Gritos y dolor en el cine

Violan a su novia en el cine sin que el pueda evitarlo

Gonzalo y Paula iban al cine a ver una pelicula mala, la tipica pelicula que no acude casi nadie, allí ambos tendrian intimidad para sus placeres.

Gonzalo miró el cuerpo de Paula enfundado en su camiseta y sus pantalones elasticos, era una mujer de 30 años entrada en carnes, su poderoso busto de 115 hacia imposible que fuese ignorado y su grande y redondo culo.

Ella se tomo la pildora ya que Gonzalo siempre se lo hacia a pelo.

No esperaron al cine y el empezó a acariciarla por debajo de sus ropas, las caricias hacian que ella se derritiera de placer mientras jadeaba con sus labios de rubí.

Gonzalo iba a levantarle su camisa, pero ella se lo impidió, Gonzalo no entendia nada hasta que lo vio.

Era un hombre corpulento, de 33 años, pelo rubio ceniza canoso y con ojos azules, su barba de tres dias no ocultaba la sonrisa.

-seguid parejita – decia el miron.

Varios otros espectadores se acercaban a la pareja, Paula se levantó para salir del cine, pero el hombre corpulento la agarró del brazo mientras decia.

-no tan rapido, eres mejor que la mierda de peli.

Gonzalo se levantó para defenderla, pero uno de los espectadores le golpeó en la nuca.

La oscuridad lo envolvió.

-ohhh siiiii, puta, veo que las bofetadas que te di te han enseñado a no morder.

Gonzalo se despertó, estaba atado en la butaca y amordazado, sus ojos vieron como la llorosa cara de Paula tenia las mejillas rojas de recibir bofetadas, su boca succionaba obligada la polla del hombre de la barba de tres dias que la agarraba de los cabellos.

-vaya, ya estas despierto, desde luego tu puta es una buena puta, he tenido de enseñarle quien manda, pero al final esta demostrando que sabe mamarla – decia el hombre de la barba mientras comia palomitas.

Gonzalo miró impotente como Paula la chupaba, ella cruzó su mirada con la de Gonzalo, mirada que apartó avergonzada.

-Asi, perra, si, siiii, bebetela – dijo el de la barba mientras empujaba la cabeza de Paula.

Ella notó como el semen entraba violentamente por su garganta, tosió e intentó vomitar, pero la mano del corpulento tapó su boca y puso hacia atrás su cabeza.

-tragatelo puta ¿o quieres que te marque la cara con mi navaja?

Ella lloró mientras trababa, en ese momento, la navaja del barbudo le cortó la camiseta descubriendo sus desnudos pechos.

-joder, que tetas de puta gastas, menudas cubanas debes hacer – dijo el barbudo.

-por favor, dejadnos ir, no dire nada – dijo Paula llorando mientras sentia como las manos callosas de todos los asistentes les agarraban sin ninguna delicadeza sus pechos.

El barbudo le dio una fuerte bofetada que la tumbó en el pasillo central, el barbudo se levantó pisandole la mano, haciendo gritar a Paula.

-puta, ¿sabes cuanto tiempo no hemos catado hembra? – decia el barbudo.

-¿desde que dejaste de mamarle los pechos de tu madre? – decia Paula.

Una bofetada resonó por todo el cine, superando el sonido de la pelicula.

Ella se acariciaba su mejilla adolorida, el barbudo la agarro de los cabellos y la levantó mientras decia.

Escucha, puta barata, nos duelen las pijas, asi que vas a masajearlas con tus tetas, por que si no…

Una navaja se apoyó en el cuello de Gonzalo.

Los ojos de Paula se abrieron como platos y se puso de rodillas pidiendo clemencia para el.

Todos se bajaron los pantalones, mostraron sus vergas duras, sucias y malolientes.

Pero ella colocó la pija del barbudo entre sus pechos y las comprimio contra la verga.

Empezó a frotarla delante de Gonzalo, llena de vergüenza y de culpa.

