ¿Por qué no le dices a Sirius que le ordene limpiar? Así tendría que hacerlo.
Molly miró al chico y dijo- Lo único que ordenaría Sirius sería que el elfo se auto suicidase. Odia a ese elfo. Y me parece normal, no debe de haber sido fácil convivir con él- miró a Kreacher y dijo- ¿Vas a ayudarnos Kreacher?
El elfo miró a la pelirroja madura y dijo- Kreacher nunca ayudara a los traidores de sangre. La casa Black permanecerá pura para siempre, como la ama Walburga ordenó a Kreacher en su lecho de muerte.
Ginny miró a su madre y sonriendo dijo- ¿La maldición Imperius funciona en elfos?
Harry y Molly miraron a la chica enfadados, mientras que la pelirroja se reía de su ocurrencia. La pelirroja dijo- No sé porque os lo tomáis mal, seguro que Ojoloco me da la razón.
Molly miró a su hija sabiendo que no tenía sentido discutir con ella. Mirando a ambos chicos y despidiendo al elfo con una mirada fría dijo- Vais a limpiar las habitaciones del tercer piso. Queremos volverlas habitables. Quitad todo lo que sea peligroso- ordenó la mujer a su hija y al chico.
Ambos se dirigieron al tercer piso, subieron las escaleras y acabaron en un oscuro pasillo decorado con antiguas fotografías de miembros de la casa Black, de emblemas dorados y de cabezas de elfos antiguos. Harry todavía no se acostumbraba a ver tantas cabezas decapitadas por todas partes, la pelirroja en cambio miraba a los elfos con espanto en sus ojos, pero con anticipación, pensando en que ese sería el destino del elfo que había insultado a su familia. Tras contemplar el pasillo vieron que su labor iba a ser pesada. El tercer piso era enorme y constaba de varias habitaciones. Ginny curioseando leyó una inscripción en una puerta.
-Cassiopeia Black- la pelirroja miró el nombre y luego comenzó a intentar recordar el tapiz gigantesco de los Black- ESA tía nació hace un siglo y todavía no habían limpiado su habitación de muebles.
Harry sonrió, pero simplemente dijo- Limpiemos los cuartos. No quiero tener sorpresas- dijo con desconfianza hacia las habitaciones.
Los chicos entraron en los cuartos y fueron limpiando mágicamente. Por suerte Ginny había aprendido de su madre y utilizaba la varita con demasiada destreza para ordenar y limpiar. Mientras la chica limpiaba, Harry observaba y tiraba objetos peligrosos o que no tuviesen valor, casi todos. Mientras terminaba Harry miró el trasero de la chica. Ginny podría haber sido un año menor que él, pero era una belleza digna de catarse. Y es que ya la había catado, aunque no hubiese sido de la manera más ortodoxa. Normalmente le daría igual ese detalle, pero quería tener a la pelirroja en todo su esplendor.
Mientras la chica utilizaba su varita para examinar los recovecos de las tablillas de madera o los muebles. Harry le miraba el culo con un deseo que intentaba disimular. Si hubiesen estado solos, no habría dudado en levantarle la túnica y empotrársela contra el tocador. Reprimió su deseo, pero entonces la pelirroja se agachó más, la postura hacía que su ropa se apretase en un ángulo extraño contra su piel y que la braga que llevaba se pudiese ver a tras luz. Ginny parecía querer coger algo con la mano, pero la postura en la que lo intentaba era demasiado sugerente. Estaba provocando una erección que difícilmente podría disimular.
Tragando saliva dijo- ¿Ginny que haces?
La chica simplemente alargó más el brazo y se reincorporó sosteniendo un collar finamente ornamentado. Harry miró el collar con atención, era una piedra negra adornada con hilos de plata que pintaban el emblema Black. Todo eso se encontraba cubierto por el cráneo de un cuervo finamente labrado en algún metal oscuro. Impresionado por la belleza de la baratija dijo.
- ¿Quizás debas enseñárselo a Sirius? Por si es peligroso o algo.
La pelirroja miró el collar y sin mediar palabras se lo puso en su cristalino cuello. El contraste entre los tonos oscuros metálicos, la blancura de su piel y el llameante cabello hacían que a Harry le resultase difícil resistirse ante semejante visión. La chica dijo.
-Es solo un collar. Creo que me lo quedare.
Ambos no vieron ningún problema en eso y continuaron limpiando los demás cuartos. Sin embargo, Harry se mostró prudente. Por las malas había aprendido lo peligroso que era encontrarse objetos malditos. En especial la pelirroja tenía costumbre en agarrar cosas peligrosas. Así que no quitaba el ojo de encima a aquel collar ni a su dueña. Por otro lado, Ginny había continuado con su labor, aunque había dejado la postura bípeda para proceder a limpiar a cuatro patas, algo que exasperaba la salud cardiovascular del chico. Parecía que la chica quería que se la follase.
Cuando ambos acabaron de limpiar era ya la hora de la cena. Ambos bajaron a la gran mesa que ocupaba la cocina. En la mesa se encontraban casi todos los Weasley, Sirius, Remus y algunos otros. Lo que llamó la atención de Ginny fue que junto a su hermano estaba sentada la francesa del año pasado, la veela. La pelirroja pudo ver que el efecto de su magia seguía siendo igual de fuerte que hace un año. Harry había dejado de mirarla y su mirada se centraba en las piernas inusualmente pálidas de la rubia. Ron había dejado tranquila a Hermione para centrarse en observar descaradamente el escote de la chica. La furia inundó su mente, furia hacia los hombres y hacia aquella bruja, sin que se diera cuenta, el collar se calentó momentáneamente y comenzó a quemar su piel.
Ambos ocuparon sus sitios y comenzaron a degustar los platos de Molly, sin protestar mientras hablaban de cosas triviales. La chica observó como su hermano y Harry hablaban mientras miraban a la francesa y como esta permanecía distante y solo conversaba con Bill, con Sirius y con Dumbledore que presidía la mesa tranquilamente. Una vez acabó la cena, el director se puso de pie y dijo con voz soñadora.
-Estamos aquí para celebrar una alegría en medio de esta guerra. Voldemort- todos temblaron menos Harry- se hace más fuerte y ataca sin vacilación el mundo mágico. Ha atacado zonas residenciales muggles, incendia puentes y hospitales. Hace días estalló el Wizengamot- Harry miró al hombre. Lo había vivido en carne propia- No sabemos que trama exactamente. Incluso el Profesor Snape, infiltrado en sus filas no sabe que ocurre con el señor tenebroso. La única esperanza es que el ministerio de vuelta a sus políticas y se enfrente a la oscuridad, pero mientras eso pasa. Nosotros somos la luz que ilumina la esperanza del mundo mágico. Por eso siempre es una buena noticia saber que más faros iluminas el cielo oscuro. Y para mí, es un honor anunciar que la Señorita Delacour. A la que todos conocen del año pasado- miró a la chica y esta se levantó con nerviosismo- se ha unido a la orden como infiltrada en Gringotts. Somos una más.
Casualmente todos los hombres de la orden alzaron su voz y elogiaron a la nueva integrante. Ginny miraba a la chica y tenía que admitir que no estaba nada mal. Ciertamente la genética veela era envidiable. Altas, rubias y con una piel blanquecina que roza lo translucido. Ojos azules claros, pelo liso. Pero lo más importante era que eran seres sexuales y estaban bien preparados para ello. Tenían una delantera lo suficientemente grande como para excitar a alguien sin problema, pero al contrario que las brujas. Los pechos de veela no se caían, eran siempre gordos, suaves y calientes. Perfectos para ser tocados. Sus nalgas también eran perfectas y Ginny había escuchado historias sobre como su vagina podía matar a alguien de placer. La pelirroja odiaba sentirse inferior por algo así, Fleur parecía llevarse la atención masculina sin saberlo. Era algo innato.
Todo siguió igual hasta que Bill, su hermano mayor. Y uno de sus preferidos, alzó la voz y dijo- Yo también tengo que decir que Fleur no solo se une a la orden como espía e integrante. Sino también como mi futura esposa. Estamos juntos y pensamos casarnos.
La noticia helo la sangre de Ginny. La chica miró a todos lados, pero solo veía a la gente felicitando a Fleur o bromeando con Bill sobres su noche de bodas. Dumbledore se retiró del ambiente. Ginny miraba a todos lados, pero nadie le echaba cuenta. Harry hablaba con Sirius que parecía melancólico al recordar la boda de James en plena guerra. Hermione hablaba animadamente con la francesa ajena a todo. La ira se convirtió en odio, no solo le quitaba la atención de Harry y de los demás, ni opacaba su belleza con su magia sexual. Sino que ahora le quitaba a su hermano. El collar había dejado de quemar la piel, ahora se enfriaba haciendo que sus pezones se pusieran rígidos. De pronto, fue consciente de que algo cambiaba. Los hilos de plata del collar brillaban en resplandores rojos y verdes mientras que la temperatura ascendía quemándole.
Alertada por el comportamiento de la baratija, corrió al baño. Se desnudo e intentó quitarse el collar. La escena era semejante a cuando intento tirar el diario por la cañería del baño. A diferencia de que mientras el diario se aprovechaba de su amor para subyugarla, el collar respondía a sus emociones y le ofrecía poder a cambio.
La pelirroja se concentró en la sensación que le producía el collar y entonces notó algo. Se miró en el espejo y vio a una mujer morena llorando mientras observaba varias fotos. Luego la escena cambió y vio a una niña de alrededor de seis años jugando con otras dos. Volvió a cambiar y vio a la chica siendo penetrada por un falo de goma por su hermana mayor. La morena y su hermana chupando las tetas de la más grande. Ginny se excitaba con las imágenes que veía, pero no entendía que quería mostrarle el collar. La escena cambió y vio como una chica con cabello enmarañado y castaño años se enfrentaba a otra que podría ser su gemela sino llevase el pelo negro y le faltasen tetas. De repente una voz sonó en su mente. Una voz de mujer que parecía tranquilizar sus emociones. Y le repetía.
Nos quitaron todo lo que valorábamos. Recupéralo.
