Gracias Martillo (VIII)
Quien pensaría que un perro podría causar tantas cosas? Mario y Damián lo saben.
Desperté energético, desayuné solo un zumo de naranja y salí a caminar con Martillo.
Estaba nerviosamente ansioso por ver a Andrés, quería oir lo que me diría. Verlo me causaría un impacto pero la curiosidad me mataba.
Mientras escuchaba música y corría con Martillo pensaba mucho en Damian, tanto que al parecer lo llamé telepáticamente, sonó mi móvil, era él.
-Buenos días Maro. -Lo escuché cariñoso.
-Buenos días Damán. Supongo que la I ya no existe en nuestro vocabulario. -Reí.
-Va que haces?
-Estaba corriendo con Martillo, me siento... me siento alegre. -Sonreí.
-Si? Y que tal si te alegro más el día? Tengo ganas de verte.
-Yo también, ven tío y a ver que hacemos.
-Entonces no me tardo, que me visto en un segundo y te veo en tu casa... ahora nos vemos.
Seguí paseando a Martillo tomando en cuenta que se tardaría en llegar.
Llegué a mi casa sudado justo cuando el se estacionaba. Bajó del auto y me miró de arriba a abajo, me sonrío.
-Me prende verte así sudado.
-Si? Pues no sé... me tengo que bañar y... una mano extra no cae mal. -Me acerqué a darle un beso pero se alejó rápido.
-Que haces, nos podrían ver. -Disfrazó su nerviosismo.
-Ya ya.
Entramos a la casa y en cuanto dejamos de ser visibles para la calle me abrazó por atrás y me beso el cuello, me volteé y le solté uno en los labios.
-Que has cargado bien las pilas eh.
-Los tengo bien cargados. -Me dio otro beso en la quijada. Me reí de su chiste y el no pudo evitarlo.
Fuimos a mi cuarto y nos tiramos en mi cama, los besos apenas nos dejaban respirar, le quité su playera y el me quitó la mia, se puso arriba de mi y empezó a bajar por mi abdomen. Sacó mi mástil y empezó a comer de ahí.
-Es mi turno. -Cambiamos de posición.
Bajé yo e hice lo mismo. Sus dedos me alborotaban el cabello, su sonrisa presente en sus labios me volvía loco y más con el hecho de que se pasaba la lengua de vez en cuando, subí Hasta estos y me perdí en ellos. La mano de Damian se encargó de entretener nuestros dos mástiles, después se ocupó de comerme el cuello hasta mi oreja de una forma tan suave y excitante, traté de hacer lo mismo esperando ver su reacción, soltó un gemido y seguí con lo mismo. Pronto los dos estábamos soltando pequeños gemidos en nuestras oidos, masajeé sus músculos y no pude contenerme, él tampoco, nos dimos un beso cuando cerramos los ojos y sentimos nuestras corridas chocar en el cuerpo del otro.
Nos quitamos la ropa por completo y nos metimos a la ducha, jugueteamos un rato pero nada más allá de eso.
Salimos del agua y los dos en boxers regresamos al inicio y nos encontrabamos en mi cama, tonteamos un poco y nos quedamos viendo el uno al otro, frente a frente.
Como de costumbre me metí en mis pensamientos y mi vista se opacó.
Le daba vueltas a las palabras de Armando y cómo estaban cargadas de verdad, así que las analicé lentamente.
-Mario, yo, yo te quer-
-Tio, te quiero preg- Dijimos al mismo tiempo.
-Va, dime. -Me respondió seguro.
-Damián... que.... qué somos?... exactamente?
-Que qué somos? Bueno... pues, somos... pues somos una pareja, no? -Respondió dudoso.
-Quiero saber antes de que me involucre más en esto. No sé si soy tu otra rama, una aventura o solo una calentura.
-No digas eso, ostia, si no te digo qué somos es por que no lo asimilo, no por otra cosa, pero que estoy contigo y me gustas... un montón. -Soltó preocupado.- No quiero que pienses eso, quiero trabajar en nosotros, solo hay que darnos más tiempo. -Me dió un beso.
-... tú qué querías decirme?
-Que... que hoy he quedado con ella para dejar las cosas claras. Y estoy nervioso, no sé qué decirle, me pareció que debía decirte.
Sonreí con la comisura de mis labios.
-Vas a estar bien, te lo juro, y en cuanto a qué decirle... dile toda la verdad, que no sientes lo mismo de antes, que te ha engañado y no lo aceptas... tú sabrás. -Le regalé un beso, cerró los ojos y exhaló.
