Harry Potter y los coñitos de Hogwarts 1
Un nuevo año comienza interesante para Harry en Hogwarts.
Capítulo 1: Introducción
Era un nuevo año en Hogwarts, la escuela de Magia y Hechicería a la que asistía Harry Potter. Se encontraba en el tren con sus fieles amigos Ron Weasley y Hermione Granger. Todos habían cambiado mucho aquel verano. Ron estaba más alto y atractivo que nunca, y Hermione se había desarrollado notablemente. Harry se sorprendió más de una vez observando sus pechos redondos ocultos en el jersey de lana rosa, deseando que su amiga no lo hubiera notado. Se dedicaron a hablar de sus actividades veraniegas, pero Harry evitó comentar ciertas cosas que había hecho de las que no se atrevía a hablar aún. A mitad de viaje, la señora que pasaba con un carrito de golosinas mágicas apareció por su compartimento. Ya que Ron tardó mucho en sacar sus galeones, tuvo que salir al pasillo a buscarla. En el momento en el que su amigo desapareció de su vista, Hermione se abalanzó sobre él.
-¿Te gustan mis tetas, Harry? He notado como las miras fijamente- le susurró al oído mientras las hacía rozar con su pecho.
Harry no respondió. Toda la sangre de su cerebro había ido a parar rápidamente a su entrepierna, en una erección casi dolorosa. Ella, aprovechando ese momento de confusión, tomó la mano del muchacho y se la colocó en su pecho izquierdo. Harry reaccionó en ese momento y comenzó a masajearlo, mientras notaba bajo la tela su pezón duro.
-He decidido que me vas a follar, Harry. Durante todo este curso voy a intentar ponerte a mil cada vez que tenga la ocasión, y creeme, lo conseguiré.
Al momento, volvió a su asiento y fingió que nada había ocurrido justo cuando Ron regresaba con un monton de ranas de chocolate. Harry ocultó su erección cruzando las piernas, pero no podía dejar de pensar en Hermione y sus pechos. Algo en él quería arrastrarla a los baños y tirársela hasta la extenuación, pero no debía. Sabía lo que su amigo Ron sentía por ella. Su enamoramiento era real, y no podía permitir que un momento de lujuria acabara con su amistad. ¿Cómo podía solucionar su apetito de hembras?
Entonces apareció un grupo de chicas por la ventana que se le quedaron mirando. ¡Claro! Él era Harry Potter, el famoso Harry Potter, el niño que sobrevivió. Todas las chicas lo deseaban, aunque fuera por su fama, y, por una vez, Harry estaba dispuesto a aprovecharse de la situación. Iba a ser un curso muy interesante.