Haciendo Tareas en el Río, El Playón

Pasaron los minutos y seguíamos cogiendo, Flores arrastró al Sargento al suelo y lo hiso que se sentara en su pija y que lo cabalgara; el Sargento estaba rendido a la verga de Flores; en eso estaban cuando Torres se acercó al Sargento Gómez y le ofreció la verga para que mamara.

Haciendo Tareas en el Río, El Playón

Durante un tiempo deje de ir al balcón del río, más bien al playón cerca de la base aérea a reunirme con mis amigos militares.

Flores, me llamó ese día a mi casa; para saber si iba a poder llegar por la tarde al playón; a lo que afirmativamente conteste con una sonrisa en mi cara, estaba feliz de saber de él.

No sé si era el uniforme o él solo, pero ese tipo me atraía un chingo.

Cuando llegó la tarde a eso de las 3:30 pm, me puse una calzoneta, un par de tenis y una camiseta nueva que tenía.

Al llegar al playón, Flores me esperaba con un vaso en la mano; estaban Núñez y Torres, todos estaban nadando en el río en pelotas.

Me extrañó que estuvieran así, al llegar; me dijeron que estaban allí desde las 11 am, que de desayuno tenían una botella de black & White y que había una caja para continuarla.

Como boquitas, salchichas azadas a las brazas; con mostaza y salsa de tomate.

Todo se miraba regio, estaban felices porque tenían una semana libre por trabajos realizados.

Flores era un pez en el agua, sus nalgas blancotas sobresalían cada vez que se sumergía en el agua, las de Núñez eran más bien prietas a la par y las de Torres, eran una página en blanco con un chingo de pelos cubriéndola.

Todos ellos eran hombres riquísimos para ver y mejor para culear.

Me contaron que Flores tenía unos familiares en el Barrio Villa Adela y que los alojarían a los tres en un apartamento que tenían para invitados.

Lo mejor de todo, es que estarían independientes completamente; ese apartamento no estaba conectado a la casa de los familiares y podrían llevar cuanta chava quisieran.

Al entrar al agua, la sentí más caliente que nunca; rápidamente Flores, tomó mi ropa y sosteniéndola en alto la pasó al refugio al otro lado del río.

Estaban bien acondicionados, habían comprado de todo en el comisariato militar y me estaban invitando a pasar la semana con ellos.

En mi casa no me darían permiso, estaba seguro.

El resto de la tarde, fue toqueteos en el río; unos besos suaves y castos y sobaditas de vergas y culo estupendas.

Estábamos Flores detrás de mí, pegados; estaba restregándome la verga bien dura en el culo, dentro del río en lo que se acerca un militar que no conocía.

Flores rápidamente se hundió y apareció a unos metros míos, Núñez y Torres saludaron con un grave: “Buenas tardes Mí Sargento Gómez”

Este respondió con un levantamiento de brazo hacia la frente, a la usanza militar y luego un “Buenas tardes soldados”.

Muy serio lo vi, al voltearme a ver; Flores muy oportuno me presentó como un amigo de por allí cerca.

Bueno, mucho gusto Luisito.

Escuché rico ese “Luisito”.

Y ¿qué pasa Mi Sargento, a que se debe su visita?

Pues el asunto es que también estoy libre toda la semana y al preguntar por ustedes me dijeron que se vinieron para aquí y vine a tomar un rico baño.

A todo esto, se estaba desnudando; él era un hombre blanco, de unos 25 años, pelo castaño, peludo y varonil.

Se fue sacando su uniforme y al quedar desnudo su pecho, pude apreciar un par de sabrosos pezones rosados que sobresalían de un pelambre grueso y abundante.

Sus brazos eran como ramas de roble blanco, unos bisets gruesos, hermosos; luego sacó sus botas y se tuvo que tumbar en el suelo, desde donde Yo estaba pude admirar cuando sacó sus calcetines y las plantas de los pies se mostraron rosaditas, nítidas.

Luego comenzó a sacar sus pantalones, así sentado como estaba y levanto ambas piernas al aire y sus pies se ofrecieron a mi vista.

Mi vera se movía debajo del agua, mi mano la acarició suavemente un momento; no quería que el Sargento lo notara.

Sus pies estuvieron unos segundos al aire y pude apreciar su buena forma.

Su pantalón de reglamento se deslizó por el tronco de sus piernas y pude admirar unas piernas gruesas, peludas y más abajo un par de pantorrillas que eran para poner loco a cualquiera.

