Graffitis eroticos de Pompeya

Introduccion al ambiente pompeyano (y pequeño favor de documentacion para el bastardeo de Lou Wild) que espero les guste.

02 - Graffitis eróticos y "políticamente incorrectos" en Pompeya

Pederastia, sodomía, prostitucion, adulterio, ¿Es el anuncio del ultimo boom cultural? ¿El avance de un programa del corazón? ¿La letra del musical "Hair"? No, es Pompeya y algunos de sus grafittis.

La ciudad que un desastre conservo para la eternidad, es también un hervidero para el curioso que busca otro tipo de investigación epigráfica. Tocar este tema puede ser espinoso en una sociedad tan doble moralista como la actual, pero es un tema, en mi opinión, como otro cualquiera.

Los grafittis de tipo erótico (a vista del hombre (y mujer) actual podrían calificarse incluso de pornográficos), dentro del mundo de la epigrafía, están estrechamente relacionados con los grafitos amorosos (Los cuales eran de tipo galante, indicativos de lugares de amor, etc), pues ambos comparten características similares. Expliquemos esto último: En ambos casos encontramos inscripciones que indican lugar: Aquí se amaron fulanito y menganita (Amorosa) o Aquí hay un lupanar – Aquí hay se encuentran las mejores prostitutas o los mejores niños. La variedad en ambos casos es, a ojos actuales, increíblemente interesante y golosa.

Brevemente, aunque luego, quizá, volveremos sobre ello, comentaremos unas características.

Habitualmente se encontraban escritos en un latín vulgar, el que hablaba el pueblo, algo común en todas las lenguas (todo el mundo, o al menos la gente que tenga una noción de ingles, sabe que como vayas a un ingles y le sueltes un shall, te tomara por un pedante).

Los grafitos eróticos aparecen por todas partes, mas o menos como ahora.

Nada mas llegar aquí , jodí y me volví a casa.

(Escrito en la habitación de un prostíbulo.

El autor, sin demasiados miramientos, nos dejó escrito este

texto, muy similar en su forma al celebre

"veni, vidi, vinci" cesariano)

Los símbolos priapicos son utilizados como talismán.

También se encuentra temática homosexual.

Existen grafitos de amor no correspondido y de adulterio.

También se dan anuncios de lupanares, o animación a la pederastia. Ambas actividades eran toleradas en estos momentos.

Harpocras jodió aquí estupendamente con Drauca por un denario.

(El individuo, pleno de placer, alaba de modo muy directo

la relación que ha mantenido con una prostituta)

Si alguien se sienta aquí,

lea en seguida este anuncio:

el que quiera joder busque a Atica.

Es de 16 ases.

(Escrito sobre un asiento cercano a una entrada de la ciudad.

Se trata del anuncio de los servicios de una prostituta, que

se ofrece al viajero que llega a Pompeya)

Saliéndonos del tema erótico, y como ya hemos anunciado en el titulo del documento, también encontramos grafitos de temática escatológica, en su variante caca, culo, pedo, pis.

Los graffiti pompeyanos son testimonios ricos para indagar la vida sexual de la antigüedad, donde figuran los registros de las proezas y dotes sexuales. Es el caso del que anotó «Hapocras folló aquí estupendamente». Aparecen también conductas sexuales, como la fellatio y la homosexualidad, registradas a modo de desprecio («Cosmo, gran invertido y mamón»), o con ánimo de sorna en la inscripción que dice «no te dediques a chupar coños fuera de casa. Hazlo adentro». Sin embargo, el imperativo «chúpame la verga» parece más cercano a una actitud de liberalidad sexual. Es que en la obscenidad de los graffiti hay una virtud casi terapéutica: lo breve, anónima y atrevida de la inscripción refleja así un momento pulsional y pasional, como el regodeo de una mirada libertina diciendo «Menéate, mamón». Cabe acotar que muchos graffiti generaron reacciones -también espontáneas- apreciables en agregados hechos por otras manos, y también en dibujos fálicos. Así, sobre el fogón de un panadero se lee «Aquí tiene su morada (un falo) la Felicidad»; un gesto burlón y, a la vez, muestra de la decadencia de las costumbres antiguas pues lo fálico como atributo de los dioses fue transformándose en símbolo puramente erótico.

