Gusto por los guevos... (2)
No te pierdas como Ricardo sigue llevando a placeres extremos a Gabriel, a través de darle guevo por su rico y apretadito culo, es fascinante esta historia, siéntete parte de ella...
Le has tomado el gusto a los guevos -- Segunda Parte
Esta historia erótica en donde vimos a nuestro bello machito Gabriel, sometido por la verga de Ricardo, horadándole el culo de rico que lo tiene, imagínense vos, con lo bien que se menea Ricardo. Gabriel continúa muy caliente, encendido, en esta historia más erótica que nunca; de ahora en adelante a Gabriel se le abrirá un mundo de placer, amor, y experimentación homosexual riquísima. Disfruten de ella y visualicen en sus mentes estás escenas, pónganse cómodos, frescos, cierren su habitación y sientan lo que vive Gabriel junto a Ricardo.
Al llegar a su segundo orgasmo y sentirse la puta de todas las putas, Gabriel queda un poco agotado, sofocado, extasiado, un poco adolorido, pero es un dolor como yo llamo, un dolorcito del bueno, muy rico, no sé si ustedes lo han sentido; Ricardo se ha preparado bien para hacerlo pasar el fin de semana de su vida; nada de escribir, nada de trabajar en su tesis, sólo reflexionar, para luego poder racionalizar lo vivido, con una óptica empírica, única, con base (con suficiente guevo en su culo), luego de haber pasado un curso intensivo de sexo entre machos que lo convertirá en un homosexual definido, pero bien machito; ya verán queridos lectores, ya verán.
Ricardo toma un paño con alcoholado y una esencia de eucalipto, lemongrass, peppermint y rosas, y empieza a limpiar todo el cuerpo de Gabriel, poco a poco, estimulándolo, reconfortándolo y frotando cada músculo, previamente manoseado durante la pasada sesión de sexo, el primer sexo ardiente con un macho que ha recibido Gabriel; su cuerpo reacciona al estimulo de la toalla que le frota su amigo Ricardo por todo su cuerpo, el olor a rosas lo estimula, el eucalipto, lo enfría, sacude el sentido del olfato, y las demás esencias lo hacen sentir relajado, no ha abierto los ojos, luego de ese brutal orgasmo que la verga de Ricardo, entrándole por su rico y apretadito culo, en una acción de mete saca, mete saca, mete profundo, saca lentamente, mete rápido, empuja, empuja, saca, al paso, le ha provocado. Que Rico.
Luego Ricardo toma a Gabriel de la mano, y lo lleva al Baño de su madre, lo sienta en el inodoro, y le pide que puje, saliendo chorros de semen, que fueron vertidos por Ricardo, en su culo; Ricardo lo levanta, le limpia el culo a Gabriel y bombea el inodoro; el baño de la madre de Ricardo tiene un Jacussi, muy hermoso, fino, moderno y muy cómodo, el cual fue previamente acondicionado por Ricardo, para seguir sometiendo al ex heterosexual Gabriel; Ricardo enciende los motores de las bombas de agua para darle unos masajes al cuerpo de su adonis Gabriel, vierte Gel de sándalo y otras esencias aromáticas en el agua, para que inicie un nuevo estimulo de excitación sexual en el bello cuerpo de Gabriel, las aguas muestran innumerables pétalos de rosas, alborotadas por las burbujas que se producen y por un aura de misticismo y erotismo que se siente a esa edad y con esos machos encendidos por la pasión y el deseo de probarse por todo su cuerpo. Ricardo introduce de inmediato a Gabi en el agua que se constituye en un relajante bien fuerte para su cuerpo, se siente en el paraíso, está siendo tratado duro, pero suave a la vez; ha sido sodomizado, pero no esta conciente que su sexualidad va a cambiar definitivamente. Probará intensamente, lo que es capaz, de hacer un guevo con el cuerpo de un hombre, cuando un buen pene te frota, y te frota la próstata y te hace llegar a orgasmos anales, brutales.