Todo un espectáculo estaba dando el Sargento Gómez.

Un cuerpazo que se gasta este hombre pensé, pero no todo estaba allí; cuando se levanta y dice a entrar al río, se ha regresado a donde tenía la ropa y se ha quitado el calzoncillo blanco reglamentario y a mostrado un trasero grandioso, grande y fuerte se miraba.

Pero cuando se voltea para entrar con nosotros, pude ver que la verga la tenía morcillona y así como estaba era ya más grande que la mía y mucho más gruesa, bueno; era la verga más gruesa de todos los allí presentes.

Que amiguitos los que se carga Flores pensé, todos son un caramelo para chupar; aún con todo y eso, a mí, me gusta más Flores.

Los chicos le contaron la idea de pasar en el apartamento de Villa Adela.

Él dijo que tenía que visitar a su madre, pero el miércoles se volvía a Tegucigalpa y nos caería por allí.

Estupendo, dijeron todos; Yo no sabía cómo encajaría él o Yo en el apto., lo miraba muy serio y no sabía que si aceptaría ver o participar en el asunto que se traían sus sub-alternos.

Rápidamente, este Sargento dejó el rango y comenzó a juguetear con todos a las hundidas; primero fue Núñez quien sufrió la hundida y luego fui Yo que sin decir aguas van, sentí como un peso enorme me sumergía en las aguas; pude sentir como en mi cuello se pegó una serpiente gruesa y larga, flácida; junto a dos enormes bolas bien peludas.

Era el Sargento Gómez, que sensación fue aquella; luego sentí como me agarró desde la espalda y nado con migo agarrado y pegó su pelvis a mi trasero.

Me llevó al otro lado del río y volvimos, sentía su cuerpo recio pegado a mi espalda; cuando llegamos de vuelta a donde estaban los muchachos, me sostuvo por otros segundos así, pegado a él; Yo no podía zafarme y con mis movimientos, pude sentir como su verga creció y engordó y se fue poniendo dura.

En ese sabroso momento, me soltó y sosteniéndome de los hombros me dijo: “perdón, es por el roce; no volverá a suceder”.

Yo le alcance a decir:”no hay cuidado, lo entiendo; es jugando, no hay problema”.

Me sonrió, pude ver la mejor sonrisa con dientes perfectos de mi vida.

Y sin más, me pegó un empujón para matizar la situación.

Ahora fueron los demás chicos que lo agarraron a él y de un solo lo levantaron al aire y lo arrojaron al río.

Era un grupo de niños grandes, al rato nos pusimos a descansar en el playón del otro lado del río, en donde Flores y tropa tenían las reservas y que el Sargento Gómez ignoraba que existieran.

Flores, fue el primero en salir del agua y llamó a todos para que nos tomáramos un refresco.

Vamos Sargento, vengase; traiga su ropa para que no se la vayan a robar.

Así fue, el Sargento Gómez alzó la ropa y atravesó el río; al llegar puso una cara de sorpresa que no podía con ella.

¿Y esto, de donde salió?

Pues, lo mandamos a traer ayer al Comisariato; para celebrar que habíamos terminado la misión.

Upps pero si tienen de todo dijo Gómez.

Núñez le extendió un vaso de licor y le dijo que solo la primera se servía, las demás eran por su cuenta.

Así fue, la primera se la tomo en dos tragos y luego se sirvió su segundo vaso de licor.

Rápidamente, Gómez se había entonado con las bebidas y reía a la par de todos; Torres se levanta a orinar a la orilla y al hacerlo, muestra su pija a todo su esplendor; por la posición en que estaba sentado no se le miraba, pero al pararse fue otra cosa.

Puta madre, dijo Gómez al mirarlo; como que alguien está más caliente que de costumbre, va a ver que taparse el culito; porque si no lo van a dejar sin poder sentarse a uno.

Jajajaj ja aj aj aja jajajajajajjaaJAJAJAJAJAJa

Nos destornillamos todos riendo, todos estaban actuando de lo más normalitos por estar allí el Sargento Gómez.

En eso Torres regresa con la pija más dura aún y comienza a hacer cosas, a jugar con su propia verga, que estiraba la piel hacia atrás y quedaba la pija toda tensa y dice: “Esta es la cobra” jajajaja reíamos.

