Ha nacido una puta

Una mujer sufre un accidente y padece de amnesia, poco a poco va descubriendo pasajes de su vida anterior, que la llenan de vergüenza.

HA NACIDO UNA PUTA.

Sentía como un pito constante que atormentaba mis oídos, me dolía la cabeza, no sentía el resto de mi cuerpo, poco a poco comencé a oír voces, quería, pero no podía abrir los ojos, esas voces sonaban como rezos, quería hablar, pero no podía, de pronto siento que unos dedos abren mis ojos y una luz intensa invade mis pupilas, esa luz penetró a mi cerebro de tal forma que me invadieron ráfagas de imágenes de una orgía donde yo era penetrada por todos mis agujeros… del susto lancé un enorme gemido y me senté… las voces subieron de volumen y sentí besos y abrazos de mucha gente… abrí los ojos y susurré: - ¿Qué pasa? ¿dónde estoy? – Las voces exclamaron: ¡Milagro! – y empecé a sentir como mis piernas se movían, mis articulaciones respondían, de manera borrosa empecé a distinguir a varia gente, había un sacerdote, un doctor y otras personas que no reconocía.

No sé cuánto tiempo pasó desde que desperté, pero el doctor hizo salir a toda la gente, me preguntó qué día era, cómo me llamaba y varias preguntas que para mí no tenían respuestas, estaba atontada, el doctor dijo que era a causa de los medicamentos que me habían administrado, que había permanecido en coma, es decir, inconsciente, más de cuatro meses, que todos pensaban que no iba a despertar, que solo mis ganas de vivir habían hecho el milagro que despertara de ese largo letargo, luego me explicó que había tenido un tremendo accidente automovilístico donde casi pierdo la vida, que habían tenido que reconstruir parte de mi cuerpo, que me habían practicado varias operaciones estéticas… de pronto otra imagen pornográfica invade mi mente, un pene negro me inunda la boca de semen… ¿Qué era todo esto?

Al terminar de examinarme, el doctor dijo que tenía una severa pérdida de memoria y que esperaba que la amnesia fuera desapareciendo conforme fuera haciendo mi vida normal, que del resto de mi cuerpo estaba totalmente recuperada y que mañana me daban de alta del hospital…  otra imagen asalta mi mente, una mujer me chupa la vagina y otra orina en mi boca… Al salir el doctor, entró un hombre, tenía aspecto de anciano bondadoso, me tomó de la mano y me dijo que me amaba, que era mi esposo, yo lo miraba con gesto de incrédula, me besó los labios de manera tierna, yo no entendía aún que pasaba, me explicó que ese día habían llamado al sacerdote para que me diera los santos óleos, porque mi corazón estaba a punto de explotar, pero que de pronto desperté y mis signos vitales se normalizaron sin razón alguna, que ya mañana volveríamos a casa, no pude mantener los ojos abiertos y con mucho miedo a no volver a despertar me quedé dormida… soñé estaba rodeada de varios penes y todos me bañaban el cuerpo de semen…

A mañana siguiente entraron dos enfermeras, me dieron unas pastillas, me llevaron al baño y me dejaron sola para que hiciera mis necesidades, por fin tomé consciencia de la cantidad de agujas y aparatos que tenía en el cuerpo, de pronto entraron y me ayudaron a limpiarme sin ningún recato, me ducharon y me enjabonaron todo el cuerpo, el agua caliente fue la causante que poco a poco fuera sintiendo cada parte de mi cuerpo, máxime cuando una me lavaba la vagina y otra las nalgas, sentí como se erectaron mis pezones y me invadió una especie de vergüenza inusitada… luego llegó el doctor, me auscultó todita, sentí que me tocaba con morbo, pero no dije nada… les ordenó a las enfermeras que me quitaran todos los aparatos y que me vistieran, a medio día me darían de alta.

