Gracias Martillo (XII)

Quién pensaría que un perro podría causar tantas cosas? Mario y Damián lo saben.

Antes de que lean el  relato, les queria pedir una disculpa, el trabajo y unos proyectos de la escuelilla me han dejado completamente fuera de la liga, no he podido escribir mucho y apenas voy a la mitad del 13, así que eso. La otra es que no pienso dejar Gracias Martillo como mis otras historias, sin final, no publicaré tan seguido como antes y mucho menos responder correos pero de que seguiré con GM lo seguiré haciendo.

Espero que les guste el relato.

Un abrazo grande, Borja.

//// Armando

Desperté y todavía lo tenía en mi cama, estaba de espaldas, así que no le pude ver su cara de dormido, pero que me hubiera encantado haber podido.

Pronto lo oí respirar profundamente, que se estaba despertando, le pasé mi mano por su hombro fuerte y pude ver a duras penas la sonrisa que había esbozado. Se dió la vuelta y me mostró su sonrisa blanca que contrastaba con el cielo gris y mojado. Juntamos nuestras frentes y nos agarramos la nuca.

-Sigues aquí.-Le dije con cariño. Electricidad pasó por toda mi espina dorsal.

-Sí, me lo has pedido...-Respondió con una sonrisa más grande- Macho, lo de anoche ha estado fenomenal.

-A que sí.-Nos reímos.

Nos vimos el uno al otro por un rato hasta que me paré a darme una ducha, después   del desastre de anoche no estaba muy limpio que digamos, cuando salí de bañarme vi a Líon desparramado en toda la cama con la sabana tapando solo su hombligo. Jamás había visto la anatomía de otro hombre simplemente libre, sus grandes testiculos caídos en la cama cargando aquella polla que hace un par de horas me había comido en uno de sus mejores estados.

Salí de la habitación con una sonrisa sorprendida, bajé a la cocina y nos preparé el desayuno, oí cuando Líon se metió a bañar.

Tantos pensamientos pasaban por mi cabeza que no sabia qué hacer.

Puse los platos, regresé a la cocina para llevar ahora los vasos, en medio de la última acción bajó Líon y me plantó un beso. Por más que aquella nueva experiencia en mi vida me encantara tenia que enfrentarlo y cuestionarnos.

-Tio tenemos que hablar...-Le dije cuando nuestros labios se separaron.

Su rostro cambió.

-... tenemos que aclararnos antes que todo. -Me senté y el también- ...lo de anoche.

-...no debió pasar...? Ostia, pero nos ha gustado a los dos, no entiendo nada tio.-Me interrumpió.

Me tardé unos segundos en responder.

-De que hablas tio? Joder, lo de anoche ha sido.... genial.  Sólo que qué coño somos? Es la primera vez que nos conocemos y mira donde hemos terminado. -Dije con tono sarcástico.

-Ya... no sé, nos ha gustado no? Y nos gusta sentir nuestros labios y solo llevamos un día de conocernos... eso habla mucho Armando, es lo mismo con eso de que "el amor no tiene edad" joder pues el tiempo tampoco tiene edad.

-Ya, y entonces donde queda nuestra heterosexualidad? Porque pensar hacerlo con otro tio me corta y más si se la tengo que mamar, aún así lo hice anoche contigo, nada tiene sentido.-Argumenté.

-En mi caso... pues me van ambos lados pero jamás lo había echado con un macho. Somos libres no? No lo pensemos y ya, no hay que ponernos etiquetas ni candados! -Dijo con una sonrisa.

-Entonces... somos... una pareja de heteros que se dan por culo y se tiran un 69? Pero que raro joder.

No sabía que pensar, Líon me ponía como un burro pero imaginar hacerlo con otro tio me ponía como sostén usado. Respiré hondo y comí con él.

////Mario

Me desperté antes que los dos alfas, Damián y Marc, me dolia el labio a pesar de la crema y el masaje con sus labios que Damián me había puesto en la noche. Tenía hambre pero al mismo tiempo me dolía el estómago como para meter algo.