Luego con la pija un poco menos dura, se la enrolla en la muñeca del brazo y dice:”El reloj” ya jajajajajajajjajajajaja

Nuevamente, todos reíamos; en eso se levanta el Sargento Gómez y comienza a sacudir la verga en forma redonda y dice: “El helicóptero”.

Jajajaj jajajaja, pero de tanto moverlo en redondo; a el Sargento Gómez se le comienza a poner dura.

Ya no era tan redondo el movimiento y hasta que se le puso bien duro el pito paró.

Upppsss, este es el leño lechero dijo Gómez, jajajajajja nos reímos de su ocurrencia.

Yo dije: Pero a ese leño tienen que batirlo para que de leche.

Ahhh de eso me encargo Yo dijo Gómez y comenzó a hacerse una paja despacio.

Torres no se quedó atrás y también se comenzó a pajear.

Yo al ver a este par de machos en plena faena, comencé a sentir un cosquilleo en mí pija y al palparla; pude sentir que estaba un poco crecidita.

Me abrí de piernas y sentado allí mismo comencé una riquísima pajeada.

Flores que estaba a mi par, también se abrió de piernas y montó su pierna sobre la mía y echando el cuerpo un poco más hacia atrás, dejaba a la vista de todos, su sabroso abdomen con un lavandero de película.

Las piernas a Flores, se le miraban regias, los músculos de la pierna se le tensaban y en ese momento, Flores pasó su brazo sobre mi cuello y posó su mano en mi hombro.

El Sargento Gómez, volteo a vernos; Flores tenía cerrados los ojos y disfrutaba de su propia pija, se miraba que palpaba cada milímetro y lo sentía caliente entre su mano.

Yo miraba a Flores y volteo a ver a Núñez que también ya se había enfrascado en hacerse su paja.

Torres, se sienta a la par de donde estaba el Sargento Gómez y el Sargento que se había quedado parado; quedaba con la pija frente a la cara de Torres.

En forma de broma, Gómez le pega dos trallazos en la cabeza a Torres con la verga.

Torres en forma de respuesta le dice con un falsete de voz: “Hay mi Sargento, mejor aquí y voltea la cara de lado para exponer el cachete”, indicando con eso que allí le pegara con la pija.

Nosotros reímos de la ocurrencia de Torres y más aún, cuando el Sargento Gómez se le acerca más y comienza a darle como tres riatasos en la cara y luego comenzó a darle como si fueran cachetadas que atravesaban de un lado a otro.

Todos estábamos riendo de la situación de Torres, Torres en ningún momento dejo de pajearse y en eso estaban cuando Torres abre la boca en el momento que el Sargento Gómez le pasaba la purrunga bien parada.

Torres con la boca abierta, saca la lengua y el Sargento se detiene un momento, como analizando lo que pasaba; sin más, comenzó a darle toques en la lengua a Torres con su propio glande y una y otra vez; fue cuando Torres cerro su boca sobre la cabeza del pene del Sargento.

El Sargento brincó hacia atrás, quedó como asustado de lo que había hecho Torres.

Y Torres fue rápido e inteligente, se rió de la acción del Sargento y le dice: ”jajajajaja le gané el valor ¿verdad?, jajajaj”

Gómez, con cara de serio le dijo: “Torres, sos un pendejo; me asustaste con eso de la mamada”

Jajajajja

No le pare mi Sargento, aquí estamos entre amigos y aquí se vale todo tipo de bromas, mi Sargento, ahora gánele usted el valor y vuélvasela a meter en la boca a Torres, verá que no aguanta, dijo Núñez.

MMMmmmmm sonó el Sargento Gómez.

La neta es que mi Sargento Gómez, tiene miedo a que se la muerda; dijo Torres en plano desafiante.

Vos, si me la llegas a morder; te pongo como camote a punta de verga.

Jajajajjaja

Si verga es lo que quiere dijo Flores, jajajajjajaja

El Sargento en una situación así nunca había estado, fue Flores y se paró; empujo suavemente al Sargento sin decir una palabra y lo acercó a Torres.

El Sargento Gómez, no decía una palabra; se miraba un poco nervioso, su verga había decaído un poco al sentirse empujado por Flores y cuando estuvo casi pegando la verga en la cara de Torres, fue el mismo Torres el que terminó de cerrar su boca alrededor de la pija del Sargento.

Gómez, intento retirarse hacia atrás; pero la mano de Flores lo impidió y Torres se metió hasta la mitad de la pija del Sargento por su boca y comenzó un meter y sacar lento.