El efecto mental cesó y Ginny volvió a ver su reflejo en el espejo, aunque el collar parecía haber calmado su temperatura. La pelirroja estaba desnuda pero poco le importaba en ese momento. Pensó en las imágenes y en la voz que escucho, luego tocó el collar. Los ojos de la pelirroja cambiaron de su tono chocolate a un tono más negro mientras que pensaba en una sola cosa. Recuperar lo que había perdido. Recuperar a su hermano, a Harry y la admiración de todos. Y solo había un obstáculo en el camino. Esa puta francesa.
Ginny volvió a mirar en el espejo, asustada por su razonamiento. Pero el espejo seguía mostrándole su propio cuerpo desnudo. Sintiendo lo correcto, el colgante que llevaba recuperó su temperatura normal y las marcas de las quemaduras se perdieron. Entonces simplemente se vistió y miró el reloj que había en el pasillo. Era tarde, llevaba cerca de tres horas encerrada en el baño duchándose. Volvió a la cocina solo para ver como su madre recogía los platos y los lavaba mientras que los demás invitados conversaban sobre Voldemort. Fue hacía su madre y poniéndole la mano en el hombro la asustó.
La madura miró asustada, pero al ver que era su hija se tranquilizó. Luego su mirada cambió a una de alerta- Hija te fuiste muy rápido de la cena. Y llevas horas en el baño. ¿Estas bien?
Ginny miró a su madre y sonrió mientras decía- No tenía hambre. Y me quede dormida con el agua. ¿Por cierto que opinas sobre el matrimonio de Bill?
Molly miró a su hija y vio a la francesa que seguía hablando con Tonks- Hija, que te voy a decir. Yo quería para tu hermano una mujer mejor, inglesa a ser posible. Pero, Bill ha decidido. Y tendremos que aceptarla. Cuando se case será una Weasley.
Ginny apretó los puños y el collar se calentó por momentos- Mama. Fleur es parte veela. Es un ser sexual. Le pondrá los cuernos a Bill. No pueden ser fieles, son seres ardientes y oscuros.
A Molly se le erizo el vello ante las acusaciones de su hija. Buscando poner paz dijo- Hija. No todas las veelas son así. Si es cierto que en la cama son auténticas bombas y que algunas han llegado a matar hombres, pero no tienen por qué ser infieles. Ojalá, Bill de la talla y tenga nietos pronto- dijo la mujer esperanzada de que la guerra terminase y pudiese tener muchos nietos correteando por la Madriguera.
Las cejas de Ginny se tensaron ante la visión de la mujerzuela rubia preñada y teniendo bebes. No deseaba ver esa imagen en la realidad. Sin embargo, había comprobado que ir a por su madre era demasiado difícil, necesitaba buscar una forma de enfrentarlas. La joya ardió y se enfrió repetidamente, Ginny la tocó y una idea se apareció en su mente. No necesitaba ir a por su madre, ella le había dado la llave para cumplir su objetivo. La pelirroja giró su atención hacia la rubia.
Se acercó un poco a Tonks y a Fleur y dijo.
-Fleur. ¿Qué te pareció la comida?
La rubia dejó de hablar con Tonks miró a la pelirroja, su cuñada y dijo abiertamente- Estuvo tre... sosa. Le faltó salt. En France, est mucho mejor.
La pelirroja sonrió y dijo- Pues a ver si algún día nos cocinas algo de tu tierra. Quiero ver que nos preparas.
La rubia frunció el ceño y dijo mirando a Tonks- ¿Yo cocinando? Pog dios. Eso es de seg mujeg antigua. Ahogga lo hacen los hombres también.
Tonks rio y dijo- Ginny a que vienen esas preguntas. Pareces Ojoloco en las reuniones.
Ginny miró a la mujer y sonrió. Luego miró a su madre que había escuchado todo, pero no parecía intervenir. Ginny cerró los puños y se fue otra vez a su cuarto corriendo. El collar ardía de nuevo contra su piel. Tonks la miraba mientras huía y Molly parecía expectante. Estaba enfadada por las acusaciones de la francesa, pero no comprendía a su hija.
La chica huyó y se fue a su cuarto. Cerró a puerta e intento quitarse el collar, pero no podía. Parecía aferrarse a su carne y quemarla, lo que empezaba a aterrorizarla era que estaba aumentando su furia y su odio de nuevo. La idea surgió en su mente, la extorsión había fallado, ahora empezaba la tortura. Ya era tarde, pronto todos se acostarían y entonces empezaría su plan. Tan solo necesitaba un molde, y pronto lo conseguiría.
Ginny vio que Harry estaba dormido en la cama que antaño pertenecía a Hermione. Ahora la zorra tetona se pasaba el día con Ron. Con otro de sus hermanos, otra puta que merecía sufrir. Miró a Harry y cuidadosamente lo destapó hasta dejar ver su pantalón del pijama. La pelirroja se recostó a su lado y metió su mano dentro de los boxes del niño que vivió. Lo pajeó rápidamente, aunque siempre intentando no despertarlo. Cuando estuvo en su máximo tamaño, no dejó de apretar, pero ralentizó el ritmo. Deseaba que este momento perdurase en su memoria, tenía al chico que amaba para ella sola y estaba dormido. Tenía su pene listo. Podría inseminarse mágicamente pero no era eso lo que deseaba en este momento. Simplemente agarró su varita y transfigurando con mucho cuidado, consiguió recrear el miembro erecto de Harry.
Ahora su clítoris se había transformado en un enorme pene listo para penetrar a cualquier mujer. Ginny lo retocó intentando detallar cada detalle. Lo único que no podía realizar era que su pene no expulsaba ningún fluido por lo que se iba a perder el mancillar a sus enemigas con su leche. Era triste pero poco importaba. Su pene seguiría erguido y cada toque la excitaba mucho. Necesitaba aliviarse a sí misma, inconscientemente tocó el collar y notó que este estaba calentándose más y quemando su piel. Pero no quería quitárselo, el collar le estaba diciendo lo que tenía que hacer, le daba poder y quería hacerlo.
Ginny corrió escondida entre las sombras. Por suerte la casa Black era buena en eso. Era enorme y había mucha oscuridad por lo que podía escabullirse sin ser notada, eso era lo mejor estando desnuda y con un falo apuntando al norte. Se dirigió a por una víctima fácil. Abrió el dormitorio de Ron y miró como su hermano estaba dormido en su cama desnudo y con todas las sábanas enredadas. Referencia de lo que había ocurrido más recientemente en ese cuarto. Miró a la cama de Harry y vio a Hermione vestida con un pijama a medio arreglar. De su entrepierna seguía saliendo algún fluido viscoso que Ginny a la distancia supuso que era semen. Se acercó a ellos y escuchó el sonido de su hermano roncando. El collar se calentó y Ginny asintió mientras tocaba su nueva creación, esto iba a ser fácil.
Fue hacia la cama donde dormía Hermione después de una follada. Ginny tocó sus rizos castaños y dijo dulcemente- Pronto devolverás lo que nos pertenece. ASQUEROSA SANGRE SUCIA.
La pelirroja destapó las sábanas para exponer la figura dormida de su amiga. Pudo ver a su amiga a medio vestir. El pijama estaba sudada y manchado de semen en algunas zonas, se podía ver que el sujetador estaba movido y sin abrochar dejando ver un seno entero. Sus pechos tenían marcas de la buena noche que habían pasado pero lo peor se lo llevo su trasero, estaba rojo y magullado, pero de su vagina salía una corriente de fluidos mezclados con algún grumo. La menor de los Weasley se relamió mientras con su mano recogía algo de líquido y lo untaba sobre su nueva creación. Saboreaba el momento y deseaba lo que iba a ocurrir. El collar instintivamente parecía querer acercarse a la zorra durmiente y empezó a tirar del cuello de la pelirroja hasta conseguir que su cadera cogiese impulso.
Ginny recuperó la cordura durante un momento, pero pronto el collar volvió a la carga y la sometió dejándole ver visiones en la que dos hombres violaban a dos mujeres. La pelirroja no sabía identificar nada, pero asustada y excitada se doblegó a la voluntad de aquel artilugio. Rodó a su compañera hasta dejarla boca abajo, con extremo cuidado le colocó la cabeza de lado para que pudiese respirar y acarició su cabello con mucho amor. Luego se centró en el premio que había ante sus ojos. Una vagina abierta, lista para volver a ser llenada.
Ginny se preparó para la embestida de bienvenida. El collar había dejado de quemarla y ahora simplemente calentaba su cuerpo de forma sexual. La hacía desear lo que estaba a punto de suceder. En el fondo había dudas, pero la magia sexual que emanaba de aquel objeto perjudicaba sus emociones y la hacía desear más lo que iba a pasar. Sin pensárselo más, enfundó su miembro en el coño de la tetona que estaba acostada.
Hermione respondió saliendo de su sueño, aunque seguía adormilada. La chica recibió las primeras embestidas con gemidos de dolores debido a la brusquedad y a la falta de preparación. Somnolienta y gimiendo entrecortada dijo.
- ¡Ron! Para me haces daño. Ah.
Sus suplicas solo se vieron respondidas con más penetraciones, más bruscas y fuertes. Sus nalgas estaban volviendo a doler y la pelirroja lo enfatizó con azotes. Hermione intentó mover la cabeza, pero en seguida se dio cuenta de que en la cama de al lado descansaba su novio. Ron roncaba absorto a todo lo que pasaba a su lado.
Hermione ya gemía considerablemente mientras intentaba hacer fuerza con sus manos y piernas para poder levantarse y tumbar a su agresor. Por desgracia, Ginny era demasiado rápida para ella, la musculatura que tenía la chica hacía que pudiese dominar a Hermione fácilmente. Además, la morena gemía con cada golpe y sus extremidades temblaban. Cuando la morena consiguió levantar la espalda mientras la follaban, la pelirroja puso su pie en la cabeza de Hermione sometiéndola a duros castigos.
La tetona perdió la esperanza solo le quedaba esperar a que el dueño de semejante miembro se corriese dentro de su útero. La posibilidad la consolaba ya que había comprobado horas antes el alcance de su feminidad y lo que provocaba en los hombres. Pero este pene parecía inusual. Por lo que sabía y había comprobado con Ron, los penes eran calientes y rígidos, pero a pesar de eso un hombre no podía aguantar a un ritmo muy rápido mucho tiempo. El miembro que la penetraba era cálido, pero demasiado duro y la persona que ejercía su dominio simplemente no cesaba de empujar y cada empujón llegaba profundo.
