Haciendo locuras y no con el aburrido de mi marido

Entre en ese club liberal, quedándome en la barra, acercándose una chica y sentarse en un taburete, me gire al sentir que me miraba, pudiendo ver a está con las piernas separadas, y cómo se estaba haciendo un dedo allí mismo, mientras me decía... “Soy una mujer muy cariñosa, viciosa y morbosa”.

Haciendo locuras y no con el aburrido de mi marido

Antes de comenzar, comenzare por decir que muchas de mis experiencias, no han sido buscadas, aunque cuando ose me ponen estas a tiro, obviamente no soy tonto para desaprovechar las oportunidades. No soy de esos que buscan una relación, ya que parece que ellas me buscaban a mí, simplemente ocurren, no engaño y desde el principio, digo cómo soy. Y si es verdad que muchas de mis relaciones han sido con amigas o compañeras, donde estas me dicen...

  • “Que prefieren enrollarse con un tío casado antes que un soltero, pues como ella saben dónde se meten, sabiendo lo mucho que tienen que perder, y así no hay que encariñarse, no habiendo amor y solo es sexo”.

Otras han contactado conmigo, mediante ‘Facebook, Instagram, Twitter, Todorelatos’ u otras redes sociales, donde ya sea para dejarme comentarios como que les gustan mis relatos, como para decirme... ‘que se sienten identificada’. Como aquella ultima en contactar conmigo, última que se llama Ana y que me soltó eso de... ‘puede que me falte voluntad, o sea que quizás me sobre vicio, pero todo dependerá de cómo hables’. Y aquella misma tarde, debió de disfrutar de mi compañía y de mi conversación, pues me invito a tomar algo en su casa.

Copa que tras estas acabamos en la cama, y claro esta hubo sexo, acabando por quedarnos dormidos, primero ella y tras arroparla con mi cuerpo, finalmente caí yo. Y recuerdo que me desperté al rato, dándome por mirar la hora y ver que me tenía que marchar, no haciendo falta la verdad esa noche, pero creí conveniente. Y me dispuse a vestirme sin hacer ruido, par después marcharme, despertándose ella y decirme...

  • “Quédate... no quiero pasar la noche sola, mi marido no vuelve hasta mañana por la tarde’.

Y claro está me quede, no sin antes pedirle una cosita, no siendo está otra que permitirme degustar de su coñito y de sus orgasmos, petición que me permitió. Disfrutando de ese momento tan intenso como morboso, volviéndose a quedar dormida tras sus dos orgasmos, quedándome a pasar la noche con ella.

O incluso podría mencionar aquella otra que, aquella que se puso en contacto conmigo hace años mediante Instagram, aquella que aun leyendo mis relatos o viendo mis fotografías, comenzó por preguntarme cosas como... ‘edad, si soy mujer o hombre, físico y si soy casado, soltero o divorciado’.

Algunas al saber que soy hombre y no mujer, acaban por desaparecer, no volviendo a contactar conmigo. Otras en cambio, puede continúan, pasando por presentarse... ‘mujer, edad * años, castaña de pelo lacio, mujer de curvas, o como dicen ahora una ‘Curvy’ (vamos que el 90/60/90... no va conmigo, y si el agarrarme y tocarte los dedos). Terminando y acabar por decirme...

  • “Pregunta lo que desees, no te cortes”.

Y darme por peguntarle que busca exactamente, explicándome ella...

  • “Mira, yo soy una más como cuentas en tus historias, soy una mujer casada y con hijos, mujer trabajadora que cuando llega a casa se encuentra al marido, pidiendo la cena y que ni me ayuda tan siquiera a poner la mesa”.

Dice y sigue...

  • “Estoy cansada, y leo relatos, donde leí los tuyos y me veo muy identificada, encontrándolos muy excitante, ¡tanto que muchas veces me da por hacerme un dedo... uuummm!!”.

Y continuar con decirme...