Gómez, cerró los ojos al sentir como le acariciaban la pija.

Flores, se acercó por detrás y poso su mano en la cintura del Sargento y a la par de sus nalgas, comenzó a pajearse Flores.

El Sargento no decía nada, comenzó a jadear un poco; cuando Torres le tomó la pija por la base y sostenía dentro de su boca solo el glande del Sargento.

Por el movimiento de los labios, Yo adivinaba que le estaba haciendo una succión y lamida de cabeza al mismo tiempo.

Flores, a medida se pajeaba; rozaba su glande en el glúteo del Sargento.

La nalga del Sargento Gómez, estaba quedando toda embadurnada del precum de Flores y se miraba hasta brillante.

Yo me acerqué a Flores y comencé a comerle el culo.

Me encantaba comerle el culo a Flores, abrirle los cachetes y meter mi lengua en su agujero.

Ese agujero, para mí es exquisito.

Nunca creyó el Sargento Gómez que hoy le tocaba su iniciación en el sexo gay, si se lo hubieran dicho le hubiera roto la jeta a cualquiera.

Núñez, se acercó a mí y comenzó a comerme el culo; tal como se lo estaba comiendo Yo a Flores.

Núñez se acostó en el suelo y a la inversa, hiso que me sentara prácticamente en su cara.

Me metía la lengua sabroso, podía sentir como entraba y salía ese órgano en mi trasero.

Me palmeaba las nalgas con ambas manos y relamía mi ojete.

Flores, ahora besaba la nuca del Sargento Gómez; ese recio hombre blanco y poderoso, estaba siendo mamado por Torres de forma espectacular.

Flores seguía con su machacada de verga y ahora frotaba su pija en la otra nalga del Sargento.

Ahora, Flores tomaba al Sargento del cuello y le comenzó a besar la oreja, lo jaló un poco hacia atrás y este se recargó en el pecho de su sub-alterno Flores.

Flores ahora lo besó en la boca y Gómez lo rechazó; Flores volvió a besarle y esta vez Gómez le respondió, era natural su reacción, nunca había sido mamado por otro hombre, nunca había sido besado por otro hombre.

Y ahora, Flores estaba sobándole el rabo desde atrás; mientras Torres le chupaba la pija.

Al estar así de cerca Flores de su Sargento, su otro brazo lo pasó al frente para abrazar al Sargento Gómez y se colocó de tal forma que su verga estaba a todo lo largo de la raja del culo del Sargento Gómez.

Este intentó quitarse, moviéndose un poco hacia un lado y Flores lo sostuvo bien firme y lo volvió a colocar justo frente suyo y con su rabo ahora hacia abajo, la presión fue mayor en el trasero del Sargento Gómez.

Flores pellizcaba las tetillas de Gómez y este comenzó a ronronear como gatito en celo.

Yo no paraba de lamer el culo de Flores y le metí el dedo índice, Flores empujó un poquito su trasero hacia mí y ahora también le pasaba la lengua en la raja de su trasero.

Núñez se había salido de abajo mío y colocado como de rodillas, me movió el culo de tal forma que comencé a sentir como me colocaba en la mera entrada del culo su verga bien dura.

Pude sentir como hizo presión, no entró.

Con su mano me untó saliva y nuevamente me colocó el glande en el ano y ahora deslizó, haciendo un poco más de presión entró toda la cabeza, pude sentir como con el esfínter apretaba el surco de la corona de su verga y esta me hacía palpitar el trasero.

Sentí un dolor que más bien era placer.

Estuve un momento así, quieto; luego el mismo Núñez me terminó de empalar y comenzó un mete y saca sabroso.

Núñez clavándome la verga a mí, Yo mamando el trasero de Flores y este restregando su pija en el canal del culo del Sargento Gómez.

En estas estábamos, cuando Torres extiende su mano por debajo de los huevos del Sargento Gómez y comienza a tocarle el culito con un dedo, luego pasaba su mano y tocaba el culito de Flores.

Yo humedecí el dedo de Torres y lo clavó en el ano de Flores y este dio un brinquito.

Luego lo sacó y lo volvía humedecer y fue al Sargento Gómez al que se lo clavó ahora.

Torres, dejó su dedo metido en el culo del Sargento Gómez y comenzó a meterlo y sacarlo en un ritmo cadencioso y Flores restregaba su verga, dejando impregnado el dedo y la raja de su líquido precum.

