Granja de perversión 8

Sonia está embarazada y Emilio nos trae una nueva presa. Carne fresca y nuevas perversiones.

Pasaron varios días. A Sonia se le hincharon los pechos un poco. Todo parecía indicar lo que nos temíamos.

Un día se oyeron coches llegar y un cierto revuelo en la casa. Al cabo de un rato Emilio apareció y nos llevó a otra habitación. Tenían una nueva presa. Nos la presentaron como Ana.

Era morena, muy atractiva, pechos grandes y preciosos, largas piernas y unos pies preciosos. Estaba asustada. Completamente desnuda y atada por las manos.

_ Sonia, demuestra a Ana lo que has aprendido aquí. Dijo Emilio.

_ Si mi amo.

Sonia se acercó a Ana que se encogía y se desesperaba. Mi mujer le apartó las piernas, se puso entre ellas y comenzó a lamerle los pezones. Al instante se pusieron duros.

_ Por favor, nooo, por favor. Gritaba Ana.

_ Cállate o te tendré que pegar para someterte.

Mientras Ana lloraba. Sonia le lamía con ansia los pezones y descendió por el estómago hasta su coño. Metió su cara y comenzó a succionar el clítoris de Ana que gritaba de desesperación.

Sonia le metía la lengua por el coño y la restregaba por el clítoris.

Ana gemía un poco entre sollozos.

_ Ahora te toca a ti, me dijo María.

Sonia se apartó. Me acerqué y separé las piernas de Ana. Pude ver que estaba empapada. Me excité muchísimo y se me puso durísima.

Nada más acercar mi cara a su coño pude olerlo. Olía a su sexo. Mmmm era un olor increíble. Su piel era suave. Lamí y besé la parte interior de sus muslos. Bajé mi lengua hasta las rodillas, gemelos y alcancé el talón. Lamí sus pies que eran suaves, metí mi lengua entre sus dedos y se os chupé. Después de un buen rato con sus pies, ascendí hasta sus pechos que lamí, mordí y succioné. Estaban duros. Se le escapaban algunos gemidos mientras lloraba. Bajé hasta su ombligo que lamí con cuidado. Olía fenomenal. Llegué a su coño que nada más alcanzarlo y lamer su clítoris comenzó a segregar jugos. Jugos que me tragaba con ansiedad porque estaban riquísimos, calientes, suaves y con una textura especial. Mientras succionaba su clitorís me tragaba la enorme cantidad de lubricante que segregaba. Ana comenzó a gemir más fuerte mientras negaba con la cabeza. Le metí la lengua por el coño. Toda entera. Metí mis dedos en modo de ganzúa y la masturbé fuerte. Se oían los ruidos del lubricante contra mi mano.

_ Estás muy rica, muy buena. Te voy a follar bien. Se me escapó. No sé porque pero se me escapó.

_ María dijo Emilio, como ves no me equivocaba. Este es dominador y le gusta esclavizar.

_ Porrrr favorrr. Dijo Ana

_ Lo siento, puta pero te voy a follar y espero que no sea la única vez.

Cogí mi polla dura entre mis manos y se la acerqué.

_ Cómeme la polla puta. Chúpala y saboréala.

Sonia sonreía y se puso a besar a Emilio excitada.

_ Cómeme el culo, le dijo Emilio a Sonia y esta se puso de rodillas y metió su cara en el culo de Emilio mientras María le comía la polla.

Ana abrió la boca y se metió la polla dentro. Succionaba fuerte. Mi capullo iba a estallar. Mientras le metí dos dedos en su coño que se empapaba por momentos de nuevo.

Saqué la polla de su boca y se la metí de golpe en todo el coño hasta el fondo. Mi pubis chocó con el suyo y emitió un gemido brutal que me puso a mil.

Mientras empujaba con fuerza ella perdió la suya y se dejó hacer. Gemía de placer.

_ Asi, así, así decía yo mientras empujaba y ella relajó las piernas. Sus pies se encogían en cada embestida y sacudida mía. Me lancé a su boca y la besé. Mmmm que rica saliva, que rica lengua, labios. Acabó por sacar la lengua y juntarla a la mía.

_ Aaahhh nooo ahhhhh gritaba

_ Gime puta le decía. No entendía mi  forma de actuar pero estaba disfrutando. Ana me calentó mucho. Sentir su calor en mi verga, su piel suave, su líquido, su olor.

Empujé sin parar como queriendo meterla más al fondo.

Emilio puso a Sonia sentada en la boca de Ana que comenzó a lamer el coño de Sonia. Mi mujer se movía en círculos sobre la boca de Ana que jadeaba de placer en cada embestida mía.

_ Me voy a correr dije. Y solté toda mi leche dentro de su coño caliente.

La saqué. Ana continuaba lamiendo el coño de Sonia y Emilio se acercó y escupió en el ano de Ana. Acercó su polla y se la metió de golpe por el culo.

Ana gritó de dolor pero entró entera. Emilio empujó y empujó. A Sonia le vino un orgasmo y se corrió en la cara de Ana. Se apartó . María comenzó a restregar su mano por el clítoris de Ana mientras Emilio le daba por el culo.

Los gemidos de Ana se intensificaron y comenzó a agitarse. Se estaba corriendo de gusto.

Emilio sacó su polla y comenzó a masturbarse en la cara de la nueva. Salió un chorro de esperma que calló en toda la cara de Ana.

María lo recogió con sus dedos y le hizo chuparlos.

Quedamos, un rato tendidos todos pero de pronto, Emilio dijo “aprovecha” mientras me miraba.

Me levanté acerqué mi polla a la boca de la nueva presa. Sacó la lengua y comenzó a lamerme el glande. Me mordía el capullo. Que bien chupaba. Se me volvió a poner dura. Se la metí de golpe de nuevo en su coño que expulsaba mi lefa de antes. Emilio se incorporó y se la metió por el culo porque se puso debajo. Le estábamos follando entre los dos por sus dos agujeros. Sonia la besaba mientras y María le mordía los pezones. Allí estábamos los cuatro aprovechándonos de Ana que pese a que lloraba no paraba de gemir de placer.

Yo empujaba su coño y Emilio su ano. Al cabo de un rato Emilio la sacó y se corrió en mis huevos mientras empujaba el coño de Ana.

María se agachó y comenzó a lamerme los huevos y a limpiarme la leche de su pareja. Que gusto. Pero esta vez quería correrme de otra forma. La saqué y puse a Sonia y Ana las caras juntas. Me masturbé y les hice sacar las lenguas. Me corrí en sus dos lenguas.

Emilio riendo dijo:

Besaros con la leche de este gran dominador.

Sonia y Ana se besaron con mi esperma en sus bocas.

Ana quedó llorando en la habitación y regresamos a la nuestra. Mientras volvíamos Sonia explicó a Emilio su amo que estaba embarazada.

Continuará….

PD: Gracias de nuevo por vuestros comentarios, mensajes y emails. De verdad me animan a seguir narrando historias.