El anciano llegó por mí, dijo llamarse Ricardo, me llevó por calles que no reconocía, pero en un semáforo vino a mi mente otra imagen… yo estaba chupándole el pene a un hombre que no era el anciano… al llegar a mi supuesta casa no reconocía nada, mi supuesto cuarto era inmenso, había un espejo enorme, por fin me vi y por el reflejo pude notar que era una mujer muy joven ¿qué hacía casada con ese viejito? Vi unas fotos sobre la mesa de noche y estaba el anciano con una mujer y dos adolescentes, cuando le pregunté a Ricardo quienes eran, me dijo que era yo con mis dos hijos, Mariana y Joel y por supuesto él… esa no era yo… al notar mi asombro me explicó que después del accidente quedé desfigurada y que las cirugías estéticas me habían transformado en otra mujer, de aquella señora de 43 años, regordeta y sin ningún atractivo, me había convertido en una mujer que aparentaba 25 años y con un cuerpo exuberante… ¿Qué era todo esto?

Por la noche Ricardo llega a la cama con un pijama, yo me acababa de bañar y vestía un baby doll muy sexi, no recuerdo como llegó a mi cuerpo, nos acostamos de cucharita y sentí como su miembro parado se restregaba en mis nalgas, yo las movía sin voluntad, sentí sus manos tocar mis senos y como en una coreografía ensayada anteriormente me fui a chuparle el pene, los testículos… otra imagen: un hombre me penetraba el ano y yo gritaba pidiéndole más… Ricardo se me subió encima y me penetró la vagina, yo casi no sentía nada, después de pocos minutos, se derramó dentro de mí, me tomó de la mano y me dijo antes de dormir: -te amo, Isabel-… así que ese era mi nombre.

YO: Ricardo, no me puedes dejar así… cuéntame ¿cómo fue que nos casamos?

RICARDO: ¿De verdad no recuerdas nada?

YO: Nada.

RICARDO: Pues… tú tenías 17 años cuando te robe…

YO: ¿Me robaste?... ¿de dónde?

RICARDO: De la casa de tus padres, resulta que ellos te habían encontrado una serie de relatos eróticos que tú habías escrito, tu padre te dio una paliza y tú me llamaste por teléfono, yo era el director del colegio donde estudiabas, entonces fui por ti y te llevé a mi casa…

YO: ¿Yo estaba enamorada de ti?

RICARDO: No, mi amor, yo ya era un viejo para ti, te llevo 25 años…

YO: No entiendo.

RICARDO: Déjame explicarte… ese fue el peor año para los dos, tus padres al enterarse que vivías en mi casa, pusieron una demanda, tu aún eras menor de edad, tuve que vender el colegio para pagar a mis abogados, pero cumpliste los 18 años y la única alternativa que nos quedó fue casarnos, tus padres nunca nos perdonaron…

YO: Pero ¿De dónde salió esta casa y todas las comodidades que tenemos?

RICARDO: Fue un golpe de suerte… un editor, amigo mío, Manuel, leyó tus relatos y me propuso hacer un libro, yo con mis pocos ahorros los invertí en ese libro: “Los deseos ocultos de Vanessa” y fue un éxito sin precedentes, de la noche a la mañana tu libro se convirtió en best seller, luego siguieron: “Como hacer un trío perfecto”, “Las noches húmedas de Susana”, “Tengo dos maridos” y el más vendido: “Mi marido es un cornudo”.

YO: A ver, A ver… no entiendo nada… ¿Esos libros nos hicieron ganar mucho dinero?

RICARDO: Así es mi amor.

YO: Y yo luego ¿me enamoré de ti?

RICARDO: La verdad, no mi amor… te explico desde el principio… luego de vivir un año juntos, pues paramos acostándonos, pero tú nunca estuviste enamorada de mí y yo lo sabía, pero al llegar tu éxito, decidiste quedarte conmigo, yo creo que lo hiciste por agradecimiento y… yo si te amo, así que tuvimos dos hijos y…

YO: ¿Y ellos dónde están? ¿Saben a lo que me dedicaba? ¿Cómo son?

