Grandes amigos

Cuento el principio de una relación con un gran amigo de la playa, todo comenzo un verano cuando teniamos 17 años...

Hola, me llamo Julian y tengo 19 años.Os voy a contar cómo empezaron mis aventuras con un amigo de la playa. Lo que os voy a contar es absolutamente verídico, y si hay alguna cosa distinta es porque así lo recuerdo y sólo son mínimos detalles.

Todo empezó hace 2 años. Tengo un apartamento en un pueblecito cerca de Salou y unos cuantos amigos con los que he experimentado mis primeras borracheras, fumadas de hachis y demás historietas propias de la adolescencia, pero hay una de las historias que sigo manteniendo, en secreto, cada vez que voy allí de veraneo, y como he dicho anteriormente comenzó hace 2 años.

Uno de mis mejores amigos se llama Xavi, y nos encontrabamos por julio él y yo, antes de que empezara realmente el verano con agosto y de que vinieran los demás colegas, en el pueblo dando una vuelta tras comprarnos unas chucherias y jugar a los recreativos. Cuando decidimos volver a los apartamentos sobre las 7 de la tarde, nos paramos detrás del colegio del pueblo a echar una meada donde había unos matorrales y un camino muy poco frecuentado. En pleno acto Xavi se me acercó y me dijo que si me había hecho una paja alguna vez, a lo cual yo le conteste que sí, y que me las hacía a menudo. Él me dijo que también se hacía pajas y me preguntó que si podía verme la polla para compararlas, a lo que le conteste que sí. Ya habíamos terminado de mear hace un rato y nos encontrabamos de pie uno en frente del otro empalmados mirándonos la polla y comparándolas. Mi pene era algo mas grande que el de él, mientras que el de Xavi era más corto y delgado. Realmente nos estabamos poniendo muy calientes a pesar de que éramos y seguimos siendo más heterosexuales que nadie.

Decidimos volver a casa y olvidar de cierta forma lo que había sucedido aquella tarde, pero al llegar a casa no había nadie en ella y nos tiramos al sofá muy rendidos tras haber estado andando mucho rato. La verdad es que yo seguía muy caliente y se podía notar en mi pantalón corto ya que no llevaba calzoncillos. Xavi tampoco podía disimular su excitación, asi que mientras veíamos la tele todo empalmados echándonos miradas de reojo, Xavi me dijo que si me apetecía que nos hicieramos una paja, a los cual le conteste que me apetecía mucho, asi que nos fuimos a mi cuarto y nos quitamos el pantalón. Xavi se puso a mi lado y nos empezamos a masturbar cada uno con nuestro pene mirándonos de vez en cuando. Estaba realmente caliente, y decidí cogerle su polla y empezar a masturbarle, a lo que él hizo lo mismo. Me estaba dando mucho gusto y yo a él, ya que emitíamos ciertos sonidos de placer. Cuando nos íbamos a correr, fuimos al baño a por papel y nos acabamos la paja por nuestra cuenta. Me preguntó que si me había gustado, y le dije que mucho, contestándome él lo mismo.

A los 2 días o asi nos encontrabamos los dos solos dando vueltas otra vez pero mas alejados del pueblo, cuando vimos unos matorrales con un hueco en el interior. Decidimos sentarnos allí a hablar. Salió otra vez el tema de las pajas, y Xavi sin pensarselo dos veces sacó su verga y empezo a pajearse. Yo hice lo mismo, me puse a 100 como mi buen amigo Xavi, y decidimos ponernos uno encima del otro frotandonos las pollas y abrazandonos. Nos dábamos besos en la mejilla mientras gemiamos de placer, sólo eran unas pajas, pero yo me sentía muy bien con mi amigo Xavi. Nos corrimos uno encima del otro, ya que llevabamos bañador e ibamos a ir a la piscina después. Rápidamente nos separamos con mucho asco y volvimos a los apartamentos para darnos un buen baño como si no hubiera pasado nada.

Comenzó el mes de agosto y habían venido todos los demás amigos. Nos corriamos nuestras juergas como todos los años, pero Xavi y yo sabíamos que había algo más aquel año. Repetíamos nuestros encuentros cuando nos quedabamos solos, lo cual era muy frecuente porque nuestros apartamentos estan pared con pared, y después de comer solíamos reunirnos cuando los demás amigos estaban echandose la siesta y nustras respectivas familias también. Él me masturbaba a mi al igual que yo a él, y nos haciamos caricias y nos dabamos besos por todo el cuerpo, pero nunca en el pene. Al acabar, siempre nos daba cierto asco, porque como ya he dicho anteriormente nos tiran dos tetas más que dos carretas, y algunas noches acababamos con chicas del pueblo o extranjeras que estaban allí de veraneo.

Recuerdo perfectamente el día que la cosa fue a más. Era un sábado y volvíamos a casa con una borrachera considerable. No habíamos conseguido ninguno de los dos hacernos a ninguna chica, sobretodo porque estaba acabando agosto y escaseaban las extranjeras. Cuando llegamos a los apartamentos ,después de la discotecta, nos fuimos directamente a los trasteros para hacer lo que nos gustaba y nadie sabía. Nos encerramos en el trastero de Xavi y comenzamos.

