Guerreras

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Guerreras

En la antigüedad se dio la batalla de las batallas, que enfrento a Asgard y al olimpo, la batalla fue tan cruenta por demostrar quienes eran más poderosos que no solo la tierra estuvo en peligro, sino todo el universo.

Cunado Odín gobernante de Asgard y Zeus gobernante del Olimpo se dieron cuenta, decidieron hacer una tregua antes de destruir todo el universo, para ello desterraron a la tierra sus dos armas más poderosas.

Zeus desterró la lanza de Trium, arma con la que vencieron a los Titanes y al todo poderoso Cronos, Odín por su parte desterró a Gungnir también conocida como la lanza de los cielos.

Ambas armas fueron partidas en dos pedazos por Efesto y Sindri, y custodiadas por bestias mitológicas, un pedazo fue custodiado por Medusa, también conocida como la Gorgona.

Otro pedazo fue custodiado por el minotauro en Cnosos en la isla de creta, otro fue custodiado por Fenrir un lobo gigantesco en Asgard.

El cuarto y último pedazo fue custodiado por Helhest caballo de la diosa de infierno nórdico Helá.

Durante eones la paz entre estos dos reinos fue absoluta, pero había dos dioses que no estaban satisfechos, uno era Ares que aquella guerra le otorgaba gran poder y el otro era Loki, este último ansiaba la corona de Asgard y la destrucción de Odín.

Los dos sabían que no podían hacer frente a Odín y Zeus y menos si los dos se juntaban para hacerlos pedazos, decidieron despertar a Cronos y Surt, el primero el líder de los Titanes y padre de los dioses Olímpicos y el segundo el líder de los gigantes de fuego y el que provocara el Ragnarök.

OLIMPO/ASGARD

El despertar de estos dos seres todopoderosos fue sentido tanto por los dioses Nórdicos como por los dioses Olímpicos, entonces Zeus y Odín decidieron reunirse y para ello decidieron utilizar un lugar neutral, el sitio elegido fue Stonehenge.

Zeus- Cuanto tiempo sin vernos padre de todos, para ti no pasan los años.

Odín- Lo mismo digo Zeus.

Zeus- ¿As notado la perturbación de poder?

Odín- Si, yo he reconocido la del despertar de Surt, pero no reconozco la otra.

Zeus- Es mi padre Cronos.

Odin- ¿Cómo podemos vencerles?

Zeus- Recuperando nuestras armas más poderosas, de otra forma no podremos vencer, No solo el Olimpo yAsgard, todo el universo estará en peligro.

Odín- Nosotros no podemos intervenir, ese pacto no se puede romper ni aun teniendo un problema de semejante magnitud.

Zeus- Lo sé, necesitamos mortales, los mejores guerreros de la tierra y de Asgard.

Odín- Se a quien recurrir.

Zeus- Yo también.

Odín- Que te parece si quedamos aquí en una semana después de reclutar a nuestros guerreros.

Zeus envió a Hermes para darle las órdenes a la reina Hipólita, esta se dio prisa y convoco a su mejor guerrera Artemis, general del ejército de las amazonas.

Artemis era una mujer morena de pelo corto y negro, ojo castaño, bonita nariz y boca pequeña de finos labios, con una preciosa dentadura que le hacían tener una hermosa sonrisa, tenía un cuerpo delgado, pero fibroso, teniendo poco culo y pecho pequeño, en ella destacaba sus largas y torneadas piernas, proporcionados muslos, y marcadas caderas.

Hipólita- General Artemis, has sido elegida para cumplir con una misión de máxima importancia.

Artemis- Así lo aré mi reina.

Hipólita- Trabajarás en colaboración de una guerrera de Asgard, algún problema con eso.

Artemis- Ninguno estoy deseando conocerla.

Odín por su parte mando a Hermóðr el mensajero de Asgard para que le enviara el mensaje a Brunilda comandante en jefe de las Valquirias para que seleccionase a su mejor guerrera.

La elegida fue Hilda, la capitana de su guardia de honor, Hilda tenía el pelo plateado y largo, unos ojos de color azul claro, una nariz y boca pequeñas, su piel era muy blanca y destacaban unos bonitos pechos de tamaño mediano y unas piernas cinceladas por el escultor de los dioses.

