Háblame de mamá (6)

Estas son las historias de Cosme y Vicente, dos enamorados de sus madres.

HÁBLAME DE MAMÁ (VII)

El joven Cosme vino enormemente preocupado a mi consulta de psicología. Lo que había hecho con su madre días atrás parecía haber sido una atrocidad. Cosme tenía una enorme colección de material pornográfico en su casa; su madre lo había descubierto y le había advertido a su hijo que no trajese más cosas de esas a su casa, ya que estaba en desacuerdo con este vicio suyo porque además era menor de edad. Él conseguía videos y revistas porno a través de amigos suyos bastante mayores y no dejaba de acumular este tipo de material en su habitación. Un día llegó del colegio con ganas de hacerse una paja mientras leía una revista, pero al entrar en su habitación descubrió que allí no estaba su colección de revistas. Al parecer mamá había cumplido su amenaza y había tirado todas las revistas y cintas de video a la basura.

Cosme se sintió enormemente enojado y enfadado. Quería pedir explicaciones a mamá y la buscó por toda la casa. Al pasar por el cuarto de baño escuchó correr el agua de la ducha. Quiso entrar y pudo hacerlo ya que el cerrojo de la puerta no estaba echado. Al entrar sorprendió a su madre desnuda y de espaldas mientras tomaba una ducha. El verla así le excitó tanto que eso sumado al enfado que tenía con ella hizo que se bajase los pantalones y se metiese en la ducha. Cogió a su madre y decidió follarla por atrás. Ella intentó resistirse entre gritos y sollozos, pero fue inútil, nadie podía oírla y su hijo no tardó en penetrarla ya que el gel de baño facilitó que su polla se deslizase sin dificultad por las paredes del coño.

Mamá intentaba librarse de él, sin embargo Cosme la sujetaba fuertemente e intentaba convencerla de que se estuviera quieta ya que podían resbalar en la ducha y dañarse. La resistencia de la madre y su llanto fueron poco a poco disminuyendo. La mujer se sentía extrañada, su marido tardaba menos que su hijo en eyacular pues era de eyaculación precoz. Así, al cabo de largos minutos Cosme eyaculó en el interior de su madre. Ella, aunque sintió un extraño placer, no quiso mostrarlo ante su hijo. Este fue el relato de Cosme en mi consulta. Le pregunté si estaba preocupado porque mamá denunciase esta violación o le echase de casa. Él dijo que no, que su única preocupación desde aquello es que mamá empezó a venir a su dormitorio cada noche para follar con él.

La historia de Vicente es similar a la de Cosme. Hacía tiempo que había descubierto cierto vicio sexual de sus padres consistente en que cada noche, cuando papá regresaba del trabajo, mamá lo esperaba en la ducha vuelta de espaldas esperando a que el marido llegase a follarla por atrás. Vicente lo había visto ya innumerables veces desde la puerta entreabierta.

Una noche, cuando mamá se había metido ya en la ducha para esperar a su marido, el teléfono sonó y ella no pudo oírlo ya que el ruido de la ducha se lo impedía. Cosme cogió el teléfono. Era papá diciendo que esa noche llegaría un poco más tarde a casa. Cosme se asomó al cuarto de baño y allí estaba mamá, de espaldas, en pompa, con el culo enjabonado y esperando a que papá se la follase. Cosme, audazmente se introdujo en cuarto de baño y se desnudó en silencio, al igual que siempre hacía su padre.

El hijo se situó detrás de la madre en la ducha sin que ella advirtiese que era él y no papá. Cosme agarró las tetas de su madre y las acarició con ganas, ella se estremeció de gusto, hacía tiempo que su marido no la acariciaba así y pensó que era él, a continuación Cosme fue metiendo su polla entre las piernas de mamá hasta que acabó penetrándole el coño.

El coito fue apoteosico y la madre no advirtió la suplantación del hijo por el padre. Cosme salió de la ducha y se marchó a su dormitorio. Cuando su madre salió también de la ducha vio que la ropa que había en el suelo era la de su hijo y no la de su marido, así que quedó muy extrañada. Un rato después papá regresó del trabajo y preguntó a mamá si esa noche no lo esperaba en la ducha. Ella entonces comprendió lo sucedido y le dijo a su marido que esa noche no le apetecía. Guardó el secreto de la relación sexual tan excitante que había mantenido con su hijo.