Gracias Martillo (I)

Quien pensaría que un perro podría causar tantas cosas? Mario y Damián lo saben.

Estaba corriendo con miedo, no quería que Martillo causara problemas, lo vi doblar la esquina pero era muy rápido, por fin! Martillo se detuvo y corrí lo más rápido que pude pero no lo alcancé, mi corazón se detuvo cuando vi esta camioneta enorme de color negro que venía a gran velocidad lo cual hizo que Martillo volviera a correr rápido a la camioneta, por instinto cerré los ojos, esperando a escuchar el peor chillido de mi vida, pero lo único que oí fue a un coche chocar contra algo, volví a abrir mis ojos y vi a la misma camioneta pero con la trompa un poco destrozada y a Martillo corriendo hacía mi, me acerqué al lugar para ver si el conductor se encontraba bien.

-Es tu perro?!-Dijo el conductor saliendo del auto y muy enojado.-Ves lo que ha causado??! Pero que?!-Se dijo al ver el daño del auto.- No no no no... pero mira lo que ha causado! -No se había percatado del verdadero daño.- Joder, tu vas a pagar todos los daños causados!

-Yo, yo lo siento, nunca me había pasado algo así, que hacemos?!-Estaba nervioso, hasta que vi una figura muy conocida que se acercaba.

-Hey! Que ha pasado aquí?!-Dijo una voz familiar.

-Vas a hacer algo o que?!-Dijo molesto el conductor, era un hombre, como de mi edad, 20-25 años tal vez, pelo negro, fuerte, con ojos verdes y piel blanca.

-Que ha... que ha pasado aquí?-Dijo Armando, uno de mis mejores amigos, tomando aire.

-Más bien que haces tú aquí?-Le dije mirándolo de arriba abajo.

-Estaba corriendo y te quería visitar pero he oído esto y me he preocupado.

-...si, en esa misma, que? Oh si, por culpa de un perro y se ha arruinado un poco la trompa del carro. Ok señor, lo espero. He llamado al seguro, vienen dentro de unos minutos.

-Pero que ha pasado aquí?-Dijo Armando esperando a que alguno de los dos le respondiéramos.

-Martillo... se escapó y estaba atrás de él cuando vi a la camioneta y Martillo se echó a correr de nuevo y él ha tratado de esquivarlo....

-Y esto pasó!-Dijo aún molesto el chavo.

-Vale, ha dicho que ha hablado a los del seguro... entonces esperemos y a ver que nos dicen.

En ese momento me acordé nuevamente de Martillo tenía que volverlo a meter a la casa.

-Joder, puedes quedarte aquí mientras llevo a Martillo de nuevo a la casa? No me tardo.

-Si... si!-Me decía saliendo de sus pensamientos y viendo el accidente Armando.

-Disculpe, su nombre es...

-Damián, puedo saber a donde va?-Molestó era la forma en la que me miraba, además de sentir cierto rechazo de parte de él.

-Solo voy a meterlo en la casa, no me tardo, de todos modos, mi amigo Armando se va a quedar contigo. Mier... Damián -Me acerqué a él.- tienes una herida...

-Que?!!-Dijo sorprendido y viéndose en uno de los espejos de la camioneta.

-Ahorita te traigo unas curas.-Dicho esto, salí corriendo con Martillo atrás de mi.

Curitas curitas curitas!! Donde demonios se han metido??!! Me dije buscando las maldecidas curitas en mi botiquín. Aunque esté fuera de tema debo admitir que Damián es uno de los chicos más guapos que he visto en los últimos años de mi vida. Ahí están! Las agarre y regresé rápido al lugar del accidente.

-Que?! Pero si ha sido por culpa del perro del otro, el debería pagar todo!

-Primero escuchemos la versión del señor...-Llegué.

-Mario... me llamo Mario.-Le dije casi sin aire.- He... he pues solo que mi perro se ha escapado y el señor Damián ha tratado de esquivarlo pero ha salido en esto.

-Ahora señor Mario, usted diría que el señor Damián iba rápido para esta calle?-Lo voltee a ver para ver su reacción un poco sorprendido.

-Si! Si iba demasiado rápido, lo vi la calle anterior y bueno, si, iba un poco rápido.-Dijo Armando tallándose el cuello sin caerle mal a Damián o crear problemas.

-Vaa joder no me vengas con eso! Tenía prisa, o mejor dicho tengo prisa, tengo que llegar a un lugar importante.

-Bueno, entonces tendrá que pagar parte de las reparaciones que requiera el automóvil.-Me dijo el del seguro.- Dicho esto me retiro, los veo a ustedes señores el 15 de este mes en las oficinas del seguro.