Pasada la semana el padre de todos y el rey del olimpo volvieron a reunirse, esta vez venían acompañados por Hipólita y Brunilda, las dos se saludaron con sumo respeto y presentaron a sus dos guerreras.

Artemis y Hilda se miraron al principio parecía que se iban a llevar mal, pero nada más lejos de la realidad, las dos desenvainaron sus espadas y de un rápido ataque chocaron las dos armas, se estaban midiendo y ambas quedaron satisfechas con el resultado.

Hilda- Eres muy fuerte, será un placer trabajar a tu lado.

Artemis- Lo mismo digo Hilda.

Las dos envainaron sus espadas y se dispusieron a escuchar cuál sería su misión, Zeus y Odín les explicaron su misión y la peligrosidad de esta.

Zeus- Tenéis que recuperar la lanza del Trium y la lanza de Gungnir.

Odín- las dos lanzas fueron partidas por la mitad por Efesto y Sindri y están custodiadas por bestias mitológicas, no sabemos que pedazo tiene cada bestia.

Zeus- Para esta misión, Efesto y Sindri han colaborado y os han creado armas y una armadura para cada una.

Odín- estas son las bestias mitológicas que custodian nuestras armas, Medusa, Minotauro, Fenrir y Helhest.

Zeus- ¿Tenéis alguna pregunta?

Artemis/Hilda- ¿De cuánto tiempo disponemos?

Zeus- no lo sabemos con exactitud pero por lo que sé cronos ya esta a la mitad de todo su poder así que no mucho.

Odin- A Surt le costará un poco más porque tiene que encontrar la llama eterna que fue escondida y del que ni yo se donde esta, pero como dice Zeus no tenemos mucho tiempo.

Artemis y Hilda se pusieron sus armaduras hechas de un metal divino de gran resistencia y ligeras como una pluma, dos espadas hechas de un metal que brillaba como la plata pero con la capacidad de cortar cualquier material, además de estar bien equilibradas y no ser muy pesadas.

Unos cuchillos con el mismo diseño de las espadas y hechas del mismo material, dos arcos y flechas hechos con la madera de Yggdrasil, con puntas del mismo metal divino y dos escudos muy resistentes y ligeros con un material reflectante en su interior.

Artemis- ¿Hilda que te parece si empezamos con el pedazo de lanza que custodia medusa?

Hilda- Muy bien, ¿sabes donde se encuentra esa Medusa?

Artemis- viven cerca del reino de los muertos, sé que la entrada esta en Santonini, pero tendremos que buscarla.

Las armaduras y armas serian transportadas en unas bolsas mágicas parecidas a mochilas de cuero, de esa forma pasarían desapercibidas sin llamar la atención, también vestirían ropa de calle.

Hilda jamás había vestido esas vestimentas y estaba alucinando, Artemis sin embargo ya las había llevado cuando le toco hacer alguna misión fuera de la isla de las amazonas que estaba protegida del mundo por el poder de Zeus.

Artemis se puso un vestido blanco de gasa ceñido al cuerpo con unas sandalias de cuero negro, Artemis sin embargo se decidió por unos vaqueros ceñidos, una blusa blanca y una cazadora vaquera, también eligió sandalias, pero estas eran de color marrón.

ARTEMIS

Levo siglos haciendo misiones, pero esta misión no tiene nada que ver con lo que he hecho hasta ahora, vamos en un avión hacia Atenas para dejar nuestras cosas en la casa franca y empezar a buscar la entrada al reino de los muertos donde se encuentra Medusa, me hace gracia ver a Hilda mirar para todos los sitios, asustarse cada vez que encontramos una turbulencia, esos eran los mejores momentos porque se agarraba a mí pensando que moriríamos.

Yo- ¿Tengo entendido que las valquirias viajáis en caballos alados no es así?

Hilda- Así es.

Yo- ¿Entonces como es posible que tengas miedo a volar?

Hilda- No es eso Artemis, el caballo lo guio yo y este trasto de metal no lo controlo eso me da miedo.

Yo- Avión.

Hilda- ¿Cómo?