-... gracias tío. -Me abrazó y me sentí mal por lo de Andrés.
-Yo te tengo que decir otra cosa.
-Dime. -Me susurró al oído, seguíamos abrazados.
-Hoy. .. voy a verme con Andrés.... es un... un ex, vamos a ir por un café a hablar.
Esperaba una reacción negativa de él pero solo exhaló.
-Está bien, yo hablaré con mi esposa así que... creo que sí puedes hablar con un ex cariño. -Dijo riéndose.
Nos quedamos acostados disfrutando de nuestras presencias y de nuestro contacto fisico. Damián me daba caricias en mi nuca y yo en sus brazos pasando mis dedos por estos.
-A que hora has quedado? -Le pregunté en voz bajita.
-A las cinco... tú?
-A las cuatro, vamos a tomar un café y charlar.
-Falta una hora, será mejor que me vaya llendo.
-Que va, por que no te quedas hasta que me vaya? Me gusta estar entre tus brazos. -Lo apreté fuerte.
Llegaron las 3:30 y para ese momento ya nos estábamos vistiendo. Bajamos a la sala y tomé mis llaves, el tomó las suyas.
-Damián... -Le hablé, abrió los ojos como platos, no me había percatado de que hablaba por el móvil, se tapó la cara con su mano preocupado.
-Eh... que sí que sí, que estoy en el super con un amigo. Veré si lo puedo conseguir, nos vemos en un rato.
-Que ha sido? -Pregunté casi asustado.
-Nada nada, solo mi amigo que a preguntaba donde estaba y pues.... eso... -Tenía la cara baja.
Le di beso.
-Todo tiene un tiempo tío, no te preocupes tanto. -Le dije.
-Gracias, yo.... espero cambiarlo pronto....
Salimos de mi casa, nos despedimos como amigos, cada quien partió a su destino.
Llegué al café, me tomaba un gran esfuerzo el controlar mis nervios pero no pude más al verle a través del vidrio de entrada del lugar, no me había visto así que di media vuelta pero tampoco quise ni pude salir de ahí. Tomé una bocanada grande de aire y entré al lugar, fui hasta su mesa y me senté, no alzó su vista hasta que me senté.
-Mario! Has venido! -Dijo emocionado mientras agarraba mi mano.- Pensé pensé que no vendrías...joder gracias por darme la oportunidad. -Me dijo más calmado.
-Sí.... sí, te dije que vendría. -Le sonreí, estaba nervioso hasta los huesos.
-Quieres ordenar?
-Ehh, mande?
-Que si ya quieres ordenar? -Me miró chistoso.
-Oh sí sí, perdón yo... yo... que sí, pidamos. -Me había perdido en sus ojos, respondí torpemente. Se rió mientras le hablaba al mesero.
-Les puedo tomar la orden? -Sentía la mirada del mesero posada en mi, pero yo estaba ocupado admirando a Andrés, que miraba al mesero.
-Ehh, yo no sé.... quiero una hamburguesa con papas? Y de tomar.... -Decía indeciso.- Un frappé grande? Por favor.
El mesero una vez más me miró, al igual que Andrés, enseguida volteé a ver al mesero.
-A mi... a mi lo mismo por favor...
-Enseguida se los traigo. -El mesero ya se iba hasta que enseguida lo llamó Andrés.- Sí?
-La hamburguesa de él con doble queso. -Me volteó a ver esperando mi aprobación, se la di.- Y y y la mía con doble aderezo... por favor.
-Tio, que te has acordado, no no lo esperaba. -Dije gratamente sorprendido.
-Sí bueno... yo... como no olvidarlo después de haberte peleado con el cocinero aquella vez.-Dije entre risas.
-Sí es cierto! No me acordaba! -Estaba en risas igual.
-"Que le cuesta un poco más de queso??!" -Me citó.- Joder, te encanta tu queso. -Me reí aun más.
Nos calmamos antes de seguir platicando.
-Que buenos... -Dije añorando cuando le vi a los ojos y no quise continuar
-...qur buenos tiempos. -Nos vimos por un segundo cuando todo se volvió incómodo, nos callamos por unos minutos.- Y bueno... cuéntame, que que has hecho eh?
-No mucho, por aquí por allá... tú?
-Igual... Y, dime, tienes... novio? -Preguntó curioso pero a la vez un poco ido.