A pesar de la violación y el sometimiento, la mente de la morena no dejaba de hacer observaciones. La persona que la follaba era lo suficientemente fuerte para someterla, tenía pies pequeños y buscando más pistas, lamió la planta del pie enfocándose más en el dedo gordo. Ginny paró al comprobar hasta donde había llegado la excitación de la zorra, le estaba chupando los pies. Riendo sacó el pene y con un pisotón bien colocado volvió a tumbarla boca abajo. Admiró una obra bien hecha, el pelo estaba desordenado, sus flujos inundaban su rabo y mojaban las sábanas y Hermione respiraba entrecortada por tanto placer. Ginny se sentía satisfecha pero el collar se encendió dejándole ver una idea. Era demasiado peligrosa dejarla consciente. Tenía que desmayarla.
Mientras admiraba su obra se bajó de la cama y dio la vuelta hasta poner su cadera en frente de la cabeza jadeante de la morena. La dejó respirar agotada tras tanto ejercicio rítmico. Cuando observaba a su amiga jadear y sollozar por lo que había ocurrido, la pelirroja se sintió culpable pero pronto el sentimiento cambió. No era para tanto, ni siguiera podía dejarla embarazada y además la perra había disfrutado de la follada, las sábanas manchadas eran testigos de todo lo que Hermione se había corrido. Dejando de lado la empatía agarró los rizos de la tetona con saña levantándole la cabeza poco a poco.
Mientras tiraba de su cabello, Ginny utilizaba uno de sus pies para aplastar la espalda de la bruja y evitar que se levantase por completo. La postura hacía que la cabeza de Hermione se situase por encima de la cadera, situando su mandíbula encima del bulboso glande erecto. En esa posición, a la bruja morena le dolía el cuello y la espalda ya que el pie apretaba sin compasión. Lo peor era que sus tetona quedaban al descubierto y botaban libres de presión. La pelirroja sabía que tenía que trabajar con rapidez, ya que pronto Hermione se daría cuenta de que no era un pene de verdad.
Le levantó la cabeza y dejó de apretar su pie. Simplemente abrió las piernas con su pene apuntando hacia arriba listo para su próxima misión. Hermione pensaba rápido pero el dolor de su culo, el placer residual de la follada y la situación a oscuras no eran favorables. La morena intentó levantarse, pero rápidamente fue ensartada por el falo. Sabiendo lo que debía de hacer comenzó a mamar.
Al mismo tiempo que su agresora se deleitaba con la sumisión y con sus alegres tetones, Hermione utilizaba la mamada como distracción. Seguía saboreándolo con destreza y mejorando su técnica, pero poco a poco aprendía más. El miembro no destilaba ningún fluido, tampoco tenía el olor y el sabor característico de las hombrías, solo sabía a la vagina por la que había pasado. Intentando probar su teoría mordió el pene y comprobó que ningún grito salía de su poseedor. Tan solo sus pezones sufrieron una reprimenda en forma de pellizcos haciéndola soltar. Gracias a eso Hermione sospechaba que era una mujer la que abusaba de sus melones. Se le ocurrió una idea extrema, y cogió fuerzas para intentar probar su teoría.
Mientras mamaba, cogió aire cuando solo tenía el glande en la boca y se metió todo en la boca. Ginny miraba asombrada como semejante falo había entrado en su totalidad. El pene se desplazaba por su garganta y tocaba la campanilla provocando arcadas. Asombrada dejó de moldear sus pechos y riéndose, la sacó de su miembro y dijo.
-Eres demasiado buena para ser una sangre sucia. ¿Con cuántos has practicado?
¿Cuánto cobras, nena? Pagaría lo que fuera para disfrutar de tus tetazas plenamente- dijo mientras agarraba ambas y las juntaba y separaba bruscamente.
Hermione se sintió herida pero burlonamente había comprobado que la prepotencia de su rival era su debilidad. La garganta profunda había conseguido que su nariz tocase un montículo de vello finamente recortado. Un montículo con una fragancia muy característica. Olía a fresas frescas. Respirando dijo.
-Ginny ¿Por qué haces esto?
La pelirroja gimió de miedo. Su amiga la había descubierto y estaba entrando en pánico. Probablemente su madre y su padre se enfadarían con ella, Harry la odiaría por ultrajar a su mejor amiga. Hermione la odiaría e incluso podrían encerrarla en Azkaban. El miedo congeló su cuerpo por momento, pero la magia del collar se activó como respuesta del miedo. Una voz dulce y oscura le susurró dentro de su cabeza, desmáyala. Ella no recordara nada de lo que pasó.
Era una solución arriesgada pero la única. Se levantó con el falo tieso, y usando toda la fuerza que pudo obtener tumbó a su amiga. Ahora su boca y sus pechos estaban visibles. Sus brazos intentaban apartarla del camino, pero la morena no tenía suficiente fuerza como para quitar a la chica de arriba suya. Muy pronto, Ginny colocó sus piernas sujetando los brazos y con una de sus manos toqueteó los melones de su amiga. El toque hizo estremecerse a Hermione que paró por un momento de resistirse. El tiempo justo para que la pelirroja metiese el falo entre los bonitos labios de Hermione. Hermione intentó retroceder, pero la pelirroja utilizaba su cadera con fuerza para embestir sus labios mientras que con sus manos evitaba que retrocediera. El falo ya estaba bajando demasiado por la garganta y eso hizo que la saliva discurriese sin control y manchase toda la cara de Hermione. La chica murmuraba cosas y pedía ayuda, pero los sonidos eran opacados y Ron estaba dormido profundamente.
Todo se volvió inútil cuando el falo alcanzó lo más profundo de su garganta y cortó su suministro de oxígeno. Ginny veía con tristeza como su amiga empezaba a sufrir por conseguir aire, pero no podía dejarla así. Solo necesitaba un poco más. A los minutos, la presión de Hermione disminuyo y Ginny salió de su boca. Le tomó el pulso y comprobó que estaba sana, aunque estaba desmayada. El collar simplemente se apagó y la pelirroja volvió a su estado natural.
Asombrada simplemente usó magia para limpiar cualquier rastro de saliva de su cara. Luego sustrajo un recuerdo con su varita, no era buena desmemorizando, pero esto evitaría que supiese que había sido ella la que la había atacado. Una vez resuelto todo, era demasiado pronto para regresar así que Ginny se contentó con volver a penetrar la vagina de Hermione por horas. Esta vez podía hacerlo en muchas posiciones moviéndola fácilmente. Al cabo de unas horas, la vagina de Hermione no se cerraba con facilidad y su culo estaba sangrando en algunas zonas. Hermione había salido del desmayo hace algún tiempo, pero la había atado y amordazado. Tras horas de jugar, la dejó atada y cegada a cuatro patas y se marchó no sin antes morder sus pezones.
Al volver a su habitación uso magia para volver a poner su clítoris en su estado natural. Por desgracia, estaba tremendamente excitado tras tanto roce anteriormente y Ginny tuvo que masturbarse un rato para poder dormir sin prisa ninguna. Pero agotada no se quitó el collar.
Por la mañana todo iba normal. Todos se levantaron y desayunaron sin ninguna prisa y hablando de temas banales. Solo Harry tenía la mirada fija en su nueva baratija. Ginny sabía que el chico sospechaba de ese artilugio, a decir verdad, ella también sospechaba, pero cuando lo llevaba puesto le daba poder y seguridad y no pedía nada a cambio. Ginny se convenció de que esto no era como el diario. Aunque seguía siendo algo oscuro sin ninguna duda. Mientras todos comían tranquilamente bajó la escalera Hermione con una cara llorosa acompañada de un desaseado Sirius y de Ojoloco que miraba hacia todos lados con su ojo eléctrico.
Ambo sentaron a la chica en su silla y empezaron a hablar con Molly. Los demás escuchaban en silencio. Moody en cambio se volteó y dijo.
-Ayer por la noche. La señorita Granger fue asaltada, violada varias veces y luego la dejaron atada y amordazada. Ha sido Ron quien avisó a Sirius esta mañana para que la desatasen y curasen parte de sus heridas. Pero ese no es el problema, no sabemos quién pudo haber sido. Todos estabais dormidos y la guardia que patrullaba la casa no escuchó nada.
Molly afligida dijo- Alastor. Creo que te equivocas. Ayer estuvimos yo y Fleur hablando en la cocina y Tonks dio la ronda por los pasillos. Lo habéis descubierto esta mañana así que ella no vio nada.
Ojoloco miró a la mujer que usaba sus poderes para camuflarse y pasar desapercibida- ¡Tonks! No te escondas. ¿Viste algo anoche?
La mujer miró al hombre y dijo- Escuche gemidos en la habitación de Ron. Luego hubo silencio por un tiempo. Cuando volví a pasar seguían gimiendo. Asumí que Ron era un caballo en la cama y que Hermione era insaciable.
Ginny rio por lo dicho por la auror. Pero Ojoloco deliberaba furioso contra la que fue su alumna. Pronto, Sirius se unió a la conversación diciendo.
-Alastor deja a Tonks en paz. Cualquiera habría pensado lo mismo. Ron y Hermione llevan unos días muy activos. Es normal que haya pensado eso. ¿Qué hacemos para evitar que ocurra esto otra vez? Ya tenemos bastante con Voldemort no queremos violadores en la Orden.
Ojoloco dio la razón y empezaron a discutir medidas. Tan solo quedaban seis días para volver a Hogwarts así que no hacían falta tantas medidas según Sirius. Ojoloco en cambió contabilizaba el peligro de tener algún infiltrado en la casa como la otra vez, proponía interrogar a cada miembro de la casa. Molly simplemente dijo harta de ideas estúpidas.
-Sirius transfórmate en perro y busca cualquier olor extraño en la habitación de Hermione. Ojoloco y Tonks patrullaran por las noches. La casa es grande, pero entre dos estará bien. Yo interrogaré al elfo. No podemos fiarnos de él.
Sirius rio y dijo- Kreacher no dirá nada. Pero inténtalo.