  • “Tus relatos me gustan y los encuentros muy morbosos, sobre todo aquellos que has escrito sobre las infidelidades, donde hablas de la frustración en el sexo y de la monotonía, debo confesarte que me siento muy identificada, y me lo aplico a mí misma”.

Conversación que continuamos, no dejando de decirme que le gusta como paso de un tema a otro, gustándole sobre todo mi rol de bix, pues quizás por este motivo, se siente más atraída por ese lado femenino, lado por el cual se siente tan identificada, aunque también disfruta con otros relatos, donde deja volar su imaginación. Y que desearía realizarlas conmigo y no con el aburrido de su marido...

Aunque para relaciones actuales, podría mencionar aquella en la cual una mujer se puso en contacto conmigo desde el Facebook, mujer que deseaba conocerme pues se sentía muy identificada conmigo, haciéndole saber que soy hombre y no mujer, advirtiéndole por si las moscas. Advertencia que, aun así, deseaba conocerme y pasamos a intercambiarnos los WhatsApp, continuando por chatear, hablar e incluso mandarnos fotos o hacer video llamadas, y sorprendiéndonos aún más al saber que ambos somos de Sevilla, eso y por la coincidencia que vivimos muy cerca.

Y hoy a vuelto a contactar conmigo, notándole muy decidida, no dejando de preguntarme por cómo me iba. Eso, como decirme cuando podríamos quedar, cosa que naturalmente le hacía saber que no dependía de mí, pues era ella quien debe decir cuándo. Y acabar por soltarme...

  • “Antes se lo pregunto a mi marido, dependiendo de cuando se pueda quedar con los chicos, ya te digo yo... vale”.

Y si, para aquello que os lo preguntéis, debo decir que su marido sabe que se acuesta con otros, ya que él tiene otras también por ahí y como un matrimonio liberal, mantiene otras relaciones. Aunque mi amiga, no deja de decirme...

  • “No comprendo lo que ven otras en él, ya no es ese hombre apuesto y con vigor, ahora desde que se ha dejado de cuidar, y con esa barriguita como que ya no es tan atrayente”.

Y tras haber pasado unos días, vuelve a contactar conmigo pensar, proponiéndome vernos el viernes por la noche en el Club Papua, para los que no lo sepáis, debo deciros que es un local de ambiente liberal. Local donde reina el erotismo, la seducción y el morbo, siendo ideal para realizar muchas fantasías, pero claro está al mismo tiempo, también de respeto y discreción.

Pues eso, quedamos sobre las once y media de la noche, hora que llegue y tras pagar mi entrada correspondiente entre, quedándome en la barra con la intención de poder verla. Pero no pude distinguirla, acabando por pedir mi primera consumición, tomándomela en la barra, y al cuarto de hora se acercó una mujer, sentándose en el taburete enfrente al mío. Pude ver bien que no era Gisela, mujer que no pidió nada al camarero, pero en cambio se giró hacia mí, viendo atónito como está separaba sus piernas, enseñándome su coñito... uuuffff!!.

Estaba tan pasmado como sorprendido, pues no me esperaba que una mujer se me acercara, no porque no pudiera, pero quizás porque es más normal que seamos nosotros quien buscamos. Pero ya no solo era por ese motivo, sino al ver ese monumento de mujer, presentándose como Vanessa y hacerme saber que es colombiana, una mujer de infarto de cuarenta y seis años. Una hembra de tomo y lomo, alta no muy metida en carnes, rubia con enormes pechos y culona, cuyo mini vestido pondría a cualquiera cardiaco. Y allí mismo esta se empezó a hacerse un dedo, notando mi polla durísima ante tal espectáculo, mientras me decía...

  • “Soy una mujer muy cariñosa, viciosa y morbosa”.

Y echándole huevos, me vi de repente inclinado comiéndome el coñito, disfrutando de ese clítoris de esa mujer ante las miradas de muchos. No dejando de chupar y lamer, ayudándome con dos de mis dedos, jugando en círculos y alternando con frotar de arriba hacia abajo, acabando está en un gran orgasmo, corrida que saboree con satisfacción... uuummm!!.