RICARDO: Nuestros hijos nos abandonaron… Mariana vive en Inglaterra y está casada, tienes una nieta que lleva el nombre de la madre, Joel vive en España y es gay… me cuesta decirte esto, pero… yo traté de ocultarle a nuestros hijos de donde salía todo ese dinero que ganabas… tus libros los firmabas con un seudónimo: Zuleida… pero ellos empezaron a investigar y descubrieron que…

YO: ¡¿Qué?! Escribir libros eróticos no es un pecado… ¿Por eso nos abandonaron?

RICARDO: No, Isabel, ellos descubrieron que tú eras amante de Manuel, mi ex amigo, editor… sé cómo te sientes… yo te perdoné de inmediato…

YO: ¿Tienes una foto de ese tal Manuel?

RICARDO: Sí, mi amor, acá la tienes.

YO: Pero si es horroroso ¿cómo pude fijarme en él?

RICARDO: ¿Ya te viste en el espejo? Pareces una modelo… pero antes… eras regordeta, no tenías ningún atractivo más que tu juventud… tú admirabas a Manuel y seguramente eso te hizo caer en sus brazos… pero eso ya pasó y…

YO: Lo que no entiendo es ¿por qué me accidenté? ¿Qué pasó?

RICARDO: No sé de dónde venías, pero te pasaste un semáforo en rojo y chocaste contra un bus, tu camioneta casi se parte en dos.

YO: Y ahora ¿tú a que te dedicas?

RICARDO: Pues con tus enormes ganancias, abrimos nuestra propia editorial… a eso me dedico.

YO: ¿Yo era loca para manejar?

RICARDO: No, mi vida, todo lo contrario, eras muy precavida, pero quien sabe que te atormentaba que perdiste el control… y casi la vida.

A la mañana siguiente entraron unas domésticas y me llevaron un delicioso desayuno a la cama, Ricardo ya no estaba, luego me llevaron un pants y me dijeron que la fisioterapista me esperaba en el gimnasio, no sabía que tuviera uno, también había una piscina, yacusi y todas las comodidades de una familia muy acomodada económicamente. La fisioterapista me hizo varios ejercicios para ir recuperando mi masa muscular, poco a poco fui moviéndome con naturalidad, al cabo de un mes ya había recuperado todas mis facultades físicas, pero mi mente seguía igual.

Dos veces a la semana Ricardo me hacía el amor, pero yo seguía sin sentir nada, es más, me dejaba con una llamarada en medio de las piernas, me tenía que masturbar a diario. Empecé a leer mis libros y no eran libros eróticos, era pornográficos: “…entonces Vanessa se vio rodeada de tres vergas suculentas, las mamó alternativamente, luego se sentó en la verga del negro Thomas, mientras tanto, Arturo la penetraba por el culo y Enrique se la dio a mamar, Vanessa se movía como una batidora y al tiempo que ella tenía su orgasmo, ellos derramaron su semen dentro de ella…” ¿Qué era todo esto? ¿Yo no usaba ese lenguaje tan vulgar?

Lo primero que hice fue buscar a Manuel, seguramente él me daría las respuestas que buscaba, encontré la dirección de la editorial en mis libros, pero ya no quedaba ahí, ahora había una farmacia, pregunté por su antiguo dueño, pero no me dieron información, en mis libros encontré a otros autores, los busqué por Google y encontré, a un tal: “El caballero de la noche”, él me dio la dirección de Manuel… una mañana me encaminé a su casa, era una casa particular, toqué y salió a abrirme el mismo hombre horroroso de la foto que me había mostrado Ricardo, me presenté, le costó mucho trabajo enterarse que yo era la misma, después del shock, me invitó a pasar y me dijo que estaba hermosa, que parecía otra, me senté y no dejaba de verme las piernas:

MANUEL: ¿Ricardo sabe que estás aquí?

YO: No, pero necesito respuestas. ¿Es cierto que fuimos amantes?

MANUEL: Sí y eso casi me cuesta la vida.

YO: ¿Ricardo te agredió?