El hombre se marchó riendo a carcajadas mientras que Molly se fue a buscar al elfo. Ginny se levantó y siguió a su madre buscando obtener información. Ella quería pasar del tema, pero el collar le indicaba que solo podría parar cuando su venganza cesara. Y todavía quedaban dos víctimas. Junto con su madre vieron como la criatura hablaba y se arrodillaba ante un cuadro de tamaño real de una señora bastante fea y mayor. Molly interrumpió la conversación con tono autoritario diciendo.
-Kreacher. Tu amo me ha pedido que te interroguemos así que tienes que responder nuestras preguntas- dijo confiada y autoritaria.
El elfo se giró y enfrentó a la mujer diciendo- El amo Orión falleció cuando vio a su familia arruinada. El traidor a la sangre no es el amo de Kreacher. Kreacher solo obedece a los verdaderos Black.
Molly furiosa apretó los puños y amenazando dijo- Me vas a escuchar y a responder con respeto por dos razones. Primera, yo estoy emparentada con los Black y soy sangre limpia. Segunda, sino respondes quemare el cuadro de tu antigua ama- esgrimiendo la varita y deseando quemar ese espantoso cuadro.
Kreacher miró el cuadro y dijo-Los Prewett murieron en la guerra. Usted es una Weasley y por tanto una traidora a la sangre. Y no tocara el retrato de la ama Walburga.
Molly angustiada se marchó diciendo- Vámonos Ginny. Este bicho no dirá nada.
Madre e hija se giraron dispuestas a abandonar la estancia, pero el elfo observó el collar que portaba y alarmado dijo.
-Niña. El collar de la joven ama. ¿De dónde sacaste ese collar?
La joven pelirroja miró el collar que tanta alegría le había dado y tantos problemas y dijo-Lo encontré mientras limpiaba es muy bonito.
Molly miró la baratija con una mirada extraña y mirando al elfo dijo- ¿Qué pasa con el collar? Es una simple baratija. Quédatela, Ginny- la niña sonrió y el collar se calentó suavemente dándole una sensación de seguridad.
El elfo miró el collar y dijo- Dígale al traidor Sirius que el collar de la Señorita Bella fue encontrado. Deben destruirlo. Fue hechizado con magia oscura por un mago muy poderoso. Ni la magia de los elfos pudo destruir esa cosa.
Molly miró el collar extrañada pero luego dijo-Se lo diré a Sirius, de momento se lo quedara Ginny. No notó magia oscura en ese objeto, así que no te preocupes hija.
Ginny no estaba preocupada, sino que miraba al elfo con mirada de odio. Por esa criatura iban a quitarle su collar. No iba a permitirlo. Cuando su madre se marchó con actitud despreocupada Ginny se paró frente al elfo y en su mente escuchó el sonido familiar diciéndole Tienes que sentirlo. Ginny miró al elfo y al cuadro de la anciana y levantando la varita dijo- Crucio.
El elfo fue tirado al suelo y empezó a chillar de dolor. Los ojos parecían que se le iban a salir de las orbitas. Asustadas retiró el efecto de la maldición. El elfo se reincorporó rápidamente y se inclinó ante la chica diciendo- Amante. Kreacher tiene una amante nueva.
Ginny miró al elfo y dijo- No. No. Yo te he torturado. Y no soy Black.
El elfo dijo señaló al cuadro y Ginny se fijó en que la mujer tenía su mismo collar. Luego dijo- Todas las amantes de Kreacher portaron ese collar. Y todas se acabaron convirtiendo en mujeres dignas de la casa Black. Tu eres la próxima amante de Kreacher está claro.
Ginny negaba todo pero la voz gritona del cuadro dijo- El collar ya ha empezado a trastocarte joven. Pronto no serás capaz de decir que no. Serás una digna portadora de ese collar. Vi lo que hiciste con la sangres sucia ayer. Pronto limpiaras esta casa de enemigos de la sangre Black.
Ginny negaba lo que le decía el cuadro y dijo buscando una salida a eso- Kreacher dijo que el collar era de la Señorita Bella no de usted- señaló a la mujer del cuadro. El elfo miró a la pelirroja y dijo.
-La Señorita Bella iba a ser la amante de Kreacher. Era la más Black de sus hermanas, pero el collar la cambió demasiado. La ama consiguió quitarle el collar y desterró su magia a una habitación inhabitada. De tal manera que solo una chica joven y digna de los Black pudiese encontrarlo.
Asustada por lo que escuchaba dijo- ¿Cómo me lo quito?
La mujer del cuadro la miró y dijo- Solo se puede sustraer el collar cuando se termine de nutrir de tus emociones. Mientras tanto, el collar parasita tus emociones volviéndote más sexual. Cuando pare el collar debe de ser retirado por otra persona o por ti misma si tienes suficiente fuerza de voluntad. De lo contrario, el collar parara de manipularte, pero cambiara tu mente a un patrón establecido.
Ginny miró a la mujer y dijo- Para quitármelo tengo que darle su merecido a Fleur y a mi madre. Cuando termine entonces podre quitarme esto y destruirlo.
El elfo miraba con deseo a la chica. Deseaba que fuera su nueva ama. La señora del cuadro miraba intrigada a la joven, no cualquiera podía encontrar el collar ni estar tan serena con el puesto.
La pelirroja corrió escaleras arriba a su cuarto mientras que el elfo miraba al cuadro con añoranza. Ginny ahora sabía que tenía que hacer, solo tenía que castigar a sus dos enemigas. Pensó que sería mejor hacerlo con su madre. Después de todo era más fácil subyugar a una mujer madura que a una joven veela. Fleur se merecía un castigo más severo, pero también podía resultar un peligro. Hermione fue demasiado fácil de doblegar, quizás su madre ofreciera más pelea. Pero ahora tenía que lidiar con varias personas patrullando la casa. Era más difícil.
Cuando llegó la noche, Ginny se levantó. Tardó poco tiempo en transformar su clítoris en una copia del falo de Harry. Esta vez tenía nuevos planes. Se había pasado todo el día planeando como hacerlo y había encontrado un modo sublime. Por desgracia cuando abandonó la habitación, Harry miraba hacia la puerta. A Ginny no le importó que la viera salir, simplemente dijo.
-Voy al baño.
Una vez fuera tenía que distraer a los aurores. Caminó rápidamente hasta el pasillo por donde se escuchaba la voz cansada de Tonks. La joven estaba harta de dar paseos por pasillos desiertos. En teoría buscaban a un violador, pero la bruja sospechaba que seguramente los daños físicos de Hermione eran provocados por Ron. El pelirrojo se pasaría con su novia. Mientras la bruja caminaba, Ginny observaba escondida entre las sombras. Viéndola distraída, la pelirroja lanzó un encantamiento desmallador que impactó en la bruja tirándola contra la pared.
El impacto no fue suficiente para derrotar a la auror que inmediatamente convoco con su patronus a los demás aurores que patrullaban. Tonks rápidamente invocó una luz para cegar y localizar a su oponente. Ginny no sabía qué hacer. Tenía poco tiempo antes de que llegaran más aurores así que simplemente levantó la varita.
-Crucio.
El maleficio impactó en la auror que se retorció de dolor por unos momentos. Conmocionada por hacer ese hechizo de nuevo, alejó la varita y paralizo a la chica. Luego prendió fuego a los tapices, alfombras y cuadros. Eso mantendría ocupado a Ojoloco. Mientras ella buscaba a su madre. Corrió escaleras abajo, hasta la cocina donde vio a su madre alarmada por el tumulto y por el olor a quemado. Inmediatamente Sirius corrió al escuchar a Ojoloco. Y Ginny pudo quedarse a solas con Molly.
La mujer miró a su hija y dijo- Ginny. Es tarde que haces despierta y desnuda- mirando el cuerpo de su hija, enfadada- Ginny no. Ahora no podemos hablar. Hay fuego y alguien ha sido herido. Sirius y Ojoloco han ido a ayudar. Ve a tu cuarto.
La pelirroja miró a su madre y lloró diciendo- Mama. Ayer soñé con un bebe de cabellos rubios. Yo estaba agarrando a ese bebe.
Molly miró a su hija y dijo- ¿Fleur está embarazada? ¡Qué bien! Por fin un nieto, aun soy joven, pero todo es acostumbrarse.
Ginny masculló- No madre. Esa perra no está embarazada ni lo estará jamás- Levantó la varita y unas cuerdas la ataron y amordazaron contra la encimera.
A pesar de estar atada, la mujer intento agarrar un cuchillo de cocina para desatarse. Pero Ginny hizo levitar los cuchillos y tenedores y poco a poco fue cortando la ropa de su madre. Molly asustada simplemente decía.
-Ginny. El collar. Quítatelo. No quieres hacer esto.
Frases sin sentido que poco importaban a la chica que ya veía el cuerpo voluptuoso de su madre. Se quedo mirando sus enormes mamas, algo flácidas y caídas, su gigantesca cadera por la que había nacido ella hace catorce años. Luego centró su mirada en un arbusto pelirrojo sobre sus pliegues. Riéndose, abrió sus propias piernas dejando ver su propia vulva impoluta de vello. La comparación hizo temblar a Molly. Ginny en cambio, cogió un cuchillo afilado y con cuidado fue a la vagina de su madre. Dio un lametón y empezó a cortar pelo.
-Te la dejare como la mía. Parece que nadie se asomó aquí desde que yo salí. De que te sirve tener este cuerpo si llevas tanto tiempo sin probar una buena polla, madre- los comentarios de la chica subían en intensidad mientras poco a poco iba podando el jardín rojizo de la madura.
Ginny lo hacía con mucho cuidado, procurando no herir a su madre, aunque disfrutaba de hacer fuerza al cortar. A veces posicionaba el cuchillo demasiado cerca del clítoris o insertaba el mango entre sus labios vaginales. A la vez que el monte se despejaba el interior de su coño se mojaba más. La situación excitaba a Molly, en su interior sabía que este comportamiento era por el collar así que porque no aprovecharlo.
La hija cogió el cuchillo y lo metió en el coño de su madre como si fuese a dar una puñalada. Molly gritó de pavor, pero al rato pudo comprobar que la estocada fue certera y que no había rastro de sangre en su vagina. El filo del arma no había cortada nada de su vagina. La situación excitó demasiado a la mujer que gimió a pesar de la mordaza.
