HACIENDO TAREAS en el RÍO 5

Torres se montó en Sánchez a horcajadas y la Verga de Sánchez estaba rozando el trasero de Torres; mientras Torres descargaba en la cara de Sánchez todo su arsenal, Sánchez hacía lo propio restregando su glande en la raja del culo de Torres.

HACIENDO  TAREAS en el RÍO 5

Íbamos por mitad de semana y las tareas eran nulas en este día, podía ir a mi sitio preferido de mi colonia; el balcón natural arriba del río.

Eran tipo 2:30 p.m. y el sol quemaba, Yo andaba en shorts (pantalón corto), tenis y camiseta de tirantes con una gorra para protegerme la cara del sol.

El follaje en el balcón estaba un poco más escaso por la sequía de temporada, al llegar se escuchaban algunos sonidos muy reconocidos por mí, alguien o algunos se estaban zambullendo desde el alto de un peñón que allí sobresalía sobre el río.

En efecto, había como unas 15 personas, me decepciono el hecho de ver muchas mujeres y solo como 3 hombres, todos estaban con calzonetas y camisetas, como que no iba a ver nada sabroso ese día.

Se me ocurrió caminar un poco y explorar un área del río que nunca había conocido.

Esa área está ubicada al par de los terrenos de la Fuerza Aérea y que deja como unos dos metros entre el río y el cerco perimetral.

Bajé a la altura del río por una pendiente un poco escabrosa, comencé a caminar y ver el río correr a mi lado, habían lindos parajes, hubo ocasiones en que tuve que quitarme los tenis y meterme en la orilla mojándome los pies con las aguas frescas de ese día.

Como a tres cuadras de donde usualmente me encuentro observando los bañistas, escucho que hay un grupo de gente; al asomarme en una vuelta del río logro ver a 5 militares que estaban charlando sobre una playita despejada muy bonita y están todos ellos con sus uniformes; pero sin armas.

Todos tienen quitadas sus botas y sus pantalones arremangados, sus pies comenzaban a chapotear en el agua.

Todos eran jóvenes, desde unos 19 a 28 años; tenían todos su pelo oscuro pero muy corto, uno de ellos se quitó la camisa moteada verde y su camiseta blanca de reglamento también.

Su cuerpo no era musculoso, pero sí se miraba que hacia ejercicio.

Sus brazos estaban muy bien desarrollados y pude adivinar unos pezones grandes y cafecitos.

Sus compañeros al verlo, le imitaron; incluso, uno de ellos se quitó el pantalón y se quedó en los calzoncillos tradicionales blancos que también son de reglamento.

Así, solo en calzoncillo se metió al río de un solo y salpicando agua por todos lados su calzoncillo comenzó a transparentarse y a pegarse a su piel trigueña.

Podía ver como su verga saltaba juguetona en su interior y de repente realizó un clavado dentro del agua, lanzándose de cabeza para luego salir a flote y corriendo hacia la orilla.

En el esfuerzo de correr su calzoncillo se bajo un poco de atrás por el peso del agua y pude observar parte de sus nalgas más blancas que el resto del cuerpo.

A todo esto sus otros compañeros de barraca también quedaban en calzoncillos y uno de ellos en especial tenía un cuerpazo, era un armario de grande, con unas piernas muy bien desarrolladas, altísimo el man; sobresalía al lado de sus otros amigos.

Este militar alto y con hermoso cuerpo tomó a uno de los otros y cargándolo en brazos como si de un niño se tratase lo lanzó al río haciéndolo hundirse en la parte más honda.

El tipo salió a superficie resoplando, tras avanzar un poco hacia la orilla gritó: “hey Sánchez, agarremos a Rodríguez y lo lanzamos al agua, este nunca se mete” y Sánchez resultó ser el primero en despelotarse para entrar al agua.

Sánchez llamó a Núñez y a Flores, para atrapar al Rodríguez y someterlo, para luego entre los cuatro meterlo al agua.