Me fui a la sala, supe que eran las 7 de la mañana cuando el noticiero local apareció en la tv, joder era muy temprano como para estar despierto, poco a poco mis ojos se cerraron.

Los volví a despertar cuando me acompañó Marc en la sala, solo había pasado media hora.

-Hey.-Me saludó todo dormido e hice lo mismo.

-Mario, es muy temprano, que haces acá abajo? -Se sentó en el sillón.

  • Si has dormido con Damián sabrás entonces que el tio es todo una culebra en la noche, que se mueve todo el tiempo y justamente hoy me despertó. -Se rió y acertó conmigo.

Traté de quedarme despierto pero me costaba mucho.

-Marc, te puedo... puedo hacerte una pregunta? -Le dije después de unos minutos.

-Sí dime.

-Como era Marc con... Michelle? -Pregunté un poco nervioso- Como eran ellos? -Tenía curiosidad, aunque creía en las palabras que Damián me decía no sé, no me sentía del todo seguro.

-Bueno, ellos.. no sé, igual que como es contigo, se querían mucho. Damián era protectivo, está hecho a la antigua el tio, se entrega cuando de verdad quiere algo, la quería mucho pero se empezaron a separar poco a poco... Supongo que fue el monstruo del matrimonio y más cuando no tienen ni los 25 años de edad...-Dijo analizando sus palabras, al final de todo me lo estaba diciendo a mi, el novio de Damián.

-...a que te refieres con protectivo, era celoso?

-No! -Dijo entre risas- Protectivo como anoche, si se metían con ella algún tio él no se quedaba atrás, ya ves que quería enfrentar a esos tíos. Celoso... diría lo normal, la verdad es que pocas veces lo he visto celoso,  una vez se enojó conmigo por unas cosas con Michelle pero vamos, no era nada.

-Ya ya.

-Por qué me preguntas? -Dijo entre una sonrisa.

-Por nada tío, solo me siento un poco confundido, pero no me malentiendas, que lo quiero mucho.

Me perdí en mis propios pensamientos y sin percatarme del cuándo me volví a quedar dormido, me desperté una vez más gracias a Marc, sólo que esta vez estábamos o más bien me estaba subiendo por las escaleras rodeado de sus dos brazos fornidos, me estaba cargando para finalmente dejarme en lo que supuse era su cama cuando lo vi acostarse a mi lado, solo hasta ahí supe conscientemente lo que pasaba.

////Damián

Desperté por el sonido de la alarma de mi trabajo, en dos días tendría que estar devuelta en el trabajo, que fastidio.

Estaba boca abajo, mi brazo derecho estaba en mi campo visual mientras que el izquierdo estaba torcido para estar en el lado izquierdo de la cama, moví éste brazo para tocar al núcleo de mi mundo pero no estaba, no había ruidos en la casa más que las gotas chocando contra el asfalto y árboles afuera, no había rastro auditivo de él, me senté en la cama, puto dolor que me vino al mover mi hombro izquierdo, no podía moverlo completamente.

Me levanté con una semi-erección por el sueño que había tenido, me sobé y me levanté para dos cosas, orinar y ver donde coño estaba mi Mario.

Salí de mi cuarto y oí ruido en el cuarto de Marc, supuse que sabría donde estaba él o incluso estaban jugando pero nop...

Entré a su cuarto y lo primero que vi en su forma más abstracta fueron dos cuerpos para luego identificar sus sexos, dos tios, ok, eran Marc y Mario....

-Pero... que hacen? -Dije con cara de extrañado sin tratar de denotar celos o malos pensamientos.

-Que se ha quedado dormido en el sillón de abajo y los dos sabemos el dolor que deja en el cuello. Y me ha dado una flojera dejarlo en tu cama.

-Mmm ya, y que han hecho? -Dije un poquito llevado por los celos.

-Acaso... acaso estoy hablando con un Damián celoso?!-Dijo chistoso- Vamos, que si hace media hora hablaba con Mario sobre ti y tus celos inexistentes y lo primero que veo son eso, tus celos.