Ginny asqueada simplemente sacó el arma y lo tiró al suelo. Luego agarró a su progenitora por el pelo y la abofeteó. Su madre se estaba comportando como la puta que era. Ginny retiró la mordaza y beso los gruesos labios de su madre con una pasión desmedida. Molly correspondía el beso, pero su hija mordía los labios queriendo que su madre sufriese. Mientras la besaba, Ginny posiciono su cadera y con sus brazos separó las piernas de su madre.
Molly sabía lo que venía y simplemente se tranquilizó, aunque siguió correspondiendo al beso. Ginny en cambio dio un empujón e insertó todo su falo. Esta vez no tenía tiempo como con Hermione tenía que terminar rápido con esta puta. La madura quedo asombrada por la virilidad y brutalidad de las embestidas de su hija más joven. Ginny la follaba sin miramientos y Molly parecía disfrutar más de tener la polla más grande que había visto entre sus piernas. Ante ese tamaño, Molly recordaba sus momentos de juventud y berreaba como una cerda. Por suerte el beso de Ginny contrarrestaba el sonido estridente de los gemidos de su madre.
Ginny aguantaba los gemidos de su madre mientras que seguía penetrándola con todas sus fuerzas, agarrándola alternativamente de sus caderas y de sus pechos. Todo con darle todavía con más fuerza. Molly recibía sin queja los azotes y agarrones hasta que las embestidas se volvieron furiosas. Ginny perdió el control cuando el collar se encendió con vigor y los ojos chocolate se oscurecieron.
Las caderas de la pelirroja se volvieron un martillo neumático. Molly ya había pasado del placer al dolor. Las embestidas a pesar de que habían provocado que la madura estallase estaban empezando a dolerle. Ginny seguía golpeando hasta que viendo su oportunidad se deslizó de su apetecible coño y con varias embestidas potentes ultrajó el ano de su madre. Molly gritó de dolor y se desmayó. En ese momento y atemorizada, Ginny salió de su interior y con su varita la golpeó con varios hechizos.
Los efectos eran diversos. Desde untar el cuerpo de la madura con nata, hasta poner sus pezones erectos durante horas. Luego la ató y amordazó a cuatro patas. Con su varita transformó un cuchillo en un pene de madera mucho más tosco que su réplica de Harry. Lo ocultó dentro de su madre. Tan solo quedaba el toque final, con un poco de magia, extrajo los recuerdos en los que la había visto. Ahora la mujer solo sabía que la habían violado, que había disfrutado y que su cuerpo de zorra no estaba a la altura del de las mujeres más jóvenes. Ginny sabía que posiblemente un breve vistazo por parte de Dumbledore sería suficiente para que se adivinara su mano en esto, pero el collar la guiaba en todo.
Habiendo terminado con una zorra, pero sin disfrutarlo mucho realmente se volvió a su cuarto donde desvaneció el falo y se acostó de nuevo. Harry la miraba extrañado por el comportamiento y por el collar. Ginny en cambio solo pensaba en que mañana disfrutaría de Fleur y con esta zorra sí que tendría que entretenerse. Divertida se dijo para sí misma.
-Victoire. Buen nombre para mi futura sobrina veela.
Riendo por la ocurrencia y como había pasado todo con su madre. Decidió que la francesa no merecía tal cuidado. Le enseñaría su lugar durante toda la noche y luego se quitaría ese collar. Durmió plácidamente mientras Harry observaba entre las sombras todo lo que pasaba.
Al día siguiente la noticia del abuso a Molly se hizo noticia en todo Grimmauld Place. Los miembros patrullaban todo el día por todos lados y los Weasley se volcaban en ayudar a su madre con el trauma que tenía. Pero lo más inquietante es que Molly no había identificado quien era el culpable. Se mostraba apagada por el abuso, pero no identificaba a nadie. Ojoloco y Tonks se habían puesto serios y habían acordado llamar a Dumbledore para que investigara el problema.
Mientras tanto, Molly pasaba sus ratos libres hablando con Sirius y Remus. Ambos la cuidaban y conversaban sobre el colegio, la primera guerra y demás temas. Todo iba bien hasta que Molly preguntó por un collar maldito.
Inmediatamente Sirius preguntó- ¿Un collar maldito? ¿En mi casa? ¡Que sorpresa!
Remus sonrió y le dijo- Molly deberías especificar más. Aquí- miró a la casa- casi todo está maldito.
Molly pensó y dijo- El collar lo lleva Ginny. Es el mismo que el que tiene el retrato de tu madre Sirius.
Sirius se atragantó con un sorbo de vino barato y lo escupió diciendo- ¿De dónde ha sacado Ginny eso?
Molly afligida dijo- ¿Es peligroso?
Remus miraba interrogante a su amigo. Sirius respiró y dijo- El collar es una leyenda. Nunca pensé que existía. Mi abuela solía decir que el primer Black temeroso de que su mujer lo fuese a matar, le regaló un collar maldito. El collar hacía que cualquiera que lo poseyera hiciera actos cuestionables, alimentaba sus emociones hasta que se volvía dependientes de él, y no podían dejar de llevarlo. Se hechizó para hacer que las mujeres Black fueran fieles a la casa y a sus esposos. Pero tras pasar por tantas mujeres, acabó volviéndose un instrumento de tortura mental.
Molly asustada dijo- ¡Hay que quitárselo! Es mi hija, maldita sea.
Remus la detuvo y dijo- Si la magia es tan antigua como dice Canuto. Entonces ningún intento nuestro de destruirlo podrá con su poder.
Molly dijo- ¿Cómo paramos esto?
Sirius pensó y dijo- Es posible que cuando el collar se haya nutrido lo suficiente, le ofrezca a Ginny la posibilidad de cambiar su mente en ese momento debe resistir. Bella pudo resistir a esa magia, estoy seguro de que Ginny también.
- ¿Bellatrix? - dijo Remus vacilante- Canuto. Tu prima está loca. No es el mejor ejemplo- Sirius miró a Lupin y le dio la razón.
Molly dijo- ¿Cómo lo hizo esa mortifaga? Mi hija tiene que volver en, sí misma.
Sirius pensó y dijo- Necesitamos un impulso mágico potente. Lo suficiente como para sacar a Ginny de ese estado psíquico.
Molly miró a Lupin que era experto en temas extravagantes- Como por ejemplo un aura mágica.
Molly miró y dijo- El aura seductora de Fleur. Eso sería suficiente.
Lupin miró a la pelirroja y dijo- Si. Si Ginny se resiste, será suficiente. Pero ¿Qué haremos con ese trasto luego?
Sirius y Molly se miraron y dijeron- Destruirlo.
Remus habiendo pensado detenidamente dijo- Molly creo que ya se quién te violo anoche. Tu hija, alentada por el collar.
La mujer se agobio mucho y dijo- Tenemos que avisar a Fleur, rápido.
Ambos adultos marcharon rápido a hablar con la francesa que se encontraba sentada en una silla hablando con Bill sobre la economía mágica. Molly la miró seriamente mientras Sirius hacía todo lo posible para no observar sus piernas torneadas de forma antinatural. La chica se levantó disculpándose con su futuro esposo y anduvo elegantemente hacia los adultos. Se quedo mirándolos hasta que Molly pesadamente dijo.
-Tenemos que pedirte un favor.
Fleur miró a la mujer pelirroja y abriendo los ojos dijo- Molly ya sé que te violaggon la otra noche. Seguggamente tengas miedo a la oscuggidad.
La pelirroja miró con ojos abiertos a la chica mientras que el padrino de Harry se reía a carcajadas. Fleur miraba al expresidiario con una mueca entre asco y deseo. La chica no podía dejar de pensar que aquel hombre si no estuviese en depresión continua sería un galán sumamente atractivo. Molly repitió.
-Fleur necesitamos tu ayuda para parar las violaciones. Creemos que mi hija está siendo poseída por un objeto maligno-dijo la mujer con tristeza en la voz.
La rubia miró a la mujer y escuchó su voz. Con asombro dijo- Yo no soy auror. Seggía mejogg llamar a Bill o a Tonks. Ellos sabrán mejor como ayudagg a Ginny.
Molly observó a la rubia y dijo en voz baja- Remus nos ha dicho como podemos salvarla. Necesitamos tu ayuda.
La chica miró a la madura y escuchó expectante la explicación detallada de su futura suegra. Pasados unos minutos de charla, la veela miró la desesperación de la mujer que había sido violada por su hija. Ciertamente esa imagen no resultaba una imagen tan asquerosa en su mente, las veelas practicaban orgias comunitarias. La chica preguntó.
- ¿Así que tengo que hechizar a Ginny y luego quitarle ese collar? - pensó la mujer ante los dos adultos.
Sirius miró a la chica y dijo- Especificando más. Tienes que dejar fluir tu magia veela con Ginny delante. Posiblemente Ginny intentara domarte y llegara un punto en el que nuestra pelirroja se resista. En ese momento debes quitarle el collar y tirarlo lejos. Luego aturde a Ginny.
La chica lo entendió, pero dijo- ¿Domarme? ¿A qué te refieres?
Molly frunció el ceño preguntándose si la chica se hacia la tonta. Para ser un ser sexual no captaba las indirectas. Sirius reía y se lo mostró con unas comparaciones graficas- Viste lo que les hizo a Molly y a Hermione- ante el asentimiento, indicó- pues algo así hará.
La mujer se sonrojó, pero en su anterior ardía las ganas de probar hasta donde podía llegar la pequeña pelirroja. La magia veela surgió de ella inundando la estancia por un breve momento hasta que pudo controlarse. En ese lapso, los pezones de Molly se erizaron y eran visibles, la mujer abrió la boca y se pasó la lengua por sus labios con deseo. Sirius por el contrario onduló su cadera para enmascarar su erección.
La chica rubia se controló y con una sonrisa le dijo- Estoy dentro. Salvagge a Ginny con varias condiciones.
Molly agradecida lloró de alegría, por ver a su hija libre de otro objeto maldito. Los pensamientos que tenía hacia la francesa se relajaron poco a poco. Quizás no fuese tan malo que se uniese a la familia. Sirius en cambio había captado la sonrisa oculta en el inmaculado rostro de la rubia, sabía que no iba a ser bueno. Mientras Fleur lidiaba con Molly, Sirius intentaba ocultar su prominente erección.
