Gracias Martillo (III)

Quien pensaría que un perro podría causar tantas cosas? Mario y Damián lo saben.

-Michelle! Michelle Michelle no no no no!!! No quería que te enteraras así, mierda....

-Damián yo...-Le salían lagrimas de los ojos.

-Michelle, esto es difícil para los dos, pero yo... es que no sé como decirlo...-Ahora yo lloraba.

-No tienes que decir nada... solo discúlpame!! -No entendí que pasaba-  ....te he engañado, me acosté algunas veces con alguien más.... me arrepiento. -Sus ojos se inundaban de agua.

-Que qué has hecho? -Pasé de destrozado a destrozado completamente y enojado- Yo.. yo te he sido fiel todo el tiempo, me aguanté las ganas de alguna vez cometer algo erróneo!

-Damián a donde vas? -Me dijo Joel agarrándome el brazo pero me zafé violentamente y me tomé la camioneta para irme rápido de aquel lugar.

Me fui sin rumbo alguno, lagrimas salían de mis ojos sin manera de detenerlas, cuando me di cuenta era de noche y estaba tomando en un bar, revisé mi celular y tenía 19 mensajes, algunos de Joel, Martín, Arturo y Leo. ¿Por que demonios Joel le tenía que contar a todos?! Revisé cada uno de ellos y sí, había adivinado, les había contado a todos, no le conteste a nadie y seguí tomando hasta que el sueño tomó mi cuerpo.

-Has tenido suerte de que no te han robado, estamos cerrando y lo mejor es que te vallas.-Me despertó el de la barra.

-Que? Oh si, ya me voy.-Traté de ponerme de pie pero por poco me caigo.

-Mejor que te ayudo.-El joven de la barra me ayudo a pararme y me llevó hasta el estacionamiento-Cual es tu carro?

-El el el negro... la camioneta.

Me llevó hasta esta, me recargó de espalda a la camioneta y se pegó hacía mi, pronto sentí en mi cuello cosas tibias comparadas con el frío del ambiente, resultaron ser besos, sentía cada beso en mi cuello y como pasaba sus manos por mi abdomen, trataba de pararlo pero me era difícil con la excitación por un lado y tonteo de estar embriagado.

-Que asco, no. -Logré decir pero aquella persona parecía no importarle y ahora sus manos se encontraban en mi cinturón tratando de quitármelo.

Lo logró y ahora bajaba el cierre de mi pantalón invadiendo toda mi ropa interior, me agarró con toda su mano mi miembro erecto a más no poder, solté un gemido que solo hizo que empeoraran las cosas, besaba de mi abdomen a mi pubis y yo me excitaba con cada beso y cada gemido que yo emitía. Vi como agarró entera mi polla lista para que la mamaran.

-Que no tio!-Le dije cuando me lamió el glande, en ese momento parte de mi sobriedad regresó y pude tomar control de la situación, lo empujé y cayó al suelo. Me guardé "todo" y me puse de nuevo el cinturón, abrí mi camioneta, me senté en el piloto y me fui.

Lo más que recuerdo es entrar a un hotel y echarme en la cama.

Me desperté una vez más por la luz, no había dormido nada, apenas me levanté y abrí los ojos sentí una gran molestia, era la maldita resaca, sin nada que hacer al respecto me levanté de la cama difícilmente y me salí del cuarto para llegar a la camioneta, decidí que iría a hablar con Joel.

"Voy a tu casa dime que no está ella por favor."-Le dije a Joel por mensaje.

"NO NO ESTÁ, DONDE COÑO TE HAS METIDO?!"

No sé como llegué a su casa sin tener un accidente.

-Me puedes explicar por que coño les has dicho a todos?! TIO RECIBÍ 17 MENSAJES EN TOTAL DE LA FAMILIA!-Estaba muy enojado con él, mis gritos me rompieron mis propios oídos y más con la resaca encima.

-Joder cálmate, si? No sé de que coños hablas, no le he dicho a nadie para tu información.

-Entonces sí me puedes explicar estos 17 mensajes?-Le di mi celular para que viera los mensajes.