-Vamos ya, que he despertado sin él y esto es lo primero que veo...-Me excusé, aún así seguía un poco tocado por el hecho de que Marc estaba solo en boxers que nunca dejaban mucho a la imaginación y Mario con unas de mis playeras y su bóxer.

Bajé a comer algo de la cocina y ver la tele hasta que bajaron los dos, Mario con una cara de dormido que ni el agua le quitó. Mario y yo preparamos el desayuno para los tres y nos pusimos en la mesa,  seguía un poco molesto con Marc todavía y él lo podía notar.

-Ya estás listo? -Me preguntó Mario, no le entendí- Para entrar a trabajar....-Tenia una sonrisita.

-Ooh ya, pues mira, lo bueno es que tenemos salud. -Nos reímos los tres.

-En que trabajan eh?

-Yo trabajo en oficinas de la ciudad, papeleo por aquí, papeleo por allá. -Dijo Marc.

-Preparatoria, los tengo que vigilar y arreglar papeles. Es muy grande entonces a veces es exhausto. Y tu?

-En una de las tiendas de ropa del centro Dorado, tengo que estar a cargo de los empleados y todo eso.

-Pues a ver si nos haces unos discuentitos...-Dijo Marc aguantándose la risa para luego soltarla y pegarsela a Mario... a mi no tanto y me siguió con la mirada.

Me levanté a dejar mi plato y el de mi novio, éste se subió en busca de algo y Marc me siguió a la cocina.

-Damián no te entiendo joder, entre nosotros no ha pasado nada, ostia, estás igual que aquella vez con Michelle, estás flipando, lo subí por que se estaba durmiendo.-Me regañó en voz baja para que no oyera Mario.

-Joder, y por que no lo has dejado en mi cama? Que es de dudar verlos a los dos semidesnudos y más cuando te cargas el mundo usando estos boxers que marcan todo! -Dije seco y murmurando, le agarré su bulto con una sola mano, que no bastaba,  sin pensarlo.

Dejó sus ojos clavados en los mios con sus facciones marcando una sorpresa, su polla palpitó un poco, lo solté en ese segundo.

-El que debería tener un poco de celos es él, joder, que no hemos echo absolutamente nada... en cambio tu y yo sí.-Lo dejó ahí y nos alejamos fue entonces cuando Mario apenas bajaba las escaleras.

Sonó su teléfono, el de Mario y salió al patio donde Martillo se le echo encima y lo empezó a lamer.

Yo regresé a la sala con Marc.

-Eso nunca pasó ok? Entre tu y yo nunca hubo nada, jamás pasó.-Le dije en voz alta turnando mi vista entre los ojos de mi amigo y Mario que estaba afuera.

-Ooh Damián por favor! -Dijo sarcástico- Tio ya estamos grandes, por que no lo admites y ya? Que fue un acostón y de puta madre...-Decía enojado hasta que se relajó repentinamente- Joder macho, no me pienso pelear contigo por una estupidez, entre nosotros no pasó nada! De verdad que flipas tio.

Se subió molesto y entró Mario, cambié mi cara para que no supiera nada.

-Ha sido Andrés, que quiere que salga con él tio pero le he dicho que no.-Me dijo Mario inocente de la situación.

-Por qué no tio? Vaaa ve vamos, que no hay ningún problema.-Dijo un Damián dentro de mi tratando de arreglar sus errores con Marc y probandose así que no era celoso.

Marc bajó totalmente vestido y salió apresurado por la puerta sin despedirse,  estaba enfadado.

-Quee ha pasado Damián?

-No ha sido nada.-Dije serio.

-Vamos pero que ha salido aquí con una carota.

-No ha sido nada tio, ok? -Solté un poco irritado. Exhalé cuando me di cuenta del tono de mi voz- ahh, perdón perdón tio, pero en serio no ha sido nada, es solo que se ha enojado por algo que pasó. -Lo abracé arrepentido.