Una vez todo se calmó, Fleur fue a comprobar por ella misma como de salvaje volvía ese collar a Ginny Weasley. Ciertamente pronto se casaría con Bill y serian familia así que este acto de “bondad” sería útil para mantener a madre e hija apartadas de su vida marital. Y de pasó conseguiría satisfacción. La rubia dejo su túnica azulada y cambió su ropa interior tradicional a una mucho más sensual. El sostén que se puso era uno azul que ocultaba bastante bien los pechos de la chica, aunque tenían unos agujeros finamente elaborados por donde asomaban los pezones. Las bragas eran rojas y azules simulando una bandera francesa y conseguían tapar todo su trasero y entrepierna dejando ver solo retazos del tesoro que guardaba. Se cubrió con una capa azul y marchó al baño cargando con un montón de conjuntos sexis.
Una vez en el baño personal de Sirius, la rubia comenzó a prepararlo todo para su pronta diversión. Llenó la bañera de agua templada, y vertió perfumes y fragancias florales. El suelo fue cubierto por toallas gruesas. Luego, dejó su ropa interior en el suelo y se metió dentro del agua, donde una de sus gráciles manos comenzó a moverse y a pugnar entre sus piernas. Fleur se calentó lentamente aprovechando sus pensamientos y lo que estaba a punto de hacer. Imágenes de la jovencita pelirroja violando a su madre y a Hermione pasaban por su mente. Con suerte si todo iba bien no solo sería tomada en cuenta por los Weasley, sino que Ginny estaría en deuda con ella. Pronto los toqueteos se volvieron gemidos agudos. En ese momento, la rubia escuchó la voz de Molly y Ginny tras la puerta.
Después de unos minutos de chillidos y reproches entre madre e hija, Ginny entró enfadada en el baño. Molly por el contrario se quedó en la puerta vigilando que nadie pasase por el pasillo ni entrase en ese baño. Sirius había optado por ocupar el puesto de Fleur en la guardia.
Ginny entró enfadada, desde su posición Fleur podía observar como la niña toqueteaba el collar y como este iba poniendo la piel del cuello roja. Era más grande que Gabrielle, aunque menos desarrollada. Las veelas eran demasiado rápidas en su desarrollo físico.
Ginny miró la ropa interior que había ordenada en una pila y la otra tirada. Frunció el ceño y abrió la cortina de la bañera, encontrando a la rubia desnuda y tocándose. Agitada y todavía enfadada miró con asco a la chica y dijo.
- ¿Qué quieres?
Fleur miró a la chica, en ese estado ni siquiera su aura surtiría efecto. Tenía que enfadarla y luego someterla.
La francesa miró a la chica y dulcemente dijo- Solo quieggo hablagg.
La pelirroja la miró fijamente y dijo- ¿Hablar? Tú, conmigo-la idea era extraña- ¿Sobre qué?
La rubia miró a la chica riendo y dijo- Molly quiegge que te enseñe todo sobre las escobas. Al ser una veela. Soy experta en escobas- dijo lamiéndose los labios.
Ginny flipaba. Su madre pretendía que esta furcia le explicase sobre sexo. Enfadada pero amable dijo- Gracias por el ofrecimiento Fleur. Pero yo ya he tratado con escobas antes. Se cómo tratarlas.
Fleur miró a la pelirroja a los ojos y dijo- Paggece que la pequeña Ginny es más grande de lo que parece. ¿Cómo egga la escoba que usaste?
La chica se sonrojó al pensar en su fallida primera vez cuando fue usada por Harry mientras estaba transformada en Hermione. No pretendía contarle a esa puta como era la polla de Harry, aunque el collar empezó a decirle que debía someterla así que amablemente dijo- No era muy gorda, pero si bastante larga- hizo la medida con los brazos- Me costó hacerlo, fue muy duro.
Fleur observó con intriga el tamaño que la joven le señalaba con sus manos. Ciertamente era largo, más que el de su prometido. Buscando una conversación más ligera, la rubia dijo- ¿Pudiste con un pene así? - señalizó el tamaño. La pelirroja asintió ruborizada- Supongo que lo montaggias.
Ginny recordó el momento en el que Harry la había ensartado por unos segundos. Ciertamente estaba alardeando, todavía tenía su himen intacto a pesar de que había sentido como su vagina se alargaba. Escuchando lo que la rubia dijo, se volvió a ruborizar y dijo- No. Me abrió las piernas y la metió dentro.
La rubia rio al ver como las manos inconscientemente iban a su vulva tapándola. Luego la alabó diciéndole- Entonces no egga un buen chico. Tu mayogg atractivo es tu cagga- se levantó de la bañera toda mojada y desnuda y paso su mano por toda la cara de la chica- Tus pequitas, tus labios ggojos- puso un dedo entre sus labios y Ginny lo chupo- Tu cabello- con otra mano tocó el pelo- Tan ggojo, tan bonito. Tiene que ser hegmoso vegte chillando de placer. Peggo, un buen amante no desperdiciggía tus mejogges activos- Sus manos se lanzaron al trasero de Ginny y apretaron sus dos nalgas- Oh la la.
Ginny miraba intrigada a la chica. No estaba cómoda sintiendo a su mayor enemiga en la casa, tocando su cara, sus labios y masajeando su culo. Aun así, sintió orgullo cuando escuchó la voz seductora de Fleur alabando su culo. Sabía que la rubia era una bomba sexual en todos los aspectos pero que reconocieran la belleza propia siempre sentaba bien.
Tras un rato en esa posición. Fleur simplemente dijo- ¿Qué me pongo? - señalando a la pila de sostenes que había traído con ella. Fleur sabía que la pelirroja estaba cayendo en una espiral de lujuria y fue acrecentando el enfoque de su magia.
Ginny miró los sostenes y luego miró los pechos de la francesa. Inexplicablemente tensos y orgullosos ante su mirada. Ni un ápice de miedo e inseguridad. Eran lo suficientemente gordos para no ser ocultados por una mano, pero estaban fijos sin una pizca de caída. Con valentía dijo- ¿Para qué te pones sostén? No te va a hacer falta.
Fleur terminó de escuchar y sus ojos se achicaron de miedo en un primer momento. Luego sus ojos se posaron en el cuello de la pelirroja donde el collar parecía vibrar mientras que su cuello lucía una quemadura que iba curándose lentamente. Tenía que someterla, acrecentar su lujuria.
Fleur volvió a mirar a los ojos de Ginny y con voz arrogante dijo- Porque vas vestida. No te va a hacer falta.
Ante tal arrogancia, Ginny fue a agarrar su varita para transformar su clítoris y darle una lección a esta perra arrogante, pero fue demasiado lenta. Fleur la agarró de las nalgas y la acercó hasta que sus labios se unieron. Mientras el beso forzado continuaba, Fleur fue desnudándola poco a poco. Ginny intentaba morder esos jugosos labios, pero la fuerza y pasión de la chica la desarmaban. Cuando la pelirroja estuvo solamente tapada por un sujetador soso y unas bragas, Fleur detuvo el beso y con un azote dijo.
-Al suelo. Piernas abiertas.
Ginny lo hizo poniéndose sobre las toallas en el suelo. La chica viendo en todo su esplendor a la rubia dijo medio intimidada- Debería ser yo quien reciba el placer.
Fleur se arrodilló en el suelo y dijo graciosa- Y lo harás. Ma petit chatte.
La francesa volvió a besarla, esta vez no lo hacía con tanta fiereza, aunque todavía dejaba ver el dominio que ejercía sobre la jovencita pelirroja. Lamía los pezones rosados de la chica, Ginny estaba empezando a ser cegada por el placer que sentía, la rubia chupaba con maestría el pezón de su pecho izquierdo, mientras sus delicadas manos acariciaban el resto de su cuerpo y de su busto. Fleur parecía gozar al ver sometida a la supuesta violadora poseída, ciertamente era débil y necesitaba mucho que aprender. Además, al tocar su cuerpo y sus tetas, se dio cuenta de que la menor de los Weasley había heredado un cuerpo fuerte que se iba ejercitando con el quidditch. Pero lo más extraño para la francesa era el tamaño de los pechos de Ginny, eran inusualmente pequeños incluso para los muggles. Eran dos ondulaciones que sobresalían de su pecho, pero no llegaban a tener un tamaño apropiado. Para cualquier chico sería antiestético la visión de una pelirroja pecosa y con un culo listo para ser envestido pero que contaba con los pechos de una niña de primer curso. Para Fleur, era erótico, pero no dejaba de ser incómodo.
La traviesa lengua de Fleur iba de un pezón a otro cada cierto tiempo, manteniéndolos tan duros que casi le dolían. Sus manos hacían toda la presión posible para mantenerlos juntos y que aparentasen más amenazantes. Sin embargo, el tamaño no era suficiente para poder unirlos. La francesa no se intimidaba por la poca disponibilidad de los senos de la chica y siguió provocándola hasta que Ginny pidió más con su mirada.
Entonces pasó, Fleur dejó de lamer sus fresitas y se tumbó junto a la pelirroja. Sus labios chocaron directamente con los de Ginny que sintió que se derretía mientras la besaban. A eso se le sumó la mano sigilosa de la rubia que iba bajando por su vientre. La mano se internó dentro de las piernas de la pelirroja y los dedos de la semiveela fueron directos al clítoris de la bruja provocando gemidos apagados. Ginny notaba el placer y poco a poco sus jugos salían más, pero no quería darle el placer de verla así a esa maldita francesa. Los dedos de Fleur comprobaron el estado vaginal de la chica, sus labios más húmedos se encontraban entre sus piernas.
Sin dejar de mirarla a los ojos, Fleur se metió en la boca los dedos que acababan de explorar la intimidad de la pelirroja y saboreando la humedad, los volvió a esconder entre las piernas de la chica. Ginny intentaba cerrar sus piernas, pero la ágil mano de la francesa la sorprendía y el placer hacía mella en ella. Las falanges de Fleur parecían más largas dentro de ella y acariciaban su interior con tanta familiaridad que solo podía desear que fuese ella quien la masturbase diariamente. El aura mágica de Fleur empezaba a trastocar las ideas de Ginny, tanto que ya no sabía si los pensamientos eran suyos.
El anular y el corazón la penetraban a la velocidad justa para darle más y más ganas de más mientras el pulgar la hacía temblar tocando su sensible clítoris. La francesa hacía todo aquello sin dejar de jugar con sus labios. Sólo abandonaba la boca de la pelirroja para saborear de nuevo sus jugosísimos pechos con aparente placer.
