Harley Davidson (Parte II)
Estuve observando a Sara durante toda la noche, era preciosa. Acababa de pasar una de las mejores noches de mi vida, jamás había hecho el amor, siempre había sido sexo sin sentimientos por el mismo disfrute y goce.
Estuve observando a Sara durante toda la noche, era preciosa. Acababa de pasar una de las mejores noches de mi vida, jamás había hecho el amor, siempre había sido sexo sin sentimientos por el mismo disfrute y goce. Pude disfrutar de su cuerpo con todos mis sentidos, sentir el roce de su piel, sus besos, sus caricias; sólo nos dábamos amor, amor puro de esos que es difícil conseguir, de ese que cuándo desaparece te hace sufrir pero cuándo lo consigues te hace vibrar, ser feliz. Cuándo por fin caí vencido por el cansancio, descansé teniendo entre los brazos a Sara, una mujer cualquiera, con un nombre cualquiera; pero la mujer que siempre iba a recordar cómo la que me hizo sentir todos esas sensaciones de golpe.
Me desperté al oír el sonido del despertador, cuando abrí los ojos estaba sólo, ya no estaba Sara. Quizás fue un sueño? No, fue real, la habitación todavía olía a ella, a su fragancia que me volvía loco, que me encantaba. Quizás estaba en la cocina, en el baño o en el salón, pero no, no estaba, se avía ido mientras yo dormía teniéndola entre mis brazos. Se fue entre la oscuridad de la noche, sin dejar una nota, sin despedirse, sin nada. Dejándome bastante tocado, no sé porque pero me dio el bajonazo después de que se fue sin avisar.
Me quité las tonterías de encima cómo pude e hice lo de siempre, ducha, desayuno y curro. Hoy era la primera vez que no iba a coger el bus ni ningún taxi, tengo mi Harley nuevecita y para eso me la compré, para que me lleve a todas partes. En el trayecto hasta mi trabajo recordé algo muy importante, hoy era el cumpleaños de Blanca y no sabía qué hacer al respecto. Durante todos los años que nos conocemos ella y yo siempre he ido a sus cumpleaños, siempre el primero en llegar y el ultimo en irse. Lo increíble es que ya tenía comprado su regalo desde hace semanas, pero no sabía si ir a entregárselo personalmente o enviarlo con un recadero (mis amigos), después de todo lo que ha pasado entre ella y yo lo mejor era no presentarme por mi bien.
Mientras entraba en la empresa recibí una llamada, era Alex para hacerme la pregunta del millón, si iba a ir al cumpleaños de Blanca; le hice saber que no iba a aparecerme por allí, ni de lejos, sólo rió como un descosido con mi salida. También me dijo de quedar los cuatro para pasar el rato y hablar de con quién ligué esa misma noche, sólo pude cambiar de tema, la verdad no me apetecía nada de nada recordar a Sara y esa magnífica noche de amor que había pasado con ella. Cuándo colgué me encontré a algunos compañeros que me saludaron cortésmente e hice lo mismo con ellos, también me encontré con uno de los jefes mas cabrones de la historia de lejos. Se llama Adolfo, tiene unos 30 años y es un grandísimo hijo de puta, que no lo digo yo ehh, que lo dicen todos pero eso sí por detrás delante de él se callan cómo putas, y la verdad les comprendo no me gustaría perder el trabajo por decirle sus cuatro verdades a la cara y meterle dos ostias bien dadas.
La mañana pasó bastante tranquila, sobre las 13:30 teníamos que dar la bienvenida a un nuevo jefe de nuestra sección, el último se acababa de jubilar a sus 65 años, yo creo que tenía 60 años en cada pata porque era verle y comprarle una corona de flores. Sólo rezaba para que no fuera un cabronazo el nuevo jefe, y sin duda alguna no fue ningún cabronazo, más que nada porque era una mujer; era guapísima morenita de piel tostada, un pechito de 90 mas o menos un culito muy bien formado… con eso os lo digo todo no?
Si era Sara, al verla me quedé petrificado cómo una estatua y además mas blanco que la leche; y lo que más me llamó la atención fue su mano. Su mano derecha estaba adornada con un precioso anillo de compromiso valorado en... (Eso era broma). Sólo pude pensar que me había engañado y de qué manera. Nunca me ha gustado eso de acostarme con alguna casada u o prometida, si sólo eran novios pues mira pero eso era algo muy serio. Le di las gracias a todos los Dioses por hacer que Sara no me viera, no estaba preparado de momento para ese primer 1vs1 que seguro me deparará en un presente muy inmediato. Terminamos pronto esa medio reunión y nos fuimos cada uno a su puesto de trabajo, sólo esperaba que no se diera una vueltecita para ver el panorama.