Estuvimos juntos toda aquella tarde en el sofá, dándonos cariños y besos pero principalmente viendo la tv. Al final se fue  con Andrés.

-Vamos pero no te enojas?-Me decía después de haberlo molestado un poco.

-Ya ya, que no. Ve anda, no quiero que piense que soy todo un celoso amargado.

-Te importa lo que diga él?

-Me importa lo que tú dices.-Le di un pico- ya vete anda.

-Seguro? -Me decía con una sonrisa.

-Vaamos que sí! Digo, te importa más él que yo...-Me reí, me miró rogandome, le di un beso- Ya que es mentira, ve que de por si es un poco tarde...

-Nos vemos Damián.-Me besó y su fue con una sonrisa.

////Armando

-Entonces te tienes que ir? -Le daba besos en el cuello- Pues sabes que? No puedes...-Me contuve una sonrisa.

-Por que, eh?-Rozaba sus labios con los míos.

Estábamos en el sillón enfrente del ventanal del segundo piso, un ventanal con una vista perfecta, no era plana sino que estaba inclinada de modo que daba una viste larga del cielo.

Estar ahí frente a frente con Líon, nuestros pies y nalgas eran lo que nos mantenían sentados, nuestras piernas estaban entrelazadas, nuestros vellos rozaban y hacían fricción al igual que nuestras pieles. El calor que produciamos era satisfactorio con el frio de todo nuestro alrededor.

-Es raro estar haciendo esto tio, ese sentimiento de algo nuevo... me encanta.

-A mi también, tus labios son tan hechos a la medida que me encantaría estar aquí todo el día... pero tengo que ir a trabajar.-Separó sus labios de los míos y me miró con ojos de perrito.

-Ya te dije que no te vas a ir... no?-Le dije riéndome de la cara que había puesto, la rompió con una risa también.

-Por queee? Dime, me vas a encerrar en tu calabozo?

-Ni que fuera tonto, y desaprovechar el cuerpo que te cargas? No no no, en todo caso te encadenaria a mi cama, pero la mera verdad es que anoche te traje en mi carrito... así que al menos que me den ganas de llevarte no irás a tu trabajo, como ves? -Seguí su juegito con voz chistosa.

--Joder... que estás en lo cierto... y no hay alguna forma de convencerte...? -Me besó con lujuria- Digo, al final todos tienen un precio...-Me volvió a besar.

-... tengo uno, pero es muy elevado sabes?

-Oh si?? Y cual será ese?-Preguntó irónicamente mientras me besaba en mi punto débil, debajo de la barbilla 3 centímetros a la izquierda, no pude evitar estremecerme- A caso eso es una pista?

El tio, Líon, lo había descubierto justo anoche al momento de entrar a mi casa, lo que hizo que me debilitara un poco haciendo que casi nos cayeramos.

-Te voy a dar una.-Le comí su cuello con ferocidad y en ocasiones le mordí.

Nos comíamos a besos nuestros cuellos, nuestras espadas estaban listas para atacar, fue Líon el que atacó primero bajando sus manos por mis piernas pobladas de vellos, bajó por mi brazo con sus labios hasta llegar a mi dedo pulgar que chupó como si de mi polla se tratase, sentir su succión en mi dedo me puso en guardia, listo para atacar.

Estiré mis piernas mientras me acostaba lentamente y el quedaba en mi abdomen, nos agarramos de la mano, bajo lamiendo mi abdomen hasta llegar a mi paquete, lo agarró a su manera mientras me succionaba los muslos, joder, aquel tio debía ser maestro del sexo por que sí que lo sabía dar. Sacó mi espada y tal fuera el acto de un suicida se la metió en la boca sin pensarlo ni siquiera una vez.

Eso me trajo contracciones inmediatas, fue como arrojar galones de gasolina a un cerillo, me prendió en un segundo, estaba listo para atacar y ser atacado.

