Gran follada a mi novia la insaciable.
Sexo y alcohol un dia en las fiestas de mi pueblo.
Esto que os cuento me pasó un día que vino mi novia a las fiestas de mi pueblo.
Yo estaba acostado en mi cama medio dormido viendo la tele cuando ella llegó. Eran como las 7:30 de la tarde. La oí en la cocina hablando con mis padres. Me levanté y fui a saludarla.
YO: Hola, ¿cómo estás? (Le abrazo y le doy un beso en la boca).
ELLA: Bien, un poco cansada. ¿Y tú?
YO: Yo bien, vamos a mi cuarto y te acuestas un rato si quieres.
Ella: Vale, vamos.
Se acostó en la cama. Yo me acosté a su lado para acompañarla. Le acariciaba mientras ella cerraba los ojos. De repente sentí su mano rozando mi paquete. Me extrañé porque creía que estaba cansada. Empezaba a ponerme cachondo y ella lo sabía, así que metió su mano en mis pantalones y empezó a masturbarme la polla. “Disfrutas calentándome ¿verdad?” le dije. “Muchísimo” contestó.
Se dio la vuelta y se acostó de espaldas a mí, ofreciéndome ese precioso culo tan redondito y apetecible que ella tiene. Comencé a manosearlo como un loco. “¿Te gusta mi culo, verdad?” me dijo ella. “Me encanta, no sabes cuanto.” Le respondí.
“Hijo, nos vamos a caminar tu padre y yo, después venimos.” Dijo mi madre. “Vale mami.” Le contesté tratando de disimular la calentura que llevaba encima. Cuando oímos la puerta cerrarse, nos miramos y sonreímos.
Se acercó más a mi, pegando su hermoso culo en mi paquete mientras yo decía: “Oh dios mío”. Mi polla estaba muy pero que muy dura, a punto de reventar. Al oírme decir eso comenzó a mover su trasero, haciendo movimientos circulares. Mi reacción fue decirle: “Joder, ponte a cuatro patas, venga puta”. Ella sonrió y obedeció. Se quitó el pantalón y se puso a cuatro patas en los pies de la cama, con el cuerpo agachado y su culo en pompa mirándome, esperando ser penetrado. Me acerqué a él, le bajé las braguitas y le di un azote. Me agaché, le levanté el culo con las manos y empezé a lamerle el coño. Cuando fui a metérsela me empujó hacia atrás con su pie en mi pecho. “¿Qué pasa?” le dije. “Tócate”. Respondió.
Le obedecí. Empecé a pajearme muy rápidamente, ella me miraba y movía el culo de un lado a otro para ponerme aún más cachondo de lo que ya estaba. No podía aguantar más, tenía que metérsela sí o sí. Me senté en la cama, al lado de su culo, con mi brazo izquierdo agarré su cintura y con la otra mano comencé por meterle un dedo en el ano. Lo metía y sacaba lentamente. Parecía gustarle. “Otro” me dijo ella. Le metí el segundo dedo mientras daba pequeños gemidos de placer.
ELLA: ¡Fóllame el culo!
YO: ¿Estás segura?
ELLA: ¡Que sí joder, fóllame ya!
Se la metí lentamente. Es toda una delicia sentir mi polla dentro de ese agujero estrechito calentito y húmedo. Cuando entró toda comencé a sacarla lentamente, volver a meterla y así sucesivamente. “¡Más fuerte, no tengas piedad de mi!”. Me gritó. Empecé a penetrarla violentamente, mi polla estaba muy dura, a punto de explotar. La agarré por las tetas y la levanté para tener su cuerpo pegado al mio. Seguí follándomela con todas mis fuerzas mientras le apretaba sus grandes y deliciosos pechos. Ella gritaba, no se si de placer o de dolor, pero me daba igual, estaba demasiado cachondo como para pensar en eso, además de que ella me pidió que no tuviera piedad. “¡¡jodeer me corroooooooooo!!” enseguida se agachó y puso su carita de puta para que soltara toda mi leche caliente sobre ella.
ELLA: Mmmm… ¡qué calentita está! (sonreía).
YO: Dios, que bueno. Una de las mejores corridas de mi vida.
ELLA: ¿Sí? Pues espera, que esta noche habrá más (Me acariciaba la polla mientras me miraba con esa carita de pervertida que ella tiene, aún llena de mi leche).
YO: ¿Si? ¡Estoy impaciente! Jajaja. Vete a lavarte la cara que ahora te toca disfrutar a ti.
ELLA: No. No quiero que me hagas nada ahora. Quiero que me hagas disfrutar esta noche follándome (Fue al baño a lavarse la cara).
