Gracias Martillo (X)

Quién pensaría que un perro podría causar tantas cosas? Mario y Damián lo saben.

Desperté a lado de Andrés, no soportaba la sensibilidad de mis ojos, todo estaba muy claro. Él seguía dormido, apoyando su lado izquierdo de su cara en la almohada con la boca abierta y su respectivo charco de saliva, exagero.

Me dirigí al baño, me limpié la cara y me fui hacia la cocina, tenía un hambre y una sed.... que ni una momia.

-Eres el único despierto? -Me dijo Rogelio soñoliento.

-Pues si te cuento a ti creo que no. Va, tio, me haces un emparedado?-Le dije al ver que se iba a hacer uno.

-Ya ya, y Andrés, no ha despertado? Anoche lo vi raro, se te quedaba viendo mucho, no traeran algo de nuevo no? Entre ustedes dos...

-Va, de que hablas wey? -Dije nervioso, usaba sus palabras o modismos cuando hablaba con él,  aunque a veces se me escapaba con otras personas.

-No querrás que me crea que se separaron así de la nada y tu cortando rastro con todos nosotros o si?  Eso no lo hace alguien que tuvo "una pelea por una tia". -Imitó el acepto castellano.

-Aclarame tio por que en serio no te entiendo. -Disimulé mi conocimiento. Que algo sabía Rogelio.

-Le he sacado la sopa dos años después de lo de ustedes. Que sé que se traían algo...

Exhalé en una forma de derrotado, nuestro teatro se había caído.

-Ya... y que ta ha dicho?

-En resumidas cuentas,  que terminaron por culpa de él por miedo a varias cosas, y bueno, que se siente de la verga, quería arreglar esos pedos contigo y no sé si ya lo ha hecho.

-...sí, el primer día que nos vimos me pidió disculpas... oye, y él... tiene novia?-Me acordé de lo que me dijo Andrés ese día.

-Ehh, que yo sepa no, y no creo, que ha estado de fiesta en semanas anteriores así que lo dudo.

-Ya ya...-Nos quedamos callados, yo pensando y él cocinando, de vez en cuando me echaba unas miraditas para ver como estaba.

-... te dan...?-Me quiso preguntar.

-Me dan qué?

-Celos.-Aunque no nos veíamos cara a cara vi como movió sus orejas en atención.

-Que va tio, yo estoy con... se me hizo raro, no sé, como si me tratara de sacar una reacción.-Cambié de tema rápidamente.

-Pues ciertamente lo ha hecho o no wey?

-Supongo que tienes razón pero...

-Ya, deja de pensar en eso y toma. -Me pasó el sandwich y empezamos a comer, el sentado del lado de la cocina y yo en la sala de estar, estabamos frente a frente pero una barra nos separaba- Que tal está eh? Eh estado estudiando cocina desde hace unos añitos así que tu dime.

-Vamos! Que está bueno, que qué le has puesto?

-Secretos mi chavo, secretos.-Nos reímos- y entonces vas a regresar con él?

-Yo...-Fruncí mi cara, me miró preocupado.

-Joooder! Que el macho de Rogelio se ha puesto el delantal! -Gritó Marlon saliendo del baño. Exhalé aliviado mientras Rogelio inhalaba un poco molesto por la repentina llegada de Marlon.

-Ni modos, ya cerré la cocina y a ver quien te hace a ti.-Se levantó, recogió los platos y se fue a limpiarlos, fue ahí que me di cuenta que todos estaban en boxers que dejaban poco a la imaginación, excepto yo, que traía unos más holgados y una playera blanca de Andrés.

-No se ha levantado Andrés?? No será que...-Me miró con una sonrisa insinuando aquello, hasta que cambió su vista rápidamente.

-Vamos, que lo saben todos?! -Le dije a Rogelio un poco molesto.

-Vamos, que querías cabrón? Si Andrés nos ha dicho todo, a nosotros los detalles y a algunos lo superficial. -Se rió junto con Marlon.

-Por qué tanto grito joder?!-Decía Andrés que salía de nuestro cuarto un poco molesto tallandose los ojos.

-No te preocupes tio, que no pasa nada, estamos mejor todos con la verdad no?-Me dijo Marlon.

-Joder, que ya saben todo y no me has dicho ni una sola palabra.-Le dije confuso a Andrés.

