Harley Davidson (Parte IV)

Siempre había soñado con crear una familia, tener una compañera que me quisiera por cómo soy y amarnos tanto que nadie nos venciera en esa guerra que es el amor. Juntos hacer una familia en la que reinase el amor y la franqueza, quizás sea un romántico empedernido o tal vez un iluso soñador pero siempre he creido en el amor para toda la vida.

Siempre había soñado con crear una familia, tener una compañera que me quisiera por cómo soy y amarnos tanto que nadie nos venciera en esa guerra que es el amor. Juntos hacer una familia en la que reinase el amor y la franqueza, quizás sea un romántico empedernido o tal vez un iluso soñador pero siempre he creido en el amor para toda la vida. Despertar al lado de la persona a la que amas, despertar con un beso en los labios y ver su sonrisa mientras abre los ojos. A veces llevar el desayuno a la cama y tomarlo juntos mientras nuestros pies se acariciasen tras las sábanas llenas de amor, fundirnos en la pasión y entregarnos el uno al otro con lujuria y amor, mucho amor. En la madrugada sentir cómo se abre la puerta de nuestra habitación y oír acercarse unos pasitos hacia nuestra cama, despertar por el movimiento de nuestro lecho y ver a nuestro hijo o hija tumbarse en medio de nosotros dos por el simple hecho de que tiene miedo de dormir solo. Lo acariciaríamos con amor, quizás un beso o dos, justo desde ese momento me sentiría el hombre más feliz del mundo.


Alex: Venga abre el maldito sobre joder!

Felipe: Alex joder no le pongas más nervioso…

Andrés: Joder! Vamos!

Yo: Esto puede cambiar mi puta vida y vosotros no sois de mucha ayuda… -dije mirando a cada uno con unos nervios increíbles.

Abrí el sobre y por fin pude saber si Natalia era mi hija o no lo era… saqué el papelito, lo miré, miré a mis amigos y miré a Natalia..

Andrés, Alex, Felipe: QUEEEEE!

Natalia: ñañañañañaña!


Una semana antes…

Sonó el timbre de mi piso, fui lo más rápido que pude para abrir la puerta que seguro eran mis amigos ya que les había enviado un mensaje en el que les escribí que tenía un problemón. Eran ellos, estaban asustados, normal supongo que después de leer mi mensaje se quedaron preocupados.

Felipe: Que te ha pasado?

Yo: Yo… yo… no sé..

Andrés: Que ostias te pasa Roberto?! Habla de una puta vez. –entraron los tres rumbo al salón.

Alex: No me jodas ahora trabajas de canguro?

Felipe: Trabajas de canguro? En serio?

Alex: Cómo se llama esta princesa pelirroja?

Andrés: No es pelirroja, es rubia….

Alex: Es pelirroja… mira. –acariciándole el pelo.

Andrés: Que no…. Es rubia no ves el pelo… estas ciego?

Alex: Me estás diciendo que no se diferenciar los colores? Que te crees que soy daltónico? – levantándose del sillón.

Andrés: Si! Eres daltónico!

Yo: PARAD! –dando los tres un bote al asustarse de mi grito- es… es mi.

Felipe: Tu qué?

Yo: Mi hija joder!

La cara que pusieron los tres era para enmarcar, me miraron y miraron a la niña y me volvieron a mirar. La que se me venía encima…

Felipe: Cómo que tu hija? Estas de coña verdad?

Alex: JAJAJA muy bueno tío.

Andrés: No está de broma – al ver mi cara se dio cuenta que todo lo que decía era cierto.

Imaginar la que teníamos montada los cuatro, yo en shock, normal me acababa de caer una hija del cielo, los tres alucinando con la noticia e interrogándome de quien era la madre, como ha llegado hasta ahí, si me iba a quedar con ella… Pero sobre todo, lo que hicieron fue apoyarme.