Gabriel empieza a relajarse, Ricardo se a puesto una ropa interior femenina, muy sexy, transparente que marca sus respingonas nalgas y su guevo morcillón, Gabriel lo ve, y su guevo empieza a llenarse de sangre; Ricardo entra en el Jacussi, y se sienta junto al cuerpo desnudo de Gabriel y empieza a masajear sus sienes, su cuello, su pelo, a besar sus orejas, a morderlas suave y sensualmente, a besar sus labios, y a morderlos cariñosamente, Gabriel, recibe, sus caricias con sumisión y deseo de seguir siendo besado, manipulado, usado, como un objeto para recibir y dar placer sexual; en este tanto, ya Ricardo tiene a Gabriel maullando como una puta gatita, dando grititos como de niña bonita, ante su amado Romeo, loca de amor y deseo de ser poseída de seguir cogiendo ñema por el culo, y sintiendo como un tronco bien lubricado le llega hasta lo profundo de sus entrañas.
Ricardo le dice al oído: Gabriel, yo te amo, y no te voy a hacer daño, solo quiero amarte y hacerte mío, y que comprendas y aprendas a experimentar placer cuando tu cuerpo es estimulado por otro hombre; Gabriel, solo asiente con su cabeza, como niño bueno, indefenso, sigue gimiendo muy quedo, su respiración aunque relajada, es pesada, por el inicio de una nueva meseta del éxtasis, que necesariamente debe de culminar con un orgasmo brutal.
Ricardo se pone de pie, lo saca del Jacussi, y lo empieza a secar por todo el cuerpo piel canela, previo a decirle que mantenga los hermosos ojos negros cerrados; Ricardo le coloca una mascara de cuero que solo tiene orificios en la nariz y en la boca, y le cierra el zipper trasero, le dice que es para que aprenda a confiar en tu amo, esa mascara de cuero le da un aspecto bien erótico a Gabriel, y Ricardo le ata una cadena a la arandela de metal que sobresale de la parte delantera de la mascara, próxima a la nuez de Adán, lo tiene como un perrito, bien sometidito, y lo va a domesticar, a pura verga; y chupandole el guevo, para saborearlo bien.
Gabriel esta siendo tratado sin saberlo como un esclavo sexual, claro, con consideraciones especiales, muy sutiles; qué más le tendrá deparado nuestro querido Ricardo a su amigo, ya desvirgado, sometido, a nuestro ex heterosexual: "Gabriel".
Ricardo, lentamente, lo saca de la habitación y lo lleva por los pasillos, hasta el comedor de la cocina, donde lo sienta, y le dice, oye mi amor, es hora de alimentarte, para que tengas fuerzas y puedas seguir recibiendo guevo en tu culito, eh! Papito lindo, estás de acuerdo, pregunta Ricardo, y Gabi contesta: si lo estoy, está bien, lo que tú quieras mi amor, soy tu perra, tu puta. Ricardo sonríe, al ver la actitud de sumisión y deseo que pierde y consume la voluntad de Gabriel.
Ricardo le pregunta como te sientes; Gabriel, contesta, muy relajado, como en una nube, bien rico, y se ríe, con un gesto nervioso, que oculta la mascara negra que trae puesta -qué tal la mascara?, -no sé, pero es extraña, la sensación, -no te preocupes mi rey, es para poder servirte mejor; Ricardo en todo momento somete a sus más bajos instintos, a Gabriel, con el pretexto que es para servirlo, para ayudarlo, para orientarlo sobre el conocimiento práctico de las emociones homosexuales, y de cómo vivirlas, sentirlas, y hacerles a sus amantes todo lo necesario para que disfruten como enanos de circo, con sólo el objetivo, de frotar su guevo entre las paredes del ano de Gabriel, y ordeñarse con un culo, bien apretadito, rico, recién desvirgado. Empero, sabemos que aunque el placer a desbordo el instinto oscuro de Ricardo hasta querer mantenerse sometiendo a Gabriel, Ricardo ama a su Gabi, y por el camino de placer que ambos han iniciado a transitar, se demostrarán un amor verdadero.