-Va... se me ha olvidado un poco creo...-Se unió a las risas de Rogelio y Marlon- Perdón, pensé que no sería nada y se me ha olvidado tio, no te molesta verdad?-Me dijo en un tono más serio.

-... pues no, es más la sorpresa que enojo.

Rogelio y yo los acompañamos mientras desayunaban, nos pusimos al corriente entre nuestros circulo de amigos.

-Mierda, se me ha olvidado ir a por más leche.-Dijo Andrés.

-Si quieres voy, tengo ganas de unas galletas además. -Dijo Rogelio entusiasmado.

-Va tio, compra tres.

-Wey, ven conmigo.-Me dijo Rogelio.

No supe que responder y asentí.

-...no me has terminado de responder... -Dijo de improviso en camino a la tienda.

-Va tio, eres terco como nadie.-Fue lo único que le respondí.

-Sigues sin responderme claramente.

-Coño Rogelio, que te tiene que importar??

-Dejate de mamadas y dime wey.-Me decía con este tono y actitud pasivo-agresivo

-Joder... no, Andrés siempre tendrá un espacio en mi corazón, pero como un recuerdo del pasado, fue mi gran amor...-No quise continuar y era notable.

-Pero? Siempre hay un "pero".

-... pero ya he conocido a alguien, joder por que tienes que hacer esto? -Me enojé un poco junto con tristeza- Se llama Damián.

-Pues ten muy en claro eso, si algo llegase a pasar entre ustedes dos van a estar en líos.

Tenia toda la razón, y aunque fuera lógico yo no lo quería ver así.

Regresamos a la casa y me despedí, Andrés y yo nos abrazamos con una aura extraña y me fui.

Cargué mi celular muerto y lo prendí, tenía varios mensajes, unos de ellos eran de Damián.

-"Nos vemos hoy? Tengo muchas ganas de verte?" "Te extrané toda la noche tio"

-Hola Dan -Le dije de cariño, decidí hablarle- quieres que vaya o vienes?

-Ven tío, te quiero presentar a mi amigo. -Decía emocionado- por que no duermes acá? Que la podemos pasar bien en mi casa tio.

-Ehh... que ha pasado?

-Vaaa nada, solo que enserio quiero pasarla contigo hoy... por que no traes a Martillo? Así la pasamos mejor.-Decía igual de emocionado

-Llevo toda mi ropa también no? -Bromeé- Que sí hombre, llego como en una hora.

-Está bien está bien! Ya, que te quiero ver, nos vemos en un rato.

Me tiré rendido al sofá, Martillo se subió también y empezó a lamerme, le dí muchos cariños y se me oscureció la vista, me había quedado dormido, lo próximo que oí fueron los ladridos de mi perro que me despertaron.

Me bañé enseguida, tomé ropa y me fui a casa de Damián con Martillo.

Me recibió con un gran gran abrazo y fuerza.

-Que te extrañé anoche tio, con la lluvia y todo deseaba que estuvieras conmigo. Vamos te ayudo, entremos.

Entramos con una gran sonrisa cuando oí a alguien bajar las escaleras, pensé que sería Joel.

-Joder, que momento -Se dijo así mismo Damián, aquel que bajaba llegó hasta la planta baja, estábamos frente a frente- Mario él es Marc mi mejor amigo, Marc él es... Mario del que te hablé..... mi novio.

Cuando dijo esa ultima palabra me congelé, Marc en cambio me abrazó, sonreí.

-Joder, que Damián me habló apenas anoche y es un justo conocerte, aún no me la creo pero vamos, que qué bueno.

-Yo me he enterado justo ahora, así que perdón por mi reacción y vaya, que es bueno conocerte también.

-Ah, y él es Martillo... el del accidente. -Dijo mirando a Marc a los ojos chistoso mientras Marc miraba a Martillo- a que es majo no crees?

-Vaya que lo traes loco, nunca hubiera creído que Damián dijiese eso. -Me dijo con una sonrisa.

Le sonreí y a Damián también, nos fuimos a la sala y perdimos unas cuantas horas con la consola, Marc se distraía plácidamente con Martillo, le aventaba su juguete, se perseguían y demás.