Al Rodríguez lo atrapan, pero les presenta pelea; no se deja someter así nada más.

Podía ver como sus grandes músculos se tensaban para impedir que lo doblegaran, sus cuerpos se rozaban unos contra otros, podía ver como sus glúteos en ocasiones eran tapados por la pelvis de alguno de los otros al trepársele por la espalda y con el peso intentar dominarlo.

Era ver a un montón de niños grandotes jugando a orilla del río.

Por un momento olvidé que eran soldados en servicio, solo lo recordé al observar un bulto de uniformes a un costado de donde se desarrollaba la lucha cuerpo a cuerpo.

En un momento dado, Rodríguez estaba boca abajo, Núñez totalmente acostado sobre él e intentando sostenerse así al entrelazar sus piernas con las de Rodríguez  que forcejeaba y se movía ondulando y dando pequeños brincos para hacer que Núñez se zafara y callera y poder escaparse.

Vaya Torres, agárrale los pies y ustedes dos les dijo a Flores y a Sánchez; agárrenle los brazos.

Núñez seguía encaramado en aquel portento de hombre que luchaba para no dejarse aventar al río.

Cuando lo tuvieron agarrado de sus extremidades los tres gritaron: “Ya, ahora” y Núñez se desmontó de las espaldas de Rodríguez y pude observar que su calzoncillo dejaba ver una tremenda carpa que marcaba lo inmensa que es su verga.

Rodríguez intentando soltarse no hacía más que forcejear y Núñez intentó agarrarlo de la cintura para levantarlo en peso, pero la lucha de Rodríguez no hizo otra cosa que lograr que su compañero le desgarrara el calzoncillo y quedar completamente desnudo a excepción del elástico del que un día fue su calzoncillo.

Entre los cuatro lo cargaron y arrojaron al río a toda carcajada.

El Rodríguez como pudo salió a flote y quedándose dentro del agua les dijo: “Esta me la van a pagar cabrones, ya verán” y en respuesta sus compañeros de armas se tiraban tremendas carcajadas.

JAJAJAJ AJ AJAJAJAJAJAJAJA AJjiJjajaja a

Núñez tenía ahora la verga un poco menos empinada, pero no dejaba de estar morcillona y se notaba.

Luego de esto, todos habían quedado completamente cubiertos de la arena de la playita del río y se metieron al río a lavarse.

Uno a Uno fue entrando y ya dentro, pude observar cómo se quitaban sus calzoncillos para limpiarles bien el restriego de arena y así comenzaron a nadar unos para un lado y otros jugando entre ellos.

Yo que estaba a un costado, ahora era visible para los militares ya que se encontraban en la parte honda del río.

El Rodríguez que fue el primero en visualizarme, alertó a los demás de mi presencia; el llamado Torres, me grito: “Hey tú, que haces aquí; esta es zona militar”, como respuesta solo alcance a decirles que iba de paso, que no intentaba quedarme allí, que andaba conociendo la orilla del río.

A lo que Torres me respondió: Bueno, ¿por qué estabas escondido allí? Y respondí que era porque los estaba viendo luchar.”

A todo esto Flores y Sánchez se habían salido del agua, totalmente desnudos como estaban y ya estaban junto a mí.

Era muy diferente verlos a lo lejos, porque de cerca; podía admirar que eran tipos arriba del metro ochenta o sea que Rodríguez tendría que estar arriba de 1.90 de metros.

Ufff, Sánchez me dijo que si quería podía meterme al río, que esa era zona militar pero hasta la cerca y lo que ocurría que ellos ya estaban de franco (libres de responsabilidades) hasta el día siguiente.

Qué si quería me uniera a ellos en el río.

Y como dejar pasar esa oportunidad, con un poco de temor, pero a conciencia me desnude y me metí al río, las aguas estaban riquísimas, el sol pegaba en esa parte y las calentaba un poco desde unas cuadras arriba.