Bajando del taburete y tras cogerme de la mano, tira de mi hacia un lado donde hay reservados, haciéndome sentar y acabar por sacarme mi miembro fuera. Llegue a pensar que me la comería, pero vi que no era sus intenciones, pues me dio un preservativo, soltándome...

  • “Toma ponte esto deprisa”.

Comenzando a colocármelo, observando una vez más atónito como esta hermosa mujer se quitaba su vestido, quedándose con tan solo unas medias de ligas negras, zapatos y el sujetador... uuuffff!!. Para acabar por sentarse encima, comenzando a cabalgar mientras le comía la boca y sus enormes pechos. Escuchándola como gemía y suspiraba, no dejaba de jadear y de soltar obscenidades, no dejando de decirme que le dijera guarradas, cosa que hacía rato que hacia... ooohhh!!.

Y al rato, tiempo que no os sabría precisar, acabo por ponerse otra pareja al lado, no viendo bien como era esa otra mujer, pero si al hombre, observando que no era muy alto, pero si gordito, y eso si con una muy buena polla. Y sin dejar de esta mujer cabalgar sobre mi polla, observo de reojo, como la pareja de ese tío se inclina y tras sacársela del interior del pantalón, comienza a comérsela delante nuestra.

Y en un momento dado, veo a ese levantarse de donde estaba sentado, colocarse a un lado de Vanessa, comenzando a acariciar la espalda desnuda de Vanessa. Observando con detenimiento a esta hembra, viéndola no solo excitada sino lo siguiente, estaba desatada, pero aumentando esa excitación. Cuando a esté le dio por cogerle sus enormes pechos, magreándoselos a su antojo, e incluso llegar a chupárselos... uuummm!!.

Y sentir en esos momentos como me miraban, dándome por mirar hacia mi derecha y ver que esa mujer que me miraba fijamente y sonreía, no era otra que Gisela. Y recordar que esté preciso momento a ese hombre, le dio por proponerle a Vanessa un intercambio de pareja. Pregunta que sonó más, como si pensara que esta hermosa mujer fuera mi esposa, cosa que para mí mismo pensaba... ‘más me gustaría’.

Notando como Vanessa se levantaba sacando mi polla de su coñito empapado y ardiente, colocándose sobre aquel pollón que iba notar, viendo a esa desconocida disfrutar ahora de la mano de otro, mujer de mente abierta. Y acercándome a Gisela, comenzando a comerle la boca, saboreando cuello, oreja y hombros, desvistiéndola poco a poco, magreando primero sus pechos y finalizar por dirigir mi mano a su coñito rasurado... uuummm!!. Acercándose ella a mi oreja para decirme...

  • “Me vas a comer el coñito también a mí, deseo correrme en tu boca y bañar tu cara con mis orgasmos”.

Cosa que hago y tras obtener esta hasta dos orgasmos y de forma consecutiva, pedirme que me la follara, dejándome claro que debe de ser siempre con preservativos. Comenzando como estaba, colocando sus piernas en mis hombros, y penetrarla, no dejando ella de decir que le encanta hacerlo con hombres más jóvenes, donde se nota el vigor y la potencia, no importando tanto el tamaño y más el placer que transmite. Y sin dejar de embestirla, Gisela me confiesa...

  • “Vanessa es una amiga mía, quede con ella para que tu pudieras calentar motores con ella... uuummm!!, algún día disfrutaremos los tres... aaahhh!!”.

Deteniéndome para cambiar de posición, deseando ella ahora cabalgar, y continuar por follármela ahora ella sentada encima de mí, y mientras cabalgaba, me dio por pedirle que me dejara follarme su culito... uuummm!!. Y en un momento dado, sentí algo extraño, pero aun así no me detuve, continúe disfrutando de esta hermosa mujer... uuuffff!!.