-F-Fleur… ¡Oh…! Par…a- fue todo lo que Ginny era capaz de decir. El collar estaba empezando a quemar la piel de la pelirroja. Los impulsos sexuales de la pelirroja evitaban que pensase en las demandas del objeto maldito. Fleur sabía que iba bien y que seguramente podría parar pronto pero su naturaleza sexual se lo estaba impidiendo.
Tras unos minutos metiéndole los dedos y escuchando sus gemidos desesperados. La rubia dejo de masturbarla. Con una mirada arrebatadora, la rubia chupó los dedos que antes navegaban dentro de Ginny. Luego, besó a la joven para que esta catara sus fluidos diluidos. Ginny ya no podía parar y mientras jugaba con la lengua de la rubia sus manos fueron al trasero. El toqueteo en su culo fue brusco, Ginny sabía que Fleur probablemente era la mujer más caliente y perfecta que había visto, pero tras el toqueteo concluyó que no era para tanto. Ciertamente su trasero era más deseable. Lo que hacía a la perra francesa tan sexy era el conjunto armonioso. Fleur le guiño un ojo mientras la pelirroja apretaba sus nalgas, apartó sus labios de la boca.
Entonces vio los preciosos ojos azules de Fleur fijos en los suyos, y sintió la necesidad de correrse cuando su boca empezó a hacer un recorrido descendente. El cuello fue la primera parada de aquella experta mujer, y besó sensualmente esa zona, que fue el inicio de un camino que hizo posando sus labios sobre la piel erizada de Ginny. Tras detenerse largo tiempo de nuevo entre sus pequeños pechos, Ginny se vio conteniendo la respiración. La melena rubia de Fleur le impedía detectar cómo podía hacer con sus labios sobre su vientre que se sintiera tan a gusto. Su monte de Venus fue la última estación de Fleur antes de sumergirse de lleno entre las piernas de Ginny. Cuando volvió, inesperadamente a tocarla, descubrió el placer.
Los siguientes minutos pasaron con Fleur lamiendo mientras Ginny gemía abiertamente. Había olvidado su plan de esclavizar a la veela e incluso la quemadura del collar no conseguía hacerle entrar en razón, después de todo su coño estaba más caliente que esa baratija.
¡Oh, por Merlín, Fleur! Si sigues así. Ahhh. Serás una buena Weasley. ¡Gracias!
La francesa se reía sin embargo seguía lamiendo entre sus piernas como nadie nunca había hecho. Desde el momento en que su lengua acarició su clítoris, sabía que aquello iba a ser único. Fleur le estaba mostrando todo lo que era posible con una mujer y no con un hombre. Aunque Ginny pensó que la lengua parsel podría tener sus usos en el dormitorio. Estaba tan sensible que sentía placer con el roce de las largas extensiones doradas del pelo de la francesa contra sus piernas y su culo. Sentir la lengua de la rubia revolotear contra sus labios provocaba terremotos de placer entre sus piernas y en su cabeza. Terremotos que solo cesaban tras un buen orgasmo, pero antes de que se calmase la rubia volvió a chupar su coñito con sus finos labios. A cambio de tal tratamiento, recibía gemidos cada vez más fuertes y agudos y agradecimientos entrecortados por las corridas de la hija menor de los Weasley.
Ginny no sabía que hacer, su cabeza chocaba con la toalla mientras que con su brazo controlaba la cabeza de la francesa. Tras dos horas, Ginny gritaba de placer mientras se pellizcaba sus pechitos y sacaba la lengua de tanto placer. Sin saber muy bien que hacer, sus dos manos empujaron la cabeza de Fleur más hondo entre sus piernas. La rubia la miró con inocencia mientras que la maestría de su lengua conseguía que siguiese manchando la toalla y el cuello de Fleur. Ginny admitió que era preciosa y si era tan buena con hombres como con mujeres, Bill tendría un premio gordo. La rubia le comía el coño empapándola de placer con la sencillez que solo una puta veela era capaz de hacer.
Agotada y seca, Ginny chilló entre gemidos- Para Fleur. Detente.
No es necesaggio- se limitó a responder ella-. Sigue disfrutando de tu dominio, tontita.
Ginny lo entendió todo mientras gemía cada vez más fuerte. Ella había venido para domesticar y esclavizar a una veela. Esos eran los mandatos del collar y los que necesitaba ella misma para deshacer su enfado hacia Bill. Pero, a pesar de que Fleur estaba siendo muy sumisa con ella, le había demostrado que podía forzarla a abandonar. El placer era demasiado intenso.
Avergonzada exclamó- ¡Detente!
Fleur escuchó eso y levantándose de su sitio, se situó de rodillas entre las pierna abiertas de la pelirroja. Desde su posición podía ver como todos los jugos de la chica escurrían por sus piernas, manchaban el suelo y las toallas y todo el cuerpo de Fleur era un conglomerado de fluidos. Ginny había sido sacudida por tanto placer que estaba en constante clímax. Se encontraba derrotada ante un ángel del sexo.
Mirando a la pequeña Ginny puso su pie sobre la cara de la pelirroja, intentando notar su respiración. La chica se encontraba destruida tras el placer y estaba dormida al parecer. Fleur abrió la puerta desnuda, solo para ver a Molly entrar asustada y conmocionada en el baño.
La madura observó a su hija que yacía desnuda y agotada entre toallas. El olor a sexo y a fluido vaginal era demasiado intenso como para ser olvidado. Molly miraba todo con desdén, pero su mirada se posó en el collar que aún llevaba su hija en el cuello. La mujer miró a la rubia que estaba desnuda y usando una toalla para secarse el cuerpo de jugos secos de Ginny y le indicó.
- ¿Quítale el collar?
Fleur miró a la mujer y respondió, suavemente- El Señor Black indicó que debeggía de ser Ginny quien se quitase el collar.
Molly observaba a su hija y le dijo- Si. Eso dijo, Black. Pero fuiste demasiado duro con ella. Mírala- observó a su hija- No está en condiciones de quitarse nada. ¿Qué le hiciste?
Fleur se encogió de hombros y dijo- Solo le comí el coño. Ni siquiera llegue a su ano y he decir que lo deseaba. Mira nada más el culo que tiene tu pequeña. Peggfecto para ser hoggadado.
Molly esquivó la mirada y dijo- Ayúdame a quitárselo.
Ambas mujeres se arrodillaron y con sus manos fueron quitándole el collar. Para horror de Molly cada vez que tocaban el collar, este se ponía al rojo vivo quemando sus manos y el cuello de la pelirroja que estaba acostada tras tanto placer. Frustrada, Fleur dijo.
-Quizás sea mejor llamar a Tonks. Ella es experta en magia oscura.
Molly rio y dijo- Tonks es una auror y bastante joven. Esto es magia oscura avanzada. Tan solo podríamos confiar en Ojoloco o en Dumbledore. Y no dejare que unos ancianos ven a mi hija como Morgana la trajo al mundo- dijo indignada.
Fleur lo meditó y riéndose dijo- Ojoloco nos habrá visto desnuda a todos. Su ojo da vueltas siempre.
Molly frustrada dijo- Es una maldición Flagrate. Cada vez que lo tocamos quema.
Fleur pensó y dijo- Molly tengo una idea. Cómele el coño y yo le quitare el collar.
Molly se situó entre sus piernas y movió su lengua torpemente. Ginny gemía al notar otra lengua comiéndola. Mientras la chica gemía, Fleur iba retirando el collar mientras besaba los bonitos labios de la pelirroja. Todo acabó cuando la francesa extrajo el collar y lo arrojó a un lado bruscamente. En ese momento, Ginny pareció recuperar sus tonos normales y su cuerpo se volvió más sudoroso y rojizo que antes. El placer le pasaba factura. Sin embargo, Fleur disfrutaba de la vista de madre e hija haciendo sexo oral. Todo acabó cuando, Molly recibió un gran chorro contra sus labios que inundó el valle entre sus pechos. Mojada, vio que ya el collar había sido retirado.
Fleur miró chulesca a la madura y dijo- Con un Gracias. Vale. Me llevo a la pequeña Gin a la cama.
Molly miró el collar a varios metros y dijo- Yo me encargó de destruir esto.
Mientras la rubia abandonaba desnuda el cuarto, usaba su varita para levitar el cuerpo de la pequeña Weasley. Ambas iban desnudas y un simple vistazo a los cuerpos sudorosos y al olor que destilaban dejaba en claro que habían estado haciendo. Detrás de ellas, desfilaban las ropas de ambas en perfecta armonía. La causalidad hizo que nadie la viese excepto una afligida Tonks que paseaba triste por el pasillo. Al ver a la rubia desnuda, los ojos de Tonks se contrajeron, al ver a Ginny levantó la varita y dijo furiosa.
-Fleur. ¿Fuiste tu la culpable de esos ataques? ¿Violaste a Molly, Hermione y ahora…ahora a Ginny?
La rubia sonrió a su mejor amiga dentro de la casa. Después de todo, la metamorfomaga podía hacer con su cuerpo lo que quisiese y tenía una personalidad torpe pero intensa. Era la única que la podía entender dentro de ese hogar. Fleur levitó el cuerpo de Ginny y dijo.
-No. Fue ella, fue mi cuñada poseída por una baratija. Tuve que lamerla por horas para sacarla de su embrujo. Fue agotador.
Tonks amagó una risa y dijo- La pequeña Gin haciendo esas cosas. A su madre ni mas ni menos. Curioso, no te parece. Hay muchas mujeres en esta casa. ¿Por qué no me atacó a mí? Molly no es tan atractiva como yo- dijo Tonks asqueada y risueña. No comprendía porque nadie la escogía a ella. Ella también necesitaba sexo.
Fleur sonrió, tocó el cabello purpura de la auror y le dijo en el oído- Transfórmate en Molly y lo entendeggás.
Tonks dubitativa pensó en Molly Weasley. Pensó en su cuerpo y en todas las veces que había hablado con ella durante su estancia en la casa Black. A los pocos minutos, el cuerpo de la metamorfomaga era una copia casi exacta del de Molly. La diferencia estaba en detalles minúsculos, que Fleur apenas podía notar. Daba perfectamente el tipo. Observando su cuerpo, Tonks dijo abiertamente.
