Guía para parejas Femdom 1 - Introducción

Una guía para mujeres que quieran iniciarse en el mundo de la dominación. No pretende ser la guía definitiva, pero sí que comparto consejos y experiencias personales.

En esta serie de guías os voy a contar cómo fueron mis primeros pasos dentro del BDSM y la dominación femenina, además voy a tratar de desmitificarla y eliminar algunas ideas que, si bien en el porno pueden funcionar, no son muy realistas y nos pueden suponer una barrera a la hora de adentrarnos en este mundo.

Mi chico, Raúl, me propuso hace unos años que probáramos a que yo le dominara en la cama, así de primeras fue un poco chocante ya que yo nunca antes había fantaseado con este tipo de sexo y de buenas a primeras me costó un poco imaginarme en el tópico de mujer dominante, vestida de cuero y armada con un látigo, que tiene a sus pies a su novio haciendo de perrito… era una idea que no me atraía nada. Para que no os pase como a mí, quiero dejar claro que esto no es nada más que un mito del porno y está totalmente alejado de la realidad. Es más, es un tipo de sexo muy placentero para nosotras y que busca que nos sintamos plénamente satisfechas al acabar cada sesión de sexo, sea de la forma que sea que nos guste. En mi experiencia puedo asegurar que he disfrutado mucho de las sesiones de dominación, pero también nuestro sexo “tradicional” ha mejorado mucho.

Lo primero que hice llegados a este punto es sentarme a hablar con mi chico y pedirle que fuera sincero, él me explicó su fetiche por sentirse dominado por mí y que yo tuviese el control durante el sexo para que hiciéramos lo que a mí me gustaba. A mí me gusta mucho el sexo algo fuertecillo, en el que él me posee con ganas y llega al climax dentro de mí. Me gusta que sea pasional. Acordamos que nuestras sesiones “femdom” se iban a centrar en maximizar eso, conseguir los polvos perfectos para mí, que él estuviera tan excitado por mi cuerpo que me follara a un nivel de intensidad que no hubiera llegado antes.

Para eso pactamos introducir 3 prácticas femdom en nuestra rutina sexual. Hablaré más detenidamente de ellas en otros capítulos, y por supuesto no quiero que penséis que son las únicas que hemos hecho, fueron las primeras, fueron fáciles de hacer y fueron con las que me empecé a aficionar a este mundillo. Las acordamos entre Raúl y yo y estaban pensadas con el objetivo que os contaba arriba, conseguir maximizar mi placer durante el sexo.

Control de sus orgasmos:

Acordamos que a partir de entonces yo iba a decidir cuándo él llegaba al orgasmo. Él tendría que pedirme permiso y yo iba a ser bastante estricta al respecto. Se acabaron las masturbaciones sin que yo las aprobara antes y si lo hacía sin mi permiso sería castigado (cuando estáis controlando sus orgasmos, podéis saber más o menos cuantos días lleva sin correrse por la abundancia de su corrida). El objetivo es que esté realmente deseoso de follarme, para que cuando lo haga pierda literalmente la cabeza. Para ello empecé a distanciar sus orgasmos entre la semana, para que llegara al fin de semana, que es cuando dedicamos más tiempo al sexo, lo más cachondo posible. En cuanto se acostumbró a esto empecé a añadir sesiones de sexo en las que solo yo me corría y cuando estaba él cerca del orgasmo, paraba. Pactamos que me avisaría siempre antes de correrse y así puedo controlar cuando le dejo acabar y cuando interrumpo para que se le baje. El resultado: cuando le digo que ya puede correrse me folla como si no hubiera mañana. Lleva tantos días cachondo que pierde literalmente los papeles y me folla muy muy duro, que es como me gusta.

Podéis sentir que esto es cruel para él, pero tenéis que recordar que para él cada vez que le obligáis a parar estáis haciendo realidad su fantasía sexual, él disfruta viéndoos dominar y aunque parezca cruel, cuando le denegáis un orgasmo está teniendo el tipo de sexo que quiere.

