Guía para ser infiel -entrega número 9-

El beso

Sara

Son casi las 5:45 de la mañana, camino por el largo pasillo de la entrada de empleados del complejo con audífonos tratando de callar esa voz en mi cabeza que no se calla ni un segundo invitándome que corra a buscar a Penélope, ansió tanto verla. Pero está decidido no puedo seguir a cargo de su caso, hablare con el Doctor Sierra para que asigne el caso de su hija a otro médico.

Tratare de evitarla mientras logro hablar con él, la verdad tengo algunos expedientes que cerrar trabajare en eso mientras pasan las horas, me siento en una de las computadoras en el vestíbulo de la sala de cuidados intensivos a trabajar, desde allí podía ver perfectamente en donde se encontraba Penélope pero ella no a mi, cuidaba de reojo sueño y con vista de águila sus monitores, escuchaba quejarse, de a ratos maldecir, de a ratos dormir, me encantada ver como cuando dormía sus labios quedaban entreabiertos, cuando despertaba parecía voltear a todos lados buscando algo, luego supe que buscaba, a mi.

No puedo seguir fantaseando así, Sara tienes marido, me decía cada que encontraba imaginando sus besos o el olor de su pelo, o esos ojos brillantes viéndome. Que necesito hacer para sacarte de mis pensamientos Penélope.

Llamo a la secretaria del Doctor Sierra, que por tratarse de su hija, acepto recibirme sin previo aviso.

Toco la puerta con timidez, de verdad me ponía muy nerviosa aquel hombre.

Dr. S: se breve- me dijo sin voltear a verme

S: Vengo a decirle que no puedo encargarme más del caso de Penélope y que por favor sea asignada a otro medico

Dr. S: a ver Reyes te escogí a ti y solo a ti porque sé que eres la única capaz de controlar a Penélope, además que eres las mejor con pacientes críticos,  a el resto de los médicos no los aceptara , yo necesito que mi hija se recupere, Penélope es lo único importante en mi vida, su situación aún es crítica, pasara una buena temporada aquí y ni hablar de la rehabilitación que tendrá que pasar, así que mi decisión es No, no le daré el caso a otro médico, seguirás con ella y además la acompañaras en rehabilitación, en cada paso Reyes.

S: si señor.

Dr. S: cuando pase toda esta tormenta hablaremos tu y yo, de tu nuevo cargo en el complejo y tus nuevas responsabilidades, sé que es la oportunidad que estas esperando y yo te apoyare, como tú me estas apoyando a mí, con esto, nadie más que yo sabe lo difícil que puede ser mi hija.

S: gracias señor.

Dr S: cierra la puerta a salir.

Perfecto y ahora que voy hacer contigo Penélope. Tendré que evitarla lo más que pueda. Pase a revista a todos mis pacientes menos a ella, fui a comer algo, seguí trabajando con algunos expedientes y la verdad ya no tenía mucho que hacer. Debía ir a verla habían pasado poco más de 10 horas desde que llegue.

Entro a su habitación, sin hacer mucho ruido parecía dormida. Checo su temperatura y registro lo monitores, reviso sus pupilas intentando no despertarla y me percato que no está dormida.

S: hola ¿cómo te encuentras el día de hoy?

P: bien dice con algo de desdén

S: del 1 al 10 cuanto es tu dolor

P: 10 dice con voz apagada

S: quizás pronto te podamos pasar a una habitación normal

P: si claro

S: tu hambre como esta? Voy a cambiar tu dieta, lo digo haciendo la anotación para un cambio a menú a semi liquido? Que te gustaría comer?

P: nada gracias no tengo hambre, y si ya terminaste es mejor que te retires me gustaría dormir, y si puedes dile a la enfermera Esther me traiga un poco más de agua, ya me la he  acabado.

S: puedo trae…… me interrumpe

P: la enfermera Esther la traerá, gracias

S: que sucede contigo

P: que sucede conmigo? Es enserio no has venido a verme en todo el día, has preferido estar detrás de ese maldito escritorio viéndome, que venir a verme, y yo esperando como una idiota sin poder moverme que vinieras aquí y poder verte. Moría por verte, pero para ti yo soy un paciente más tú serás un médico más.

CONSEJO NUMERO 12: QUE VEA QUE TE FIJAS EN CADA DETALLE QUE HACE.

S: iré por tu agua

Regreso con un vaso de agua, pongo un popote y se lo acerco

Lo toma y no me mira quito su cabello de la cara.

S: si te estuve evitando Penélope, pero porque no sabía qué hacer con lo que me haces sentir

P: que¡¡¡ te hago sentir cosas al extremo de evitarme

Lo dice con sus ojos encendidos y triunfantes, casi atragantándose con el agua que sorbio

S: pues si.