Yo- Se llama Avión y es más seguro de lo que parece, yo la primera vez también estaba como tú, después te acostumbras.

Hilda siguió abrazada a mí, olía muy bien y tenía un pelo plateado muy brillante y sedoso, siempre me han gustado las mujeres, pero en la isla de las amazonas jamás había sentido nada igual por ninguna, no extendía este sentimiento que estaba creciendo en mí pero me gustaba.

Apoye mi cabeza sobre la de Hilda y me quede dormida.

HILDA

Nos hemos montado en una especie de recipiente con dos alas que imita a un pájaro, cuando Artemis me ha dicho que volaríamos en él casi me muero, como podía volar este artefacto, una vez nos hemos puesto en marcha y ha prendido el vuelo me he relajado por un momento, pero de repente ha empezado a moverse de arriba abajo y he pensado que nos caíamos de verdad, entonces de forma instintiva me he abrazado a Artemis.

Me ha gustado mucho, nunca he sentido esto por ningún ser vivo, las demás Valquirias son mis hermanas, dentro de mí está surgiendo un sentimiento que no he sentido nunca y que no entiendo, pero me gusta, puede que muera en esta misión, pero me alegro de haber sido yo la elegida y poder conocer a esta mujer Amazona.

ARTEMIS

Hemos aterrizado en Atenas y mi reina nos tenía preparado un coche de alquiler para movernos por la ciudad, Hilda se ha pasado todo el camino mirando el coche la ciudad la gente, al principio con miedo pero pasado un rato su expresión ha cambiado a una que podríamos decir que de felicidad.

Yo- ¿Hilda, tú has estado en la tierra verdad?

Hilda- Casi toda mi vida la he pasado en Asgard, las únicas veces que he bajado a la tierra ha sido para recoger las almas de los guerreros, todo esto es nuevo para mí.

Yo- ¿Te gusta?

Hilda- Si mucho.

Hemos llegado a la dirección, la casa es normal, lo prefiero así podremos pasar más desapercibidas, tiene una habitación, la cocina, una sala de estar y un baño, cuando he entrado en la habitación me he dado cuenta de que solo había una cama.

Yo- Hilda solo hay una cama, si quieres duermo en el sofá.

Hilda- No hay problema, por mí podemos dormir juntas.

Me ha gustado esa contestación, la verdad que si hubiera tenido que dormir en el sofá me hubiera decepcionado, he encendido el portátil, sé usarlo, pero todavía se me sigue haciendo extraño buscar información en este trasto y no en un libro, pero tengo que reconocer que es mucho más rápido.

Hilda- ¿Qué es esto?

Yo- Esto se llama ordenador, digamos que es como tener una biblioteca de información metida en este trasto tan pequeño.

Hilda- ¿Me enseñas?

Yo- Claro.

Nos hemos pasado toda la noche mirando ubicaciones, creemos que la entrada al Hades se encuentra en el volcán de Santorini, tendremos que viajar allí e investigarlo sobre el terreno.

Me he metido en la ducha, necesitaba alejarme de Hilda, no por disgusto sino porque he empezado a notar un cosquilleo en mi sexo y además me noto totalmente húmeda, estoy inmersa en mis pensamientos cuando de repente se ha abierto la puerta del baño y ha entrada Hilda, me he tapado de forma instintiva.

Hilda- Lo siento, en Asgard estamos acostumbradas a bañarnos juntas, si quieres espero a que termines.

Yo- No entra cabemos las dos, ha sido el susto por estar absorta en la entrada del Hades.

Hilda pone las piernas en la misma postura que yo, y se sonroja al mirarme y si está sintiendo lo mismo que yo, sé que no deberíamos, pero me he pasado toda mi vida luchando y en esta lucha podría perder la vida, no me lo he pensado y me he lanzado a besarla.

Hilda al principio se ha quedado parada como si no supiese como actuar, pero ha colaborado con el beso en pleno.

Yo- ¿Esto es nuevo para ti no?

Hilda- Si, en mi vida solo me he dedicado a proteger a Brunilda y recoger almas de guerreros.

Yo- Entonces déjate llevar y disfruta.

