Habitación compartida
Compartiendo la habitación con un desconocido.
"Al fin.." me dije, cuando me tiré sobre la cama, todavía con gotas de la ducha sobre mi cuerpo.
Hacía calor. Venía cansado de viajar. No podía conseguir hospedaje... y la única habitación disponible en este último hotel...era para tres... Me hicieron un "descuento", pero me la cobraron como doble. Pero tendría una "cama grande" para despatarrarme a mi gusto.
El botones fue muy amable, me enseñó cómo manejar el control remoto (y con un guiño, cómo acceder a los canales codificados), me preguntó si prefería el aire acondicionado o el ventilador de techo... y si necesitaba algo más. Y le pedí un sandwich completo ya que tenía la heladera (frigobar) disponible en la habitación.
Me fui a bañar... Refrescante, reconfortante.
Cuando estaba terminado, golpean a la puerta... Me cubrí un poco con la toalla. Era el botones con la bandeja con el sandwich. Le di su propina. Extendía la toalla sobre la cama... y, desnudo, me dejé caer. "Al fin...", me dije.
Busco en la televisión... Programo el control remoto para ver qué pasaban en el condicionado. Era una sesión de un trío: dos hombres (uno negro) y una mujer. Presté atención a "ellos", ya que me cansan los grititos histéricos de las minas.
Como en todas las pornos... con unos músculos y un "tamaño" increíbles.
Sabían hacer su trabajo! Alternaban el "servicio" a la mina... con algunos toqueteos entre ellos. Y esa era la parte que más me gustaba, por supuesto.
Mi "muñequito" comenzaba a despertar... En ese momento: el teléfono.
Era el conserje. Me consultaban porque había llegado un pasajero que también quería habitación, pero que no había, que no había conseguido en la Ciudad (ya lo sabía yo!), que había pedido me consultara si no aceptaba compartirla, que pagaría su parte.
No tenía mucho que perder, y pensé que, en la misma situación, me hubiera gustado me dieran esa oportunidad.
Que sí, que subiera.
A pocos minutos llaman a la puerta, me cubro con la toalla y allí estaba el pasajero y nuestro botones.
Que sí, que adelante, que no hay problemas, que ya nos arreglaremos... y deja sus cosas en la cama "chica" que estaba en el pasillo de ingreso a la habitación.
Me pide otra vez disculpas y luego de desarmar su bolso... me avisa que se dará una ducha. Me acuesto nuevamente, ahora cubierto con la toalla. Y ME HABÍA OLVIDADO DE CAMBIAR DE CANAL!! Y los quejidos y suspiros se multiplicaban en el silencio que se hizo.
Ahora sí, busco cualquier canal y miro con disimulo cómo se va desnudando. Y con total calma... sin cubrirse siquiera, naturalmente, pasa frente a mí rumbo al baño.
Hum... qué interesante!
Oigo la ducha... y mientras vuelvo al condicionado, pero bajando el volumen... comienzo con mi sandwich, demasiado grande para mi hambre, por eso lo corto por la mitad. Voy hasta el frigobar y me traigo una latita de cerveza.
Escucho que se cierra la ducha... y cambio de canal.
Mi compañero ingresa secándose con calma.
"Hay algo interesante en la televisión?"
"Todavía no encontré nada especial", le miento.
"Veo que pediste un sandwich... Llamaré al botones", me dice.
"Mirá... el mío es demasiado grande. No querés la mitad?".
"Gracias!" me dice... y se acerca para recibirlo.
Al inclinarme, se desprende el nudo "liviano" de mi toalla y queda parte de mi muñeco al aire. Hago como que no me doy cuenta de que me lo mira furtivamente... y le alcanzo su parte.
"Me dejás que aproveche este lado de la cama para ver juntos la TV?". (desde la presumiblemente suya... no tenía visión al aparato)
"Sí le contesto- no hay problemas"
Extiende su toalla... se recuesta... y se cubre, pudoroso, parte de su vistosa anatomía con uno de los extremos.
Sigue una charla superficial... pero nos va permitiendo estar cada vez un poco más cómodos.
Me doy cuenta de que me lo mira de reojo... y yo hago lo mismo.
"Querés ver algo?" le digo, y le paso el control remoto. (Quiero ver qué hace cuando pase por el condicionado)
"Hum... dice- qué interesante!. Te molesto si vemos algo porno? Hace varios días que estoy en abstinencia".
Ahora mientras consumimos nuestra parte del sandwich... hacemos silencio... y lo único que se escucha son los gemidos desde el televisor.
Veo que su verga se expande... y lo mismo sucede con la mía.
Se acomoda un poco más, y entonces su verga queda expuesta. No puedo dejar de verla.
"Disculpame", me dice y se cubre.
"No hay problemas", le respondo. "Yo estoy igual"... Y la destapo para que me la vea.
Vuelvo a insinuar una tapada... y sin querer, con mi mano rozo su pierna. Y la dejo allí.
Percibo que él en lugar de alejarse, confirma la posición. Y yo inclino mi mano, para tocarlo mejor.
Y lo miro. Él a mí. Y mueve su mano para acercarse a la mía. Me la sacará de ese lugar? No, simplemente la pone encima.
Miro su mano y su verga, cada vez más grande y más dura. Miro la mía. También ha crecido y tengo la sensación de que saldrá disparada hacia el techo.
Ya no nos interesa lo que pasa en la calienta pantalla del televisor. Son instantes de flujo eléctrico entre un cuerpo y el otro. Tan cortos... y, a la vez, eternos.
Separa su mano de la mía... y la mueve, muy lentamente, hacia mi pierna. Y me acaricia suave... dulcemente.
Levanto la mía... y me acerco a su verga. Y, como en un juego simétrico, repite mi movimiento.
Se la rozo suavamente. Introduzco mis dedos entre su vello, todavía húmedo... y quiero imaginarme su olor.
Se inclina, acercándose un poco más, mientras no deja de mirarme y de "mirármela".
Su mano ahora me va rozando el abdomen, y sigue, lentamente, hacia las tetillas. Siento que me agito (es tanta la sensibilidad que tengo allí!). Pero no las acaricia, como esperaba y deseaba. Las rodea... y sigue hasta el cuello. Y quiero mover mi cuerpo para forzarlo a que me acaricie "allí". Pero él maneja la situación.
Va hasta mi cuello y me toca con sus uñas. Sube hasta el lóbulo de la oreja... y hace lo mismo. Mi respiración se agita... y tomo conciencia de que, sin quererlo (?) me he agarrado de su verga y lo estoy masturbando.
Lo disfruta, lo sé... porque se mueve acentuando el vaivén.
Y ahora desciende hasta la tetilla. Y la roza. Y la rasguña. Y la vuelve a acariciar. Y toma el pezoncito y lo pellizca. Creo que grité.
Se mueve y le suelto la verga. Se está colocando sobre mí, ya sin toalla que nos separe.
Se sostiene con sus brazos mientras hace un movimiento de vaivén rozando las dos vergas. Y va y viene... Y siente que estoy por acabar... Se lo quiero decir... y no hace falta...
Los dos acabamos entre jadeos, suspiros, estertores...
Y se deja caer. Y lo abrazo y lo aprieto. Le palpo el culo y se lo acaricio. Y él me besa justo ahí: en el medio que existe entre el lóbulo de la oreja y el hombro.