Granja de perversión 7

Nuevas vejaciones hacia la pareja, sentimientos encontrados, reproches. Las violaciones han cambiado a Sonia y algo pasa con su marido. Pero van a más e iran a mas.

Al día siguiente al encuentro con el millonario viejo, apareció Emilio y María.

_ Hola Sonia. ¿Qué tal has dormido? Esclava.

_ Muy bien mis amos.

Yo no salía de mi asombro.

_ Te vamos a depilar Sonia. Túmbate en la cama con las piernas abiertas.

Sonia así lo hizo. Emilio cogió unas tijeras y comenzó a recortar los pelos del coño de Sonia.

Mientras estiraba de sus pelos a Sonia le excitaba y se mordía los labios. Cada roce de los dedos ásperos de Emilio le excitaba más.

_ Ya estás mojada, qué vicio tiene dijo Emilio mirándome a mí. Tu zorra es muy caliente, faltas tú.

_ A ese me lo follaré hoy, dijo María pero más tarde.

Cuando hubo recortado bien los pelos Emilio se acercó y lamió el coño de Sonia. Pasó la lengua entre sus labios vaginales arrastrando consigo todos los fluidos que tenía. Sonia gimió y acercó más el coño a su boca.

_ Qué bien sabe tu coño, tiene un sabor especial.

Cogió crema de afeitar y embadurnó todo el coño. El frio de la crema estremeció a mi mujer.

Cogió la maquinilla y comenzó a rasurar despacio. Sonia cada vez que colocaba su mano apartando un labio vaginal se encogía de placer. Lo fue haciendo despacio.

Mientras Maria me acariciaba los huevos suavemente. Sin quererlo se me puso dura.

Acompáñame y Maria me cogió por las cadenas y me llevó al servicio. Se sentó en la taza del wáter y comenzó a orinar. El ruido de su chorro era espectacular. Luego noté algo en su cara, estaba haciendo de vientre. De pronto se oyó un chof en el agua del inodoro. Se levantó y se pasó un papel por el culo, no muy grande. Lo tiró al wáter y tiró de la cadena. No se había limpiado el coño.

_ Ven y límpiame bien el coño y el culo. A partir de ahora tú y tu mujercita nos vais a limpiar.

Me puso de rodillas y acercó su coño. Pude oler a pis pese a que el baño estaba impregnado de olor a desecho.

Saqué la lengua y lamí el coño. Sabía salado, sabía a pis. La limpié bien, incluso metí mi lengua en su vagina un poco.

_ Ahora el culo. Dijo.

Menos mal que se había limpiado con papel y apenas estaba manchada pero pasé la lengua por su ano y las paredes de los carrillos de su culo. No me encontré nada pero el sabor era amargo.

_ Bien esclavo, bien. Túmbate.

Me tumbé en el suelo boca arriba.

María se sentó encima de mis muslos y comenzó a acariciarme los pechos. Los labios de su vagina se abrían. Los pocos pelos que le quedaban en el coño no tapaban su piel.

Se metió un dedo en el culo y lo sacó.

_ Chúpame el dedo.

Se lo chupé.

De repente me puso un pie en mi cara. Olía a pies. La muy puta no se había duchado.

_ Lámelos.

Los lamí. Sus pies eran suaves pero con olor, eso sí.

_ Ahora lámeme el sobaco.

Le lamí los sobacos. Mientras le pasaba la lengua ella me tocaba la polla que comenzó a ponerse dura.

Su piel era blanda y muy blanca. Tenía un culo enorme. Acercó su boca a mi polla que terminó de ponerse dura y la lamió paseando su lengua por todo mi capullo. Por un impulso se la introduje en la boca para que la chupara y así lo hizo pero me introdujo un dedo en el culo.

Atrapo mi glande con sus dientes y apretó un poco. Sentí placer. Mis manos se dirigieron a sus pechos caídos y flácidos. Los pezones estaban duros. Se incorporó y me besó y yo respondí con avidez. Le metí la lengua hasta el fondo. Se sentó encima y se metió mi verga dentro. Comenzó a moverse empalada por mí y a gemir.

_ Abre la boca perro, me dijo.