Floronio, soldado perteneciente a la VII legión ha estado aquí y las mujeres, salvo unas pocas, no lo «conocieron», pero éstas «se sentaron».

Satir, no te dediques a chupar coños fuera de casa. Hazlo dentro. A mí, a mí, chúpame la verga. Lancen gritos de dolor, mujeres; quiero dar por culo. (Encontrado en la pared de una habitación)

Dioniso, a la hora que le da la gana puede follar. Cosmo, hijo de Equicia, gran invertido y mamón, es un pierniabierto. Menéate, mamón. Isidoro puteolano, esclavo nacido en casa, cunnilinguamente.

El 24 de Agosto del año 79 d.C. La explosión del Vesubio provoco que la ciudad de Pompeya quedara enterrada bajo una capa de 4 a 8 metros de ceniza. Gracias al terrible suceso, sabemos ahora como era una ciudad romana del siglo primero de nuestra era.

Pero lo que mas nos interesa, en este momento, son la multitud de inscripciones y grafitos (Alrededor de 10.000, los publicados) que podemos encontrar en las calles y casas pompeyanas.

Como ya hemos anunciado, nos interesan las que ahora, de nuevo bajo el prisma social y cultural de la actualidad, se pueden considerar "políticamente incorrectas".

Empecemos por el termino de símbolos priapicos. Príapo, la deidad fálica, el dios pene, quizá el mas antiguo de los símbolos de adoración. Símbolos priapicos los encontramos desde que el hombre (Entendiendo, en este termino, a los hominidos mas avanzados) esta sobre al tierra. Símbolo de fertilidad, al cual se rendían verdaderas procesiones en la antigüedad clásica.

Príapo, como tal se le conoce en la cultura latina, es una deidad relacionada con la fertilidad (en toda la extensión de la palabra, no solo en su ámbito sexual). Se le indica como hijo de Baco (Dionisos en Grecia), aunque otras fuentes consideran a estos como caras de la misma deidad (En un origen, Dionisos, era un dios fálico).

Era una divinidad de carácter obsceno (De nuevo desde una visión actualista, que el autor no tiene porque compartir), representada como un enano deforme, con un enorme falo en perpetua erección, símbolo de la fuerza fecundadora de la naturaleza. Los romanos solían colocar en sus jardines estatuas de Príapo, normalmente con la forma de toscas hermas de madera de higuera, manchadas de bermellón (de aquí que el dios fuese llamado ruber o rubicundus ), con un enorme falo erecto, llevando fruta en su ropa y una hoz o una cornucopia en la mano. Su función era la de garantizar una abundante cosecha, pero también hacían las veces de espantapájaros. Príapo alejaba el mal de ojo y su estatua protegía las huertas de los ladrones. Como otras divinidades protectoras de las artes agrícolas, se le creía poseedor de poderes proféticos, y a veces se le menciona en plural.

Algunos priapeos (Se llama priapeos ( Priapea en latín) a una colección de unos ochenta elegantes aunque indecentes poemas latinos sobre Príapo) describen a Príapo usando la sodomía como amenaza hacia los intrusos:

Quae percidere puer, moneo, futuere puella; barbatum furem tertia poena manet.

("Te sodomizaré, muchacho, te lo advierto; a ti, muchacha, te follaré; al barbado ladrón la tercera pena [la irrumación] es la que le espera.")

Ne prendare, cave. [...] Traiectus conto sic extendere pedali, Ut culum rugam non habuisse putes.