Gabriel esta sentado, enmascarado, muy quieto, con su bello cuerpo desnudo, con sus bellos suaves, sus brazos apoyados en la mesa de comedor de la cocina, Ricardo ve ese rabo que tiene, tan rico, y que lo hacen que fortalezca más su voluntad y no caer entre sus piernas a mamarlo, pero en Ricardo esta creciendo el deseo de mantener sometido y sodomizar el culo de su amigo Gabriel, "all night long"
Ya en la cocina Ricardo a preparado una batida de guineo con creatina, vitaminas, minerales y proteína de soya y huevo de gallina, le a preparado, también, un salpicón de mariscos, exquisito, con: "camarones, lambi, pulpo, calamares, ostiones, masa de cangrejo, con un poco de vinagre, pimienta de cayena, sal, y otras especias mediterráneas muy gustosas, con un poco de aceite de oliva extra virgen, de verdad muy rico; saben, Ricardo es todo un gourmet, le encanta cocinar, es un sibarita consumado, amante de la buena mesa; e inicia de inmediato a darle del salpicón a nuestro ansioso amigo; Gabriel empieza a degustar el plato que con tanto esmero, amor y cuidado a preparado Ricardo, especialmente para él, Gabriel, dice, uuuuuummmmmmmm, que rico papi, Gabi saborea las esencias del mar, que con sus altos compuestos minerales de: potasio, yodo, litio, fósforo, magnesio, entre otros estimulan la glándula prostática, el conducto deferente, los testículos, y fortifica el flujo sanguíneo para que el sistema cardiovascular este activo y dispuesto a seguir disfrutando una noche que pinta ser inolvidable.
Abre la boquita muñequito bello, mi putita rica, las palabras de Ricardo y la forma de llevar los alimentos a la boca, someten a Gabriel, a sensaciones pueriles, experimentadas cuando comía de manos de su madre, que le llevaba la comida a la boca; esa dependencia emocional, casi Edipo, del placer y amor hacia su madre, es aflorada por los estímulos preparados del sabio y excelente amante Ricardo.
Gabriel se le ha parado la verga, y Ricardo hace rato gotea de la suya, pero reteniendo la babita en el panty transparente, que resaltan sus atributos delanteros y traseros.
Ricardo le alcanza el baso con la batida y se lo da a beber a nuestro machito, Gabriel, empieza a sentirse tan descansado, tan relajado, tan vigoroso, fresco, y empieza a sentir, un poco de sueño, necesario para estar como nuevo; Ricardo lo hace que termine de comer, pero sin atiborrarlo de comida, ya que la digestión de estos compuestos y de los mariscos es lenta. Ricardo toma a Gabriel entre sus brazos, lo levanta, y lo lleva a sus habitaciones, ya en la habitación deja el cuerpo de Gabriel cubierto de almohadas, con sábanas de satín negras, y doradas, y observa el cuerpo espectacular, bello de Gabi, que descansa mansamente en este ambiente, en donde Ricardo, se ha dispuesto conquistar el corazón de Gabi, a través de sus finas atenciones, y del sexo.
Ricardo cierra la puerta de su cuarto, cierra todas las ventanas, y las cubre con sus cortinas verticales, regula el voltaje de las luces de la habitación, enciende su acondicionador de aire, para que mantenga la temperatura en 19 grados Celsius, bastante agradable, y coloca un CD, de música relajante, con sonidos de la naturaleza, sonidos de arroyos, de ballenas, de aves, de truenos, de lluvia, de distintos animales, y ruidos nocturnos, grabados en exterior. Ricardo se acuesta al lado de Gabriel, que duerme como un bebe, le quita la mascara, la guarda en una gaveta, y retorna a observar el rostro de su amado, lo acaricia, lo besa, suavemente, lo lame, lo huele, huele a macho puto, cachondon.
Ricardo se incorpora, y se dirige a una gaveta en donde guarda bajo llave distintos utensilios para obtener placer, y saca un vibrador, pequeño, pero grueso, como de unos 4 cms de diámetro por 15 de largo, le aplica un poco de vaselina, se acerca a Gabriel, que duerme placidamente, y ajeno a lo que pasa a su alrededor, esta bien alimentado, bañado, fresco, relajado, y rodeado de cosas hermosas, y que invitan al placer, al descanso, y a dejarse amar.
Ricardo busca el esfínter de Gabi, y de manera magistral, introduce el falo de plástico blanco en el culo apretadito de Gabi, este solo se movió par de veces, y Ricardo se tomo todo el tiempo del mundo, para hacerlo de tal forma que no despertar este macho.
Ya con el vibrador en el culo, Ricardo le coloca un pantaloncillo especial de color crema, bien cocido, donde le soporta y mantiene el vibrador, para que no escape, dentro del ano, de Gabi, claro, el vibrador esta apagado, que pasa chicos, este pantaloncillo o slip es muy sexy, porque deja el guevo y los cojones peludos afuera, para se manipulados, solo es cubierta la cintura, por la tira de tela principal, los dos muslos, y la nalga, con un refuerzo para soportar lo que se le hay metido en el culo al amante. Ricardo tenía, todo su plan marchando a la perfección.