-Chavales que me piro, no sé si vaya a regresar... así que no se preocupen si no llego. Y Mario, macho, fue un placer conocerte. -Me abrazó como hermanos.

-Igual tio, que nos vemos.

-Sale, nos vemos!

-Y... te ha gustado? Que le haya dicho sobre nosotros a Marc? -Dijo con un tono suave y tierno.

-...me ha tomado por sorpresa, eso sí. Pero vamos, ha sido fantástico tio, es un gran paso y me alegra que estés feliz. -Le dí un pico.

-Yaa... es que quiero que lo nuestro vaya serio, tú sabes...-Me puso la mano en mi mejilla y me dio varios besos- y si pedimos de cenar tio? Mis tripas me lo empiezan a pedir.

Me reí de lo contrastante de sus palabras, pero era tan tierno que me daban ganas de besarlo y eso hice.

-Mientras no te de otra infección todo está bien.

-Ni me lo recuerdes, joder es como una tortura. Entonces que ordenamos? China, Japonesa, Mexicana, Pizzana, Pastana, Frituranas? Tu dime y yo marco.

Le sonreí y me besó

-Que tal unas hamburguesas? Se me hace agua la lengua de pensarlo.

-Mmm... entonces mejor vamos al parque no crees? Podemos sacar a Martillo y comemos ahí mismo...?

-Suena bien tio, vamos.

Le puse la correa a Martillo y salimos en busca de nuestras hamburguesas, ya estaba oscuro, eso ni decir, pero la gente de ahí y los niños lo hacían parecer de dia con sus actividades.

Ibamos hablando de nuestros días y pasamos por un callejón, venían tres tios con una actitud de machos y sin respeto, Damián me sujetó la mano antes de verlos pero no la soltó una vez que lo vio.

-Pero miren, si tenemos una pareja de maricones en estos lugares! Jo, que puto asco, malditas bestias.

Decía uno de los tres tios, los ignoré mientras Damián apretaba su mano con fuerza, le vi la cara y estaba molesto.

-Joder, ignoralos Damián...-Dije preocupado.

Ya los teníamos atrás de nosotros por unos pasos cuando el que habló disimuló una caída pegandole a Damián, éste con una rapidez lo empujo con fuerzas.

-Eso es lo que quieres imbécil? Joder, inventate una puta vida si tanto lo necesitas.-Esto no pareció calmar aquel tipo, todo lo contrario.

-Va, pero que la niñata se defiende, este es su guardián, tío que te has corrido con solo tocarme! -En ese momento Damián lo apagó todo cuando le dió un golpe en la cara.

-Seré todo un maricón o todo lo que tu  quieras, pero por lo menos tengo buen gusto.-Respondió con una risita sarcástica Damián.

El agresor se quiso poner en posición pero sus dos monos se lo llevaron.

-Joder, no sabes con quien coño te has metido hijo de puta, que te va a ir de la mierda! -Gritó a lo lejos.

Damián tomó aire pesadamente y pasó su brazo por mi cuello para tenerla en mi hombro.

-...perdón tio! -Me dijo desesperado pero no gritando- Que a mi... no me hubiera gustado que me vieras así, no me gusta...

Le veía la cara y el enojo seguía presente en ésta, las cejas se acercaban, tenía la frente fruncidas y la mandíbula cerrada con fuerza.

-No no... no te preocupes, que se lo ganó a pulso... y para ser honesto... me prende que te hayas puesto así.-Empecé a reir hasta que se la pegué,  aquellas facciones desaparecieron y fueron remplazadas por una sonrisa.

-Vamos ya tio.-Dijo entre risas.

Llegamos al puesto y pedimos una para los dos, que estas hamburguesas eran grandes... 3 o 5 veces más grandes.

Veía a Damián cabrear a Martillo jugando pesado con él.

-Créeme no le gusta, suelta unas mordidas...-Le dije entre risas esperando la reacción de Martillo.

-Ya veremos.-Decía mordiéndose la lengua- Ah! Joder!!

Me empecé a reir, por un lado Damián sacudiendo su mano de dolor y Martillo brincandole a morderle más.

Una vez que nos dieron nuestro pedido amarramos a Martillo a nuestra mesa y empezamos como dos hoyos negros a devorar todo.