Con la borrachera que llevabamos la cosa estaba mucho mas caliente, y en cierto punto de la masturbación reciproca, Xavi me preguntó que si nos la chupabamos. No sabía que hacer en un principio, pero sin pensarmelo dos veces me agaché y empecé a mamarsela. Desde el primer momento me gustó, y recordaba mientras se la chupaba, cómo lo hacían las chicas de las películas porno, ya que quería darle a Xavi el máximo placer. Me la tragaba toda entera y la succionaba para apartarla de mi boca, una y otra vez mientras él me hacía caricias en el cuello y la espalda y daba pequeños gemidos de placer.

También yo le acariciaba sus abdominales y finalmente me fui a su culito apretándolo y rozándole el esfínter. Al cabo del rato me levanté y él se agachó. Comenzó a chuparmela pero sinceramenete no lo hacía muy bien, se notaba que no le producía el mismo placer que a mí y usaba a menudo los dientes lo cual le decía que no me gustaba.

Decidí volver a mamarsela yo a él. Llegó un momento que se iba a correr ya que me lo dijo, aunque yo ya lo notaba por sus convulsiones. Me preguntó dónde se iba a correr, y con todo mi deseo le dije que lo hiciera dentro de mi boca, que no me daba asco y que me gustaba mucho el sabor de sus fluidos. Se la seguí chupando y de pronto me cogió de la cabeza y sentí su polla más adentro que nunca cuando empezó a correrse casi directamente en mi garganta, y sólo podia tragar y tragar ese espeso, caliente y ácido líquido porque sino me ahogaba. La verdad es que la mamada se la debí de hacer muy bien porque no paraba de soltar ese néctar que me volvía loco aunque al parecer no tanto como a él. Cuando terminó se la relamí toda tragándome hasta la última gota, a la vez que yo me corría en el frío suelo dejando un charco bastante grande. Fue la primera vez que no me dio asco todo lo que había sucedido, es más, me encantaba sentir todavía su semen pegado en mi garganta. Nos fuimos a nuestras casas y dormí mejor que nunca.

Ya estaban llegando los últimos días de las vacaciones, y tuvimos algun encuentro que otro. Desde aquel día se la mamaba siempre, anque no volvió a correrse en mi boca porque habíamos estado hablando y le dije que tenía miedo por el sida y eso, a lo cual me comprendió perfectamente. También habíamos estado hablando de llegar a algo más, la penetración, pero coincidíamos que sin protección no lo haríamos. He de decir que los dos éramos por entonces todavía vírgenes, y teníamos muchas ganas de follar, aunque fueran nuestros culos.

El penultimo día antes de irme, me encontrava con Xavi otra vez solo dando vueltas por el pueblo, y Xavi quería ir a una farmacia a por ricolas. Cuando llegamos a la farmacia y Xavi se diponía a comprarlas vi en el mostrador unas cajas de condones, y cuando el farmacéutico se dio la vuelta cojí una y me la eché al bolsillo sin que nadie se diera cuenta, ni siquiera Xavi. Cuando volvimos a los apartamentos nos dimos un buen baño en la piscina (que realmente le propuse yo para estar bien limpitos para lo que sólo yo sabía iba a pasar luego).

Mis padres estaban en la playa y les costaría llegar mas de tres horas por lo menos, asi que subimos a mi casa después de la piscina. Nos quitamos los bañadores para que se secaran y nos quedamos desnudos en el salón viendo la tele y fumando un buen porro cada uno. Ambos estabamos empalmados y sabíamos lo que queríamos hacer, asi que le propuse a Xavi ir a la cama de matrimonio de mis padres. Nos encontrábamos desnudos tumbados y muy relajados por el efecto de los porros, y sin que ninguno dijera nada nos empezamos a enrrollar.

Era la primera vez que nos besabamos, y estuvimos un buen rato liados comiendonos la lengua a la vez que rozabamos nuestros cuerpos y nos tocabamos el ano deseando algo que Xavi veía imposible pero que yo sabía que iba a pasar. Después de un rato así me arrastre hasta su verga y se la empecé a mamar como nunca. Sabía que este encuentro iba a ser especial, y sin importarme ninguna cosa le dije que queria tragarme toda su leche otra vez como aquella en los trasteros. Le chupaba los huevos y le succionaba una y otra vez el pene. Cuando notaba las convulsiones subia a su boca y nos empezabamos a liar otra vez, frotando su polla en mi esfinter (esto en concreto me encanta, sentir su caliente verga a punto de penetrarme), y luego volvía a mamarsela, hasta que llegó un punto que no pudo más y de una forma menos violenta que la anterior se corrió en mi boca, saboreando esta vez su semen para luego tragarmelo y limpiarsela posteriormente. Yo no me había masturbado apenas, y la tenía realmente dura.