Ricardo se acomoda al lado de Gabi, lo abraza, por detrás y empiezan a dormir, placidamente, como dos amantes que se conocen por años y que solo necesitan de un abrazo, y sentir la respiración serena y cadenciosa de su amado para sentirse pleno, seguro, realmente amado.
Luego de dormir, por más de 6 horas, Ricardo que siempre a sido un madrugador, le quita a Gabriel, el pantaloncillo que le retiene el vibrador que a pasado la noche dentro de su culo, sin el apenas darse cuenta pero ha tenido un sueño rico; Ricardo se da cuenta que Gabi tiene la verga con tremenda erección, normal, cuando te levantas; pero creo que el vibrador en el culo a hecho un buen trabajo, Ricardo toma el vibrador, lo empieza a mover de afuera hacia dentro, lentamente, viendo como el esfínter sede al sacarlo y como introduce al entrarlo, no esta irritado, esta dilatado, bien relajado, listo para recibir, la verga del caliente Ricardo.
Ricardo coloca a Gabi, boca abajo, con las espaldas pegadas a la cama, coloca una almohada bajo su cintura para elevar el culo, Ricardo se posa de frente a el y comienza a mamarle la verga, suavemente, a chuparla, suavemente, a besar el glande, a recorrer con su lengua deseosa de guevo, de carne, de sabor a pinga, todo ese monumento erecto de carne humana; ahora, enciende el vibrador, y el pene de Gabi hace un movimiento involuntario, Gabriel empieza a dar muestras de recuperar la vigilia, y ya es conciente que esta en el mejor despertar de su vida con el macho de Ricardo mamandole la pinga, y manipulando un objeto que desconoce, pero que es placida su intromisión dentro de sus entrañas, ya que para su culo no le es ajeno ese falo de plástico, con el cual a dormido toda la noche.
Ricardo le dice, buenos días putita, te amo cuero, ramera caliente, Gabi, le dice, no me digas eso, que me pones, muy , y en ese momento antes de articular la palabra, Ricardo acelera el vibrador, lo apoya en la base de la próstata, acelera la succión y Gabi, pega un grito de placer, para iniciar la perdida de su voluntad, Ricardo empieza a someter a Gabriel, para sumirlo en el éxtasis total; Gabriel, no pudo terminar de decir que las palabras sucias de buenos días de Ricardo, lo ponían muy puto, y comenzó la danza del jadeo, de gemidos de desesperación, gritos: jaaaaaaaaaaa, aaaaaaaaaaa, ahiiiiiiiiiiiiiiiiii, ahiiiiiiiiiiiiiii, nooooooooooooo, así, sigue, eso, eso, que rico, Ricardo que rico, Ricardo acelero su boca, y saca el vibrador por primera vez, totalmente del culo de Gabriel, después de más de 6 horas de tener acomodado ese falo de plástico, a Gabriel le quedo el culo, bien dilatado, y sintiendo el deseo de que algo le falta, la sensación de vacío, de inmediato Ricardo se para de mamar su guevo y lo mira a los ojos de borrego puto, y muerto, desbordado de placer como pidiéndole con la mirada que no parase, entonces Ricardo continua su labor de buen mamador de guevo y le mete de la mano derecha los tres dedos más grandes, y Gabriel, suelta un aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh hhhhhjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjj, yyyyyyyyyyyyyyyyyy, siiiiiiiiiiiiiiiii, siiiiiiiiiiiiiii, maldito, cabrón, cabrón, noooooooooooooo, y revolcándose boca abajo en la cama de Ricardo, cuando esos dedos le sodomizan el culo, de forma increíble, entrando y sacando con una naturalidad y destrezas inefable.
