Grata sorpresa
En esta ocasión el marido ha preparado una sorpresa a su mujer que disfrutará junto con él del delicioso cuerpo de una de sus compañeras de trabajo.
Javi apareció en mi oficina sin avisarme, siempre llamaba antes de ir, pero ese día decidió sorprenderme. Mis compañeras ya lo conocían, habló un rato con ellas mientras yo dejaba todo en orden para salir.
Vine a secuestrar a su compañerita - dijo sonriendo maliciosamente - esta tarde voy a dedicarme por entero a su personita.
¡Vaya Laura, qué suerte tienes! - festejaron Claudia y Beatriz
Al salir, Javi me contó que había estado recorriendo tiendas en el Shopping y había comprado algo de ropa para que estrenara ese día. No salía de mi asombro, definitivamente esa sería una tarde especial. Tomamos una cerveza helada en la rambla y seguimos con rumbo aún desconocido para mí, todo era sorpresa.
Vamos, te mostraré el departamento que vi aquí cerca, podríamos alquilarlo y mudarnos, sabes que siempre quise vivir frente al mar
Entramos a un edificio muy moderno, parecía recién terminado, bastante lujoso y por supuesto, con vista al mar. Al bajar del ascensor que nos llevó hasta el último piso, Javi dijo
Espera perrita, voy a vendarte los ojos para que la sorpresa sea mayor
Ese "perrita" ya me hizo humedecer, sabía que detrás de esas palabras había sexo, podía olerlo. Entramos, me guió hasta lo que supuse era un balcón o terraza, sentía la brisa en mi piel. Comenzó a desnudarme, al sacar mi tanga la notó muy mojada
Ya estás caliente perra, así me gusta
El misterio de la sorpresa, mis ojos vendados, su respiración cerca de mi cuello, sus manos recorriendo todo mi cuerpo me enloquecían de placer. De pronto me tumbó en el piso (pude sentir que debajo había una alfombra) , ató mis manos por la espalda. Golpeó reiteradamente mis nalgas hasta dejarlas enrojecidas, pellizcó mis pezones, los mordió hasta que yo no soportaba el dolor.
Estás deseosa de conocer la sorpresa ¿verdad perra? Sí amo, lo estoy Antes me vas a dejar la verga muy parada, vas a lamerla junto con mis huevos hasta que yo entienda que ya mereces la sorpresa.
Me dediqué a su verga, la chupaba como a una fruta jugosa, sin olvidarme de sus huevos, sólo quería satisfacer a mi hombre, mi amo, lo oía gemir, gozar. Se paró y pude sentir que iba hacia otra habitación, oí pasos de más de una persona. Alguien se acercó a mí, no era Javi, ¡era perfume de mujer!. Mi corazón parecía salirse de mi pecho al latir, ¡Javi había traído una mujer para nuestra satisfacción!
Jejeje - sonrió Javi - ya la oliste perra, sí, es una mujer. Te ordeno que te encargues de su concha, no quiero que desperdicies una sola gota de sus jugos, ¡ya perra!
Hundí mi cabeza entre las piernas de esa mujer, el olor de su sexo me nublaba el pensamiento. Comencé a recorrer su concha con mi lengua, chupaba su clítoris, ella se movía sin decir una palabra, colocando su concha en mi cara para que siguiera con mi tarea.
Lame su culo perra, vamos - me ordenaba Javi golpeándome una vez más las nalgas.
Ella se acostó en el piso, seguí chupando, recorría toda su entrepierna, desde el clítoris a su ano, todo era jugos y saliva. Mi concha también estaba mojada.
Javi nos acostó una sobre otra, hicimos un 69 formidable, yo aún atada y con los ojos vendados, ella, libre para encargarse de mi concha y mi culo, boca, dedos, lengua, dientes se fundían en mi sexo.
Podía imaginarme a Javi observándonos, seguramente se pajeaba al mirarnos, su pija estaría en su mayor dimensión, la piel de su glande tiesa, sus huevos contraídos. Javi se acercó, desató mis manos y retiró la venda de mis ojos.
¡Claudia! - dije sorprendida al ver a mi compañera de trabajo - ¡no puedo creerlo Javi, has traído a la mujer de mis fantasías!
Tienes un hombre maravilloso - dijo Claudia - siempre preocupado por tu placer
Ya libres mis manos, volví al cuerpo de Claudia, nos besamos, nuestras bocas sabían a sexo, nuestros jugos mezclados, nuestras lenguas impacientes.
Ahora me complacerás perra, trae a Claudia, quiero que entre las dos compartan mi verga, vamos, ¡no me hagas esperar!
Obedientes nos acostamos una a cada lado de Javi, compartimos su verga, una y otra boca alternando besos y chupadas, con sus manos Javi nos pajeaba a las dos a la vez, su verga se tensó, agitó su respiración, derramó su leche sobre nuestras bocas, la compartimos saboreándonos una a la otra. Las manos expertas de Javi hicieron que tuviésemos un orgasmo simultáneo con Claudia.
Quiero cogerme a Claudia, ábrela para mí, abre sus piernas vamos
Javi metió toda su verga dentro de Claudia, la metía y sacaba sin parar, frenéticamente.
Ven, acerca tu concha a la cara de Claudia perra
¡Claudia me chupaba mientras Javi se la cogía, todo un espectáculo! Acabé sobre la cara de Claudia, Javi le inundó la concha, me tomó del cabello y me trajo hacia ella, me obligó a limpiarla, lamiendo y tragando su semen y el jugo del orgasmo de ella.
Como siempre perra, tendrás tu momento de placer
Ambos se dedicaron a mi placer, Javi me cogía por el culo mientras Claudia chupaba mi clítoris y metía sus dedos en mi concha. ¡¡¡Placer celestial!!!
Estuvieron así un rato hasta que Javi sacó su verga de mi culo, la acercó a mi boca para llenarla de leche, no pude aguantar más, acabé sobre la cara de Claudia y tragando la leche de mi hombre.
Desde ese día, ese departamento se convirtió en nuestro lugar, y Claudia en nuestra visita habitual.