Terminamos con todo y nos regresamos, tenia miedo de pasar por aquel callejón pero Damián iba como un alma libre, me platicaba de un asunto que acababa de tener, con mucho alivio nos vimos fuera de ese callejón antes de darnos cuenta.

Subimos a su cuarto y nos pusimos en su cama

-Que me voy a bañar Mario...-Me dijo pero no capté su significado.

-Ah si, que veo la tele mientras.

-...no me quieres acompañar? -Dijo con cierta cara viendo que no captaba

Me metí con él a la ducha, mis ojos se deleitaban al ver tremenda anatomía, que parecía que fuera una de esas estatuas con sus músculos bien forjados pero aún así con cierto  toque de suavidad, delicadeza; su hermoso cabello que brillaba aún más con cada gota de agua, su sexo que era más grande que el de aquellas estatuas y su hermoso rostro mostrando una sonrisa.

Le sonreí con cierta picaría y le solté de aquellos besos que te prenden, hice mi cara para atrás y el me siguió en busca de más. Vio mi juego y empezó el suyo, puso mis manos en su abdomen haciéndome tallarlos, con sus dedos se apretaba el pezón y hacía gestos de gemidos, su polla empezaba a crecer, quise pellizcarlo yo pero en cambio quitó mis manos de su cuerpo, me hizo verlo disfrutar de su propio cuerpo mientras yo deseaba tocarlo.

Tomó el jabón y empezó con éste a tallarse su tableta, ver las burbujas y la espuma resbalar de su abdomen de forma lenta  hizo que me prendiera.

Toda la ducha fue un juego de miradas y besos ocasionales hasta que salimos y nos acostamos.

La lluvia como siempre, hizo acto de presencia una vez más con su aire frio, sus gotas en caída libre, los relámpagos y truenos.

Vimos la tele un rato, yo estaba abrazado a él con mi cabeza en su pecho y él con una mano en mi espalda haciéndome cariños.

Me levanté para besarlo.

-Ya te habias tardado tio.-Me dijo con una sonrisita antes de besarme- Sabes...

-Que? -Le dijo en un pico.

-Anoche te extrañé, con la lluvia y yo solo... queria estar contigo, abrazarte, decirte cosas al oido, jugar con tus dedos, entrelazar nuestros dedos... besar esos hermosos labios que tienes que me vuelven loco... y estar contigo solamente... yo... Mario.... bueno, te quería... decir que... te quiero.-En cuanto dijo eso me soltó un beso que me derritió por completo, la ternura y la sinceridad en la que lo decía... y sobretodo la forma en la que huyó a mi reacción por darme ese beso.

Puso sus manos en mi cadera y siguió con esos besos que me mataban de ternura.

-Quiero... quiero que esta noche sea especial tio....

Los besos y caricias eran normales, hasta que él se puso encima de mi apoyado en la cama con sus dos brazos grandes mientras me besaba con más furor, los dos habíamos perdido y ganado al mismo tiempo los juegos de la ducha. Mis manos estaban aferradas a su piel y a su cabello, empezamos a atacar el uno al otro con besos más feroces, fue entonces cuando dejo caer su cuerpo en el mio y empezó a frotarse en mí, podía sentir como nuestras pollas se volvían diamantes a cada roce.

Con una mano se empeñó en liberar mi mástil de su boxer, empezó a masturbarme lentamente e hice lo mismo, solo que cuando yo tomé el suyo vi como él cerró los ojos con fuerza mientras inyectaba más pasión en sus besos. Dejó de tallarme y se recargó nuevamente con sus dos brazos, tomé nuestras pollas como pude con mi mano para seguir bajando y subiendo nuestro capullo.

//// Damián

La forma en la que Mario tomaba nuestras pollas y nos masturbaba era... indescriptible, sentir literalmente todo nuestro cuerpo junto era como estar en el paraíso.

Bajé por su mandíbula hasta llegar al cuello, Mario soltaba pequeños gemidos por cada beso que le depositaba en su piel, llegué con lentitud hasta sus pezones para saborear aquella piel hasta su abdomen. Baje hasta su pubis guiandome por esa fila de vellos tan caliente y hermosamente puestos ahí por sus genes.

Bajé hasta su pollón y no dudé en empezar a comerlo, primero todo ese cabezón y deslizando su capullo hacia abajo. Mis manos no habían dejado de trabajar, tanto me estimulaban a mi como estimulaban a Mario.