-Yo... -Dí que sí Mario dí que sí, me repetía mi voz interna.- no... no tengo. -Joder, que hice.- Me imagino que tu...
-Eeh sí, tengo una novia. -Dijo un poco orgulloso.
-Ooh ya ya. -Exhalé desanimado, llegó el mesero con nuestros platos.
Había perdido un poco el apetito y los ánimos.
-Oye... que si quieres caminar un rato...? -Me preguntó nervioso al salir del café café.
-Vaa, vale tio.
Llegamos hasta la playa que sólo estaba a unas cuantas calles de ahí, nos sentamos en una banca, los dos de cara a cara.
-Los dos sabemos que no sólo te quise ver para ponernos al día... -Soltó con una voz baja pero decidido y serio después de haber contemplar aquella playa por varios minutos.
Yo no sé qué decirte... no me puedo imaginar lo que pasate... te diría que te pusieras en mis zapatos pero no tengo el derecho ni los huevos para pedirtelo... fui, fui un completo gilipolla contigo, y si hay palabra peor me la merezco.
Me he torturado a mi mismo leyendo esos últimos mensajes por una semana... y no sabes cuanto me arrepiento de haberlos escritos... pero estaban llenos de mentiras, esos 5 meses, fueron los más felices de mi vida para al final cagarlo todo, nunca me arrepentí de esos meses, jamás pensé en alguien más mientras nos besabamos, jamás nada.
...Nunca entendí de donde sacabas la fuerza para verme a la cara todos los días esperando a que te hablara mientras te trataba de la mierda... -Paró por varios minutos hasta que continuó.- Y ahora veme aquí... 5 años despues pidiéndote perdón a algo que nunca debió pasar...
Mario, joder tio, perdón por ser una mierda de persona y de haberla cagado como lo hice.... pero tú... tú me perdonarías? -Me miró por primera vez a los ojos desde que llegamos a esa banca, tenía los ojos un poco rojos y llorosos.
Lo miré a los ojos mientras pasaban millones de pensamientos por mi cabeza, miré a sus manos que cargaban las mías.
-...joder tio... -no sabía ni como actuar.- yo... sí, te perdono. Ostia, la pasé muy mal esos meses, pero con lo que me has dicho... me... que sí, te perdono.
-Joder, gracias Mario! -Me abrazó fuertemente por unos buenos segundos.- Pensé que no lo harías, gracia tio y lo siento mucho. -Se alejó lo suficiente pero aún así estaba cerca de mis labios.
Volteé a ver estos y me acerqué muy lentamente pero el se alejó al mismo tiempo, solo que con una sonrisa, como si no se hubiera dado cuenta.
-...vamos a estar como amigos, que... extrañaba tu amistad.-Me dijo cuando se alejó.
Amigos... yo sintiendo cositas por él y él... sintiendo más hambre, vamos que no era lo mismo.
-Sí.... amigos...
////Damián.
-...Como demonios quieres que vuelva a confiar en ti? Que te has ido de farra y te has liado con alguien más! -Los dos estábamos llorando.
-Lo sé lo sé... pero me arrepiento Damián, que te amo a ti y quiero que lo nuestro funcione... perdón. -Soltaba entre sollozos.
Me callé unos minutos incrédulo mientras las lagrimas corrían.
-...todo este tiempo nunca te fui infiel... nos respete y respeté esto -Le enseñé el anillo en mi dedo.- y ahora... no puedo Michelle, lo siento pero no puedo...
-Hay alguien más Damián?? -Lloraba
No sabía que responder.
-Sí... no he sentido lo mismo por ti desde hace meses -Me costaba un pulmón decir aquello.- y hace una semana he conocido a alguien más... y joder, no hemos follado si eso es lo que piensas -Tenia un rio en mis ojos.- Por primera vez en mucho tiempo.... siento que todo está bien, que me nace amor por esa persona... -No la quise mirar a los ojos.
Vi como se levantaba del sofá y se iba, lo último que escuche fue el cerrar de las puertas.
Me recargué pesadamente en la pared, cerré los ojos, todo mi mundo daba vueltas, no sabía qué estaba bien y qué estaba mal, qué era verdad y qué era mentira.
-Tranquilo tío. -Los brazos de Marc me rodeaban suavemente, me recargué en él.- esto es solo una parte de millones, lo vas a olvidar en cuanto menos te des cuenta.
Solo lloraba y lloraba, parecía un bebé con hambre.