Por fin llegó la hora de almorzar, cómo siempre nos fuimos a la cafetería de la empresa, pero esta cafetería es especial, digamos que los de la empresa comen gratis pero la gente de fuera puede también comer allí pero pagando su consumición. Al rato de sentarme para empezar a comer llegaron las tres mosqueteras; Luisa, Esther y Josefi. Para que os hagáis una idea, estas tres eran radio cotilla, si querías saber algo estas te lo decían pero con todo lujo de detalles y cómo casi siempre se sentaron a mi vera.
Luisa: Hola Rober! (Sentándose al lado mío)
Josefi: Esther siéntate aquí!
Yo: Ya estáis liadas? Jaja sentaros y comed.
Josefi: Que te parece la nueva jefa? Te he visto mirándola mucho…
Yo: jajaja que va!
Esther: Sara es mi amiga desde el colegio, así que cuidadito con lo que decís!
Luisa: Que pesada estas con lo de que es tu amiga….
Las conversaciones de estas dos eran siempre así la verdad que me lo pasaba bien con estas tres. Mientras me reía de las cosas de Luisa vi entrar a Sara a la cafetería, iba sola y Esther se levantó y la invitó a sentarse con nosotros… joder! Voy, me pongo en la mesa mas escondida para que no me vea y se sienta en la misma mesa donde servidor estaba almorzando. La cara que puso Sara al verme era de autentico espanto, la pinchabas y no echaba gota sangre; estaba blanquita y encima se fue a encontrar con una mirada la mar de fría de mi parte. Nos saludó a todos con un beso menos a mí, yo me levanté cortésmente y le di la mano; las chicas miraban con una sonrisilla porque sabían que yo siempre saludaba con dos besos a las chicas. Si ella supieran que la noche pasada avía estado disfrutando de tremenda hembra.
En eso que llegó mi amigo Alex, no era la primera vez que algunos de mis amigos venían a comer conmigo, digamos que ellos eran bastante conocidos entre el género femenino.
Alex: Rober!!
Yo: Alex! Cómo no has avisado? Te habría esperado y no empezaría a comer.
Alex: Si, si,si, no me cuentes historias y dime con quién te fuiste anoche? (Mientras saludaba)
Sara casi se ahoga con un trozo de escalope, a mí sólo me vino una sonrisilla.
Yo: Que dices? Si me fui solo.
Alex: No me cuentes chorradas que te vieron con una morena en la moto, y la que te vio fue Blanca.
Yo: No le hagas caso, por cierto que vais a hacer esta noche?
Alex: Pues al cumple de Blanca, los cuatro no?
Yo: Ni de coña chaval, yo no paso por allí ni por un millón de euros.
Alex: Si pues mas te vale ir, Blanca está de un pesado. Desde ayer después de decirnos que te largaste con una tía, que si sabíamos quién era, que te llamáramos, que te llevásemos a rastras al cumpleaños. Buahh que pesada tío, haber si ahora si te va a hacer caso… (Sara estaba muy atenta a esta conversación, pero disimuladamente)
Yo: Eso sería le leche, por que se iba a dar con un canto en los dientes. Además creo que voy a quedar con Carla. (Dedicándole una mirada a Sara)
Estuvimos hablando un poco más pero cambié rápido de tema, si alguien se fuera fijado en Sara y en mi vería nuestras mirada cruzándose cada dos por tres, era muy obvio que entre los dos pasaba algo si nos miraban detenidamente. Tenía ganas de que me explicara el por qué de su mentira, y por que hicimos el amor, porque si fuera sido sólo un polvo pues mira, pero es que era pura pasión lo que disfrutamos esa noche. De vez en cuando rozaba su pierna con la mía, al quedar ella enfrente era muy fácil. Pero el movimiento no era de; Quiero sexo, fóllame!, no era cómo para llamarme la atención, como si quisiera decirme algo. Al mirar al suelo pude comprobar que había una nota, no sé cómo la escribió pero había una nota en el empeine de su zapato. Supongo que la habría escrito cuándo se levantó al baño, no lo sé. Me la guardé en el bolsillo para leerla cuándo estuviera solo.