Dejo caer despacio un chorro de saliva dentro de mi mientras me cabalgaba. Me metió sus dedos dentro de mi boca. Gemía cada vez más fuerte. De pronto paró. Me tumbó de espaldas. Se levantó y del armario sacó un consolador rosa grande. Le escupió y lo puso en la entrada de mi ano. De un golpe seco me lo metió hasta la mitad y comenzó a agitarlo dentro.

Me dolía pero me daba placer. Me estaba gustando ser penetrado eso era evidente.

_ Espérame un momento.

Salió del baño.

Mientras Emilio terminó de depilar el coño de Sonia.

_ Ya estás puta. A ver ponte de pie.

Así lo hizo.

_ Ven conmigo y la cogió y se la llevó al baño.

Aquí tienes a tu mierda de marido. Dile que piensas.

_ Eres un mierda, mira lo que has dejado que me hagan. No has luchado por mi, no te he visto hacer nada.

Comenzó a llorar pero con tono de enfado y reproche.

_ Sabes qué, que ahora soy la puta esclava de Emilio y no puedes hacer nada.

Los sollozos le provocaban silencios.

_ ¿No me quieres lo suficiente? ¿Te gusta que me follen otros? ¿Qué me usen?

_ Sonia yo….

_ Calla. Sabes, me gusta que me follen, me gusta que me usen, me gusta disfrutar de toda clase de pollas. Me gusta sentirme vejada.

_ Quiero que te la folles, quiero que te folles a tu mujer ahora mismo. Dijo Emilio.

Sonia se puso a cuatro patas y Emilio me cogió de las cadenas.

Acerqué mi polla al ano de Sonia. Y se la introduje despacio.

_ Fuerte dijo Emilio mientras me empujaba.

Se la metí de golpe y comencé a follarla. Estaba rabioso. La rabia me hizo empujar fuerte muy fuerte. Se oían golpes de su cachete contra mi. Le metí la polla hasta el fondo de su ano.

Sonia gritaba de placer. Era la primera vez que daba por culo a mi mujer.

Sonia se mordió la mano mientras empujaba.

Emilio se tumbó debajo de Sonia y le metió la polla por la vagina.

Podía notar su humedad como nos empapaba a los dos. Los gritos de placer eran muy fuertes.

Emilio apenas podía moverse pero mis embestidas le ayudaban.

Me quedaba poco cuando entró María con el perro que no sé que habría hecho pero venía empalmado. Acercó el perro a la boca de Sonia y le puso su verga cerca.

Sonia lo entendió y se introdujo la polla del perro en la boca. Qué imagen.

Yodando por culo a Sonia, Emilio por delante y esta chupando la polla a un perro. María se masturbaba mientras.

Emilio comenzó a gemir sacó la polla y disparó su esperma contra mis huevos. Noté el impacto y el calor de su lefa en mis huevos.

María me apartó de Sonia aunque me quedaba poco. Acercó mis huevas a mi mujer que me los limpió y después se metió mi polla en la boca.

La mujer acercó el gran danés por detrás de Sonia y este se abalanzó sobre ella. Tuvo que ayudar con su mano para meterla en su vagina pero lo consiguió. Entró de golpe entera e incluso la bola entró ya que estaba tan mojada que entraba de todo.

EL perro tenía la lengua fuera pero empujaba con fuerza.

Me corrí en la boca de Sonia que se tragó todo mi esperma.

Me quedé tendido en el suelo. Sonia tenía la cara roja por la enorme polla que tenía dentro con la bola.

_ Aggggggg se corre. Sonia notó los disparos del perro en su interior. El chucho se giró y se puso de espaldas con la polla dentro. Después de un rato se fue soltando el perro y se separó.

María se sentó en mi cara y me pidió que le comiera el coño y así lo hice.

Mientras lamía y chupaba el clítoris comenzó a agitarse y a correrse. Aplastó su coño contra mi cara y casi no podía respirar.

Al final nos llevaron a nuestra habitación y nos dejaron solos.

_ Lo siento, le dije, me daba miedo hacer algo y que te hicieran daño.

Sonia llorando me dijo:

_ Ya está.

Hubo un silencio y de pronto dijo:

_ Llevamos como un mes y medio aquí, verdad?

_ Si respondí.

_ No me viene la regla………..

Continuará.

PD: Gracias por vuestros comentarios e emails. Os lo agradezco de verdad y me anima a seguir narrando estas aventuras.