Cuando Xavi se disponia a irse al salón le dije que esperara, que tenía una sorpresa, fui a mi cuarto y traje los condones. Sus ojos se iluminaron, me sonrió y empezamos otra vez a liarnos fervientemente. Le pregunté que si podía ser yo el primero en penetrarle, a lo que me contesto que sí cojiéndome la polla y chupándola un poco. Me puse un condón sin mucha dificultad y lo puse a cuatro patas. Empecé a chuparle el ano, no me daba nada de asco, le pasaba la lengua de arriba a abajo humedeciéndoselo, mientras él se movía de placer contoneando su culo, lo que me calentaba mucho más. A veces intentaba meterle algo de lengua en el culo, aunque él lo apretaba mucho. Al cabo de un rato asi, lo puse a la altura de mi polla, me la ensalivé y empecé poco a poco a metersela. Me decía que le dolía, que lo hiciera muy lento, y así lo hice. Cuando se la metí completamente y sus nalgas chocaron con mi abdomen dio un pequeño grito y se la empecé a sacar poco a poco. Sentía como Xavi apretaba su esfinter, lo que me provocaba un placer tremendo.

Empecé un movimiento lento y continuado mientras notaba como su recto se iba haciendo más grande, parecía que le estaba gustando aunque al principio se quejara mucho, y yo estaba alcanzando el paraíso. Finalmente cuando estábamos gozando los dos mucho, se la metía y se la sacaba más fuerte y con más energía, me estaba volviendo loco con su culito el cual me restregaba por el abdomen cuando me paraba a veces en lo más profundo de él y frotaba mi cuerpo con el suyo. Al cabo de unos 10 minutos o así, yo ya no aguantaba más y me vine dentro de él (con el preservativo puesto). Recuerdo que cuando me estaba corriendo, Xavi apretaba el esfínter lo que casi me provoca un desmayo del placer que me estaba dando, sentía escalofríos por todo el cuerpo como nunca los había tenido.

Cuando salí de su cuerpo, Xavi se giró y me tumbé encima de él cansado y un poco ido. Nos liamos y nos chupabamos la lengua mientras de vez en cuando me susurraba al oido que le había gustado mucho.

Pero la cosa no acabó ahí, mientras nos estabamos dando el lote noté como la verga de Xavi estaba a punto de estallar, y le dije que yo también quería que me hiciera el amor. Él acepto gustosamente, pero antes necesitaba comerle su trozo de carne una vez más, aunque tenía que hacerlo con delicadeza porque no quería que se corriera antes de tiempo. Cuando me quedé saciado me puse a cuatro patas delante de él y contoneé mi culo para que me lo cogiera. Noté como algo caliente se deslizaba por mi esfínter, me giré y vi como Xavi me lo estaba lubricando con su dulce saliva, y sin darme cuenta ya se había puesto el condón y estaba listo para introducirme su sexo, que aunque no era muy grande, era muy juguetona (al verano siguiente Xavi dio un estiron y le creció como la mía o más).

No opuse ninguna resistencia, poco a poco me la empezó a meter, y no sentía mucho dolor como él decía antes. Noté como no alcanzaba a meterme más, estaba toda dentro, cuando empezó a moverse con su cuerpo con lo que me estaba haciendo gozar mucho, y así empezó el mete y saca con bastante violencía porque notaba que no me quejaba mucho, al contrario, deseaba que me violara más y más fuerte, me estaba dando mucho gusto, y parecía que Xavi también estaba disfrutando mucho porque de vez en cuando se agachaba y me daba besos en la nuca. Como ya se había corrido antes la verdad es que aguantó mucho rato dándome por el culo, y le pedía que no parase. Decidí cambiar de pustura, él se tumbó y yo me puse encima, ahora me tocaba trabajar a mí, y con cuidado empecé a metérmela.

Esta vez me hacía mas daño, pero pronto acabó el dolor y empecé a subir y a bajar , aunque era un movimiento más horizontal que vertical ya que me encontraba de rodillas con las piernas a sus lados. Xavi a su vez me cogió la verga que estaba otra vez dura y me empezo a masturbar. Ahora sí que me encontraba en el paraíso, me sentía completo, sólo necesitaba que me comieran la boca, pero eso ya era imposible. Seguimos en esa postura un rato, hasta que sentí que me iba a correr, me saqué su polla y me corrí en su pecho. Fue delicioso ver mi leche brillando en su cuerpo, me agaché hasta su verga, le quité el condón y me la metí una vez más en la boca. Se la chupé con ansia y al poco noté como se iba a venir, me la saqué y le dije que quería me lo hiciera con violencia como aquella primera vez en los trasteros, me cojió de la cabeza y a sí lo hizo, me inundó con su leche toda la garganta y por fin me sentí completo.

Nos tumbamos juntos en la cama abrazados, estábamos algo cansados pero muy satisfechos. Nos encendimos un canuto que teníamos liado y comenzamos a hablar de cómo habíamos llegado a esa situación.

Desde aquel verano hemos repetido los dos siguientes, y nos lo pasamos muy bien porque nos compenetramos bastante.