MANUEL: No, él sería incapaz… fue tu hijo Joel… un día apareció en la editorial cuando estaba a punto de cerrar, se metió con otros amigos suyos, lo quebraron todo y me dieron una paliza tremenda… tú estabas en la Feria del libro en Guadalajara y cuando volviste tus hijos te abandonaron y Ricardo te perdonó con la condición que no volvieras a verme.

YO: Pero… ¿cómo paramos siendo amantes? Por las fotos que tengo mías, yo era fea, no tenía ningún atractivo y… a decir verdad… tu tampoco.

MANUEL: Es cierto… pero tú eras muy fantasiosa… de ahí el éxito de tus libros… yo te fui aconsejando a cambiar tu lenguaje… te decía que en lugar de trasero usaras culo, por vagina: raja, panocha, cuca, por pene: verga… y así tus ventas fueron subiendo hasta que llegaste a la cima.

YO: Sí, pero eso no explica por qué paramos siendo amantes.

MANUEL: Ay, Isabel, primero me contabas que Ricardo era una momia en la cama y que la tenía muy chiquita, te quedabas caliente y deseosa de sexo, luego cuando revisábamos tus textos… era muy excitante… una tarde me viste con la verga bien parada.

YO: ¡Manuel!

MANUEL: ¿Te asombra mi lenguaje? Ahora si te creo eso de la amnesia… sí eras toda una puta en la cama, te encantaba mi verga y como te cogía… ¿No te acuerdas de nada?

YO: No, solo me vienen a la mente algunos flashazos, pero nada concreto.

MANUEL: Pues sí, mamita, mira como me tienes… con ese cuerpazo que te cargas…

YO: Respétame, Manuel.

MANUEL: ¿Ricardo te sigue dejando con ganas como cuando me contabas?

YO: ¿Yo te contaba esas cosas?

MANUEL: Esas y todas las fantasías que querías hacer… solo me dio tiempo de cumplirte una.

YO: ¿Cuál?

MANUEL: La de hacer un trío con otra chica, de ahí salió tu siguiente libro: “Como hacer un trío perfecto”

YO: ¿Yo me acosté con otra chica? ¿Quién?

MANUEL: Era una fan tuya, te admiraba mucho y un día te dije que si querías hacer realidad esa fantasía que la invitaras a hacer un trío.

YO: ¿Yo te propuse semejante cosa?

MANUEL: Y muchas más, también querías hacer un trío con dos hombres, con dos chicas, hacer intercambio de parejas, una orgía, lluvia dorada y hasta un bukake… mira como me tienes… ¿No te gustaría recordar viejos tiempos?

Se puso de pie, se bajó el zíper y apareció una verga inmensa… yo me quedé paralizada si saber qué hacer, solo sentí que me palpitó la cuca ¿Yo me comía semejante verga? Con que razón le fui infiel a Ricardo, Manuel era horroroso, pero tenía una verga preciosa… se acercó a mí y la dejó a centímetros de mi boca, lo miré a los ojos y tomé ese garrote con ambas manos, ¡Esto sí era una verga! Lo masturbe despacio, le toqué los huevos y aunque parezca mentira su pija crecía en mis manos, lentamente saqué la lengua y empecé a chupar esa cabeza brillosa y morada, sabía delicioso, se la mamé con ganas, me la tragué toda, cuando sentí sus pelos en mi nariz la saqué y respiré profundamente, que rico descubrir que tenía garganta profunda, me empezó a desnudar, solo me dejó con mis tacones, me llevó a su habitación y me puso frente al espejo, yo me había visto varias veces, pero ver la mirada de deseo de Manuel y mi rajita húmeda me hizo verme muy puta… ¿Sería cierto que yo era una leona en la cama?

