GUIA PARA SER INFIEL -entrega número 8-

Sueños

Penelope

Hoy comienza la guardia de Sara muero por verla y aunque suene muy extraño de mi parte me siento muy distinta cuando estoy con ella, no se tiene algo que solo me empuja a querer más y más de ella, sigo con un dolor general, hasta las uñas me duelen. Este hospital me está volviendo loca, lo único que me hace seguir aquí es la certeza que la puedo seguir viendo y porque no, conquistándola

Ya eran casi las 6 de la tarde y Sara no llegaba  a su guardia o por lo menos no ha venido a verme “y eso que soy su responsabilidad” que habrá pasado, entra una enfermera con otra asquerosa merienda liquida. Y le pregunto.

P. Disculpa. La doctora Reyes no ha llegado a su guardia?

E. si señorita entro en punto 6 de la mañana, necesita algo

P. gracias muy amable

La enfermera se fue empujando un carrito con comida de habitación en habitación y yo, me quede pensando en porque no ha venido a verme en todas esas horas. Será que la regué al aventármele tanto. Bueno la verdad si me entristecía pero me sentía tan mal que prefería dormir. Me concentre en conciliar el sueño y lo logre.

Mientras dormía soñaba

Con un día que me había ido a las montañas a caminar con Kym, apenas habían pasado unos días de empezar algo, detuve la moto cerca del sendero y comenzamos a subir de a ratos la correteaba y su melena al viento me hipnotizaba, la pegaba contra algún árbol y la besaba sabía que era una niña , pero sus besos eran ardientes su lengua inexperta se abría paso en mi boca, me gustaba tanto su piel tan suave, como siempre traía su uniforme, se había escapado del colegio así que podía tocar sus piernas trataba de no pasarme de un límite permitido para no incomodarla, sabía que nunca había tenido sexo y la verdad yo quería esperar un poco más, me concentraba solo en acariciarla eso me bastaba con lo mucho que me gustaba

De pronto mordió mi hombro mientras besaba su cuello y dio un pequeño grito muy sensual, y con algo de inocencia me dice: me he empapado, a lo que respondo solo estas excitaba mi amor y la beso con ternura. Me separa y saca su ropa interior debajo de la falda y me las da con un sonrisa las agarro y las guardo como tesoro en el bolsillo de mi chaqueta.

Desperté de pronto y sentía  la mirada de alguien a través de los cristales pero no veía a nadie.

De repente recordé aquello que iba pensando el día del accidente

Era Kym, su hermano había ido a la universidad a confrontarme en que si no la dejaba iría a poner una denuncia y armaría un escándalo, escandalo que por supuesto no iba a gustar mucho a mi papa, pero como podía dejarla si esa misma mañana se había entregado a mí de la forma más dulce. La noche anterior me había dicho que quería hacer el amor conmigo que vendría a mi apartamento la verdad yo seguía muy convencida de que quería esperar más tiempo pero igual le dije que viniera estaría sola y  me apetecía  mucho verla.

Ocho de la mañana día del accidente tocan a la puerta abro y ella parada allí se veía hermosa creo hasta un poco de maquillaje traía que le acentuaba el rostro me beso y se colgó de mí en un abrazo, la verdad me inyectaba mucha energía esa niña, la bese y bese hasta no poder respirar, me muerde la boca y un hilo de sangre baja por mi mejilla, lo lame con algo de lujuria, parecía otra, sus ojos estaban encendidos, quien sabe que le dieron de desayunar pensé, estas lista me dice, porque yo si y te deseo. Me toma de la mano y camina conmigo al cuarto, si tenía algunas dudas el contoneo de sus caderas caminando a mi habitación las disiparon, seguí besándola y empecé a desvestirla poco a poco y me di cuenta que tenía un gran cuerpo que realmente era muy hermosa y que yo ya estaba muy excitada solo de respirarla. La acosté en la cama y la bese con pasión me enloquecía su olor respirarla era tan dulce, bese sus pequeños senos y gimió nunca, había escuchado un sonido tan exquisito, como el de esa niña gimiendo. Era dulce, era sexi, era encantador.

Llegue a su sexo, separe sus piernas y la bese,  sus labios era carnosos y su centro húmedo y dulce, su clítoris pequeño pero se sentía duro de pronto me detiene, con sus manos y me paro en seco pensé que la había lastimado, subo a su boca y me dice

K. te acuerdas de eso que me mostraste la otro vez que tiene su arnes

P. El dildo? Pregunte

K. póntelo desde que lo vi, he querido te lo pongas y me lo hagas, me excita mucho la idea.

Me sorprendí un poco, pero pensé que si era su primera vez tenía que ser como ella desea, fui al armario lo tome y me lo puse, cogí un preservativo y fui a su encuentro ella me miro de arriba abajo, de verdad me miraba con mucha lujuria, empezó a tocarlo con su mano como masturbándome  la deje hacer verla hacerlo me excitaba aún más, lo llevo a su pequeña boca empezó a chuparlo nunca había sentido nada igual, fue increíblemente excitante verla abajo nunca había hecho algo así era como si aquel pene de plástico, me perteneciera y aquella niña era increíble chupándolo con aquella pequeña boca y mirándome, logro sacarme algún gemido de solo verla

No aguante más y la tumbe en la cama boca arriba puse una almohada en sus pompas y me acerque a besarla empecé a rosar la punta de aquel pene, ahora mi pene en su vagina y dio un pequeño grito de esos dulces y me mordió, la bese puse algo de lubricante hice presión en su vagina sentí como se tensó y volvió a relajarse, seguí besándola descaradamente mi lengua entraba en su boca y mi pene poco a poco más en su estrecha vagina, le pregunte si estaba bien si quería parar y me dijo ni se te ocurra, empecé un vaivén muy suave abrazándola y besándola sus manos se clavaban en mi espalda, de pronto empezó a gemir, gemía fuerte y delicioso, dio un grito algo ahogado con mis besos y se vino, todo su cuerpo se relajó, baje a su vagina y  la bese limpiando de a  poco su sangre y fluidos, me encantaba su sabor, me hizo sentir cosas impensables esta niña.

Ese día en la moto iba pensando cómo iba a decirle  que se habían complicado las cosas iba a pensar que solo quise aprovecharme de ella, además yo no quiero dejarla me gusta mucho y la quiero.

Pensare en algo