Todos se fueron presentando y me dieron la mano, eran unas manotas ricas al tacto, se sentían grandes y acolchadas, mi mano la sentía pequeñísima al par de la de todos ellos.

Sus pechos se miraban al igual que todos sus cuerpos trabajados por el ejercicio de entrenamiento militar.

Me tomaron como si fuera un igual, aunque mi edad era muy inferior a la de ellos.

Era muy divertido todo, nuestros cuerpos chocaban, en ocasiones sentía la verga de uno rozando mis nalgas al lanzarse por detrás de mí, otras era Yo el que sentía el trasero de alguno de ellos al atraparles por detrás y sujetarlos para luego hundirles, cuando atrapaba a Rodríguez por la espalda; me sentía un enano contra un gigante y en más de una ocasión me aferraba a su espalda tomando desde atrás y con mis piernas enrollaba su cintura y mis pies iban a parar exactamente a la altura de su pene, Huuuuuuy   que sensación más sabrosa; se sentía una protuberancia grande, gruesa y flácida que ondulaba con el batir de las aguas, tampoco es que me quedaba allí todo el día.

En ocasiones a mi me atrapaban así y podía sentir sus pijas rozando y apoyándose completamente en mi trasero.

Se salieron del agua hacia el otro lado del río y Yo me quede en el medio, por no saber qué pasaba.

En eso estaba cuando Flores me hace señas de que vaya con ellos, desde mi punto; podía observar sus sabrosos cuerpos, sus traseros duros por las centadías que hacían a diario ya sea por castigo o por ejercitarse.

Nadé hasta la orilla y el mismo Flores me ayudo a salir tendiéndome la mano, me sentía como damisela en aprietos y que era rescatada por su galán.

Flores tenía una sonrisa encantadora, una dentadura perfecta; sus ojos eran verdes y en contraste con las pestañas negras y enormes que se abanicaban en cada abrir y cerrar de sus ojos uno podía sentir como una suave brisa en el pecho.

Que hombre más lindo, me decía a mí mismo.

Subí al borde del río y caminamos unos pocos metros a un costado para quedar escondidos detrás de un matorral en donde había un par de botellas de licor, cigarrillos, lo que aquí en Honduras llamamos churros y en otros lugares entremeses.

El asunto es que allí estaba Yo, completamente desnudo; junto a 5 militares, heterosexuales y completamente desnudos; tal cual vinieron al mundo, con la excepción de que ahora estaban bien grandotes y con unos rabos lindos y unos culos espectaculares.

Flores, se agachó y tomando un vaso para servirme un trago; dejo a mi vista todo su culo, la raja completa se le abrió y pude apreciar un mundo entero resumido allí.

Su entrada anal era de un color rosado oscuro, con tonalidades para café con un juego de pliegues que se apetecía estirar.

Él no supo todo lo que me mostró, lo sabroso que para mí era eso y siguió sin haberse enterado de nada.

Los otros cuatro estaban sentados en la hierba charlando y tomando sus tragos, unos con una pierna arriba, otros con ambas arriba y de una y otra forma me dejaban a la vista todo su aparato reproductivo, un conjunto sabroso de penes y huevos que en unos colgaban a todo su largo, otros eran retraídos y me mostraban parte o totalmente sus anos.

Estaban platicando cosas triviales como lo ocurrido en la unidad y que si aquel Sargento era yuca (malo) o que si tal oficial también y cual era playo (relajado) y en eso cae a la conversación un tal Sargento Mayor Gómez y que al parecer le gustaban los chavos, porque siempre que se estaban duchando por las mañanas o a cualquier hora; él era el primero en estar allí y vigilarlos, diciendo que algunos no se lavaban bien y que le llamaban la atención por los reclutas mal olientes.

Sí dicen todos a la vez.

En una ocasión, comenzó diciendo Rodríguez; estábamos los de mi unidad en las duchas y llegó él, el Sargento Gómez; comenzó a molestarnos con hacer lagartijas, centadías y no sé cuanta pendejada más dijo.

