Granja de perversión 5

La pareja es sometida a una orgia enorme y los usan a su antojo. Parece que esta pareja está perdiendo el prejuicio y el placer y el morbo se va apoderando de ellos.

Habían transcurrido varios días desde ese último encuentro sexual. Una tarde Emilio nos vendó los ojos y nos trasladó a un vehículo. Después de un rato de trayecto, nos bajó del vehículo.

Hacía fresco e íbamos vestidos sólo con una camiseta. Con los ojos tapados nos introdujeron en algún sitio. Bajamos unas escaleras, había mucha gente porque se oían risas, voces, etc…

Con los ojos aún vendados nos quitaron las camisetas y nos pusieron algo en el cuello. Al quitarnos las vendas pude ver que nos habían puesto un collar con una cadena atado a la pared. Teníamos 4 metros de libertad de movimientos.

_ Haced lo que os digan u os pegaremos hasta destrozaros.

_ De acuerdo, dijo Sonia.

Yo asentí. Estábamos completamente desnudos en una sala con muchísima gente. Gente con máscaras. Todos desnudos. Había gente de todas las edades, mujeres y hombres. Nos miraban algunos.

Era una macro orgía. Pude ver cómo había gente practicando sexo. Se oían gemidos, etc…

Cerca nuestra se encontraban dos mujeres, una de más de 65 años lamiendo el coño rasurado de una joven de veintipocos años. Mientras un joven penetraba por detrás a la mujer mayor que gemía como una posesa.

Nada más quitarnos las vendas un hombre se acercó a Sonia.

_ Hola, puta. ¿Qué tal? Preparada para follar, no. Tienes un cuerpo estupendo y un coño bien peludo como a mí me gusta. ¿Tu culo es igual de peludo?

Aparto los carrillos del culo y pudo ver la mata de pelo que tenía alrededor del ano.

_ Estupendo un culo peludo.

El hombre tendría alrededor de cincuenta años, bajito y calvo. Tenía una polla corta pero muy muy gruesa. Le metió los dedos en el coño y Sonia emitió un grito bajito. Empezó a agitar la mano. Mientras se agachó y metió toda su boca en el culo de Sonia-

_ Se moja, la zorra se moja.  Abre la boca.

Sonia abrió la boca. Estaba de rodillas ahora. Según abrió la boca, el hombre escupió dentro de su boca. A Sonia le dio una arcada.

_ Si vomitas te lo comes.

Se lo tragó.

_ Ahora escúpeme a mí. Se puso a su altura y abrió la boca.

Sonia le escupió.

_ Mmmmm qué rico zorra. La puso de espaldas y se la metió por la vagina desde atrás.

Sonia comenzó a gemir. Mientras la sujetaba por la cintura.

De pronto, noté como me cogían de la polla mientras miraba a Sonia. Me giré. Era un hombre de unos cuarenta años. Se agachó y se la metió dentro de su boca.

Me empezó a crecer el pene. Me succionaba el glande de un modo brutal. Se me escapó un gemido. Manejaba la lengua de un modo exagerado.

Sonia ya tenía a otro hombre, este joven con la polla en su boca.

Había cola detrás de ella para mirarla. El hombre sacó el pene de dentro del coño.

Apareció una mujer de unos cincuenta años pero muy bien conservada. Llevaba en la mano un consolador enorme. Era gigantesco no sólo de largo sino de ancho.

Tumbaron a Sonia boca arriba. Se abalanzaron sobre ella, dos chicos muy jóvenes y delgados que comenzaron a lamerle el coño.

_ Ahhhh,  gemía Sonia mientras tenía las piernas abiertas. Otro hombre, este era madurito, se puso de rodillas y comenzó a lamer los pies de Sonia. Mientras los chicos le comían el coño.

_ Esta puta necesita lubricante, dijo en voz alta con el consolador en la mano.

Los chicos comenzaron a escupir en el coño de Sonia. Se hizo cola e iban pasando hombres y mujeres escupiendo en la vagina de Sonia.