Después de comer todos juntos me despedí de Alex invitándole más tarde a tomarnos una copa en mi casa, aceptó al instante pero me dejó claro que el iba a ir al cumpleaños de Blanca y que no se quedaría mucho tiempo. Cómo casi siempre fui directo a la máquina de café que había en nuestra sección, elegí un chocolate calientito y empecé a beber tranquilamente para no quemarme más que nada. Al rato de estar ahí vi cómo Josefina se acercó moviendo sus caderas y mirándome con cara de leona, sabía perfectamente lo que quería…
Josefi: Rober… sabes cuánto echo de menos estar contigo? Hace tiempo que no jugamos… (Tocándome la polla por encima del pantalón lentamente)
Yo: jaja, para! Nos van a ver y al final nos van a echar, así que estate quieta.
Josefi: Ven, vamos a jugar un poquito.
Me cogió del brazo y nos fuimos a un cuarto dónde poníamos los trastos que no íbamos a usar, es decir ahí no entraba ni dios. Cerró las persianas para que nadie nos viera y empezó a besarme con lujuria, incluso me hizo sangre que claro está empezó a lamer cómo si la vida le fuera en ello. No tardé en dejarme llevar y le subí la falda mientras le besaba el cuello, le mordía sacándole varios suspiros de excitación. Cuando llegué a su tanga pude ver que estaba totalmente empapada de sus líquidos, eso sólo hizo que me pusiera mas cachondo de lo que estaba y le arranqué su tanguita de un tirón. La subí encima de una mesa que avía allí y empecé a hacerle sexo oral.
Lamía de abajo arriba mientras le masajeaba las tetas por encima de la blusa, ella gemía levemente para no ser escuchada y fue desabotonando su camisa mientras yo le lamía el clítoris con saña, a ella eso la volví loca incluso así fue cómo llegó a su primer orgasmo. Tuve que agarrarle bien las piernas para que no me partiese el cuello al tener sus convulsiones, mientras se estuvo reponiendo del primer orgasmo le estuve mordiendo a conciencia sus pezones que estaban duros cómo una piedra. No se hizo esperar la dureza con la que se encontraba mi polla, rápidamente bajó hacia su encuentro y Josefina hábilmente me bajó los vaqueros en un visto y no visto metiéndose toda ella en la boca y chupármela con gran entusiasmo.
Me lamio la cabeza hasta llegar hasta mis pelotas, metiéndoselas en la boca mientras me miraba con cara de vicio, eso me volvió aún más loco de lo que estaba y no aguanté más. La cogí en brazos y puse su culo mirando hacia mi pene que estaba loco por entrar en su cuevita, se la metí de un solo golpe, al estar ella tan excitada no me costó meterla toda de un tiró y sacarle un gran gemido que tuve que hacerle callar con mi mano posándose en su boca.Empecé un vaivén lento mientras ella me pedía más;
Josefina: Fóllame más fuerte cabrón, reviéntame!
Yo: Quieres que te reviente puta? Quieres correrte con mi polla dentro ehh?
Josefina: Si! Dame joder!
Le hice caso al instante, empecé a embestirla como un animal con dureza mientras su sexo chorreaba de lo lindo. Le mordí la oreja mientras le decía zorra, eso le encantó y llegó a su segundo orgasmo y haciéndome a mí también llegar y mojar toda su vagina de mi leche caliente. Se puso de rodillas frente a mi pene y empezó a limpiarlo de la mezcla de nuestros flujos, eso le encantaba como comprobé al ver la cara que ponía al tragarse nuestra mezcla.
Después de nuestra rápida sesión de sexo nos despedimos con un gran beso de tornillo mientras yo le masajeaba el cuello y ella mi bulto que estaba totalmente flácido. Al salir del cuarto pude ver que nadie se había dado cuenta de nuestros ‘’juego’’ y me quedé más tranquilo, lo que menos me faltaba es que se dieran cuenta, o peor aún que Sara se diera cuenta.
Estuve trabajando hasta la hora de salida, al coger mi móvil de mi bolsillo encontré el papelito que me dejó Sara mientras comíamos y que todavía no había leído.
‘’ Tenemos que hablar, esta noche quedamos en tu casa no vayas a salir’’
Lo que me faltaba, ver a Sara esa misma noche y todavía no estaba preparado para hablar de todo el engaño el que caí cómo un estúpido. Al ver mi móvil para quitar el modo silencio pude ver que tenía 5 llamadas de Blanca, ahora esta… seguro que es para saber si iba a ir a su fiesta, que sin duda alguna no iba a ir ni a arrastras además de que Sara iba a visitarme esta noche. Valla lio tenía en la cabeza, entre que Sara está prometida, PROMETIDA, y Blanca de pesada llamándome de seguro que esta noche será larga, muy, muy larga.