Ver el cuerpo desnudo de Hilda era un espectáculo, sus labios, sus pechos de tamaño mediano con unos puntiagudos pezones, y su sexo poblado de un pelo de color plata y totalmente brillante por la excitación.

La he abrazado mientras la besaba, acto seguido he ido bajando mi mano hasta colocarla sobre su coñito, Hilda ha pegado un pequeño saltito seguido de un gemido, he seguido besando el cuello y me he detenido en sus pechos, tiene los pezones más puntiagudos y grandes que he visto nunca, he empezado a lamerlos y a morderlos en intervalos, dolor y placer para llevarla al extremo.

Hilda no ha podido evitarlo y se ha corrido en mi mano, ver a esa mujer como ha expresado y sentido su primer orgasmo ha sido increíble, cuando ha recuperado el aliento, me he agachado y he metido mi lengua en el coño de Hilda, los dioses hablan de la ambrosía, creo que es de esto de lo que hablan, después de un rato mintiéndole la lengua y masturbándole el clítoris se ha vuelto a correr otra vez, dejándome la cara perdida.

Acto seguido ha hecho llego que me ha puesto muy caliente, se ha metido un dedo en su sexo y se lo ha llevado a la boca, eso ha hecho que casi me corra en ese infante, mis pechos no son como los suyos, los míos son pequeñitos, pero con unos bonitos pezones, a Hilda le ha parecido lo mismo porque una vez perdida la vergüenza se ha lanzado a chuparlos con un hambre voraz, entre sus succiones y mi mano en mi clítoris he terminado teniendo uno de mis mejores orgasmos, al mirar a Hilda he visto satisfacción.

Se ha agachado, al principio con un poco de miedo, pero después de guiarla un poco se ha soltado, he empezado a sentir un cosquilleo de placer que me subía por la espalda, el orgasmo me ha venido de improvisto, Hilda se ha tragado toda mi corrida con gusto, la he ayudado a levantarse y nos hemos besado intercambiándonos nuestros sabores.

Como colofón a esa magnífica sesión de sexo nos hemos sentado en el suelo de la ducha, hemos entrelazado las piernas y al notar el contacto de su sexo con el mío ha sido increíble, nunca lo había probado y el placer ha sido indescriptible, hemos terminado las dos a la vez con un grito que se ha tenido que escuchar en toda la ciudad.

Al salir de la ducha hemos cenado algo metiéndonos pronto a la cama, llevaba un rato notando que Hilda no se podía dormir, me ha entrado miedo de pensar que tal vez se arrepentía.

Yo- ¿Te arrepientes?

Hilda- No, no me arrepiento en absoluto, desde que te vi sentí algo especial, ¿y tú?

Yo- Yo opino lo mismo, yo también sentí algo desde que nuestras espadas se cruzaron.

Nuestras miradas se cruzaron, nos besamos y nos abrazamos durmiéndonos al instante, al despertar seguíamos en la misma postura, verla dormir fue una grata experiencia, la gran guerrera se estaba enamorando, si Hipólita me viera ahora.

Hilda despertó y mientras desayunábamos me pregunto.

Hilda- ¿Sabes donde esta esa entrada al final?

Yo- Si, en el cráter del volcán de Santorini, pero tendremos que buscarla allí porque en las fotos no se veía la entrada.

Hilda- ¡Como vamos a ir en avión, si vamos con la armadura y armadas no creo que les guste!

Yo- Tenemos esto.

Saque unas sandalias con alas que me había dado Hermes cuando vino a la isla a traernos las órdenes de Zeus.

Hilda- ¿Por qué no las sacaste ayer en vez de viajar en ese trasto llamado avión?

Yo- Como no somos diosas las podemos usar en contadas ocasiones porque nos dejaría exhaustas, lo mejor será ponérnoslas solo cuando tengamos que ir a recuperar las lanzas.

Hilda estaba de acuerdo, después de ponernos la armadura y coger todas las armas, nos pusimos las sandalias y en un instante entubamos en el cráter de Santorini, después de un rato dando vueltas, encontramos una entrada a una cueva que tenía una frase escrita en griego antiguo, en ella ponía entrada al Hades.

Desenvainamos las espadas, agarramos fuertemente los escudos y nos internamos en la cueva.

Continuará.