Ricardo le toma la próstata y la somete a una especie de masaje especial, que él conoce cuando quiere recibir leche de los amantes que ha mamado guevo, en su boquita; de inmediato los cojones de Gabi, asumen la posición de unirse, muy pegaditos al cuerpo cilíndrico del guevo, el escroto se contrae, los cuerpos cavernosos se llenan más de sangre, ante la inminente eyaculación que inicia, justo cuando Ricardo, mamandole el guevo saca un poco el cuerpo del pene de su experta boca, y se queda con el glande chupandolo, y lengüeteándolo, dentro de su calida boca, entra la mano, en el culo, y presiona la próstata con los dedos y Gabriel explota, lanzando un uuuuuuuuuuuuuuuuuaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhh iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, Hoa, inmenso de placer entre uno, dos tres, chorros de leche fresquita de la mañana, para el desayuno de Ricardo, una leche, calentada naturalmente, que atrapa Ricardo y se la va bebiendo muy gustosamente, exprime la ñema con sus gruesos labios, saca la mano del culo de Gabriel, y le dice, Gracias mi amorzote, Gabriel a perdido el sentido de la emoción del orgasmo más fuerte que ha tenido en su vida, es un sinsentido, benigno, fruto de la fruición y el paroxismo sexual al que llevo Ricardo a Gabriel.
Ricardo se levanta, dejando a Gabriel, dormido, luego de haber tenido un rico, orgasmo. Ricardo se dirige al baño, se cepilla los dientes, hace gárgaras con enjuague bucal, se pasa su hilo dental, verde encerado, y entra a la ducha e inicia su rutina de limpieza corporal Acaba de asearse mientras Gabriel esta gozando en el sueño del sopor sexual, del éxtasis, Ricardo ve como el cuerpo de Gabriel, aún se mueve luego del éxtasis, sentido, Ricardo el quita la sábana de satín del cuerpo de Gabriel acomodado en la cama, luego del orgasmo, y ve como el pene de Gabriel, ha seguido eyaculando, no mucho, pero a pesar de que Ricardo lo ordeño bien, ese guevo a seguido votando leche, que rico no.
Ricardo se siente el hombre más feliz, al tener a su amado a su lado, en su cama, en su casa, quitado la virginidad, convertirlo en una puta y haberlo sometido al placer de estar con un macho de verdad. Ricardo va a la cocina y se prepara un rico desayuno, rico en fibra, carbohidratos y proteínas, para seguir gozando del culo de su amado Gabriel, que ha votado leche como un semental, producto, de la cena que Ricardo le hizo, la noche anterior, y el estimulo constante de su próstata, durante tanto tiempo nocturno, ha hecho que la estimulación matutina de su culo y guevo por Ricardo, haya culminado con un orgasmo de dimensiones ciclópeas.
Ricardo esta erecto, y enfila hacia el culo de Gabriel, no sin antes darle a oler una esencia en su nariz, para que este reaccione y despierte, en ese momento, Ricardo toma el pene del recién despierto Gabriel , y con los restos de semen que ha continuado expulsando su conducto deferente por la uretra, empieza a masturbarlo, y es cuando siente que de dos estocadas el guevo de Ricardo lo penetra y este gime de placer, se babea de gozo, y empieza a culear, y le dice, así papi, cojéeme, cojéeme, duro, duro papi, así, bien adentro, coño, así, dame, dame, perro, perro, cabrón, dame, dame, y Gabi no para de gritar y exigir guevo, pinga, y Ricardo lo complace calándole ese culo apretado, y rico, que rico, papi le dice Ricardo, te gusta mi guevo, eh, te gusta mi guevo, como te lo meto, perrita, eh puta, eh puta, sucia, puta, y Ricardo sigue frotando ese falo del sometido Gabriel. Gabriel inicia el camino de su segundo orgasmo y Ricardo acelera su guevo para obtener un doble orgasmo sincronizado, Ricardo esta tan caliente, y a estado aguantando más de lo normal, para que Gabi se desahogue, y pueda gozar lo suficiente de una buena singada.
En ese momento eyaculan ambos, donde Gabriel empieza a largar unos chorros a una distancia increíble, las contracciones de su músculo pubococcígeo, han largado el semen lejos, y le ha provocado un placer inmenso, Ricardo al ver esa reacción de su macho sometido, empieza a rellenar de semen el culo de su amante Gabriel, y es tanto semen que da tiempo a que Ricardo suba hasta la boca de Gabriel, para recibir el desayuno de semen que le corresponde como buen niño que bebe toda su leche mañanera.
Al acabar de este orgasmo apoteósico, Ricardo cae rendido, agitado, su corazón acelerado al igual que Gabriel, que ya definitivamente, jamás, jamás, volverá a pensar en una hembra, por Dios, como va a dejar los placeres del guevo, de la pinga que le ha llevado a conocer como su cuerpo puede elevarlo al cielo, y devolverlo a la tierra, en fracciones de segundos ahí que rico papi, y ambos quedaron dormidos
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