("Ten cuidado, no vaya a cogerte. [...] Atravesado por mi percha descomunal, quedarás tan estirado

Sin embargo, otros muestran cómo los poetas inventaron situaciones cómicas y obscenas para Príapo, otorgándole un prominencia literaria mayor de la que gozó en los ritos y la religión, si bien las figuras fálimas enmascaradas destacaban en muchas ocasiones festivas, tanto en Grecia como en el más extenso mundo romano.

Según algunos mitógrafos, sus lugares originarios de culto eran las ciudades de Asia Menor situadas en el Helesponto, particularmente Lámpsaco. Por esto a veces era llamado «Helespóntico». Más tarde, su culto se difundiría por Grecia e Italia. Los poetas griegos más antiguos, como Homero o Hesíodo, no mencionan Príapo y Estrabón (xiii. p.558) afirma expresamente que sólo tardíamente fue objeto de adoración divina.

Príapo tenía tantos rasgos en común con los otros dioses de la fertilidad que los órficos le identificaban con sus místicos Dioniso, Hermes, Helios y demás. Las leyendas áticas le relacionan con seres tan sensuales y licenciosos como Conisalos, Ortanes y Ticone. En cierta manera su equivalente en la mitología romana, donde fue mucho más popular que en la griega, era Mutinus Mutunus , la personificación del poder fructífero de la naturaleza.

Luciano (Sobre la danza) cuenta que Bitinia Príapo era considerado un dios guerrero, un tutor rústico del infante Ares.

Príapo también es reconocido como un santo en la Ecclesia Gnostica Catholica.

Príapo suele ser considerado hijo de Dioniso y Afrodita. Se dice que ésta había cedido a los abrazos de Dioniso, pero durante la expedición de éste a la India le fue infiel y vivió con Adonis (quien sería su padre según un escolio Sobre Licofrón señalado por Kerenyi 1951). A la vuelta de Dioniso Afrodita volvió a su lado, pero pronto le abandonó de nuevo y marchó a Lámpsaco para dar a luz al hijo del dios. Hera, decepcionada por la conducta de Afrodita, la tocó y su poder mágico hizo que alumbrase un hijo extremadamente feo y con unos genitales inusualmente grandes. En Helicón (Beocia) el escritor y viajero Pausanias señalaba una estatua de Príapo que era «digna de verse»:

Este dios es adorado donde las cabras y ovejas pastan o donde hay enjambres de abejas, pero la gente de Lámpsaco le adora más que a ningún otro dios, llamándole hijo de Dioniso y Afrodita.

Sin embargo, según otras fuentes Príapo era hijo de Dioniso y de una náyade o de Quíone y dio su nombre a la ciudad turca de Priapos, actual Karabiga (Estrabón, Geografía, XIII, 1, 12), mientras otras también le describen como hijo de Adonis con Afrodita (Tzetzes, Sobre Licofrón, 831), de Hermes (Higinio, Fábulas, 160), o de un padre de largas orejas, esto es, de Pan o de un sátiro (Macrobio, Saturnalia vi.5).

En los Fastos de Ovidio, la ninfa Lotis cayó dormida ebria en un banquete, y Príapo aprovechó esta oportunidad para intentar violarla. Con sigilo se le acercó, y justo cuando iba a abrazarla uno de los burros de Sileno (anfitrión del banquete) alertó al resto de invitados con «estridentes rebuznos». Lotis se despertó y rechazó a Príapo, pero su auténtica salvación fue ser transformada en flor de loto. Para hacerle pagar por estropearle esta oportunidad, Príapo mató al burro. Esta anécdota servía para explicar por qué en la ciudad de Lámpsaco, donde Príapo era adorado entre la descendencia de Hermes (Higinio, Fábulas 160), se sacrificaban burros como libación.

