Guille

Este relato no es como los típicos que encontramos aquí, narra detalladamente las acciones en un cine entre Guille y yo. Espero que os guste y ¡no seáis muy duros que es mi primera vez publicando algo!

Este relato está escrito des del punto de vista de Guille, si os gusta y queréis mi parte comentarlo! Gracias!

Entonces, al empezar los tráilers, iría deslizando mis dedos hacia el interior de tus muslos, suave, sin prisa. El partido durará casi dos horas. Te daría un beso, dos, tres.Enn cuello solo un rocecito, solo para que prenda. Entonces con mi mano llegaría a tus ingles gracias a tu excesivo corto vestido. Lo iría subiendo poco a poco. El espectáculo acababa de empezar. Entonces llegaría ese momento en el que mis dedos empiezan a rozar tu tanga, pasando suavemente la yema por las costuras, acariciando la tela, haciendo que notes mi mano pero sin tocarte propiamente. Estaría un rato jugando con la telita del tanga, hasta que se fuese hinchando tu rajita, pidiendo atención. Ahí empezaría a retirar la man, rozando tu pierna, y volviendo a entrar poco a poco, repitiendo el proceso hasta que vea que tu cuerpo te pida más. En ese momento, quitaré la mano y te daré unas palmaditas en la pierna, nada que se oiga, solo para que tú captes lo que quiero. Te sentarás con el culo más hacia el borde de la butaca, más reclinada, facilitando el acceso para mi mano.

Nadie va a haber notado nada, hasta ahora solo somos dos personas sentadas en el cine viendo trailers y el principio de una peli que ya ha visto todo el mundo.

Es posible que nos miremos, no deberíamos, pero ver la cara el uno del otro solo va a hacer que tengamos más ganas y ahí todo volvería a empezar otra vez después del pequeño calentón inicial.

En ese instante, mi mano no se acercaría por abajo, bajaría por arriba, haciendo que la notaras toda, abarcando toda tu zona, dispuesta a todo con tal de darte placer. Te acariciaría con la palma, mientras que los dedos recorren la parte inferior. Jugaría con tu tanga, dejando que su roce te excitase más y más, haciendo que se te empapara la tela. Una vez toda mojadita, el juego del roce se vuelve más complicado, así que empezaría a apartártelo. Cuando tuviese vía libre, pasaría un dedo por encima, repartiendo todos tus flujos, lubricándote bien. Pasaría hasta tres dedos por encima, haciendo que se impregnasen bien.

Solo para poder ponerte uno a cada lado, y subir y bajar haciéndolos resbalar por los lados mientras con el tercero empiezo a buscar tu clítoris. Estás mojada. Irremediablemente, y mi mano no va a parar de acariciartelo, de presionar, de hacer el amago una y otra vez de entrar un dedo o dos, solo para notar tu reacción al ver lo que se te viene encima.

Pues allí estaríamos, con mi dedo amenazando con entrar una vez, y otra, y otra, y tú, inconscientemente, te moverías para sentirlos más, para que entrasen aque solo fuera la puntita. Intentarías meterlo dentro de ti como fuera, incluso me cogerías la mano y la presionarías hacia ti. Pero no lo conseguirías. No empezaré el baile hasta que no me lo pidas como es debido, con un por favor. O, en su defecto, alargando la mano hasta mi pantalón para darme un masajito, porque como bien sabes ante todo, educación.

Ahí si que no tendría otra opción, deslizaría mi dedo aprovechando que está mojadísimo. Primero la puntita, mientras continuo con los otros dedos por los lados. Debido al exceso de fluidos entraban y salían demasiado rápido, lo suficiente rápido como para que se te corte la respiración, pero no tanto como para que se te haga eterno. Y ahí empezaría un vaivén, explotando los puntos donde en tu cara se reflejara la expresión de placer en estado puro. Iría jugando, uno, dos, tres dedos. Jugarían por dentro hasta el fondo, llegando a tocar la cara inferior del clítoris.

Sé que te encanta sentirte rellena. Notar todo el grosor dentro, sentir que no se queda un solo hueco por rellenar.

Cada vez te moverías más para intentar restregarte lo máximo contra mi mano. Notar cómo te está follando, y cómo sake a borbotones el flujo de tu rajita. Aumentaría más el ritmo, entraría y saldría frenéticamente hasta que entrases en el punto de no retorno.

Tu respiración estaría agitada, entrecortada.

Tu boca, descompuesta.

Y empezaría a notar un hormigueo de los pies, subiendo hacia las piernas, una explosión en la punta de mis dedos, metidos hasta el fondo de su coño, que recorrerá todo su cuerpo.

Dejarás de notar los pies, la vista se te nublará, el aire se escapará de tus pulmones y tus pezones se pondrán duros como piedras, como si fueran a perforar el sujetados.

Subirás, subirás muy rápido y de golpe, sentirás que estás en la cima del mundo, sintiéndote ligera como una pluma. Y poco a poco, irás volviendo a la realidad, te darás cuenta de que estás en el cine, de que tienes la boca abierta y una sonrisa de oreja.