-Excelente, lo que me faltaba!-Dijo con gran sarcasmo  (obviamente) mientras el señor se iba, me acerqué para ver de nuevo sus heridas.-Que coño haces?-Me apartó las manos.

-Trato de ver tus heridas.

-No son tan graves, solo es un raspón.-Me dijo más calmado, me acerqué y le moví la cabeza para verlas mejor.

-Si, tienes un raspón un poco visible, es mejor que te lo ponga.-Saqué la curita de su empaque y se lo puse en la frente tomando de la cabeza a Damián en ese momento sentí (aunque se escuche extremadamente cursi) una corriente eléctrica pasear por todo mi cuerpo y creo que el también.

-Ya!-Me apartó la mano.- Aah... mira, este es mi número, si algo pasa... te aviso.-Dijo con este tono entre enojado y sonrojado mientras me daba un papelito amarillo.

-Eh si.-Echó una ultima mirada a su auto y se fue.

-Un poco raro el tipo, no crees?-Me dijo Armando.

-Que? Ou si, y un poco guapo además.

-Jajajaja. ¿Que tal si me invitas a tu casa? Está a punto de llover y en verdad no me quiero contraer un resfriado.

-Pues manos... pies a la obra. Y ahora que se tiene que hacer con todo esto?

-Solo tienes que pagarle al seguro del carro cierta cantidad de dinero por reparar la pieza.

-Ya lo capto.

-El vive cerca?... Damián vive cerca de aquí?

-Ehhh no que yo sepa, nunca lo había visto.

Justo cuando llegamos a la casa empezó a llover y nos pusimos cómodos viendo la televisión. Me quedé pensando en Damián, no creo haberme enamorado, tan pronto?! Tampoco creía en el amor a primera vista, era imposible.

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Como no me iba a enojar? Por culpa de un maldito perro había estropeado uno de los carros de mi hermano... justo en el día de su boda, y mi esposa se iba a enojar conmigo, o más bien todo el mundo, verán, los choques son muy frecuentes en mi vida y siempre por alguna irresponsabilidad mía, y ahora no me iban a creer que fue por esquivar un perro. Mario Mario Mario, por alguna extraña razón no me podía quitar su imagen de la cabeza.

Pensarán que tener una esposa a mi edad es muy temprano pero en su momento la quise mucho... Mmm no es que no la ame todavía, bueno... no tanto como antes, en las ultimas semanas habíamos estado teniendo muchas discusiones y por alguna razón estos últimos días iban bien, como si aquellas discusiones nunca hubieran pasado, el problema era que no sentía lo mismo con ella. Pude ver la cara de mi hermano al acercarme a su casa.

-Pero que...?! Sabes... sabes -Se había enojado pero se calmó.- sabía que no debí prestarte la camioneta, esta vez que fue? Un alien se te apareció en medio de la calle?

-Ehh perdón, esta vez no fue culpa mía, en realidad solo un poco pero es tu culpa, venía de regreso y un perro -Martillo- se me atravesó lo traté de esquivar y termine chocando con un poste de electricidad y como venía rápido al dar el volantazo pues ha resultado en esto.

-No te puedo creer -Decía para calmarse así mismo y no más para mi.- Y ya has hablado a los del seguro? Oye, trajiste lo que te pedí? Además la boda es en unas horas no tenías que preocuparte.

-Si pero me pongo muy estresante en cuanto a horarios y lo sabes. Ehhh, si, el dueño del perro -Mario...- tendrá que pagar parte de los daños; traje tres por que no sabía muy bien cual te quedaba mejor.

-Está bien está bien -Inhaló olvidándose de todo, eso era lo que me hacía ponerlo entre mis hermanos favoritos, a pesar de todos mis errores siempre me hacía sentir bien pero no mimandome.- Vamos a dentro, suerte que la boda es en un salón, si no todo en estos momentos estaría mojado.

Me eché en su sillón cambiando los canales en busca de alguna serie o película que me distrajera. Tengo 6 hermanos, sus edades y sus nombres, del más pequeño al más grande: Martín de 17 años, Arturo de 19, yo Damián de 24, Omar de 26, Leonardo de 29, Joel de 30.

Leonardo es al que se está a punto de casar al que le he chocado la camioneta, Omar se ha divorciado una vez hace dos años pero ahora mismo tiene pareja, Joel es soltero pero con una pretendiente, yo pues me casé temprano y a lo loco, Martín y Arturo... bueno pasan de novias como si fueran ramas.

Somos una familia unida y como podrán notar mis padres de vez en cuando se convierten en conejos y el resultado es ese.