-Que mensajes? Damián aquí no hay nada! Has estado tomando??!-Me dijo con cara de enojado, sin entender y levantando la voz.

-Tio! No alces la voz! Y no, no he tomado...

-Pues tu olor y tus palabras dicen otra cosa. En serio Damián? En serio? Cuantas has tomado? Eh, 3 o 5?!

-No sé tio...-Le dije arrepentido.- deja de alzar la voz...

-Como demonios no vas a saber, tu te las has tomado!

-Me quedé inconsciente si?!! No sé cuantas tomé...

-Eres un idiota -Dijo riendo falsamente- OSTIA TIO NO SABES QUE TE PUEDO DAR UN COMA ETÍLICO?! Pudiste haber muerto y solo por Mic.

-NO LO DIGAS.-Le advertí enojado y con los ojos húmedos.

-Por MICH-ELLE. -Dijo lentamente, mis ojos se llenaron de lagrimas nuevamente y sentí que nada estaba bien en el mundo al mismo que me sentí tan indefenso, Joel se dio cuenta pero al ser orgulloso se tardó unos segundos en ayudarme.-Damián lo que hiciste está mal, te nos pudiste a ver muerto tio, no quiero que lo vuelvas a hacer...-Me abrazó, me dejé caer en sus brazos.

-Solo... solo, déjame bañarme.-Le dije completamente sin energía, tomé un poco de su ropa en su cuarto y después me metí al baño y el conmigo-Que haces?

-Damián no quiero que hagas una estupidez.

-Que?! No voy a hacer nada tio.

-No me importa, sabes, eso fue lo mismo que dijo Raúl -Raúl era un amigo de la familia que terminó suicidándose por problemas familiares, lo hizo a los 24.

Se quedó conmigo en el baño, el en la taza y yo obviamente en la regadera.

-Joel ya estás aquí, déjame cerrar la cortina.

-No me importa te vas a bañar enfrente mio.-Exhalé en forma de vencido, no habría nada que lo hiciera cambiar de decisión.

Me bañe un poco enojado, no podía tener privacidad.

-En serio no te vas a voltear?-Dijo Joel- Vamos, tio te he visto aquello desde que naciste y desde entonces.

-Si pero no ahora.

-Oh!-Dijo asombrado de broma- Déjame adivinar, te ha crecido mucho.

-Ya! Estás contento?!-Le dije volteandome y con una erección a medias-Jajaja, ya?-Se rió y solo me pegó en el pene- Ouch idiota!

-Que?-Dijo completamente sin entender- A no, en mi baño no te corres, así que deja de masturbarte.

-Joel, lo he hecho muchas veces, aquí y en tu cama... y no se hable de follar por que entonces hasta el techo tendrías que cambiar.

-Jajajaja que idiota eres.

Me vestí y traté de dormir pero no podía, estaba viendo el techo sin nada en mi mente hasta que me acordé que hoy tenía una cena con Mario, una racha de energía extra pasó por todo mi cuerpo haciendo que me sintiera muy feliz por segundos... pasado mañana, era pasado mañana la cita, demonios.

-Oye, vino Armando y vamos a jugar, te vienes?

-En tu cara?-Le dije de broma.

-Idiota, vienes o no?-Dijo gracioso.

-Si.

Armando... de algo me sonaba el nombre, pero bueno, pasamos toda la tarde jugando videojuegos, tanto que perdimos la noción del tiempo, cuando me di cuenta eran las 6:42.

-Pero por que te vas? No tienes planes, quédate otro rato.

-No puedo, en serio tengo que irme, es algo importante.

-Y... vas a regresar?

-Si tio, regreso.-Salí apurado de la casa y tomé un taxi hacia la mía, en mi casa tenía mi auto, no quería llevar la camioneta arruinada.

-Gracias, tome, quédese con el cambio!-Le dije al taxista mientras ya estaba entrando a mi casa.