Me puso de perfil al espejo y metió su cara entre mis nalgas, que rico sentí cuando su lengua lamía mi culo, yo lo movía como posesa, me abrió las nalgas y me metió la lengua, yo lo tomé de la cabeza para que me entrara más, luego cambió de orificio y me empezó a chupar la pepa:

YO: Así papito… que rico… siento que me matas de placer… es como si descubriera el sexo a estas alturas de mi vida…

MANUEL: Sí, putita… Te gustaba mucho que te dijera putita…

YO: Sí me sigues mamando la cuca de esa manera puedo volver a ser tu putita… así, Manuel… que rico me la chupas… méteme los dedos… ay… sí… que rico… ¡ay! Por el culo no…

MANUEL: Solo estaba probando… nunca me diste el culo… pero esas nalgotas que ahora tienes… antes eras plana…

YO: Si no te gustaba, entonces ¿Por qué me cogías?

MANUEL: Una verga no sabe de gustos, ve un hoyo y se mete… pero ahora… wow… pareces actriz porno, quedaste bien rica…

YO: Mientras me mamas la papaya, dime… ay que lengua, por Dios… dime… ¿me gustó hacer el trío con esa chica?... ay… ¿me besó?

MANUEL: No… tú la besaste a ella, casi la obligaste porque al principio no quería, estaba nerviosa y tenía mucho miedo, pero cuando le chupaste el clítoris la convertiste en toda una puta.

YO: Ay, Manuel… sigue así… más… méteme los dedos… más fuerte… más adentro… ay… así… que rico… chúpame el gallito por favor… que delicia… ay… me vengo… más… ¡más!... me veeengooooooooooooayyyyyyyyyyyyyyagh… gracias papito… que rico orgasmo me regalaste.

MANUEL: Y los que faltan… ven ponte de perrita… así chiquita… te voy a dar la cogida de tu vida…

YO: Ay, Manuel… que rica verga tienes… me llenas toda… dame verga, papaíto… más… más adentro por favor… ay… sigue contándome… ¿Qué más hice con la otra chica?... ay… que rico me jodes… así… chíngame la pepa… hasta dentro… uf… que rico me chimas…

MANUEL: Así, putita, mueve ese culo… así, cosita… ay… pues, luego ella acabó en tu boca, tú la besaste para que probara sus propios jugos, luego la agarraste del pelo y la obligaste a que te mamara la cuchara…

YO: ¿Y ella se dejó?

MANUEL: No solo eso, luego acabaste en su boca y ella nos besó a tres lenguas, luego se subió encima de ti e hicieron la tijerita, yo aproveché y me la cogí por el culo, era delicioso oír como gemían las dos como auténticas putas.

YO: Que rico me coges, papito… más… y encima con esa narración… estoy que me vengo… ay… ¿Y esa vez no me cogiste a mí?

MANUEL: Sí… que caliente tienes la pusa, que rico… sí, te cogí… después de llenarle el culo de leche, me dieron una mamada entre las dos… tú la besabas más a ella que mamarme a mí, luego te puse, así como estás ahora y te cogí muy duro, la chica no se quiso quedar atrás y se acomodó para que le volvieras a chupar la panocha… uf… fue una tarde deliciosa… todos acabamos rendidos de tanta cogedera.

YO: Ay, papi… dame con rabia… trátame como tu puta… así, mi rey, que ricas nalgadas me das… eso… pellízcame los pezones… ay que rico me magreas las tetas… dame verga, cabrón… méteme los huevos si puedes… a la puta, que rica verga… rómpeme la panocha de tanta verga… así… ay… más… me vengo… me vengo, hjueputa… me vengoooooooooooooooooooooooooo… ah… que rico… déjame descansar un rato… me dejaste muerta.

Al despertar estaba toda sudada y oliendo a sexo, así que me bañé y cuando salí Manuel tenía preparado un delicioso almuerzo, yo seguía preguntándole cosas, quería que me contara si era así de buena en la cama antes y me dijo que sí, que las putas son putas con o sin culo, yo me reí de su ocurrencia, pero me dejó sorprendida cuando me dijo que yo le había contado que ya tenía lista mi próxima fantasía, hacer un trío con dos hombres, pero que él no estaba incluido, le pregunté que con quienes y me dijo que no quise contárselo… me despedí de Manuel con un piquito prometiéndole volver con más tiempo para que me dé una cogida hasta quedar desmayada, él me apretó las nalgas y salí.