-Quizás tengas razón. Molly cuenta con poderosos atributos- puso sus manos en sus gigantescas tetas y miró el ancho de las aureolas. Luego se giró exponiendo su trasero bastante mas ancho y con nalgas mas pronunciadas- Normal, que la violen. Solo mira mi coño- señaló su entrepierna y con la mano estiró la ropa para revelar la sombra de la amplia vagina que poseía ahora- Por hay han nacido siete hijos, no puede estar mas estirado. Igual para Hagrid le resulta apretado- riendo junto a una Fleur que estaba feliz de ver a su mejor amiga tan contenta de nuevo.
Fleur miró a su amiga y a la pelirroja que levitaba y dijo- Debeggias conveggtigte en ti de nuevo. Pog si te confunden con Molly.
Tonks fue a hacerlo, cuando la voz del Señor Weasley la alertó de repente. Provenía del pasillo y parecía haberla visto de refilón. Alarmada, la auror señaló a Fleur y al cuerpo inconsciente de Ginny.
-Yo lo entretendré. Tu sal de aquí estas desnuda.
Fleur se metió en el cuarto de Ginny. Por suerte no estaba Harry dentro y podía ocuparse de dejar a la chica inmaculada. La limpió entera, la peinó, le puso un pijama suyo e incluso le dio un beso de buenas noches. Fleur había conseguido ganar algo de todo esto, primero había saciado parte de su hambre sexual con esta putilla pelirroja y había conseguido que Molly la dejase de ver como una furcia y la considerara parte de la familia. Tan solo quedaba Ginny por ganarse y ya podría opinar sobre los asuntos familiares. Arropó a Ginny con su manta y se quedo mirándola. Dentro de poco, los chicos se irían y no regresarían hasta Navidad. Su sangre veela le decía que Ginny tenía que ser adiestrada como amante, pero le recordó a Gabrielle, una niña con un deseo por Harry demasiado excesivo.
Fleur se vistió con ropa de Ginny. El resultado fue algo mucho mas sensual que la que ella llevaba normalmente. La ropa era pequeña y no tapaba ni sus piernas ni su barriga. El sujetador apretaba mucho e iba a romperse en cualquier momento y el tanga que en Ginny habría quedado fantástico para ella era un misero hilo de sedal. A pesar de eso salió del cuarto solo para ver como el Señor Weasley se encontraba en éxtasis dentro del coño de Tonks transformada.
El señor Weasley se encontraba flipando por la situación. Él había venido a ver a Molly para hablar sobre los gemelos y Ginny, pero se la había encontrado tremendamente excitada. Después de tantos años sabía reconocer el deseo sexual en su esposa y los rastros que dejaba. Podía ver el flujo vaginal mojando levemente su entrepierna, el sonrojo en su cara, su pelo mas movido de lo normal y sus pezones apuntando como brújulas. Al ver esto, Arthur fue hacia ella y simplemente la puso contra la pared y tras breves momentos comenzó a envestirla como un martillo.
Por desgracia para él, la Molly que conocía no era la que ahora cabalgaba sobre él. Molly había sido una verdadera bestia sexual en su juventud, pero después del segundo hijo se relajo y el sexo se fue volviendo mucho mas amoroso, mas lento y sueva. Tanto que Arthur se burlaba con sus compañeros de haber domado en la cama a una fiera salvaje. Pero esta Molly había tomado el control tras unas cuentas embestidas, lo había acostado en el suelo y lo cabalgaba brutalmente sin cesar. Era la maquina que Arthur recordaba solo que parecía seguir teniendo la energía de su juventud. El señor Weasley intentaba ralentizar a la bruja con ataques a sus pezones o azotes en su gran trasero, pero eso solo acentuaba más el ritmo.
Excitada por ver a Tonks transformada follando tan fuerte y al pobre hombre intentando aguantar más, Fleur decidió que Tonks ya se había divertido suficiente. Usó su magia veela para empujar al Señor Weasley al clímax. Arthur aceleró impulsado por una nueva pulsión dentro de él. La magia le decía que tenía que volver a domarla y lo intentó, pero no fue lo suficientemente fuerte. Su leche salió disparada sembrando el útero de Tonks.
Tras varios besos, Arthur se fue tras compartir ese momento tan bueno con su esposa. Fleur por otro lado vio a la falsa Molly semidesnuda exhibiendo un coño que destilaba grumos blancos. La acompañó hasta el cuarto de Ginny y allí Tonks volvió a su cuerpo de antes. Uso magia para limpiar todo el semen de Arthur y se marchó agradeciendo a Fleur por su intervención. Fleur por otro lado se acostó junto a Ginny en la cama como solía hacer con su hermanita intentando recordarla.
Mientras tanto, en el baño. Molly usaba su varita para destruir el maldito artilugio. Su cara ya se había secado de la corrida de su hija, pero su ropa seguía siendo testigo de lo que había hecho. Le había realizado sexo oral a una chica a su hija. Y su pequeña Ginny le había correspondido. Había derramado sus jugos en su cara y escote.
El odio hacía ese collar se hacía cada vez mas intenso. Esa cosa había sido la causante de que su hija la violase anoche y también era la causante de que su hija se corriese en la cara de su madre. Miró de reojo al baño. Anteriormente estaba limpio y reluciente, pero tras la comida de coños, se había llenado de vapor y gemidos que nublaban los cristales, manchaban toallas. Ahora los hechizos de la mujer eran tan potentes que el baño se encontraba en plena reforma de obra.
Los azulejos se encontraban en el suelo y había boquetes en los lugares donde impactaban los encantamientos. Sin embargo, el collar se mantenía intacto. Molly no podía dejar de pensar en algo, algo oscuro que la nubló por dentro. Esa cosa había poseído a su hija, era capaz de comunicarse con ella por lo que estaba vivo.
Molly levantó la varita apuntando al objeto y dijo- Avada Kedavra.
El collar absorbió el rastro de luz verde y se abrió en dos rompiéndose por la mitad y dejando ver cuatro hilos blancos. Cuatro recuerdos, reconoció la mujer. Inmediatamente, los metió en frascos y los guardo en su túnica. Ciertamente eran cosas para Albus no para ninguno de las personas en esta casa.
Mientras lo hacía se puso de cuclillas para poder recoger los restos rotos del collar. Sin embargo, unas manos la empujaron hacia delante y Molly tuvo que sujetarse con sus manos. Ahora estaba en cuatro patas. Sintió como unas manos rompían sus ropajes con fuerza dejando ver su trasero y un gran par de nalgas. Luego comenzó a magrearlas rápidamente. Molly ciertamente arrastraba excitación desde mucho tiempo y necesitaba saciar el estrés, por eso no detuvo a la persona que hacía esto. Además, comerse el coño de su hija había despertado algo dentro de ella. Y las manos de este chico eran lo suficientemente atentas como para dar en los lugares claves que elevaban su calor interno.
Una vez conseguido, Molly escuchó el ruido de una túnica descender y luego un largo pene que se abría camino entre sus nalgas. Cuando lo fue a meter dentro de ella, la pelirroja aulló.
-Así no. Soy una mujer casada. Esto es muy sucio.
La alternativa no fue mucho mejor. Le dio la vuelta y le abrió las piernas. Sus muslos gordos hacían que el paisaje de su coño tan abierto y goteante fuera deseoso. El pene ahora se situaba justo en frente del coño que iba a abrir. Un empujón y el pene entraría dentro de la madura. Molly miró hacia arriba con una mezcla de miedo y sorpresa solo para ver que quien la iba a follar era Harry Potter.
Molly retrocedió instintivamente. No quería ser follada por el chico que había criado parcialmente desde los once años. Era demasiado sucio. Aunque ver el pene tan largo listo para follarla le subió el ego, el chico estaba deseando metérsela. Molly dijo.
-Harry no por favor. ¡Esto no se les hace a las madres!
Harry escuchó atentamente y con furia dentro y lágrimas añadió- Yo... la quiero mucho, Señora Weasley. Pero usted no es mi madre.
Harry redujo el espacio y su pene se fue metiendo dentro del coño de la madura. Cuando su glande entró entero. Molly gimió y dijo.
- ¿Por qué? Ahhh… ¿Por qué lo haces?
Harry la embistió entera, ocultando su sable en aquella funda aterciopelada y caliente. Perfecta para su miembro, sin duda. Tras unas embestidas. Harry dijo tímidamente.
-Yo traté bruscamente a Ginny. Demasiado. Y ya no querrá follar conmigo. Así que necesitaba a alguien para practicar y demostrarle a Ginny que puedo hacerlo como ella quiera. Y bueno usted es su madre. Así que serán muy similares en… estos aspectos. Aunque ahora que me fijo… no lo son tanto- Harry mostraba timidez y sus comentarios de que lo hacía por el bienestar de su hija llenaron de paz a Molly. Harry no la follaba por placer sino para intentar que en el futuro su hija disfrutase en su primera vez. Demasiado noble. Avergonzado, Harry dijo- ¿Puedo continuar?
Molly miró a que se refería. Su pene estaba enterrado dentro de ella, pero tan siquiera había dado cuatro embestidas. Prácticamente nada y ya le estaba pidiendo que parase. Ciertamente no quería ser follada por Harry, pero la verdad era que le daba algo de pena el chico. Nadie le había hablado de sexo y Sirius no era el mejor referente para eso. Molly sabía que Sirius a pesar de ser un renegado de los Black había follado a casi todas las hembras de sangre pura de su quinta. Y posiblemente muchas niñas que asistían a la clase de Ron, serían hijas de Black. Molly asintió a Harry, pero le advirtió.
-Una única vez. Nada más.
Tras esto ambas pasaron la tarde en una vorágine de como tratar a una mujer en la cama. Harry interpretaba las lecciones con maestría y hacía delirar de placer a Molly. El plan de Harry había resultado buen, había convencido a la Señora Weasley de follar y la tenía toda la tarde durante horas lista para él. Ciertamente, Harry pensaba follarse a Ginny eso era verdad, pero no pretendía ser romántico con la pelirroja. Harry quería probar todo lo posible este año para olvidarse de la guerra. Y Molly se había convertido en su maestra, aunque esperaba convertirla en una perra ansiosa de verga capaz de hacer tríos con su propia hija.