Me metí apurado a la ducha dejando toda la ropa tirada desde la entrada de la casa, me bañé apresurado, me sequé y me vestí lo más rápido que pude, acabé exhausto en el sofá, cuando me recuperé seguí con la misma meta. Me subí al carro y me dispuse a la casa de Mario cuando me acordé que la tan esperada cita no era esta noche, era pasado mañana, mierda! Me quedé en el carro pensando hasta que se me vino una idea.

-Estas haciendo algo?-Le envié un mensaje. La espera de su respuesta era una tortura.

-No, y tu?-Sin demoras le escribí;

-Igual, te preguntaba por si querías venirte a jugar consolas o ver películas.

-Oh! Si, justo estaba pensando en rentar unas películas. Dime tu dirección y ahí estoy en unos minutos.

-Va como crees. Ponte listo y voy por ti, de todas maneras estoy en el auto.

-Como sé que no te puedo disuadir ok.

Golpeé el volante de mi auto con felicidad y me fui directo a rentar unas películas. No tenía planes ni trabajo que hacer así que sería un día de esos perfectos.

-Como estas tio?-Me dijo saliendo de su casa con una amplía sonrisa en su cara mostrando sus colmillos y dientes.

-Bien, y tu?-Le respondí igual.

-Excelente. Y que películas vamos a ver?-Me pregunto mientras se metía en el coche.

-Que tal si mejor jugamos primero un rato y después vemos algunas o todas de estas.

-Me va bien.

Llegamos a mi casa y puse todo en su lugar, acomodé la consola, los controles y puse un juego de boxeo que funcionaba con los movimientos reales de las personas.

-Para descargar restos de furia no crees?-Le dije riendo en broma.

-Ok ok, será mejor que te alejes un poco...-Me siguió el chiste.

Elegimos al personaje, nos pusimos en nuestro lugar, sobre actuamos la situación creyéndonos boxeadores de verdad y pegándonos al pecho, al final eran pura risas las que se oían.

El primer round acabó con el ganando y empecé el 2do con delantera, para el 9no round estábamos llenos de sudor y cansadísimos.

-Jodder tio, no puedo mover los brazos.-Me dijo con cara de dolor pero aún sonriendo tras todos los momentos graciosos de hace unos minutos.

-Ya hemos hecho musculo suficiente. Será mejor que descansemos, ya pongo las películas.

-En donde las vamos a ver? Aquí o en tu cuarto?

-Buena pregunta...-Me quedé pensando- Vamos a mi cuarto, allí hay clima. -Y una cama, dije entre mis adentros.

Una vez en mi cuarto se quedó parado viendo como volvía a acomodar ciertas cosas en mi cuarto.

-Ehh.... tio, te puedes acostar si quieres.

Bajé por unas palomitas y refresco, puse las películas y me acosté a lado de él, los dos estábamos mas o menos lejos del otro, nada raro. En el transcurso de la película nos burlábamos de las escenas o de las actuaciones de los actores, platicábamos cosas triviales y después volvíamos a la película, en total vimos 3... o 2.

-Tio -Bostezó- tengo un poco de sueño.

-Ah! Vaamos! Ya casi termina...-Le dije riéndome de él.

-Está bien. Si me duermo... nada.

////Mario

~

Mis parpados pesaban como dos montañas, trataba de tenerlos abiertos pero simplemente no podía.

~Sabes... yo desde que te vi aquella vez saliendo enojado de tu auto... yo simplemente... simplemente me enamoré de ti.-Le dije de la nada nervioso a lado suyo.

Damián me miró raro por unos minutos y después de sonreír y humedecer sus labios me dijo:

~Crees que no me dí cuenta? Vamos que no soy un crío. -Me dijo burlón.

~Bueno, es que yo... no sabía como reaccionarías.-Le dije un poco confuso y tímido.

~No tienes que preocuparte... de hecho yo siento lo mismo. -Enseguida pasó la mano por uno de los lados de mi cara me agarró de la nuca y me acercó a él.

~Que haces? -Le dije exaltado muy cerca de sus labios.

~Esto... -Se acercó lentamente a mis labios y me besó primero muy lento y con el paso de unos segundos eran besos reales.