Tuve la sensación como alguien me empezaba a acariciar, sentía como me estimulaban tanto el perineo como mi orificio, mientras nosotros follábamos. Dándome cuenta que era su marido, y darme cuenta que era su marido, pero permanezco callado por si las moscas. Y tras unos minutos, ver como su marido acerco su miembro embadurnado de fluidos, dando por hecho que debía de ser de Vanessa, y ver como Gisela fuera de sí, acaba por coger el miembro de su marido, y llevárselo a la boca, mientras follábamos.

Y excitada empezó a masturbarlo ante mi mirada atónita, admirando a esta sensual mujer, como disfrutamos los tres, metiendo manos y magreando, y no dejando de follármela... aaahhh!!. Acabando está en un gran orgasmo, ¡mientras yo llevaba ya dos... uuuffff!!, finalizando y salimos de la zona de sofás.

Y recuerdo que nos pusimos a hablar, analizando lo sucedido, sobre todo porque íbamos a quedar los dos solos a follar, y para nada con su marido. Viéndome molesto, Gisela acabo por marcharse bastante contraída, como si no se esperaba mi reacción, acabando por marcharme yo también. Y cuando pensé que se había acabado todo, ese mismo domingo, volvió a contactar conmigo, estuvimos whaseando, disculpándose y dándome la razón. Enseñándome fotos de prendas sexy que se había comprado, juguetes sexuales, o como se había depilado su coñito. Diciéndome eso y preguntarme...

  • “Cuantas amigas tienes ahora”.

Contestándole que aparte de ella hay tres o cuatro más, interrumpiéndome ella con... ‘Lola’, ‘Paloma’, y ‘Loli’, y haciendo referencia a esta última diciendo...

  • “Joder, aún tiene aguante esa mujer con la edad que tiene”.

Rio y le hago saber que es una amistad de cerca de 15 años, no debiendo de juzgarla por la edad, pues en el sexo es bastante activa, no como otras más jovencitas. Y ella me sugiere que me busque alguna más joven, cosa que le hago saber que estoy en ello, diciéndole que una se llama Alex y que tiene diecisiete añitos. Y volverme a reñir Gisela, pues debo de esperar a que esta chica cumpla los dieciocho, haciéndole saber que la muy cabrona no deja de mandarme fotitos sugerentes. E incluso en algunas de ella, está pone...

  • “Mira lo que te pierdes”.

Proponiéndome Gisela conocerla antes, y de paso poder prepararla, pudiendo saborear y disfrutar de su angelical cuerpo antes que un chico la estropee. Acabando por proponerme un trio con ella, cosa que se ha quedado en el aire, pero que seguro que pronto caerá... uuummm!!. Ardiente mujer latinoamericana que no deja de pedirme hacer locuras y no precisamente con el aburrido de su marido, deseando que la pervierta y la lleve por el camino de la perdición. Pues desea comprobar que se siente hacerlo en un cine repleto de personas, o en los aseos de un restaurante, mujer madura que le hago saber... mejor callar.

Y bueno antes de dejaros, debo mencionar hacia aquellos lectores que comparte conmigo sus criticas que, acepto todas ya que me enseñan a ver mis defectos. Pero no es mi intención entrar en un intercambio dialéctico al respecto, tampoco pido que nadie se crea mis vivencias, solo las comparto, porque son tan reales como la vida misma. No me tengo que excusar porque un día me dio por ahí, y desde entonces vivo y disfruto mi vida de una forma libertina y con pasión, dándome por compartirlo con vosotros como manera de desahogo.

Así que, aquellos que me leáis esto y no me crees, pienso que es tu problema, pero pienso que la vida hay que disfrutarla y vivirla, como uno sepa mejor porque pasa muy rápido. Y lo dicho, agradecer a todos aquellos que me seguís y me leéis, deseando que os haya gustado. Si queréis saber más de mí, me lo hacéis saber a mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto).