Hacer realidad una fantasía

Mi pareja y yo intentamos hacer realida una fantasia,no tuvimos suerte esta vez pero... a pesar de eso no acabo nada mal la historia.

Deciros que mi pareja y yo somos muy morbosos, quizás él más que yo o no, mejor sería decir que él es más valiente que yo, más atrevido. Aunque desde que estoy con él he hecho cosas que jamás antes pensé que podría hacer, disfrutando muchísimo con ellas. Ha conseguido que desee y este dispuesta a hacer realidad todas mis fantasías eróticas y por supuesto las suyas.

Lo que os voy a contar surgió precisamente de eso de una de sus fantasías eróticas que él llevo a la realidad.

Me había contado hacía tiempo, que una de sus fantasías, era estar con un travestí, que si pensaba que era un tío con tetas no le producía ninguna curiosidad pero que si pensaba en un travestí como una tía con polla, le causaba un morbo increíble. La verdad es que yo no me lo había planteado nunca así , pero escuchándolo entendí lo morbosa que podía ser la situación.

Dicho esto, una noche salimos a tomar unas copas por la ciudad. Cuando me fui a bajar del coche me cogió del brazo y después de besarme en la boca me dijo:

-Quítate las bragas, quiero tener tu coñito a mano.

Por supuesto no tarde ni un segundo, de echo ya lo habíamos echo otras veces. El salir sin tanga a la calle a mi ya me pone muy caliente. Es un gustazo estar en un sitio publico, mirarnos y saber que mi coño estaba dispuesto para él.

Nos tomamos varias copas y mi calentura iba subiendo por momentos.

Cuando de pronto estando en un bar, rodeados de un montón de gente, me dice al odio:

-Tengo que contarte una cosa, he hecho una "maldad".

Cuéntamela, le conteste.

-¿Te acuerdas de mi fantasía de estar con un travestí?

-Claro cariño, como olvidarla.

-Pues anoche, me susurro al oído, metí a una en mi coche. Era rubia, con unas tetas impresionantes. Llevaba una minifalda de charol blanco y botas altas. Era una autentica mujer. Solo mirarla me puso muy caliente.

Nos fuimos a una calle apartada, continuo y poniéndose de rodillas en el asiento del coche empezó a masturbarme.

Yo le escuchaba, al principio con sorpresa pero a medida que me contaba detalles cerré los ojos y empecé a imaginarme la escena. ¡¡¡Ummmmmm mi coño latía de lo caliente que me estaba poniendo!!!

Sigue, sigue , que más paso.

  • Pues que "la tía" también debió de ponerse caliente porque su polla se le salía del tanga que llevaba. Así que entre el pedazo de paja que me estaba haciendo, la visión de sus tetas fuera del sujetador y su polla dura y tiesa debajo de esa minifalda, me salió la leche a borbotones. No veas que pedazo de corrida tuve.

¿Pero sabes lo que me hubiera gustado de verdad?

-¿El que? Pregunte

-Que tu hubieras estado en el coche viéndonos.

De momento me quede parada, pero después notando como mi coño estaba súper mojado, sin dudarlo le dije:

-Vamos a buscarla.

Nos metimos en el coche estábamos los dos excitadísimos. El no paraba de meter la mano debajo de mi falda y tocarme el coño. Me lo acariciaba, me metía el dedo y después se lo chupaba diciéndome que estaba en su punto. Yo cada vez abría mas las piernas y me subía mas la falda para facilitarle la tarea. Estaba tan caliente que me daba igual que en los semáforos los coches se pararan a nuestro lado y pudieran vernos. No quería que parara.

Empecé a acariciarle la polla por encima de los pantalones deseaba que se le pusiera grande y dura, que estuviera tan excitado como lo estaba yo.

Recorrimos varios sitios donde habitualmente se ponen las putas y los travestís todo esto sin dejar de meternos mano. Pero tuvimos mala suerte no encontramos a ninguno.

Así que le dije

-Esto tienes que terminarlo, no me puedes dejar así y no aguanto a llegar a casa. Para el coche en cualquier sitio, estoy loca por comerte la polla y necesito que me comas el coño YA.

Así que paro el coche en una avenida, no había mucha gente por las aceras, aunque si de vez en cuando pasaba algún paseante.

Ni siquiera nos pasamos al asiento de atrás. Apoye mi espalda en la ventanilla, puse mi pierna izquierda encima del salpicadero del coche y le ofrecí mi coñito caliente y húmedo.

Él me lo comió todo, como solo él sabe hacerlo. Acariciando mi coño con su lengua, chupándome, mordisqueándome, haciéndome vibrar. Bajaba su boca hasta el agujerito de mi culo y metía su lengua dentro de el una y otra vez ¡¡ Dios que gustazo!!. Y después volvía a mi coño que estaba a punto de reventar de gusto.

Pude entrever a un hombre que se acercaba paseando a su perro, pero me daba igual, no podía pedirle que parara, estaba disfrutando demasiado para parar aquello.

Tuve un orgasmo largo e intenso. Una maravilla .

Por supuesto no tarde en tener su polla en mi boca, quería que él sintiera el mismo gusto que yo había sentido. Así que mientras le hacia una buena mamada, le acariciaba con mi mano sus huevos, que estaban hinchados y duros. Se corrió en mi boca y su leche me supo a gloria.

Esta es mi historia, esta vez no tuvimos suerte y no encontramos lo que buscábamos pero no dudéis en que la fantasía de mi pareja, que ahora es también la mía, la haremos realidad cualquier día .

Ya os contaré.