La cosa es que Yo me fijé que el Sargento Gómez al rato ya tenía una erección que no podía tapar y sin decir más se marchó.

Yo no recuerdo que nadie hiciera comentarios, pero Yo si me fijé y nosotros terminamos y nos fuimos a la barraca, cuando pasábamos por la barraca de los clases, pude ver por una ventana que está al lado del pasillo que en una de las literas del fondo el Sargento se estaba haciendo una paja muy fuerte.

Así que si creo que es gay.

Si el problema no es que sea gay, es que le quiere meter mano a uno dijo Flores.

¿Cómo, te quiso meter mano a voz? Le dijo Sánchez.

Sí, respondió Flores; en una ocasión en que Yo estaba de guardia en la última estación al fondo, él estaba de turno y ya eran como la una de la madrugada y escuché que alguien se acercaba, tomé las precauciones y como dio el santo y seña no le vi ningún problema.

Llegó, dis que para supervisarme y que andaba supervisando a todos, que no estuviéramos durmiendo.

Estuvo un rato y entre platica y platica me preguntó por el rayón que tuve con el alambre de púas en el entrenamiento ese día.

Le dije que me lo habían curado en enfermería y que lo sentía bien.

A lo que me dijo que se lo enseñara, que quería estar seguro que no estuviera infectado, porque si así era me tendría que ir a la clínica ahora mismo.

Yo me bajé los pantalones y le mostré la herida que había sido muy cerca de la ingle.

Él se agachó y haciendo presión en los alrededores de la herida me estaba causando un poco de dolor y como por descuido; colocó la palma de su mano sobre mi pija y la estaba presionando con un movimiento circular.

Yo estaba avergonzado porque mi verga se estaba parando ya que tenía semanas sin salir y no había cogido con mi chava.

Pero en un momento reaccioné y vi que no era correcto eso y de un solo me levanté los pantalones y le dije que creía que era mejor que ya se fuera.

No me dijo nada, se marchó y al regreso de mi guardia él estaba despierto, caminando entre las literas en que estaban dormidos los demás.

En lo que Flores estaba narrando esto, pude apreciar que su verga había cogido un poco de grosor y longitud; como que lo ocurrido no le desagradaba del todo.

A Rodríguez no había que preguntarle, la verga le estaba pegando en el ombligo bien descapullada y los demás estaban como queriendo tapar sus propios penes con las manos o los brazos, Yo con la pija híper parada de ver tanto guebón que se calentaron con esa pequeña narración.

El asunto es que Torres dijo que  a él siempre lo espía en los sanitarios y en el baño, que siempre que el Sargento Gómez sabe que él va a allí; despuesito aparece.

Ya sin pudor y sin nada Rodríguez se levanta a servirse otro trago, la pija se le balanceaba y como las botellas estaban a mi lado la pija de este mastodonte me pasó a la altura de la cara y bien recta.

Se me antojó agarrarla y mamarla allí mismo, pero no era debido; me podría pasar algo si estos se encachinvaban (enojarse).

Los demás alargaron sus vasos y Yo se los pasaba a Rodríguez que estaba de barman, para luego regresárselos.

Núñez, se tendió boca abajo platicando y se le podía admirar ese enorme culote, estaban todos riquísimos; a mí en lo particular me gustan todos los hombres, todos tienen algo bueno, lo que no tolero son las plumas; pero ese es otro rollo y cada quien sabe que armas tiene para conquistar.

Este grupo de machotes ya estaba un tanto alegre con tanto trago.

Se levantaban para orinar y se iban a un lado, luego del tercer trago solo se levantaban y a la par de todos y enseñando las purrungas a medio levantar comenzaban a orinar, que espectáculo amigos.

