Gran dureza

Aitor va al gym por primera vez sabiendo que a veces pueden usarle como sumiso pero recibe varias sorpresas

GRAN DUREZA

El relato la verdad me lo inspiró un Amo de una web BDSM cuyo Nick es Instructor.

Aitor no sabía si iba hacer lo que iba a hacer por hacer ejercicio o porque le daba morbo saber que todos los que se moverían con él a esas horas en el gimnasio eran amantes del BDSM. Previamente había contactado con un Amo que tenía un pabellón que había transformado en un gran gimnasio moderno. Había hablado mucho con Él, sobre BDSM y sobre ejercicio físico. El BDSM que al Amo le gustaba a él empezaba a excitarle, pero le daba mucho miedo. Requería un gran aguante mental y físico. Del mental estaba más cerca, pero del físico le iba a costar más.

Decidió acudir al pabellón a hacer ejercicio. La verdad había comentado al Amo que también quería probar ese BDSM del que el Amo hablaba, pero le contó sus miedos y éste los entendió y quedaron que se pondría en sus manos y éste respetando sus límites y sobre todo protegiendo su salud y su vida personal y privada vería si era capaz de obedecer y lograr ser un buen sumiso y quizás llegar a ser esclavo.

Llegó con su bolsa de deporte al Gimnasio y allí le recibió el Amo. Era la mejor hora entresemana para él por temas de trabajo etc.

Bueno, aunque no lleguemos a ser Amo/sumiso, como has decidido ponerte en mis manos en ese sentido aquí me tratarás de Señor y si yo me acerco a ti te cuadrarás con las piernas ligeramente separadas y las manos en la cabeza. La bolsa solo la necesitarás para el neceser. Todos los ejercicios los harás desnudo. Así que deja la bolsa detrás de aquella puerta y ven aquí.

Aitor obedeció. Volvió, pero no se puso en la postura adecuada. Recibió un tortazo a cambio. Entonces cambió su postura.

Debieras estar desnudo. Creí que habías entendido que dejar la bolsa era también ponerte en la disposición necesaria para hacer ejercicio.

Aitor volvió a los vestuarios y se desnudó y dejó toda la ropa bien ordenada. Regresó y ésta vez se puso en la postura adecuada. El Instructor se acercó y lo sobó por todo el cuerpo. Abrió y cerró las nalgas dando un par de azotes para luego pasar a acariciar la polla, pajeandola dos o tres veces y parar.

Toda la tarde le dio instrucciones sobre abdominales, flexiones etc. Vió que todo el mundo hacía ejercicio de manera callada pero lo que no sabía era que estaba preparado y que era así cuando venía uno nuevo. Hasta el viernes era así. Lo que no esperaba era que el sábado las cosas cambiarían.

Fue citado a las cuatro de la tarde. De una manera rutinaria. Sólo había un cambio. Cuando llegase debía desnudarse a la entrada del gym y el viernes tuvo que dejar los utensilios de aseo personal en la taquilla.

El sábado llegó y acudió como siempre. Entró, no había nadie. Se desnudó y se quedó quieto esperando. Estaba distraído cuando de repente alguien más alto que él lo inmovilizó desde atrás y le ordenó estarse quieto sino quería pasarlo mal de verdad. Le fue colocada una capucha con los ojos tapados con una máscara de gas incorporada. Respiraba, pero con dificultad. Luego fueron esposadas sus muñecas y tobillos y conducido así a una parte del pabellón que durante el resto de la semana estaba cerrado.

Allí fueron sacadas sus esposas y colocadas unas especiales que se unieron a una cadena que colgaba del techo y fue elevado hacia el mismo quedando de puntillas primero y a un metro del suelo después.

Decidiste ponerte en mis manos y hoy te voy a dar las normas de mi gimnasio para gente como tú. Venís unas horas determinadas porque esas horas son solo para amigos, todos esos amigos son sumisos o Dominantes. Te será puesto en la piel de una nalga un sello, tranquilo no serás marcado a fuego, ese sello indicará tu rol. Todos los perros como tú lo llevan y todos los sumisos de nuestro grupo debéis ayudar o ser usados por todo usuario Dominante que os requiera salvo que Yo que soy tu Dueño dentro del gimnasio me niegue. Ahora te quitaré la capucha y verás los testigos que verán tu primera sesión. Los he elegido todos y todos son extremadamente discretos y fiables.