-Va, vamonos a arriba y nos distraemos. -No tenia ganas de hacer absolutamente nada.
Subimos a mi cuarto y nos acostamos, el se puso a ver una peli mientras trataba de distraerme, lo abrazé, al final no aguanté más y caí dormido por la fatiga de llorar.
////Mario
Estuvimos caminando por un buen rato hasta que el cielo se tornó azul marino, no tardaría en llover, nos regresamos hasta donde habíamos dejado nuestros carros, me recargué en el mio y él en el suyo, a menos de un metro de distancia.
-La he pasado genial tio, en serio. -Decía con una sonrisa y voz inocente.
-Y yo. Que bueno que hemos quedado en buenos planes... -Le dije sincero.
-Sí... hay que quedar salir otra vez... te extrañaba. -Se acercó a mi y me abrazó fuertemente.- Bueno, que me piro... -Dijo nervioso una vez que se hizo para atrás.
-Igual tio, nos vemos.
Andrés había dado unos pasos hacia la puerta de su carro, cuando se dio media vuelta y me dio un beso en la mejilla torpemente.
-Un beso joder, por los viejos tiempos! -Dijo entre risas, se subió a su carro y se fue.
Yo en cambio me quedé sentado dentro del carro pensando en lo que acababa de pasar.
Andrés no había echo nada más que clavarme más espinas.
Encendí mi carro de forma robótica y llegué a mi casa igual, estaba neutro, mis circuitos estaban hasta el tope, no dejaba de pensar en todo.
Que tal si Andrés mentía? Andrés o Damián? Siquiera a Andrés le van los tio? Y si me dio señales y no las he captado? Pero y Damián? No lo puedo dejar solo y menos cuando ha terminado con su esposa. Y si Andrés solo juega conmigo? Pero me gusta y no creo que haría algo así... Y si captó que me sigue gustando? Sus labios en mi mejilla... lo hubiera besado, a que sabrán? Extraño sus labios y abrazos y caricias, su voz, su cuerpo, su todo... Ostia, y Damián? Joder sus labios y él son todo para mi, le quiero, me quiere.... me quiere? Y si es lo mismo de antes?
Mi cabeza me dolía, me dejé caer en la cama, cerré mis ojos y todo calmó, lo próximo que vi fue a Martillo a un lado mio lamiendo mi brazo, lo acaricié y se puso pansa arriba.
-De todo lo que te libras... -Le dije reflexivo a Martillo.
Cuando me desperté me acordé de Damián y su situación, lo llamé enseguida pero no contestó, lo llamé varias veces pero nunca lo hizo, me llegó un mensaje de Armando.
-"Oye, que te llevo el desayuno, así que espero no hayas comido"
-"Que va, me acabo de levantar, te espero entonces"
Pasaron varios minutos hasta que escuché el motor de su auto, me levanté finalmente y me cambié de ropa. Martillo fue el primero en recibir a Armando con ladridos.
Bajé y le abrí la puerta a Armando, enseguida Martillo chilló emocionado viendo que era él.
-Traje el desayuno para los dos. -Me dio las bolsas.-
-Gracias, que me muero de hambre, me acabo de levantar. -Puse las cosas en la mesa.
-Y eso? Te has dormido tarde? -Estaba ocupado jugando con Martillo.
Puso las platos y los vasos en la mesa y empezamos a comer.
-No, que he salido con un amigo y... sí, me he dormido tarde para resumirlo.
-Ya, yo estoy hasta el tope con el trabajo, tengo que checar unos permisos de unos edificios en construcción y joder, que es una carga.
-Vamos, llevas dos años ahí, pensé que te habías acostumbrado...
-Sí, pero nunca me había pasado esto, no hay permisos en nuestra oficina y es algo que no está permitido, o se está construyendo "ilegalmente" o hemos perdido los papeles, en los dos casos es una cagada... he tratado de hablarle al dueño de la construcción pero no tengo respuesta. -Exhaló agotado.
-Que putada.
Me habló Damián.
-Hey, como estas?
-Bien, bien, perdón por no contestar, me acabo de levantar y así... oye, te importa si voy a tu casa?
-Está bien tio que... sí.
-Gracias.... llego en un rato. -No lo escuché muy animado.
-Era Damián? -Preguntó mientras abría su laptop.
-Sí...
-Y que tiene? Te escuché un poco preocupado.
-Bueno... es que él ha cortado con Michelle y digamos que no fue muy fácil, la tiene difícil. -Armando se congeló al oir eso.