Las bromas no se hacían esperar y en lo que Núñez estaba boca abajo y Sánchez terminaba de orinar al lado de él pero hacia el río, se regresó por la parte de atrás de Núñez para colocarse a su lado sin pasar por enfrente de todos ya que estábamos hablando y sin decir aguas van, se le tira encima a Núñez y le coloca la verga en la mera raja del trasero y comienza a moverse como si lo estuviera culeando.

Núñez sorprendido al principio y luego medio arrecho lo lanzó a un lado y pudimos apreciar que la verga de Sánchez se había desarrollado al máximo y la tenía bien templada cuando se bajó de la espalda de Núñez.

Todos reíamos, Yo me sentía con las hormonas a millón, el cuerpo lo sentía livianito de tanta testosterona que estos tipos irradiaban.

Torres, comenzó a narrar una historia de cuando él y otro compañero se habían cogido a una chava al mismo tiempo, todos comenzamos a hacernos una paja sabrosa; Torres contaba con pelos y señales y hasta hacía ademanes de algunas poses cuando uno a uno empezamos a lanzar gruesos chorros de esperma manchándonos.

Cuando Rodríguez estaba por acabar se puso de rodillas al frente de Núñez y comenzó a lanzar su leche sobre la verga de Núñez y le pringó toda la pija, la mano y una gran parte fue a dar al lavandero de Núñez, quedó todo salpicado; incluso algunas gotas estaban en el pecho.

Núñez al sentir lo caliente hizo lo suyo, se levantó y se colocó en la espalda de Flores y comenzó su descarga, unos chorros de Núñez fueron a dar a mi pierna y mis pies, se sentía sabroso recibir esas gotas hirviendo de semen recién ordeñado.

Flores por su parte se paró y frente a mí comenzó su descarga, su leche  me cubrió todo el pecho, unas gotas me salpicaron la cara y luego mi estómago y mi pija.

Es increíble lo que se siente cuando lo están bañando de lefa, es lo más sabroso que había experimentado y sin más eso aceleró mi descarga que siguiendo el ejemplo, me paré y coloqué mi verga a la altura del hombro de Torres, quien recibió mi descarga en su hombro, cuello, pelo y la mitad de su cara, cuando estaba por terminar mi quinto disparo de semen, Torres me volteó a ver y el quinto chorro de semen mío le terminó de cubrir toda la cara y hasta en la boca le entró.

Torres se montó en Sánchez a horcajadas y la Verga de Sánchez estaba rozando el trasero de Torres; mientras Torres descargaba en la cara de Sánchez todo su arsenal, Sánchez hacía lo propio restregando su glande en la raja del culo de Torres.

Cuando hubo terminado Torres, se dejó caer de frente sobre el pecho de Sánchez y escondió la cabeza en el cuello de este en señal de agotamiento total.

El resto ya habíamos terminado, pero nos tocábamos las pijas por lo excitante de la situación.

Unos segundos después, Torres se desmontó y todos sonreímos unos con otros.

Fue entonces cuando Núñez se  me queda viendo con cara de serio y me dijo:”Hey tú, todo lo que has visto aquí, aquí se queda; ni una palabra a nadie de todo esto, si nos enteramos de que has dicho algo te vamos a buscar, ¿está claro, que sí está claro dije?

Yo respondí con un SÍ, nada diré.

Ok dijo Núñez.

Los demás asentían en aprobación a mi respuesta.

Ya todo había sido consumido después del último traguito y cruzamos el río para ir hasta nuestras ropas y en el camino limpiarnos de todo el semen recibido.

Ya nos estábamos vistiendo cuando Flores me dice que ellos se reúnen allí cuando están libres así como ese día y que si quiero puedo venir el Viernes que van a salir de francos, pero primero van a tener su reunión privada.

Ok, dije Yo; aquí estaré, vengo como a las 3 pm si está bien.

Todos me dieron la mano y un hasta el Viernes.

Ya saben que los nombres y esas cosas son bla bla bla, para protección de los interesados.

Gracias por sus emails.

LUDAVAGI

Joanve09@gmail.com