Damián se puso encima mio, los besos subieron de intensidad, los jadeos se hicieron de la situación saliendo de la boca de cada uno cada segundo. Nos detuvimos un poco sólo para quitarnos las playeras, me enfoqué en besar y apreciar su pecho como debía ser, bajé hasta su pantalón y empezaba a bajar la bragueta.

~

-Mario, Mario despierta... Te has quedado dormido... y ahora que lo pienso no debí despertarte.-Dijo pensativo Damián.

-No te preocupes. Tio será mejor que me vaya.-Intenté levantarme pero me detuvo enseguida.

-Cómo crees Mario, es muy tarde, puedes tener un accidente.-Dijo preocupado.-Acomódate, vamos, como en tu casa! Si quieres te puedes quitar la camisa y el pantalón... y lo más importante los tenis.

-Oh! Si -Decía con todo mi ser dormido. Intenté, cabe recalcar, Intenté, quitarme la camisa pero mis músculos no estaban para la situación.

-A ver, te ayudo. -Como una mamá a su hijo me ayudó a quitarme la ropa.

-Joder tio que pena.-Fue lo único que salió de mi boca.

-No te preocupes tio, te debo muchas.-Dijo sin aguantarse las risas.

Sin percibir más el mundo a mi alrededor caí en un sueño profundo o casi, me desperté y si no fuera por el reloj digital con números grandes con sus pixeles en color rojo no hubiera sabido que eran las 3:38 am, me senté en la cama de aquel ajeno que tan solo conocía por días y gracias a Martillo, me quedé así unos minutos asimilando aquel cuarto oscuro solamente iluminado por la luna, volteé y vi su cuerpo tan solo cubierto por una sabana que solo cubría sus nalgas y pedazo de su espalda, dejando sus pies, piernas y espalda completamente al aire libre, fue en ese momento que me dí cuenta de la situación en la que me encontraba: Estaba acostado a lado de un heterosexual semi-desnudo que no sabía que estaba acostado a lado de un homosexual que al parecer estaba enamorado de él.

Unas ganas de orinar se hicieron más que presentes haciendo que me levantara de la cama. Encontrar el baño no fue muy difícil. Hice lo que mi cuerpo me pedía y al regresar al cuarto Damián había cambiado su posición, a una que me hizo tenerle un cariño y ternura en ese momento.

Damián tenía medía pierna fuera de la cama y su brazo también, estaba acostado sobre su lado derecho y en la esquina de la cama, con baba escurriendo de su boca haciendo sus labios brillosos y besables, su cara de total paz y tranquilidad lo hacían tan inocente...

Amanecí viendo a la gran ventana que tenía y la lluvia que caía tranquilamente, me percaté que Damián no estaba a mi lado, me levanté de la cama con solo un boxer en mi piel, descalzo bajé y escuché ruidos en la cocina. Al entrar vi a Damián con un boxer colo negro con rayas amarillas horizontales un "poco" apretado, al final, cuando volteó noté que tenía una erección, de las mañaneras.

-Ya despertaste!-Dijo animado y bostezó, se sacudía su bulto.

-Si... si.-Dije un poco embobado por la escena.  Por un momento nos quedamos mirando sin decir nada, cada quien con sus respectivas sonrisas... y erecciones.

-Oh, si! Se me olvidaba, puse a lavar nuestras ropas y a secarlas, en un rato salen. Y el desayuno...-Lo interrumpió el pitido del microondas.- está servida.-Sacó un plato con 5 y media rebanadas de pizza de anoche.- Haría algo con mis propias manos pero apesto en la cocina.

Puse mis ojos como plato al recordar a Michelle.

-Joder tio, Michelle! Y si nos vio? Y si cree otra cosa? -La cara de Damián cambió a una sin ganas, un poco triste pero disfrazada con una sonrisa.

-...no te tienes que preocupar por Michelle...-Dijo con una voz completamente vacía. Sacudió su cabeza y regresó su sonrisa pero no era la misma, tenía ciertos tintes de tristeza.

-Que pasó?-Dije preocupado. Suspiró.

-Ella...-Regreso aquella cara.- cuando... simplemente me engañó con alguien más...-Dijo con una lagrima excitada por resbalar en su mejilla.