-No piensas ir con Michelle?-Me decía Leo despertándome en calzoncillos y preparándose para vestirse.-Ya solo falta media hora para que empiece la boda.

-No, acuérdate que las damas de honor siempre están juntas... o eso creo. Calma esos nervios, yo ya pasé por esto y es divertido.-Le dijo con gran sonrisa acordándome de lo que antes sentía por Michelle.-Solo tienes que pasar esta gran alfombra para ver a tu hermosa esposa con su gran vestido blanco... después podrás irte de luna de miel con ella.

-Es mi primera vez, como es que tu no te sentías tan nervioso?-Ni yo sabía como, solo me sentía muy feliz de que me iba a casar con esta mujer tan bella.-Por que la amas de verdad.

-Y tu no la amas?-Me dijo parando de hacer todo lo que estaba haciendo.

-Que?!!-Me sobresalté con esa pregunta, como si te avisaran que MJ regresó a la vida y que todo fue una grandiosa publicidad.-Si, la sigo queriendo...

-Siempre hay un pero.

-Pero ya no siento lo mismo de antes, antes la amaba a morir y ahora con los problemas que hemos tenido algo en nosotros ha cambiado y no estoy seguro de si me siento cómodo con ella.-Le respondí perdido mirando mi anillo de compromiso.

-Hay alguien en la mira?-Me preguntó con amenaza incluida en su mirada.

-Obvio que no, es eso nada más OK?!-Aquella pregunta rebotó en mi cerebro estresandome, que tal si estaba enamorado y yo mismo no lo sabia?-Como irritas, solo déjame vestirme.-Me levanté decidido a uno de los cuartos para bañarme y después vestirme.

Mientras me bañaba y pasaba el jabón por mi cuerpo se me vino a la mente como le había respondido a Leonardo y enseguida me sentí mal, me he comportado peor con el pero esto era sin razón alguna, no debí hacerlo, tenía que pedirle disculpas, joder, hoy es su boda y yo cargándosela toda!

-Oye Leonidas -Me recargué en la puerta de su cuarto poniéndose los calcetines.

-Si?

-Perdón por lo de hace un rato, no quería ofenderte, es que yo he estado también un poco fuera de mis cabales.

-No te preocupes, creo que también te debo disculpas, me he pasado un poco.-Le sonreí y me fui a vestir.

Cuando ya estaba todo listo para irnos a la boda nos subimos a otra camioneta que tenía y manejó él, a medio camino me di cuenta que no traía las llaves de mi casa y las de la oficina en la que trabajaba entre otras cosas más, digamos que precisamente no las tenía en mi pantalón cuando llegué a casa de Leo.

-Y que vas a hacer? Estamos a medio camino.-Dijo preocupado.

-Ammmm, cambio lugar con Joel, me llevo la camioneta y el se viene contigo, no me tardaré creo saber donde están... bueno eso espero.-Se estacionó y lo mismo hizo mi hermano Joel que iba detrás de nosotros, me dirigí hacía donde estaba Joel.

-Por que se detienen? Estoy seguro de que todavía falta mucho tiempo para llegar.

-Si si, solo vete con Leo, llego en un rato allá, se me han olvidado unas llaves importantes.-Le dije rápidamente y sacándolo de la camioneta.

Con miedo aceleré para llegar rápido a donde había tenido el accidente y con mucha suerte llegar a la casa de Mario. A tan solo unas cuadras de llegar al lugar donde había tenido el percance me di cuenta que Joel traía un Frapuccino, el y yo tenemos muchas cosas en común en cuanto a gustos.... PEEROOO! Como siempre, el inoportuno de Damián decidió tomar un trago cuando pasé por un bache, podrás imaginarte como quedó mi camisa de vestir de color blanco.

-Miieerrda! En serio?! -Me dije a mi y al maldito envase, lo único bueno es que había llegado al lugar, pero ahora que iba a hacer si no sabía en donde vive Mario?! Me bajé del auto y fui con unas señoras que estaban sentadas charlando.-Disculpen, me llamo Damián, estoy buscando a alguien, este... se llama Mario, es como de mi tamaño y edad, pelo oscuro, ojos grises...

-Ooo, es el único de por aquí con ese nombre.-Dijo una de las señoras sonriendo amablemente.

-Mira, vive a unas cuadras de aquí, te vas derecho hasta topar con la casa de allá y das vuelta a la derecha, después solo tendrás que buscar una casa naranja #54 y habrás llegado a su casa.-Me dijo otra señora que estaba ahí.