Esa noche era jueves, y fue una noche muy, muy larga y no era para menos. Mis amigos terminaron por quedarse a dormir en mi casa sin importarles tener al otro día universidad. Después de tranquilizarnos un poco registramos la mochila que acompañaba a Natalia cuándo llegó, había de todo, biberón, potitos, ropa, pañales, toallitas, talco, crema hidratante, varios chupetes, leche en polvo… esa mochila tenía una puerta astral cómo mínimo. La primera misión que tuve que pasar o mas bien tuvimos que pasar fue cambiarle el pañal a la niña… la que podemos liar por quien le cambiaba, al final me tocó a mí ya que soy su padre como los muy cabrones me hicieron saber cerrándose en banda y haciendo una alianza contra mi persona.

Luego tuve que darle un baño, tenía un miedo terrible, y si se ahoga ahora… me metí en la bañera teniendo una buena temperatura el agua y la bañé con muchísimo cuidado. Para que nos vamos a engañar, se me caía la baba cuándo se reía o cuando me abrazaba con sus diminutas manos. Quizás me estaba encariñando en tan solo unas horas sin aún saber si era mi hija o no, pero después de una semana si sacarme a Blanca de la cabeza y luego a Sara desde la anterior noche que pasamos disfrutando pues estaba relajado, sin ella revoloteando en mis pensamientos. Tras darle un poco de leche, que la preparó Alex y se tardó como media hora mirando un video en internet de cómo se preparaba… se lo bebió en un visto y no visto, antes de acostarla recordé cuándo mi madre me contaba que cuando era pequeño tardaba más de lo normal en sacar los gases y gracias a eso me acordé en que tenía que darle golpecitos a la niña para que los sacara. Cómo no, no me puse un trapo en el hombro y pasó lo inevitable, me manchó toda la camiseta haciendo que mis amigos se rieran como locos y contagiándoselo a ella y por inercia a mi.

Durmió toda la noche, gracias a Dios, nosotros también aunque yo no mucho, estaba intranquilo por si se caía de la cama. Joder! Que no tengo una puta cuna, cómo voy a sacar esto a delante? Si acabo de gastarme gran parte de mis ahorros para comprarme mi Harley. Quien se va a hacer cargo de la niña mientras esté trabajando? Tengo que comprar muchas cosas, y no tengo un puto euro. Que preocupación, y todavía sin saber si es mi hija o lo mismo me la han colado como si nada, está claro que tendría que ir al trabajo y pedirme una semana libre y que me quiten los días en vacaciones.

Me levanté sobre las siete de la mañana, les preparé el desayuno a mis amigos que se lo merecía por ayudarme en ‘’casi’’ todo la noche anterior. La niña se despertó casi al mismo tiempo que yo, la vestí con la ropita que había dejado su ‘’madre’’ en la mochila y la senté en el carrito llevándomela conmigo a la cocina mientras le hacía el desayuno a ella y a mis amigos. Pendiente de todo, que ahora entiendo a las madres del mundo cuando dicen que están cansadas, y eso que sólo han sido unas horas. Sonó el timbre y me puse en guardia, será Helena que se ha arrepentido, o Blanca, Sara tal vez… Por suerte era Alex que por cierto no tenía ni idea de cuándo se avía ido. Trajo con él una cuna sin montar, claro está, que según él era el regalo para su sobrina preferida, y tanto preferida, era la única.

Tras desayunar y arreglar la casa, Alex y Felipe armaban la cuna con Natalia recorriendo todo el suelo del salón a gatas. Si la fuera cronometrado seguro que habría hecho algún record de velocidad, que veloz era la jodía. Dejé a la cría con ellos y fui al trabajo para pedir esos días libres, ojala que no me pidieran ninguna explicación ya que no tienen derecho de eso. Llegué con el tiempo justito para fichar y entrar. Primero tenía que ir a hablar con Sara ya que es mi jefa y ella sería la que me daría esos días, pero claro no las tenía todas conmigo. Luego iría a buscar a Esther, una de las tres mosqueteras, ella por las conversaciones que habíamos tenido mientras almorzábamos sabía que a veces trabajaba de canguro, así que unos consejos de ella no me vendrían nada mal.

Dejé mi mochila en mi puesto y con muy pocas ganas fui directo al despacho de Sara, que después de lo de anoche no estaría de muy buen humor para conmigo. Le dije a su secretaria si le podía avisar de que quería hablar con ella, por suerte no tardó en hacerme pasar.