Lo traje a mi boca y nos besamos como verdaderos machos, con buen de saliva y jugueteo de lengua. Lo acosté del otro lado y bajé hasta su polla, me la clavé en la garganta, Líon me apretaba la nuca de la cabeza mientras se retorcía, me llevó a sus labios y los besos se pusieron de moda una vez más, esta vez se quedaron más tiempo, estaba sobre él, mi polla a un lado de la suya, movía mis caderas lenta y sensualmente afilando nuestras espadas, el tio me mordía los labios los pezones y los biceps, me encantaba que lo hiciera, su forma de lamerme, era un manjar sensorial.

Los dos teníamos las mismas ganas de enterarnos esas espadas en las bocas así que lo hicimos, un 69, yo estaba arriba de él.

Tantas veces hablar de él pero nunca lo había comprobado, al final aquellos "rumores" eran ciertos, uno, los gays tenían el mejor sexo y dos, el 69 no era apto para precoces aunque en ese acto todos se volvían uno.

Aquella sensación de una capa de saliva y una boca subiendo y bajando por tu mástil te llevaba a rincones nunca explorados mientras tenías la boca llena de aquella verga salida de película porno, gruesa grande venuda y con pelos hasta en los huevos, no diferenciaba mucho de la mía excepto a que la mía no tenia capuchón.

Me encantaba la forma en la que se aferraba a succionar y chupar todo mi glande y al mismo tiempo masturbarme con rapidez, yo bajaba y subía con frenesí mi cabeza sobre su polla o hasta que el cuello me reclamara con dolor.

Sentí cosquillas en la punta de mi espada, me quería venir, me di la vuelta con rapidez, me apoyé en su pecho y me masturbé como loco mientras su lengua acariciaba la punta de la espada.

-Eres un jodido cabrón...-Dije con interrupciones de mis espasmos.

-Vamos macho, te vas a quedar a medias? -Me dijo burlón, se comió la mitad de mi cabeza y no pude evitar venirme instantáneamente.

Gemí desesperado por liberar toda esa Leche en su garganta, se sacó mi verga de su boca e hizo que me viniera en el resto de su cara, cayéndole en las mejillas la nariz y sus labios. Me quedé con espasmos mientras me aseguraba como loco de sacar mi esperma en su cara.

Cambiamos de roles y él se sentó en mí.

-Eres un cabronazo Líon.-Le sujeté con fuerza su pectoral carnudo y le pellizqué su pezón.

Gimió mientras me veía con una sonrisa morbosa a los ojos, sus pectorales y sus bíceps se contraían como máquinas sin control, sus venas se marcaban en la frente roja, apretaba los dientes y marcaba su sien,  apretujaba su polla igual de desesperado lor correrse hasta que lo hizo, se la chupé mirandole a los ojos y se corrió dentro de toda mi boca, cuando deslizo su polla para afuera salió con una ligera capa húmeda y blanquecina envuelta por mis labios, su polla bañada en su propio semen.

Me miraba con cara de excitación, bajó hasta mis labios y se acostó arriba mío.

-Ya anda, que por más rico que esté esto tienes que ir trabajar, vamos a bañarnos. -Le dije después de varios minutos de sentir nuestroa cuerpos y contemplar lo vasto de aquel cielo gris.

-Ya ya, tienes razón.

Nos bañamos como si de un baño con los colegas después del gimnasio en el colegio se tratase, nada de vistas,  nada de toqueteos, pero sí mucho de insinuaciones y sonrisitas.

Nos secamos, le presté una camisa mía y se puso lo mismo que llevaba el día anterior, sus zapatos café, sus boxers negros, sus jeans de color azul marino y su saco blanco remangado hasta sus codos luciendo la camisa azul eléctrico que le había prestado.

-Que se ve bien eh macho!-Dijo con una sonrisa feliz.

Le sonreí y nos metimos en mi auto.

El camino fue silencioso, pero no ese silencio que todos odian, ese silencio que te comes la cabeza pensando en qué decir, no, era ese silencio de compañeros, el que no necesitas hablar para decir algo, era relajante, ese silencio de mejores amigos en el que no te preocupa no tener algo que decir. Lo único raro de esa situación era que llevábamos menos de dos días en conocernos.