Subí hasta su cuello para que el me tratase ahora. Ver mi verga entrar y salir de su boca mientras me lanzaba miradas de momento a otro me ponía como burro, sentía que mis piernas perdían conexión con mi cerebro y los músculos de mi tronco y brazos se contraían.

Me senté en la cama, Mario me daba besos por todos lados, me puse en mis dos rodillas, le solté besos en el cuello y en su espalda, él se puso en cuatro y bajé lentamente entre besos palabras y caricias. Agarré sus dos nalgas y con delicadeza empecé a dilatarlo, fue primero un dedo hasta llegar a 3, de ahí fui yo.

Me puse el condón recargué mi cuerpo en su espalda y con una mano puse mi polla entre sus nalgas, le comía el cuello con mucho cariño y suavidad pero con demasiada pasión, soltó un gemido una vez que empecé a meter mi polla en su culo, volteó mirando de reojo por su hombro, me acerqué y lo besé para luego comerle su espalda.

Cuando mi polla no se podía meter más empecé el vaivén que tanto nos gustaba a los dos.

Joder, voy a sonar como un marica, pero esa era nuestra primera, la forma en la que gemiamos y nos demostrabamos amor por medio de palabras y caricias me traía un sentimiento de amor que jamás había sentido.

Con una mano puesta en su hombro lo hacía encajarse en mi mástil una y otra vez, subía y bajaba de intensidad, me gustaba darle salvajemente para oir nuestras carnes chocar y hacer ese ruido tan hipnotizante, al mismo tiempo en el que soltaba aire por las embestidas a que le daba y los gemidos que me pedían más, sus puños cerrados con fuerza asfixiando la tele y mi muñeca eran mi gasolina.

Aunque claro, también me gustaba darle con una suavidad que nos hacía sentir cosas de otro mundo, como mi polla entraba y salía lentamente de ese culo me producía espasmos en los pectorales, los pequeños y casi imperceptibles gemidos eran orgasmos constantes en mis oídos, todo él era un orgasmo en mí.

Estaba llegando a mis límites, nuestras pieles estaban envueltas en sudor y saliva, dejaba de sentir mis piernas por segundos, sentía estas cosquillas en todo mi cuerpo que me indicaban que ya iba a venirme. Mario me pidió por más, me suplicaba que le diese más embestidas, y sus oraciones fueron melodía para mis oidos, le daba las embestidas más fuertes que podia, mi boca exhalaba cada segundo que se mezclaban con gemidos que se podían oir en todo la casa, la cabecera de mi cama pegaba con la pared cada segundo, todo mi cuerpo le dio la despedida contrayéndo todos los músculos existentes a aquellos lechazos que quedaron atrapados en el condón, mis manos sujetaban a Mario con toda mi fuerza su hombro, caí sobre él mientras sentía mi polla expulsar litros de semen.

Rendido saqué mi polla de su hoyo, se dio la vuelta me puse encima de su cara me quitó el condón rápido y mis espermas guardados en aquel plástico se regaron sobre su boca y cuello, le metí mi polla en su boca y como todo un experto la aceptó, su garganta jugaba con la cabeza de mi verga, mientras sus labios envolvían la base de mi tronco.

Bajé hasta su polla para comerla entera, no tardo en venirse entre gemidos, se corrió en toda mi garganta, me los tragué todos que me supieron a gloria.

Quedamos exhaustos, nuestras respiraciones eran entre cortadas pero sin necesitar esfuerzos nos besamos con tranquilidad agradeciendo el uno al otro sin usar palabras.

Sentía como se iba durmiendo; sus besos disminuían su ritmo, su fuerza y su pasión hasta que quedaron inmóviles por el resto de la noche. Una noche como la mayoria en este lugar, lluviosa y fría, lo bueno es que lo tenía a él que me calentaba, el que me besaba, mi Mario...

////////

A Matías, Ricardo, Orlando, Yvone, Albany, Marino, Ian, Odlanier, Jeyson , Zoele, Keegan, y Hades68 en serio muchisimas gracias por sus comentarios y mensajes, jamás me canso de leerlos. Espero que les guste como va tomando forma la historia, y si no, vamos, que me lo pueden decir también.

Saludo, Borja.