Yo: Buenas señora.. –cerrando la puerta tras de mí.

Sara: Dígame que es lo que quiere? –con el tono más frío del mundo.

Yo: Bueno verá, necesitaría unos días libres…

Sara: Cuantos días? –Sin hacerme apenas caso escribía en el ordenador.

Yo: Pues si pudiera ser, la semana que viene entera y hoy…-dije pasando el dedo por la mesa.

Sara: Una semana entera? –contestó asombrada- Son muchos días Roberto, para que quiere tantos días?

Yo: Creo que eso a usted no creo que le importe en lo absoluto… digo, ya que es mi vida privada. – respondí a su pregunta, pero en ningún momento le falté al respeto ni lo dije con ironía ni nada por el estilo.

Sara: Tiene usted razón… pero es que son muchos días.

Yo: Vera señora, todos estos días los recuperaré en vacaciones si hace falta pero por favor le pido que me los dé, si no fuera importante jamás se lo pediría. Además nunca he pedido ningún día libre.

Al final aceptó de mala gana y muy ansiosa por enterarse aunque sin suerte, una cosa menos. Sólo cruzaba los dedos para que no se presentase en mi casa para nada, ya se sabe que cuándo quieres una cosa siempre sale todo al revés. Antes de despedirme le día la mano mirándole a los ojos, lo que está claro que el gesto era de lo más frío de mundo. Ahora iría a por Esther para quedar en algún lugar y que me diera algunos consejos. Tardé en encontrarla, estaba bastante ocupada hiendo para todos lados sin parar, por suerte la pillé en un rato en el que estaba desocupada y me fui para ella.

Le dije cómo estaba la cosa, se quedó alucinada pero por lo menos no dio ningún grito ni nada por el estilo. Le pedí con miles de por favor que me ayudase, que si quería le pagaría también, pero que por favor me ayudase . Me dijo de quedar en mi casa por la tarde, le escribí la dirección en una nota y le día un abrazo que por cierto, pude ver a Sara con una carta al ver esa explosión de cariño hacia mi compañera que no le gustó ni lo mas mínimo. Esther con risas me empujó y me dijo que luego iría a mi casa y que no tenía que pagarle, que para eso están los amigos. Recogí mis cosas de mi puesto y me largué casi a la carrera, en el ascensor me encontré con Josefina que se puso juguetona pero la paré ya que tenía mucha prisa cómo le hice saber después de darle un piquito para que no se lo tomara como un desprecio el no querer pasar un ‘’rato’’ con ella.

Después de llegar a casa, nos fuimos los cuatro a una clínica para hacerme la prueba de ADN con Natalia, que por suerte mi amigo Felipe tenía un buen amigo y dijo que en una semanita lo tendría listo. Con un palito me cogieron saliva y a la bebé igual, nada de pinchazos ni nada doloroso, fácil y rápido. Invité a mis amigos a comer y luego cada uno se fue por su lado, ellos a la UNI y yo a casa, avía quedado con Esther. La suerte que tuve con Natalia es que cuando come se queda frita en segundos, y no se despertó en toda la tarde hasta las cinco más o menos. Le día el biberón y jugué un poco con ella, le día un muñeco de un mono blanco que la había comprado junto a mas pañales, potitos y algo de ropa; que joder el dineral que me gasté!

No os voy a engañar, sentía que era mi hija y quería que en el ADN saliera lo mismo. Quizás soy muy joven para ser padre y mas padre soltero, pero era ver sus ojitos azules y en mi mente sólo existía ella y yo. En sólo unas horas con ella y sentía todo eso, pero la cabrona se hacía de querer, su sonrisa, sus manitas acariciando mi rostro, su risa en definitiva toda ella era puro amor.

A las ocho de la noche llegó Esther que trajo una botella de vino y comida china, no me lo esperaba pero fue una grata sorpresa. Para que os imaginéis más o menos como es Esther; mide  1’71, castaña, pelo rizado que le llega por media espalda, carita normalita pero unos labios que entran ganas de morder. Un culo respingón muy apetecible, pecho normalito ni muy grande ni muy pequeño, más bien jugoso. Y sobre todo era muy buena persona, sólo con ver sus ojos marrones lo podías saber. Un bomboncito de 22 años que le quitaría el hipo a cualquiera.