Lo primero que hice al llegar a mi casa fue ver mis agendas, antes del accidente tenía cita con el ginecólogo, con el dentista y con Manuel, volví a pedir citas con mis doctores, pero nada, ninguno de los dos me insinuó nada sexual, solo me alabaron el cuerpo… ¿quién más podía ser? Yo no tenía muchos amigos… seguí leyendo mis libros: “Las noches húmedas de Susana” … “Las tres mujeres desnudas se dirigieron a la tina moviendo sus bamboleantes traseros, iban húmedas después de tantos orgasmos, Susana se acostó en la tina y Erika dirigió su boca a su vagina entreabierta, Carolina acercó su vagina a la boca de Susana y la orinó hasta obligarla a que se tragara toda su lluvia dorada, mientras Susana descargaba sus líquidos amarillentos en la boca de Erika” … Definitivamente era una pervertida, si escribía todas esas cosas, era porque yo misma las deseaba, pero no recordaba que ninguna mujer me hubiera orinado, tal vez eran producto de mi fantasía.

Luego leí: “Tengo dos maridos” y ahí descubrí que con otros nombres había contado mi vida con Ricardo y con Manuel y al final del libro, había un episodio de un trío con otra chica y pasaba todo lo que me contó Manuel, ¿Sería puta antes del accidente? Pero si era tan fea no tendría éxito, de lo que sí era consciente es que era muy caliente, esa cogida con Manuel había sacado toda mi lujuria.

Después me dispuse a leer mi último libro, el más vendido: “Mi marido es un cornudo” retrataba de pies a cabeza al pobre Ricardo, viejito panzón y pelón, de verga chiquita, mal amante, pero en mi novela ella no lo deja porque él era millonario y ella no se parecían en nada a mí, era más parecida a como soy ahora. El libro es el más largo de todos, cuenta sus 69 amantes, claro no son 69 capítulos, porque en varios está con dos o tres al mismo tiempo, va desde albañiles, jardineros, empleadas de servicio, choferes, doctores, abogados, vecinos… ¿Vecinos? ¿Le habré propuesto a algún vecino hacer un trío? ¡Qué vergüenza! Ya tendría tiempo de averiguarlo… luego seguía cogiendo con amigos de mis hijos, primos, cuñados, tíos, concuños… no puede ser ¿Sería tan puta de meterme con un familiar?... y el último capítulo era el peor, me hicieron sanguchito el cura y sacristán… no, eso no podía ser, ¿Iba a la iglesia? ¿era católica?... Por algunos cuadros de la virgen y uno en el comedor de la última cena, me di cuenta que era católica.

Al llegar Ricardo le pregunté que qué pensaba de mis libros y me dijo que a veces él me había dado ideas para terminarlos, en especial el último donde él mismo me sugirió describirlo y dice que hicimos una lista de los posibles amantes de ella, pero como la historia no remataba que sugirió hacer un trío con el cura y el sacristán y aunque a mí no me guste a los lectores sí, así que a la chica de mi relato le dan por el culo. Le pregunté si iba a misa y me dijo que sí, que antes del accidente era muy devota, pero que él no ha querido mencionar lo que hacía antes, porque ahora soy una mujer nueva y tengo derecho a vivir la vida que quiera, incluso serle infiel… me dio tanta ternura su sumisión, que le saqué la verguita y se la mamé hasta que le saqué la leche… me agradeció por haberle dado la vida que llevamos juntos, dijo que antes era un solterón aburrido, pero desde que me conoció su vida era un continuo sube y baja y todo gracias a mí.