Se subió en una silla y quitó la parte de la capucha que tapaba los ojos. Aitor al principio se sintió deslumbrado y empezó a mirar a todos lados. En un momento dado, su mirada se transformó en terror. Presentes estaban su Jefe y su médico.

Tranquilo, son Amos y son absolutamente discretos y fiables.

El instructor se retiró a un lado y cogió algo de una mesa. Se dirigió donde Aitor y cogió al sumiso de la polla. Abrió el aparato y lo ajustó al pene. Era un aro con unos tornillos que se ajustaban a la polla. Apretó hasta que al chico le dolía, pero sin que el dolor fuera insoportable. Luego fue bajado hasta que sus pies se quedaban en puntillas y fue sellado en el suelo.

Ahora cada Dominante cogió un látigo, caña, vara, flogger, fusta etc. y dio 10 azotes al sumiso en intensidad creciente. Luego fue bajado del techo y cada extremidad fue atada a una cadena que fue sujetada en una polea en cuatro grandes postes. Luego fueron estirados hasta que el chico quedó tenso y tumbado en el aire y apoyado en un pequeño punto de apoyo.

La máscara de gas fue cerrada hasta que la respiración se hizo más forzada. La polla del chico empezaba a tener una erección cada vez mayor pero que le causaba un gran dolor por los tornillos. Ahora se acercó el doctor y cogió un cirio que encendió. Dejó que la cera estuviera líquida y empezó a verterla sobre el cuerpo del chico. Primero, en pequeñas gotas y luego en gotas más continuas. Luego dejó caer en los pezones que causaba más dolor al chico y en el glande que asomaba entre el prepucio.

Ahora el médico con un pequeño cuchillo retiró la cera del glande y cogió un juego de dilatadores de diversas formas. Con una jeringa con lubricante introdujo el extremo de la jeringa y echó lubricante para que los dilatadores se deslizasen sin problemas. Efectivamente, los dilatadores pasaban sin problemas. Extrajo el último de los colocados y comenzó a pajearle. Lo hacía muy suavemente, con el dedo de la otra mano estimulaba la próstata desde el recto para luego solo hacerle la paja. Para ello había retirado el aro de la polla. Siguió pajeando, paraba cada poco para que no eyaculase. Lo fue haciendo por etapas hasta que logró arruinar el orgasmo y el chaval eyaculó de forma tranquila y sin orgasmo.

Ahora perro, vete a limpiarte y vuelve aquí. Pero no vayas a los vestuarios de siempre sino a la izquierda que hay unas duchas.

Fue donde le indicaban y era cierto. Había unas duchas comunitarias que en uno de los lados no tenía paredes. Pero estaba todo a oscuras. Nada más entrar y ver las duchas alguien le cogió, más alto y fuerte que él. Lo llevó a uno de los lados donde había una repisa donde le hizo apoyar el torso y le dijo al oído:

¿Cabrón, te creías que me iba a ir sin usarte a mi gusto?

La voz era inconfundible. Era su jefe. Sintió pánico, pero por otra parte una gran excitación. Se acababa de correr, pero mentalmente sintió una gran humillación, pero a la vez ganas que siguieran usándole. Su jefe ya tenía la polla muy dura y se la acercó al culo que tenía restos de lubricante del dedo que le habían introducido antes. Entonces intentó sodomizarlo, pero Aitor inconscientemente se tensaba. El jefe dio un azote en su nalga y eso lo relajó lo suficiente para que la polla encontrara la forma de vencer la puerta y a partir de ahí de un solo golpe entró todo.

El jefe bufaba. Dos de los otros Amos sujetaron a Aitor para que el jefe se centrase en follarlo. Lo abría de las nalgas para que así sintiera más la verga que tenía dentro. No aguantó mucho. Se corrió dentro del condón y dentro del culo del sumiso. Salió de su interior, pero el Instructor ocupó su puesto. Lo follaba a saco y sin miramientos. Cuando terminó se le permitió ir a las duchas con los otros sumisos mientras los Amos miraban como todos se besaban, sobaban y manoseaban.

Este relato es imaginario, pero me encantaría conocer vuestras opiniones .