Haciendo caso a mi marido, ahora hago un trío

Mi marido me habría propuesto coger con otro homnre para aprender, ahora me animaba a completar el trío perfecto.

Hace sólo unos días compartí en este foro mi experiencia sexual con otro hombre diferente de Alejandro mi marido. Recibí algunos mensajes electrónicos que me motivaron a compartir la aventura de mi primer trío; una fantasía de mi esposo, curiosamente realizada por mi.

Debo iniciar con aquella noche en un crucero por el caribe, habíamos bailado salsa y luego unas baladas que se prestaron para rozarnos y sentir como Alejandro se excitó como fulminado, la mera de tenerlo así con su pene como hasta bandera en El Escorial me llevó a invitarlo a dar un paseo por la borda.

Me refugié en sus brazos para sobrellevar la brisa y la frescura de la noche debido al viento que del norte baja por las islas holandesas en esas noches de octubre. Su pene ahora fláccido reaccionó prontamente a las caricias que reproporcionaron mis manos una vez que hube de abrir la bragueta de su pantalón. El manoseo mis pechos y pensé era hora de retirarnos a nuestro camarote para evitar escenas no apropiadas, aún cuando rozaban las 2 de la madrugada.

La puerta se cerro tras de Alejandro y bastó sólo un segundo para que lo tuviera restregándome su paquete ene. Centro de mis caderas y agazaparse de mis senos con ambas manos masajeándolos suavemente al tiempo que murmura en mi oído, "eres una cojelona y te va a encantar la cogida de esta noche, ya veras".

El iba a ver era él pues yo estaba súper caliente, cuando él había ido al baño, un boricua me arrastró prácticamente al centro de la pista de baile y me pus una bailada con todo y cachondeo, no llegamos a mayores, ni hubo insinuaciones ni nada, yo había sido siempre fiel a mi esposo, y así seguiría siendo por mucho tiempo.

Me desnuda por completo, me deposita en la cama y me quedo mirando como se desnuda haciendo un striptease para mi, mientras yo me masturbo deliciosamente hasta irme en un tenso y prolongado orgasmo que él nota y al que responde cayéndome encima apara clavarme su verga ya gruesa y por demás dura.

Mi expresión si bien delata un leve dolor por la prisa de la embestida, disfruto sentirla hasta el tope de mi útero y comienzo a agitarme para estresar la cabeza de su verga; me encanta ver las caras de placer que pone a mi disposición, y con más gusto y entrega aplico presión a su verga para que se vaya sin eyacular, en eso creo tener maestría, al menos con Alejandro.

Siento como su verga palpita dentro de mi pucha a lo que respondo apretando mis paredes vaginales para entusiasmarlo a seguir. Se erecta al máximo y es hora de salir de allí y voltearme para poner mis nalgas al aire, mis hombros sobre la cama, mi rostro mirando a la izquierda y con ambas manos abriendo mis glúteos al tiempo que le digo: "Métemela por el culo". Sin dilatar un segundo se empina sobre mi y la clava con presteza, recibiéndolo con un respingo casi imperceptible, salvo la tensión en mis piernas por el placer que comienzo a sentir creciendo cada instante.

Atino a decirle: "Ahora se por que hay hombres que se hacen maricones y no se de ningún maricón que se haya hecho de nuevo hombre"; "esto está muy, muy rico", "dame más duro hasta adentro, que sienta tu verga gorda y dura hasta el fondo", hmmmmm, duro, dale duro…" y estallo en un orgasmo monumental que me hace estallar en gemidos largos, roncos y profundos.

Alcanzo con mi mano su pierna y le digo que no pare que me siga cogiendo por el culo, que le de más aprisa y más fuerte y me voy de nuevo, estallo con mayor sonoridad yde plano me aviento hacia delante al no poder aguantar la hipersensibilidad que se adueña de todo mi ser.

Me quedo boca abajo un momento, mientras Alejandro aún caliente mete su mano por debajo mío hasta alcanzar el clítoris, y me propina una chaquetita. Mientras eso ocurre le digo, recordando su fantasía de hacer un trío él y yo con otro hombre: "Quiero que hagamos un trío pero que primero te den a ti por el culo mientras los observo, luego los dos me dan por la pucha y por el ano", "¿Qué te parece?".

Al ver la expresión en su rostro, me apuré a agregar: "Pero no ahora, en el viaje sólo soy tuya" y terminé con una risa nerviosa.

Pues bien, el relato que compartí hace unos días ocurrió hace unas tres semanas, es decir voy para un mes sin recibir una cogida y ya habiendo probado las embestidas de otro hombre que no es el mío.

Justo ayer recibo una llamada de aquel señor con el que experimenté una de las cogidas más ricas que recuerdo, tal vez por la carga de adrenalina o el morbo de lo desconocido. Si quiero dejar claro que lo que hago no es por falta de sexo sino por ausencia de quien me lo otorga, a quien espero ver dentro de tres semanas cuando haga el viaje definitivo al extranjero.

Vaya que tendré mucho que platicarle a Alejandro y que se lo pondrá al tiro para que me recete una de sus faenas más intensas y sorpresivas.

En fin, recibo la llamada, Mafer ha de haberle proporcionado mi teléfono, igual que más quien haya sido, el hecho es que el está al otro lado de la línea.

"Como van las cosas contigo", "bien", le contestó sin mayor emoción, "¿Y a ti?" agrego más por cortesía que por curiosidad, "También muy bien, pero extrañándote, estuviste celestial", y agrego con vos entrecortada: "quisiera que vinieras de nuevo, podemos intentar nuevas cosas", y agrego en espera de una contestación pronta: "¿Qué opinas".

"No se, tu dime, de que cosas nuevas estás pensando?". "Que tal un trío, hay un amigo que estuvo en aquella ocasión y que se quedó tentado por tu belleza y arrojo".

Me quedo en silencio midiendo que decir, y de pronto me descubro acariciando mi clítoris; "Pero y este amigo que honda" le lanzo la pregunta a bocajarro. "Mira pues yo prefiero cogerte para mí, pero no es que le deba favores, lo que pasa" entrecorta las siguientes frases, "lo que pasa es que en muchas cosas estamos juntos y no pude decirle que no, simplemente le hice saber que te preguntaría y que respetaría lo que decidieras".

"Oye, ¿si acepto ir y no me late u amigo, me quedo contigo y prometes no presionarme?", "que me respondes a eso?".

"De acuerdo, tu decides qué y hasta donde". "¿Nos vemos a las 10 donde la otra ves?".

Contesto que sí y cuelgo casi ahogándome de la excitación.

Faltaban sólo tres horas, y estaba petrificada sin entender aún por que había aceptado ir. Me parecía increíble y hasta cierto punto estúpido, no lo haría!, mi respiración se aceleraba; pero en fin la idea de volver a meterlo entre mis piernas me colmaba de cierta tranquilidad.

Me desnudé y ejercité ir de aquí para allá desnuda por la casa casi vacía, me dejaba ver por instantes a través del ventanal de la escalera y mis pezones se encresparon como peones de ajedrez. Decidí tomar un baño, ya escurría y no querría ir en ese estado.

Me deleité en el baño tocándome por todos lados con lujuria, cerré los ojos mientras recibo el agua de golpe y deseo escuchar una voz que me diga ábrete de piernas que te voy a coger ahora. Apuro mi dedo que casi rasga mi clítoris y termino el baño.