Todos los domingos Ricardo va con unos amigos a visitar a otro amigo que está solo en un asilo, se quedan con él todo el día, eso me dio pie para ir a misa ese domingo, al entrar a la iglesia todos se me quedaron viendo y eso que iba tapadita, el cura también me vio pero no leí nada perverso en su mirada, al terminar la misa el cura siempre sale a despedir a sus feligreses, yo intencionalmente me quedé de última, lo fui a saludar y me presenté, al verme abrió la boca y sorprendido me dijo que qué me había pasado, que por qué esa transformación, le conté todo lo sucedido y le dije que me quería confesar, lejos de llevarme al confesionario me llevó a la casa parroquial, donde lo esperaba un suculento desayuno, me invitó a sentarme y mientras desayunábamos me dijo que podía confesarme ahí mismo, le dije que prefería hacerle unas cuantas preguntas y luego me confesaba.

Le pregunté si era válido contarme lo que yo misma le había dicho en los secretos de confesión y me dijo que sí, le pedí que me contara cuáles habían sido mis peores pecados, sin verme a los ojos me dijo que le había sido infiel a mi marido con mi editor y que encima había hecho un trío con una fan, yo avergonzada le pedí perdón, le pedí que continuara, él calló:

YO: Padre, ¿es tan grave que no se atreve a contármelo?

PADRE: Pues mira, hija… me confesabas todas tus fantasías sexuales, desde tríos hasta orgías.

YO: Pero ¿tener fantasías es pecado, padre?

PADRE: No, el problema es cuando las llevas a cabo.

YO: ¿Y las llevé?

PADRE: Déjame contarte tus confesiones, empezaste contándome que escribías relatos eróticos, pero en cada confesión tus fantasías iban creciendo y por más penitencias que te pusiera, tú venías con otras nuevas, siempre estabas arrepentida, pero con ganas de realizarlas… hasta que…

YO: ¿Qué, padre? ¿Qué hice?

PADRE: La última vez que viniste a confesarte me dijiste que una aberración se había instalado en tu cabeza, querías hacer un trío con dos hombres, por más que yo te aconsejaba que no lo hicieras… lo hiciste… y lo peor es que después quedabas atormentada, como si el demonio te poseyera.

YO: ¿Y le conté con quien lo hice?

PADRE: No fue necesario que me lo contaras… fue con el sacristán y conmigo.

YO: ¿Con usted, padre? Pero ¿cómo se atrevió?

PADRE: Fue tu culpa hija.

YO: ¿Cómo?

PADRE: Después de la penitencia que te puse, me dijiste que ya el señor te había perdonado y que ahora estabas lista para cometer ese pecado, fuiste a mi habitación de la mano del sacristán y te desnudaste para nosotros dos.

YO: ¡Qué vergüenza!

PADRE: Pero eso no es lo peor, yo tuve que hacer un retiro terrible, me ausenté del mundo durante tres meses y cuando te vi, sentí que de nuevo el demonio aparecía en mi vida.

YO: Perdón, Padre, pero ¿Qué hicimos?

PADRE: De verdad ¿quieres saberlo?

YO: Sí, Padre, quiero saberlo.

PADRE: ¡Julián!

Y apareció el sacristán, no me reconoció, el Padre le dijo quién era y de inmediato se le paró la verga, me llevaron a una habitación llena de veladoras e imágenes religiosas, me desnudaron y empezaron a tocarme, ahí empecé a recordar como antes les jalaba las pijas, así que les pedí que se desnudaran y aparecieron antes mis ojos dos hermosas vergas, una joven y muy larga y la otra adulta y muy gruesa, como poseída me bajé a mamarlas, mientras chupaba una, pajeaba la otra, que delicia tener dos vergas para mi solita, aunque ya lo hubiera hecho, esto me parecía mi primera vez, hubo un momento en que junté las dos vergas y las chupaba al mismo tiempo, la mujer que nunca ha tenido dos vergas a su servicio no sabe de lo que se está perdiendo.

Me esmeré en mamar esas vergas prohibidas, fue tanta mi calentura que los dos me bañaron la boca, la cara y las tetas con su leche calientita, luego abnegadamente me dediqué a limpiárselas con la lengua y con mi boca, la verga del joven seguía parada, así que lo acosté sobre la cama y me senté en esa verga juvenil, que rico como me entraba hasta el útero, me sentía la más puta de todas las mujeres, lo cabalgué con ganas, subía y bajaba, daba vueltas como trompo, me hacía para adelante y para atrás, en eso veo que el cura se para en medio de mi cabeza y el joven le empieza a mamar la verga, esa imagen hizo que me chorreara en un orgasmo muy largo.