Llegamos al destino y los dos exhalamos como cansados, nos vimos a la cara y nos detuvimos por unos segundos.

-Entonces... ahora qué? -Dijo pensando en el futuro viendo que era nuestro último momento juntos.

-...pues no sé tío, por esp he querido hablar sobre que qué eramos específicamente.-Me reí.

-Joder, no puede acabar aquí, la folladera estuvo de puta madre para acabarla aquí...-Se decepcionó.

-Por que no me citas otra vez, te apunto, nos vemos en mi oficina, nos vemos nuevamente y lo hacemos de nuevo?-Me sonrió relajado.

-Va, o nos podemos ir a tomar unas copitas a tu casa y de ahí un poquito de conocernos y después follamitos otra vez...?-Dije burlón.

-Ganas. Nos vemos en mi oficina a las 5. -Se emocionó.

-Perfecto.-Me despedí de él como amigos, me sorprendió la forma en la que al momento del salir del carro me sobó el bulto y me guiñó un ojo.-Que hijo de puta...-Solté con una sonrisa una vez que me quedé solo en el auto y lo veía alejarse echandome vistazos de vez en cuando.

Joder, que días, pareciera que en algún momento de ayer había entrado a una dimensión alternisíma. Jamás de los jamás creería que me acostaría con un tio, con alguien con una polla entre las piernas, con alguien que tuviera barba espesa... y así podría continuarme todo el día, alistando las cosas que definieran a un hombre, a un Líon.

Aún con la sonrisa dibujada en mi cara arranqué el coche y me fui rumbo a mi trabajo, que ya llevaba poco menos de media hora de retraso.

En el camino todo me cambio, como cuando cambias el color en el w8, cada botoncito va cambiando su color y te vas dando cuenta gradualmente, pues eso tenia yo en esos momentos, veía a tios para luego ver tías para regresar a tios y así seguía,  me quería follar a medio mundo.

Tal vez eran mis testosteronas que estaban "mal"... sí,  debia ser eso, tenía mis testosteronas revolucionadas,  sin poder pararlas, vamos, pero ellas bien que me paraban.

Llegué al trabajo después de tantas vistas, me sorprendí de no haber chocado, que mis ojos no sabían pero lo estaban pidiendo a muerte, literal y literal.

Saludé a los compañeros y descubrí, después de tanto negar por meses a mis colegas tios y tias,  que el gay del primer piso Sí que me tiraba los trastos, y vaya forma. A lo mejor era que esta vez se había esforzado en demostrarlo o era este asunto con Líon que me había habierto las cosas... digamos ojos, que me había abierto los ojos , no quiero prestarme a malos entendidos.

La mirada penetrante hacia mis pantoles, la forma en la que me  estaba viendo y hablando... demostraban más que compañerismo. Solo para jugar con él, me rasqué los huevos con indiferencia viéndole a los ojos, que supiera que había captado el mensaje, su reacción: una sonrisa tapando su emoción,  las tias a nuestro alrededor nos veían de turnos viendo sorprendidas lo que había pasado, me reí amistosamente.

Pasé a su lado después de que me terminó de dar unos papeles, me despedí de él con la mano y me alejé de él sacudiendole su hombro, las dos con la misma mano con la que me había tocado los huevos, seguía conteniendo su emoción, me acerqué a las escaleras aún con la sonrisa en mi cara, volteé y lo vi hablando con su mejor amiga y amigo en común mio, nos vimos a los ojos y le guiñé coquetamente mientras subía las escaleras para al segundo piso.

Fue, he de decir, retador, quería darle un poco de esperanza y ver hasta donde llegaba su segundo nivel de coqueteo.

Finalmente llegué hasta el piso donde pertenecía, el tercero.

-Que? Ya te diste que te tira los trastos?-Dijo Roxxana, una de mis amigas, viendo la sonrisa en mi rostro.

-Que sí y más que eso, he jugueteado con él.-Se quedó con los ojos abiertos.

-Que? Me estás agarrando de coña no?