-bien puta, sigue asi y puede que te pague el servicio.

Esas palabras le dolian, más que cualquier bofetada que hubiera recibido, mientras se la pajeaba al barbudo, este le daba de vez en cuando un cachete en sus pechos, cachetes que aguantaba por su amor.

Al fin el barbudo se corrió, fue abundante, mojandola toda, una mano le agarró de los cabellos y la acercó a la siguiente pija.

Una tras otra, bajo la atenta mirada de Gonzalo, la domada Paula satisfacia a los hombres del cine, cuando el ultimo se corrió en su cara, el barbudo le arrancó los pantalones.

-¡NO! – gritó Paula pateandole, pero el barbudo la abofeteó una y otra vez.

Cuando terminó, la cara de Paula era un horrible poema de tristeza y dolor.

-me duele la mano por tu culpa ¿vas a portarte bien o te desfiguro a patadas? ¡ponte a cuatro patas.

Ella, aterrada obedecio, cerró los ojos con fuerza, pero no podia evitar oir.

-mirad que buena vista, es una perra de las que hacen historia.

-pasadme una goma, dijo el barbudo.

-no tenemos.

-mirad al pringado ese – ordenó el barbudo.

Le registraron, pero tampoco tenia.

Los labios del barbudo se acercaron al oido de Paula mientras decia.

-bueno nena, ya tienes edad para ser mama, cuida bien de mi cachorro.

Paula rompió a llorar cuando sintió la carne del barbudo entrar, lloró, lloró desconsoladamente mientras sentia los embistes de su violador.

-¡tu! ¡hazla callar! –ordenó el barbudo.

Entonces una verga invadió los bellos labios de Paula que fue obligada a engullir.

El barbudo aullaba de placer golpeando las nalgas de la chica mientras que era obligada a mantener el ritmo de chupada con la mano de su dominador agarrandole los cabellos, un tercero agarraba con fuerza pos enormes pechos de la chica, lastimandoselos.

Paula sintió como su utero y su boca se llenaron de leche, cuando el barbudo se desacopló, otro ocupó su lugar.

-no, por favor – decia Paula debilmente, pero sus palabras cayeron en oidos sordos.

Su violador la clavó con fuerza, sin importarle lo lleno de semen que tenia su utero.

-me llamo Antonio, grita mi nombre, puta, grita mi nombreeeeee – decia su violador mientras la llenaba.

Satisfechos, los hombres se fueron, Paula, llorosa y adolorida, se levantó, su concha goteaba semen que recorria sus piernas, en ese momento, una mano le agarro la cabeza y la puso a cuatro patas.

-aún no he probado un terreno virgen, putita – dijo el barbudo.

Ella notaba el dedo del barbudo entrando en su ano.

-¡NO! ¡ESO NO!

El barbudo le retorció el brazo y con ira la penetró, era dificil, ya que nunca habia sido sodomizada.

-vaya putita ¿el pringado de tu novio no te entra por la puerta de atrás? Tranquila, yo te la estreno.

Cada bombeo arrancaba un grito de dolor a Paula ante la impotente mirada de Gonzalo, sus nalgas eran victimas de las cachetadas del barbudo cada vez que la penetraba, su lastimado ano empezó a manar sangre.

-queda inaugurado este agujero – gritó el barbudo mientras se corria dentro del ano de Paula, la cual se desmayó del dolor.

El barbudo cogió cinco euros y los metió en el culo de Paula.

-toma puta, te los has ganado.

Ambos ya estaban solos, cuando Paula despertó, tenia la esperanza de que fuese una pesadilla, pero no, desabrochó los pantalones de Gonzalo y le succionó su verga con ganas, mientras lo masturbaba, le decia.

-te quiero, perdoname, te quiero, perdoname.

Cuando Gonzalo se corrió, Paula lamió con ganas la leche de su amado, como si pudiera curarle todos sus males.

Cuando desató a Gonzalo, esté le entregó una camisa para tapar su desnudez.

La pareja volvió a su casa.