Toma mi mano y la besa con mucha dulzura, eso hace que una corriente eléctrica recorra mi espalda

S: necesitas algo más que agua

P: tu boca para comerla

S: no que no tienes hambre.

P: de tu boca, un hambre, una insaciable.

Le sonrio.

S: hablo enserio

P: si puedes quedarte aquí conmigo

S: ok pero si hacer chistesitos

Estuvimos hablando horas y horas. La verdad era una mujer tan interesante prácticamente hablaba sola, era como su padre no dejaba que nadie más interviniera en la conversación, me conto muchas cosas, aventuras que había hecho, viajes, hasta de cuando se la cayo su ultimo diente de leche. Todo parecía ser travesuras con ella. La verdad me divertí mucho con todas sus historias

De pronto como si la hubiesen desenchufado se apagó y quedo profundamente dormida, me fascinaba verla dormir me levante con cuidado de mi asiento y fui a la puerta. De pronto un impulso sobre humano me hizo cerrar las percianas de la habitación para que nadie pudiera ver hacia adentro baje la luz tenue  y me acerque a su cama, la bese tiernamente intentado que no se despertara de pronto su mano se poso despacio en mi mejilla e intentifico el beso, lo hizo profundo, era deliciosa su boca, sus labios moviéndose lento, acompasado,s probe su lengua rosando la mia y toque las estrellas, fue excitante, tierno, ardiente y amoroso todo al mismo tiempo. Nos separamos pensé que había dormido y eso había sido un sueño, pero no. La escucho decir con su voz un poco ronca.

P: Que ardiente y hasta con luces tenues.

Me dio tanta pena que Salí corriendo por la puerta con mi cara sonrojada  y mi alma encendida, encendida de deseo y encendida de amor, si no era amor que podría ser, nunca había sentido nada así. Como me había atrevido a tanto, pensaba mientras corría al área de lockers a buscar mis cosas y salir de allí.

Me doy un pequeño golpe contra la puerta de mi lockers, tienes que dejar de hacer tonterías me digo. Mejor me doy un baño antes de irme, necesitaba bajarme la calentura.

Entro a uno de los cubículos abro la regadera y empieza a correr el agua tibia, hacia un poco de frio como para bañarme con agua fría. Empiezo a tallar mi cabello y con el correr del agua vuelve a mí el recuerdo del beso con Penélope, me encantaba su boca, seguia excitada empecé acariciar mis senos pensando en ella, como se sentiría su delicada y dulce boca en ellos, succionándolos, mordiendo, besando mis pezones. Resbale poco a poco mi mano a mi entre pierna rozando mi clítoris, empecé a masajearlo lento necesitaba aliviar el calor en mi interior, no dejaba de imaginarla como se sentiría esa pequeña boca en mi interior, aumente el ritmo de mi mano y me vine en un gran orgasmo ahogando su nombre en mi interior, quede tan relajada con el agua rebotando sobre mi pecho y el corazón acelerado. Me envolví en una enorme toalla y Salí a vestirme, el cuento de hadas donde Penélope era el príncipe azul acaba con mi guardia y la realidad esperaba en casa.

Llegue a casa y después de una aburrida cena solo escuchando a mi marido sin parar, acuesto a nuestro pequeño hijo, voy a la habitación, me hago la dormida cuando lo escucho entrar y acostarse, en un segundo lo siento pasando sus grandes y toscas manos por mi espalda, siempre hacia eso cuando buscaba sexo, no se que excitante podría ser el sentir sus manos ásperas y callosas, le digo que pare y no me hace caso me voltea y se sube arriba de mí, y me besa como si no me hubiese escuchado, como un completo desesperado, mete su lengua entera en mi boca, mientras en un solo movimiento rompe mis bragas, puedo sentir su olor a sudor  y ver  como brilla su cara por el esfuerzo que hacía para que no me le moviera, quería salirme y su peso poco a poco me ganaba de pronto sube mis piernas a sus hombro amarrándolas entre sus brazos y me penetra de un solo envión, sentí un terrible dolor por su brusquedad, comenzo a bombear y yo no sentía nada, había pasado tantas veces lo mismo que ya no luchaba, por suerte siempre acababa muy rápido y todo volvía a la normalidad, no recuerdo nunca haber disfrutado el sexo con él. El resto del tiempo se portaba bien conmigo. Solo quería que amaneciera y correr al trabajo.

Llore parte de la noche, de impotencia por no creer porque aguantaba tanto abuso, que hacía con él, que hacía con ese maldito imbécil.

Llego al hospital, abro el lockers y me miro en el espejo interno de la caja metalica, veo mis ojos muy hinchados, se nota que había llorado. Que le voy a decir a Penélope cuando me vea así.