-En lo absoluto, que hoy de la nada me he dado cuenta,  se me ha quedado viendo al pantalón.... vamos, sin pena alguna. Y bueno, me tocado un poquitín tal vez...-Me reí.

-Que no te le creo, lleva meses tirandote... mejor dicho, aventando los trastos. Que no me sorprendería que te los echase directamente.-Se rió mientras revisaba unos papeles cuando llegó Saúl, mi otro mejor amigo- Joder Saulito, a tiempo eh, a tiempo.

-Que ha sido? -Dijo cansado de subir las escaleras.

-Que Armandito el cabrón, le ha recogido las señas al Aurelio.-Dijo riéndose.

-Ostia macho eh, que te quieres divertir un rato!-Se rió igual.

El trabajo, por pesado que fuera a veces se recompensaba con el hecho de tener gente tan amigable, ambiente relajado, era perfecto, la paga era otra cosa de la cual no me podía quejar.

Todo el dia estuvo, o la mitad de este, lleno de bromas todas enfocados en Aurelio, pero en fin, que podía hacer eran amigos.

-Me piro.-Les dije mientras arreglaba mis papeles.

-De que hablas, pero si sales a las 8?-Dijo Saúl.

-Por un día no creo que se enoje el jefe, además he sacado unos planes.

-Y no nos invitas? -Decía Roxxana ocupada.

-Que lo haría pero no lo conocen.

-No es Mario?-Preguntó Saúl, me miraron los dos.

-Ehh, no, es un amigo lejano. Bueno, nos vemos mañana.-Me fui antes de que hicieran más preguntas.

Bajé por las escaleras un poco apresurado, faltaban 20 minutos para que dieran las 5, ya iba tarde con Líon. Mis ganas de llegar con él, tomarnos unas cervezas y hacer otras cosas ocultaban el hecho de que tenía unas ganas de orinar inmensas.

Me metí al baño del primer piso, me fui a uno de los de la pared lejana y empecé a orinar, estiré mi cuello y no fue sorpresa oír escuchar alguien más entrar al baño, lo que fue un poco sorpresa fue el hecho de que se trataba de Aurelio. Lo vi de reojo y sonreí irónicamente, no estaba ni cerca de terminar mi asunto, vi como su sobra nublaba parte de mi vista, se había puesto a orinar.

-Ya te vas? -Inició la conversación.

-Eh? Como sabes?-Le decía con este aire coqueto en mi voz.

-Vamos, no creo que bajases al primer piso solo a -Dio un vistazo allá bajo-... orinar.

-Y que tal si vine a ver a alguien? -Me reí un poco.

-Ya, y quien sería? -Siguió sigilosamente mi juego.

-Puede que sea a mi jefa, o puede que sea a ti....-Me sacudí mi trompa y sus ojos cambiaron para verla, lo hacía lenta y provocativamente sin dejarlo de ver a los ojos retandolo.

Me lavé las manos y me siguió a lo mismo.

-...has adivinado sabes, ya me retiro. Voy al estacionamiento, no creo que haya gente.-Lo miré a los ojos esperando su respuesta, sonrió. Esta

vez

-Y piensas bajar solo?-Me miró un poco más serio y concentrado en lo que buscaba.

Me fui hacia el estacionamiento como si él no estuviera pero algo sí estaba, mi polla morcillona y mi sonrisa con lujuria.

Oía sus pasos atrás de los mios hasta que bajamos por completo, me siguió hasta mi carro, me recargué y lo miré como un completo chulo.

-Y para que me has seguido?-Me rasqué y tallé mi bulto como lo había hecho anteriormente, sin pena alguna, con completa indiferencia. Me miró con una sonrisita.

-Ambos sabemos más de lo que deberíamos.

Con el mismo nerviosismo que tenia Líon anoche, Aurelio me acercaba su mano a mis partes, las sobó como si las conociera de antemano.

-Joder, andas un poco feliz eh?