Estaba chorreando babas, había espuma alrededor de su vagina. De pronto el que estaba lamiéndole los pies se incorporó y acercó su pene a unos 4 centímetros y comenzó a orinar en su vagina. Otros reían y se preparaban. Conté cerca de ocho personas que orinaron en su vagina.

_ Por favor, noooo sollozaba Sonia

_ Calla dijo la del consolador. Se acercó y lo puso encima de la vagina. Empezó a meterlo muy despacio.  Era gigantesco. Como una botella de litro y medio de refresco.

_ Ahhhh no me hagáis daño ahhhh, gritaba Sonia que se calló justo cuando entró todo lo ancho del consolador.

_ Calla si te va a gustar.

Entró todo lo ancho. Sonia comenzó a gemir y tenía cara de dolor y placer.

Mientras se lo introducía la mujer le frotaba el clítoris. Los dedos de los pies de Sonia se encogían.

Comenzó a gemir como loca.

_ Ahhhhggg

La mujer le sacó el consolador y apareció Emilio con un cubo y una esponja. Comenzó a lavarle el coño de los meados y babas que le habían dejado.

Alrededor de mí se pusieron 3 hombres de unos cincuenta años a masturbarse. De golpe uno se corrió en mi cara. Me inundó la cara de esperma. Al ratito, otro acercó su polla a mi nariz y se corrió de un modo salvaje. Era brutal la leche que me soltó. EL último se corrió encima de la lechada del primero.

Límpiale con tu lengua, dijo la mujer del consolador a Sonia.

Sonia se acercó y comenzó a lamerme entre sollozos.

Nos dejaron un rato tendidos. Mientras podíamos ver como se liaban ente ellos.

Al fondo había un bote de cristal muy grande con esperma. De vez en cuando se acercaba alguno y se corría dentro.

Una pareja de unos treinta años, bastante guapos se acercaron. Tumbaron a Sonia y cada uno comenzó a lamerle los pezones, cada uno con una teta. A Sonia se le pusieron duros los pezones. La chica se acercó al coño y sacó la lengua. Lamía con lujuria. Podía ver como atrapaba el clítoris entre sus dientes. Como atravesaba con su lengua la mata de pelo negro.

Mi mujer se retorcía de placer.

_ Cómeme la polla. Dijo el hombre y acercó el pene.

Sonia atrapó dentro de su boca la polla. Lo hacía con ansia, estaba muy excitada.

Noté un golpe en la espalda. Era un hombre muy grueso, pesaría alrededor de 110 kilos. Me dijo, mientras se ponía de rodillas, que le penetrara.

Antes de eso me escupió soltando saliva en mi pene a modo de lubricante. Aparté los carrilos del culo enorme y se la metí, despacio. Mi piel se estiraba para detrás mientras le penetraba. Tenía el culo prieto y caliente. Se la metí hasta el fondo mientras gemía. Qué placer notar su culo contra mi estómago mientras le empalaba fuerte, con golpes secos. Quizá estaba soltando todas las sensaciones de impotencia en ese hombre que gemía a cada embestida.

_ Ahhhh, por favor, que rico, así, sigue, mmm me decía.

Mi polla estaba durísima. Hasta se me escapó un gemido.

Mientras le penetraba, él se masturbaba. Comenzó a agitarse y se corrió en el suelo.

Le saqué la polla tiesa, un poco manchada por su culo.

Me cogió de la cabeza y me dijo que limpiara su lefa del suelo. Agaché la cara y atrapé su esperma en mi lengua. Estaba amargo, una textura suave y no era muy blanco, era más bien transparente con las pequeñas manchas blancas propias del esperma. Limpié el suelo.

Me dieron una toallita húmeda y me limpié la polla.

Al mirar pude ver a Sonia encima del hombre guapo. Le estaba montando como una loca. La polla dentro y se movía con desesperación.