YO: Vale. Tengo ganas de chuparte ese chochito tan rico que tienes (Mientras iba al baño con ella).
ELLA: Harás más que chuparlo jejejejeje.
Llegó la noche. Cenamos en la cocina con mis padres. Al terminar, nos duchamos y nos arreglamos para salir a la fiesta. Salimos a la calle y nos pusimos a ver el festival. Al cabo de un rato estábamos algo aburridos, así que decidimos ir a mi casa a servirnos unas copas. Nos las servimos y salimos. Nos pusimos a bailar, ella restregaba su rico culo con mi paquete, y yo lógicamente respondía con una gran erección. Cuando se nos terminó la copa, volvimos a mi casa a servirnos otra y así unas cuantas veces más. Una de esas veces fui al baño a lavarme las manos, ella entró y me dijo mientras me agarraba el paquete: “¿Quieres que te la chupe?” A lo que yo respondí: “Eso ni se pregunta” y me bajé el pantalón. Ella se arrodilló y empezó a engullirla. “Dios, que bien la chupas” le dije. Ella sonrió. Estábamos un poco bajo los efectos del alcohol. La puse de pie y la llevé a mi habitación. “Te voy a follar” le dije. La tiré a mi cama, me puse encima suya y comencé a besarle todo el cuerpo, empezando por la boca, bajé al cuello, parecía que le encantaba, seguí bajando hasta llegar a sus tetas, me quedé un rato entretenido con ellas comiéndolas y sobándolas. Ella me pedía que le lamiera los pezones y así hice. Los tenía muy erectos y duros, me encantan sus pezones. Bajé por su barriga hasta llegar a su jugoso coño. Comencé por besar el interior de sus muslos. Comencé a pasar la lengua por sus labios vaginales y ella daba pequeños gemidos. A continuación le lamí el clítoris y sus gemidos iban en aumento. Comenzó a hacer pequeños movimientos de cadera. De repente me agarró por los pelos y empujó mi cabeza contra su coño y empezó a masturbarse con mi cara. Me levanté, me puse sobre ella y comencé a penetrarla fuertemente. Ella gritaba y decía: “Mas fuerte, joder”. Me excitaba oírla y la penetraba cada vez con más fuerza. Me volví a levantar y le dije: “Ponte a cuatro patas”. Enseguida me obedeció, Se puso a cuatro patas sobre la cama con el culo hacia mí. Volví a penetrarla por la vagina mientras la agarraba fuertemente por los pelos. “¿Te gusta puta?” Le dije. “Mmmm… si”. Contestó. Estaba a punto de correrme, así que la saqué. Le dije. “Siéntate en la mesa”. Se sentó en la mesa de mi escritorio con las piernas abiertas, yo me puse de rodillas delante de ella y comencé a comerle el coño salvajemente. “Mmmm, que rico. Cómetelo todo, saboréalo”. Me dijo. Le hice caso. Empezó a gritar y a tirarme fuerte de los pelos, parecía que ya estaba a punto de correrse. Me levanté, acerqué mi polla a su coño y con ella empecé a acariciarle el clítoris. Eso la volvió loca. Me volvió a agarrar por los pelos y empujó mu cabeza a sus grandes y deliciosas tetas. Se las chupé. Volví a penetrarla, pero no me dejaba levantar la cabeza. Quería que siguiera comiéndome sus tetas. Me levanté y la volví a tirar violentamente contra mi cama. Acerqué mi polla a su boca y me la chupó con mucho ímpetu. “Dios mio, eres una gran mamadora”. Le dije. Volví a ponerme sobre ella y la penetré en la postura del misionero. Ella daba fuertes gemidos, se estaba corriendo. Sonrió. Yo también estaba a punto, así que me levanté rápidamente y solté un enorme chorro de leche caliente sobre sus tetas a la vez que daba un gran gemido. Ella aun sonriendo me dijo: “¡Que calentita!”. Se agarró las tetas y se las lamió. Luego nos besamos.
ELLA: Me encantó tu follada cielo, disfruté muchísimo. (Mientras me acariciaba)
YO: Me alegra que te haya gustado mi amor, yo si que disfruté. Me vuelves loco (Sonreí).
ELLA: Repetiremos jaja.
YO: Por supuesto (Reí).
Después de eso, nos dimos una ducha juntos y nos acostamos un rato en mi cama abrazados. Volvimos a arreglarnos y regresamos a la fiesta más alegres de lo que estábamos. Lo que ocurrió al terminar la fiesta y regresar a mi casa es otra historia que quizá cuente algún día.