Luego de un rato de que Torres le metiera su dedo al Sargento, comenzó a meter el segundo dedo con ayuda del precum de Flores y el Sargento dejo escuchar un quejido.

Flores, al sentir que Torres sacó sus dedos; allí mismo le ensartó la pija.

La pija de Flores, entró primero la puntita; luego gradualmente le fue metiendo el resto, poco a poco y sintiendo el gusto de reventarle el culo a un heterosexual declarado.

Para el Sargento Gómez, era inaudito lo que le estaba ocurriendo; nunca había estado en situación igual.

Él había puesto a mamar a cientos de mujeres en su vida, le había dado por el culo a un resto más y ni siquiera había permitido que ninguna le comiera el culo y ahora hasta el culo le estaban penetrando y lo peor de todo es que le estaba gustando como Flores lo ensartaba.

Flores ahora lo tenía agarrado de las caderas y le machacaba el trasero con cada empujón.

El rabo de Flores entraba libremente en ese culo hasta hace unos minutos virgo.

Flores resoplaba en la nuca del Sargento y este tomaba la cabeza de Torres y le bombeaba la boca.

La pija del Sargento entraba hasta la misma garganta de Torres y volvía a salir, para volver a entrar y hacer sentir al Sargento en las nubes con todo el placer que le estaban procurando.

La cogida de Núñez era riquísima, me la metía toda; hasta el fondo y lo estaba disfrutando.

Núñez, me puso de lado y levantándome la pierna con su mano; me la clavó un poco más.

Núñez se movía estupendamente; era un follador consumado.

En ese playón, todo era jadeos, resoplidos y quejas.

Todos estábamos bien compenetrados y muchos bien penetrados por los demás.

Pasaron los minutos y seguíamos cogiendo, Flores arrastró al Sargento al suelo y lo hiso que se sentara en su pija y que lo cabalgara; el Sargento estaba rendido a la verga de Flores; en eso estaban cuando Torres se acercó al Sargento Gómez y le ofreció la verga para que mamara.

El Sargento Gómez, no puso reparo; comenzó a mamar la pija como pudo y mientras tenía la pija en la boca, su culo lo elevaba y bajaba ensartándose completamente la verga de Flores.

Torres comenzó a jadear y advirtió que se corría, el Sargento Gómez no paró; comenzó a tragar la lefa de Torres y a tragar y Torres, parecía grifo roto, no terminaba de echar leche y más leche.

Al terminar, el Sargento comenzó a llenar el abdomen de Flores de su propia ración de semen y llenando la mano de Flores; lanzó tres buenos trallazos de rico semen caliente.

Flores por su parte le siguió al Sargento y entallándole las caderas comenzó un mete y saca más frenético y estalló en su interior.

Torres, se sobaba su verga morcillona aún y se deleitaba viéndonos a todos.

El Sargento Gómez, calló rendido en el pecho de Flores; con el rabo de este ensartado aún en su trasero.

Flores jadeaba, su pecho se levantaba un montón a consecuencia del esfuerzo al terminar.

Pero Núñez estaba dándome fuerte y parejo en el trasero.

Me penetró de tal forma que Yo no evitaba para nada la entrada de su mástil en mi recto, estaba completamente abierto a él.

Su pecho estaba pegado a mi espalda y me sujetaba fuertemente, comenzó a darme un chaquetaso sabroso al ritmo de la culeada; tan rico sentía que no bastó mucho para que Yo comenzara a escupir todo mi néctar y Núñez lo utilizara como lubricante en su mano para terminar de darme tan suculenta paja.

Como mi ano comenzó a apretar su verga a medida Yo acababa, Núñez también empezó a rellenarme el trasero con su esperma y a darme un gran placer al sentir como chorros de caliente semen me preñaban en mi interior.

Núñez daba unos JÁ Já JÁ JA JÁ a cada disparo que salía de su verga.

Rápidamente todos estábamos descansando después de tan sabrosa cogida.

Se sirvió una ronda de bebidas a todos, allí fue cuando el Sargento Gómez nos dijo que era su primera vez y que le había gustado.

Se puso todo colorado al decirlo y Torres le dijo que no se preocupara, que nadie de nosotros diría nada a nadie; que ese era nuestro secreto en el playón del río.

Ya saben lo de nos nombres y lugares bla bla bla… por los interesados.

Gracias a los que han escrito y valorado los relatos, espero seguir recibiendo esos comentarios y correos.

Hasta pronto,

LUDAVAGI

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