Reclinó su cabeza en mi hombro en vez de besarme, tallaba mi bulto con fuerza, desperado por metersela a la boca, bajé mi cierre y enseguida metió su mano, solté un gemido y estaré mi cabeza para atrás.

-Joder, puedo?-Me rogó más que preguntar.

-Haz lo que tengas que hacer.-Dije embriagado de excitación.

Se hundió en mi barba y en mi cuello lamiéndome y besándome  desesperadamente, oía su respiración entrecortada, mierda, su forma de atacarme me prendía mucho, la forma en la que me comía los labios para después bajar hasta mi barba... me volvían todo un loco, sacó mi espada de su escondite y empezó a masturbarme, pronto me puse como un pezón en el frio, duro.

Desabotonó mi camisa de un jalón, empezó a bajar entre besos suaves y delicados por todo mi pecho velludo.

Llegó hasta mi polla, me vió a los ojos y hasta ahí supe de la realidad.

Sentía su boca deslizarse por todo mi tronco, la saliva que dejaba, las cosquillas que me daba en la cabeza, la forma en que trataba de llegar hasta la base de mi polla sin éxito, todo era miel sobre hojuelas. Me gustaba verlo atorado en mi verga, desbordando saliva por sus labios, mientras me veía a los ojos con cierta rebeldía falta de aire y excitación. Lo dejé respirar y regresó a mi barba dondé se quedó un ratillo empapando de saliva mi barbilla.

Lo empujé hacia bajo, pasó por todo mi tronco, mis bíceps, mis pezones, cerca de mis axilas y todo el abdomen lo reclamaba suyo. Se comió mi polla de una y esta vez logró llegar hasta la base por unos segundos, se la devoraba ferozmente, subía y bajaba. Mis gemidos se podían oir a varios metros a la redonda pero no me importaba, le hice la cara para atrás para apreciarlo correctamente, tenia su barbilla irritada por mi barba y su boca mojada por su saliva, sus labios rojos del morreo y de la mamada, lo vi con inferioridad lo cual le gustó y continuó mamando, se fue hasta mis huevos, rozando mi polla con toda su cara, mi polla fácilmente nacía a la altura de su barbilla y acababa unos milímetros más arriba de su frente.

Me dejó mojado los huevos, cada parte estaba impregnada por su saliva, me estaba por venir, mis gemidos me delataban, le agarré su cara, le escupí en la boca, sonrió y proseguí a follarsela, cerró sus ojos con fuerza, mi polla entraba y salía de su boca rápidamente, no lo empujaba hasta la base por que sabía que lo podía lastimar pero el quiso más, se acercaba cada que le embestia, entonces le di lo que pedía, lo agarré con fuerza de su nuca y se la metía mas hondo, sus ojos rojos y llorozos me pedían más por mas que le molestase.

Dejé de embestirlo, me masturbaba rápidamente, mis pectorales se contraían, el tío me chupaba la cabeza mientras lo hacía, no aguanté más y me vine en toda su boca, traté de gemir pero lo ahogué, se la comió entera y me vine en su garganta,  se la sacó y se masturbó en frente de su cara, me vine aún más.

Me apoyaba solamente con las puntas de los pies, mis piernas se contraían por igual. El creyó que había acabado ahí pero no, lo llevé hasta mis labios y me morreé con él.

Lo empujé despacio hacia atrás, me levanté los pantalones que tocaban el suelo, me abotoné la camisa y lo miré a los ojos con una sonrisita de auténtico chulo.

-Ya tienes lo que querías.-Le dije.

-...joder macho...-Negaba con su cabeza mientras sonreía, los dos respirábamos agitadamente, se limpiaba la lefa de su cara sin perderme la mirada- que hay que repetirlo...

Me subí al carro casi ignorándolo, lo arranqué.

-Algún día Aurelio. Nos vemos.-Le respondí como si nada hubiera pasado, como si hubiera sido una despedida formal.

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Como siempre al final de cada relato, les doy muchas gracias por sus comentarios y mensajes, es un gusto que les guste y que me lo demuestren por sus mensajes, que en serio, muchas muchas gracias.