Cenamos muy relajados, hablando de todo, me estuvo dando muchos consejos sobre cómo llevar la situación. La invité incluso a ver una película, al final se quedó Natalia frita en sus brazos y la acostemos juntos enseñándome cuál era la mejor posición etc. Le agradecí de nuevo toda su ayuda, dijo que se pasaría mañana incluso.

La semana estaba siendo muy cansada, Esther venía todos los días, cosa que me extrañó la verdad, con mis amigos pasaba también gran parte del tiempo pero tampoco quise ser pesado con ellos ya que tenían que estudiar. No tuve noticias ni de Blanca ni de Sara, cosa que me agradó bastante, pero también me daba que pensar que a lo mejor pasaban de mi y bueno… me dio un poco de rabia. Si es verdad que fui yo el que pidió espacio a Blanca pero eso de no tener noticias suyas la verdad es que un poco si que me ponía celoso. Con Sara más de lo mismo, seguro que estaba disfrutando de su prometido que le puso los cuernos y aún así ella sigue con él. Natalia estaba cada vez mas encariñada conmigo, siempre quería que la acunase en mi pecho, jugar a todas horas conmigo y a la hora del baño era puro nervio.

El miércoles me pasó una cosa curiosa, era de noche y mis amigos se avían ido a sus casas para descansar o estudiar no sé, Esther se presentó con una película y un bote de chocolate XXL de fresa y vainilla.

Yo: Que sorpresa… a que debo este honor? –Dije apartándome de la puerta y dejándola pasar mientras me fijaba en su culito.

Esther: Pues estaba en casa sola y me he acordado de ti, estarías solo y aburrido y me he dicho, Esther vamos a visitar a Rober que seguro está muy aburrido. –sentándose en el sillón.

Yo: Bueno si te digo la verdad… tienes razón, jajaja estoy súper aburrido. Qué película has traído?

Esther: Una de miedo, pero también he traído helado así que mientras yo voy a por las cucharas tu pones la peli.

Me encantó el detalle de Esther, nos sentemos en el sillón y nos pusimos a ver la peli. Esther daba de vez en cuando algún gritito de miedo y se agarraba a mi brazo. Me reía de su comportamiento, parecía una niña pequeña cada vez que salía algún bicho negro de esos. Al final acabamos la película abrazados, con el paso de las imágenes nos fuimos acercando el uno al otro, cuándo ya estábamos pegados le pasé el brazo por el cuello y descansó su cabeza en mi pecho. Subió los pies en el sillón doblando las rodillas y me agarró fuerte igual que yo a ella, al final me fijé en un canalillo que cuándo llegó no estaba tan ‘’a la vista’’ y que me la puso morcillón. Con la tontería nos fuimos calentando, por lo menos yo me calenté de lo lindo y cuándo acabó la película me soltó;

Esther: Que mas quieres que haga para que me folles? –poniendo su mano sobre mi pene que estaba a punto de explotar.

Yo: Co... cómo dices? –dije sorprendido.

Esther: Que te crees que no te he visto follar con Josefina? POR DIOS! DEJATE DE TONTERÍAS! –lanzándose a comerme los morros.

Me dejé llevar, no todos los días te viene una tía y te pide que la folles con los ojos llenos de lujuria. Nos comimos la boca durante un buen rato mientras me acariciaba la polla, se subió encima de mí y frotó sus sexo con el mío separándonos la tela de nuestra ropa. Recorrí sus piernas hasta llegar a su culo y deshacerme lentamente del botoncito de su pantalón, ella hizo lo mismo pero con más rapidez. Bajó como una posesa para agarrar mi falo y darle unos besitos a la punta;

Esther: Quieres mas besitos? –dirigiéndose a mi pene.