_ Más, más, más, así, así, ohhh qué gusto decía Sonia. Había perdido el respeto y estaba disfrutando. Mientras se movía se le arrugaban los carrillos del culo, los pechos se agitaban.

Al oír sus gemidos, dos hombres aparecieron. Uno llevaba en la mano el frasco de esperma que la gente iba llenando. Tenía una cantidad muy grande de leche.

El hombre que la estaba montando colocó a Sonia boca arriba encima de una mesa y la penetró de nuevo. Sonia se agitaba. El que llevaba el frasco, se lo puso en la boca y le pidió que echara una trago. Mi mujer abrió la boca y se la llenó de esperma que le fue resbalando por la cara, cuello y pechos. El que la follaba comenzó a agitarse y se corrió dentro, al sacarla la leche se quedó dentro. Al segundo otro hombre la penetró. Al tercer movimiento se corrió dentro, más leche para su coño.

_ Te vamos a inundar el coño de leche, guarra.

_ Más por favor, fóllame más. Sonia había perdido el juicio o eso pensaba yo.

Un barrigón la penetró, sudaba mucho y empujaba con fuerza.

La mujer de antes de 65 años se puso encima de la cara de Sonia y comenzó a frotarse el coño con la boca de Sonia que le comía el coño con ansia. El barrigón se corrió dentro. Otro más la penetró mientras la follaban pude ver cómo le salía el esperma entre las paredes de su vagina y la polla que le penetraba.

La mujer del guapo me cogió y me acercó para que viera de cerca a unos centímetros como la inundaban de leche el coño. Apareció un hombre muy joven de unos 20 años, con una polla enorme y se la metió. Se podía oír el esperma apretado por su polla en el interior de mi chica. Sonia emitió un gemido. Y se agitó como una loca, se iba a correr. En ese momento la mujer de 65 años se orinó en su boca. A Sonia le daba igual. Empezó a correrse y a moverse para todos los lados. El chico se corrió a la vez. La sacó. Le goteaba todo el coño esperma.

La mujer guapa me acercó la car y me dijo que me comiera la leche.

Abrí la boca y saqué la lengua. Por la vagina de Sonia no paraba de salir leche que iba directa a mi boca. Sonia tenía los muslos empapados de su propio lubricante.

Después de limpiarla bien, la mujer guapa se puso encima de la mesa y me pidió que la penetrara. Se la metí con furia dentro y empujé hasta el fondo.

_ Así cabrón, fóllame, métemela.

_ Te la voy a clavar hasta la garganta, hija de puta, se me escapó. Nadie dijo nada.

_ Ahhhh que gusto no pares.

_ Toma zorra, me animé. Tienes un coño caliente que te voy a reventar. Mis embestidas eran cada vez más fuertes.

Apareció un travesti, era negra, con una polla gigante y dura que se puso a mi espalda y me la metió. Me ardía el ano, pero el placer era brutal.

Cada vez que me la introducía hasta el fondo y yo empujaba el coño de la otra las sensaciones eran brutales. La guapa comenzó a correrse. Era como si se meara en mi polla, salía líquido disparado. Con la excitación empecé a correrme. El ano se cerraba sólo al correrme y sentí un placer enorme en mi culo mientras me corría. La polla de la negra me reventaba.

De repente, el travesti se agitó y se corrió dentro de mí. Nos quedamos los tres tendidos y llenos de leche.

Sonia estaba penetrada en ese momento por la vagina y otro le penetraba el ano mientras se comía la polla de un hombre rubio totalmente depilado.

_ Qué gustoooooo. Folladmeeee. Gritaba Sonia.

Qué había pasado. Estaba disfrutando pero no podía reprocharle nada, yo también.

Primero se corrió el que le daba por culo y la sacó. Después se corrió el que tenía su polla en la boca. Sonia empezó a temblar y a correrse mientras la follaba el último que se corrió al notar como esta se agitaba.

Nos quedamos tendidos. Agotados.