El Padre con la verga parada se acostó boca arriba para que también lo cabalgara, sentí delicioso cuando las paredes de mi panocha se ensancharon para recibir aquella pija gruesa y caliente, yo me senté de golpe sintiendo un placer inmenso, pero más rico sentí cuando el joven me chupaba el culo y de seguro también le lameteaba los huevos al padre, en eso el Padre me dijo que si quería volver a pecar como lo había hecho aquella ves, no entendí a qué se refería, ¿Qué mayor pecado que estar ensartada en la verga de un sacerdote? Me dijo que yo le había confesado que mi mayor fantasía había sido que los dos me cogieran al mismo tiempo, uno por la cuca y el otro por el culo, le pregunté si ya lo habíamos hecho y él me dijo que sí.

Sentí una cosa fría y gelatinosa embarrarse en mi culo, para luego sentir la punta de la verga joven hurgarme el culo, pegué un grito desaforado cuando me enterró su fierro, sentí como si me quemara por dentro, les pedí que no se movieran, quería acostumbrarme a tener dos vergas por primera vez en mis dos hoyos, bueno, la segunda, pero de esa no me acordaba, después de limpiarme algunas lágrimas el Padre me mamó las tetas delicioso, mientras el joven me besaba el cuello, esas caricias hicieron que les pidiera que se movieran, fue delicioso sentir como una verga salía mientras la otra se entraba, el culo me dolía, pero no quería que me la sacara, me provocaba un inmenso placer el dolor mezclado con la cogida.

El padre elevaba la pelvis y el joven me apachurraba el culo, era como una muñeca de trapo en medio de dos degenerados deliciosos, me dieron verga lo que quisieron, yo sentía que me cagaba y apretaba más el culo, eso al joven lo enloqueció y se vino a borbotones, sentí un enorme vació cuando me sacó la verga del culo, el Padre me cogía con todas sus fuerzas pero no se venía, el joven le preguntó que si se quería venir, le dijo que sí, pero que le costaba mucho conseguir un segundo orgasmo, entonces me acostaron boca abajo, el padre me chupó el culo aún, teniendo la leche del joven y me ensartó su gruesa verga por el culo, yo bramaba de placer, me estaba partiendo en dos, a los pocos minutos vi como el joven se cogía al padre por el culo y a los pocos instantes los tres acabamos en un unísono orgasmo colectivo.

Después de semejante faena, el sacristán salió y nos vestimos, volvimos al comedor a beber vino, el Padre me contó que también era sicólogo y que me iba a hablar desde esa perspectiva, me dijo que la anterior vez, había salido tan atormentada por lo que habíamos hecho que seguramente eso fue la causa de mi accidente, pero que ahora aceptara que era una puta, que iba a seguir cumpliendo mis fantasías y que no me detuviera, que las gozara, que abandonara esos sentimientos de culpa, y que cogiera con quien quisiera sin pensar en el pecado, las putas como tú ya no tienen solución, -dijo- así que si vas a putear, hazlo con libertad.

Salí feliz de la casa parroquial, estaba dispuesta a realizar todas las cochinadas que contaba en mis libros, tenía razón el padre, si quería ser puta era mejor hacerlo sin remordimientos, así que empecé a preparar a mis próximas víctimas, las muchachas de servicio de la casa eran perfectas para mi trío con dos mujeres… como se me antojaba la lluvia dorada, también pensé en el muchacho de la tipografía, era negro y musculoso ¿Cómo tendría la verga? Mis vecinos me miraban con lujuria cuando salía a la piscina, eso eran perfectos para un bukake… y todas esas experiencias serían el tema de mi próximo libro: “HA NACIDO UNA PUTA”

FIN.