Recomiendo que para empezar no le dejéis correrse durante 4 ó 5 días y empecéis a introducir poco a poco sesiones en las que solo vosotras os corréis. Veréis inmediatamente como él está mucho más ansioso por tener sexo y lo hace mucho más motivado.

Una vez conozcáis bien a vuestro chico y sepáis cuanto de cerca podéis llevarle al orgasmo y parar, podéis jugar a llevarle varias veces al borde, esto le desesperará y pondrá muy muy cachondo, podéis hacer esto como práctica antes de que os folle y cuando ya esté a tope, dejarle hacerlo.

Sexo anal:

Raúl era un poco reacio a probarlo, nunca se había dejado penetrar por mí. Sin embargo pactamos que si yo iba a empezar a dominarlo él tenía que aceptar que yo hiciera lo que quisiera y yo quería experimentar con su culo.

Consejos para empezar: ser directas y no aceptéis un no por respuesta. Un día sin venir a cuento, os recomiendo que lleve ya unos cuantos días sin correrse para que esté bastante salido, decidle que vais a jugar con su culo. Empezad con uno o dos dedos y estimuladle la próstata. Al principio se le hará raro e incluso desagradable, pero acabará por gustarle, aunque tal vez trate de ocultarlo. Es muy importante que os mantengáis firmes: si os pide parar porque le da cosa que le toquen ahí, ni caso. Habéis pactado que eres tú la que tienes el control y no le estás haciendo nada malo. Tiene que aprender que tú vas a explorar nuevas formas de tener sexo y te apetece que pasen porque él tenga algo dentro de su culo. Si te pide parar dile que lo sientes, pero que vas a seguir.

Sobre los arneses: una vez esté familiarizado con que tú le metas dedos cuando quieras e incluso haya aprendido a disfrutarlo, te recomiendo que te hagas con un arnés para usarlo con él. Hazlo sin consultarlo y explícale que lo vas a usar para castigarle si te desobedece, para enseñarle cómo te gusta que te folle, le puedes indicar el ritmo, posturas, etc… mientras le follas tú. Y en general para disfrutar sintiéndote al mando mientras él disfruta siendo sometido. Además siempre puedes usar el arnés para darte tú placer vaginal mientras él observa frustrado deseando que fuera su polla.

Semen:

Como os decía al principio, nosotros decidimos empezar con tres prácticas, que él limpiara el semen fue la tercera. Yo le propuse que quería que él me limpiara cada vez que teníamos sexo y se corría. Pese a que a él el semen no le gusta, le dio bastante morbo que yo se lo propusiera y establecimos esa norma: siempre que se corra tiene que limpiarme, yo decido como, pero salvo premios muy excepcionales siempre lo hará con la boca. De esta forma él se siente completamente sometido ya que cuando consiga correrse, encima se corre mucho más abundantemente que antes de que le dominara porque yo controlo sus reservas, sabe que luego va a tener que limpiarlo. Si se corre en las tetas tendrá que lamerlas, si se corre en el culo tendrá que comérmelo y si se corre en mi coño sabe que me pondré encima de él hasta que caiga la última gota. Os recomiendo muy en serio que establezcáis esta norma al principio de la dominación, es una forma muy efectiva de controlarle, es segura, no es dolorosa y hará que él esté cachondo pensando en que está siendo sometido incluso con sexo convencional, ya que en cuanto se corra tendrá que hacer algo que le cuesta. Como en todas las demás prácticas que hagáis es muy muy importante que no cambiéis de opinión y os ablandéis. Si ha pactado hacerlo tiene que hacerlo, aunque en ese momento no le apetezca. Si él ve que cedéis sentaréis un precedente y empezará a no tomaros en serio como dominantes.

Este es el primer capítulo de una serie de posts en los que os iré contando más consejos, detallando mejor cada práctica y en definitiva contando mi experiencia en nuestra relación de dominación. ¡Espero que os guste y os sirva!