-Joder Mario...! Todo por alcohol. -Dijo preocupado- y por mi... -Paró un rato dejando todo a un lado viendo a la nada, regresó a la normalidad unos segundos después.
Me puse con él a ver unas cosas de mi trabajo, pasada una hora se escuchó el motor de un carro y Martillo empezó a chillar de emoción.
-Quién es? -Me preguntó desconcertado Armando.
-No tengo idea. -Me asomé.- Es Damián...
-En serio Martillo?! Chillas por él y ladras por mi? -Le dijo en broma, Martillo lo empezó a lamer emocionado.- Joder, en qué mundo vivimos.
Me reí.
Recibí a Damián, entró a la casa dándome un beso pero lo detuve enseguida, volteó y se percató que Armando estaba ahí, viéndonos.
-Ostia, que que tal Arm... Arma... Armando. -Dijo nervioso.
-Va te has acordado de mi nombre!... Que no te preocupes eh, que yo no he visto absolutamente nada. -Dijo tratando de romper la tensión con una sonrisa...... no funcionó del todo.
-Eh sí sí.
Pero Damián seguía nervioso, nos sentamos en el sofá y platicamos un rato a la par que viendo la tele, una vez que sentí que Damián había tomado confianza me levanté a por una ducha.
-Tio, me voy a dar un baño y bajo enseguida. -Le soplé al oído.
-No no no no! -Me respondió igual.- No me puedes dejar aquí...
Me levanté con una risa sofocada.
-Bajo enseguida...
-Sí. -Dijeron al mismo tiempo, no pude evitar reírme una vez que llegué al segundo piso, había dejado a los dos alfas a que se tratasen.
////Damián
Mario me había dejado solo con Armando, y tenía la ligera sospecha que no era del total agrado de Armando tenerme ahí, pero joder, era Mario, no él.
Me levanté por una bebida cuando regresé Armando exhaló irritadamente viendo su monitor, me acerqué a él.
-Que pasa tio? -Quise romper el hielo.
-...no lo intentes por favor...-Dijo estresado.
-Va, perdón por tratar de llevarme bien contigo. -Dije molesto.
-Va pues no lo intentes! -Levantó la voz.
-Tio cual es tu puto problema?! Que me quiero llevar bien contigo por Mario y la cagas toda.
-Vamos no me vengas disfrazado de oveja, que te puedo ver los colmillos! -Se levantó de su lugar.
-De qué coño hablas?! Estás estúpido -Me acerqué a él provocandolo, me empujó con fuerzas, lo empujé yo esta vez, iba a dar el primer golpe cuando bajó Mario, Arnando se quedó con el puño en el aire.
-Que coño les pasa?! -Nos empujó haciendo distancia entre nosotros.
-Joder, preguntale a Damián!
-Seguro?! Por que solo te he hecho una maldita pregunta! -Nos acercamos una vez más defensivos.
-Joder Armando calmate! -Gritó Mario enojado - y tu también Damián.
Armando se sentó molesto y yo me recargué en el sofá igual.
-... lo siento! -Dijo tapándose la cara fatigado.-... lo siento -Esta vez me miró a los ojos.- es el trabajo que me trae como loco... -Inhaló y exhaló otra vez.- y tengo que encontrar el permiso de construcción de este edificio y no sé qué hacer, no puedo contactar al dueño y me estoy volviendo loco, si no lo encuentro va a haber muchos problemas...
Me acerqué todavía un poco enojado y vi el edificio, se me hizo conocido.
-No... no es el que está en esta calle.... Lobos? -Me miraba un poco cansado e irritado.
-Aaahhh... Sí, es el de Lobos, conoces algo?
-Sí! El dueño es mi amigo, va a hacer unos negocios y restaurantes... te puedo enlazar con él...
-Joder, parecen niños...! -Se subió de nuevo.
-Ahh! -Exhaló mas aliviado.- En serio?! -Tenia una sonrisa.
-Sí sí, solo dejame hablarle.
-Joder, gracias y perdón por lo de hace rato. -Nos abrazamos.
-Sí, que yo también tengo mis momentos...
Mario bajó unos minutos después, y pasada una hora Armando se fue.
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Gracias a Ian, Rogelio, Matias, Yvone, Hades68, Marino, Odlanier, Orlando, por sus comentarios, en serio me alientan mucho y me hacen sentir que alguien Sí lee mis relatos, asi que muchas gracias, si les gustó o quieren opinar dejen sus comentarios.