Además de la anterior, otras leyendas explicaban el porqué de estos sacrificios. Según una de ellas, Hestia fue avisada por un burro cuando Príapo iba a violarla (y por esto mismo en la fiesta de Hestia se coronaban a los asnos con flores). Otra leyenda cuenta que el origen está en una pelea que Príapo tuvo con un asno (al que Dioniso había concedido el don de la palabra) sobre el tamaño de sus respectivos miembros viriles. Príapo ganó y mató al asno, aunque luego sintió pena y lo subió a las estrellas (Higinio, Astronómica 2.23).

En Pompeya se descubrió un famoso fresco de Príapo pintado en las paredes del vestíbulo de la casa de los Vetti. Se cree que la función de este fresco era contrarrestar al mal de ojo de los envidiosos de la riqueza de los Vetti, dos acaudalados comerciantes de la ciudad que gastaron grandes sumas en decorar su mansión.

Los epítetos que se atribuyen a Príapo son:

Ανδροσαθων Androsathōn, ‘con genitales masculinos’

Itífalo (

Ιθυφαλλος Ithifallos), ‘falo erecto’

Así que resumiendo, este pequeña introducción al mito, el atributo característico de este deidad era el falo en erección. Sus santuarios: Lámpsaco, Cizico, monte Helicón; donde se le ofrendaba: leche, miel, pasteles, carneros, asnos y peces

Cabe destacar, como curiosidad, que, en medicina, el priapismo designa una erección dolorosa y prolongada sin excitación sexual.

Hasta aquí hemos hecho una aproximación a la deidad, a las inscripciones hechas en su nombre, y a algunas representaciones de tal deidad.

Ahora, y para terminar con este punto, nos referiremos a su carácter chamanico, lo representado o lo escrito posee una magia (Nos da algo que solicitamos). La representación de Príapo se realizaba, por le general, representando un órgano sexual masculino. Este se colocaba ala entrada de los lupanares, para indicar que allí se realizaba la practica de la prostitución. O en las entradas de casas para asegurar la fertilidad, sexual, económica o agrícola (que en ese momento tenían mucho que ver). También, encontramos, aunque en menos medida, representaciones de órganos sexuales femeninos, que también eran utilizados para los mismos menesteres que los masculinos.

Además de la prostitución, practica de la que ya hemos puesto ejemplos al principio, encontramos ejemplos de otras dos practicas igual de "bien vistas" por la sociedad actual (bueno, para ser justos, una de ellas es aceptada, aunque de tapadillo se la sigue viendo como una perversión digna del mas mortal de los pecados): la homosexualidad y la pederastia.

Empecemos por la primera. La homosexualidad, es el amor por otra persona de tu mismo sexo, practica bien vista en sociedades donde se consideraba como el mas puro, y perfecto, el amor entre dos hombres (pues era entre iguales). Aunque también encontramos grafitos de índole lésbica, lo cual nos hace pensar en una sociedad menos cerrada que la griega, en cuanto a la mujer.

En cuanto a la pederastia (que se diferencia, sutilmente del concepto: pedofilia; en cuanto a que esta es la atracción hacia los menores de edad, y la otra es la practica de sexo con menores de edad), hay que indicar que muchas fuentes nos hablan de que era una practica, no solo bien vista, extendida. Se habla de amantes menores de edad de personajes como Sócrates. Ante los ojos de una persona actual, la palabra pederastia implica que se ha cometido un delito, una perversión, una desviación del comportamiento moral estipulado; ante los ojos de un pompeyano esto seria una enorme salida de tono.

En ambos casos encontramos grafitos que nos informan, sin tapujos de estas dos practicas. Casos como que dos hombres anuncian su copula en una pared, o que un individuo indique, en otro grafito, donde se encuentran los mejores niños o los mas económicos, es algo normal entre la epigrafía pompeyana.

En cuanto a los de tema escatológico, son encuentran también en gran cantidad por toda la ciudad de Pompeya. En su mayoría son grafitos de tono satírico, que buscan ridiculizar a otra persona.