Lamió, mordió, relamió hasta hacerme acabar en su boquita tragándoselo todo, que me sorprendió y a la misma vez me puso aún más caliente. La cogí de los brazos y la coloqué boca arriba con las piernas abierta y lamí su sexo por encima de su tanga que desprendía calor, rápidamente le arranqué la telita y como un poseso fui a la caza de sus labios vaginales haciendo que Esther se corriera como una loca:

Esther: Que me… haces c.. con la león.. gua!? .agarrándome de la cabeza y pegándola más a su sexo.

Mi polla estaba otra vez en pie de guerra y esta vez la iba a penetrar hasta reventarme. Todavía estaba recomponiéndose de su orgasmo cuándo de una estocada le metí todo mi falo haciéndola gritar de gusto, tuve que ponerle la mano en la boca para que no despertara a la niña y empecé con un ritmo lento. Ella me pedía mas y mas, yo subía el ritmo cada seis penetraciones hasta penetrar como una bestia saciando su sed de sangre, Esther llegó a su segundo orgasmo y rápidamente le día la vuelta para penetrarle a cuatro patas;

Esther: AAH! JODER ESQUE TU NO TE CORRES O QUE?

Yo: No te preocupes que no voy a tardar mucho, te gusta verdad? Eres una perrita con ganas de polla?

Esther: SI! SO..OY TU.. TU PERRA! –poniendo sus ojos en blanco ante su tercer orgasmo.

A llegar a su tercer orgasmo yo no aguanté más y me corrí sacándo mi polla y poniéndole el culo perdido de mi lefa caliente, caímos en el sofá con su cabeza junto a mi pecho. Nuestras respiraciones agitadas y nuestros ojos cerrados daban buena nota del esfuerzo que habíamos hecho.

Esther: Joder.. ahora entiendo la fijación que tiene Josefi contigo… -dándome un beso en la mejilla.

Yo: Fijación? Jaja, nos lo pasamos bien pero ya está..

Esther: ya veo ya… alguna vez te la has tirado en tu casa?

Yo: Que va.. sólo en el trabajo, eres la primera de las tres que viene a mi casa.

Esther: Bueno… no sé yo que decirte, jajaja.

Al final nos duchemos juntos e hicimos otra sesión de sexo pero más pausada y no tan salvaje, Esther se quedó a dormir conmigo y valla si dormimos… nos levantemos tarde y gracias a que Natalia empezó a llorar. Nos despedimos después de tomar desayuno, me dijo que le llamase cuándo supiera los resultados de ADN que me lo entregaban esa misma mañana, y no os voy a engañar estaba súper nervioso.


Alex, Felipe, Andrés: QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE! –gritaron los tres al unísono.

Yo: ES MI HIJA! JAJAJAJAJAJA

Nos abrazamos los cuatro como cuando España marcó el gol en la final del mundial, cogí a mi HIJA, ahora sí puedo decirlo es mi HIJA, y entre sus risas la abracemos los cuatro.

Sólo una semana me ha bastado para querer tanto a mi hija que si la perdiera me moriría, ahora sé lo que siente un padre y una madre al ver a su hija dormir después de un largo día, sentir sus risa cuándo te abraza con sus bracitos y lo feliz que te hace con sólo ver su carita todas la mañanas. Será duro, pero le daré todo mi amor y todo lo que sea posible para que crezca feliz y sana.

Alex: Tráete otra cerveza! Y no os metáis mano cerdos! –gritándonos a Esther y ama.

Yo: Cierra la boca que la niña está a punto de quedarse frita!

DING DONG!

Felipe: LA PUERTA!

Salí de la habitación dejando a Natalia bajo el cuidado de Esther, miré a mis amigos con odio –podríais abrir vosotros, a no! Que es más importante un partido en el PES no? Cabrones!

Llegué corriendo a la puerta para no hacer esperar mucho, y también no quería que tocaran mas veces no vaya a ser que despejasen a la niña y para qué queremos más… Abrí la puerta;

HOLA HIJO!

Yo: MAMA!? –dije con los ojos fuera de órbita.

Madre: DONDE ESTA MI NIETA!?

Miré a mis amigos:

YO: CABRONEEEEEEEEEEEEEEEEEEEES!