-Ok, derecho hasta topar y después doblar a la derecha hasta encontrar la 54, muchas gracias!-Le sonreí a todas, todas las señoras estaban en la 3ra edad pero ni tanto, me subí de nuevo a mi coche ya con algunas gotas de agua en mi traje y antes de cerrar escuché a las señoras decir algo como: "será... novio... algo entre ellos", no sabía para nada a que se referían pero me pude imaginar lo que decían "serán novios o se traen algo entre ellos", no le presté más atención y rápido me fui a buscar su casa.

62, 60, 58, 56... 54!! Me estacioné como loco, toqué el timbre varias veces en corto tiempo y abrieron.

-Mario! Joder cuando me he ido...

-Algo anda mal?-Me dijo sin comprender nada.

-Si si!

-Pero ya hemos hablado con el señor...

-No no! Eso no, cuando me he ido se me han caído unas llaves muy importantes y no sé si tu las hayas visto y las hayas recogido....-Dijo impaciente.

-Oh! Si, te hice señas pero no me has visto, ahorita las traigo...-Me dijo mientras gotas de agua no dejaban de molestarme-Que hago -Se dijo así mismo- pasa, te vas a terminar mojando por completo.-Entré con un poco de pena, no nos conocíamos para nada pero ahí estaba yo dentro de su casa.-Si quieres te puedes sentar.

El fue a buscar las llaves y fue cuando me acordé de mi camisa. El estaba de regreso.

-Son estas?

-SI SI SI GRACIAS! Oye... no nos conocemos pero mira, me siento mal al pedirte esto, pero no tienes una camisa que me puedas prestar??? Se me ha caído café encima y estoy en camino a la boda de un hermano y, y, y no puedo llegar así...-Le dije ilusionado mirando le a los ojos.

-Mmm si quieres... creo que somos la misma talla, solo espérame.-Me dijo confuso.

-Si... gracias.-Estaba impaciente, no quería llegar tarde a la boda.

-Tengo estas 2, no sé cual quieras?-Me dijo con 2 camisas en las manos.

-Joder tio eres mi salvación -Se empezó a reír. Me quité apresuradamente y torpemente la camisa que casi la rompo, agarre una de las que tenía en sus manos y me la iba a poner cuando me detuvo.

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No sé ni como diablos había encontrado mi casa pero no sé, se me hizo muy chistosa la situación, no lo conocía pero algo en el me decía que era buen chico.

-Para, no querrás ponerte una camiseta antes?-Damián tenía buen cuerpo por minimizar, por que realmente tenía un muy buen cuerpo, no tan marcados como un luchador y más suaves que los de un modelo.

-Que?!-Se tocó el cuerpo en lo que parecía ser una búsqueda de la camiseta- Aaah -exhaló- me ayudas... de nuevo?-No pude evitar no reírme, le contagie la risa y subí a mi cuarto en busca de una.

-Toma.

-GRACIAAAS MARIO!-Se la puso como loco... pero al revés.

-Eeeh Damián, te la has puesto al revés.-Le dije chistoso.

-Aaah demonios.-Se la empezó a quitar y cuando lo hizo la olió.-Pero que bueno! Cual usas?-Esta vez se la empezó a poner en la buena dirección.

-Es "The Beat".-Le sonreí.

-Huele muy bien... ahora si -Agarró la camisa y se la empezó a poner- vamos bien.... yyy listo! Joder Mario en serio muchas gracias!... A! Este... si quieres te puedes quedar con mi reloj o algo para que estemos a mano y ya mañana nos arreglamos bien.-Me dedicó una de las sonrisas que más me han hecho sentir cosas en el estomago.

-No te preocupes, con tu camisa está bien.

-Bueno gracias!-Me dijo chistoso, estaba a punto de irse cuando regresó, me imaginaba lo mejor.

-Oye... te debo una disculpa, por lo que pasó en la mañana, no era mi intención gritarte ni ofenderte, he estado teniendo malos días y justo hoy estuve bajo presión, la verdad no sé por que haces esto por mi, pero en serio, te pido perdón y al mismo tiempo las gracias por esto.-Me dijo con la sinceridad pura en sus ojos y me dio un abrazo fuerte.-Mmm otra cosa, te he dado mi número y estoy 100% seguro de que no te puedo llamar si no tengo el tuyo jajaja.

-Si...! Es cierto, te lo anoto en una hoja.-Le escribí el número y se lo dí, nos despedimos de nuevo estaba a punto de irse- Espera antes de que te vayas... toma esto, quien sabe cuando va a parar la lluvia y tal vez lo necesites.-Le di un paraguas.

-Muchas gracias.-Me dedicó hasta ahora la sonrisa más grande, se dirigió a su camioneta y cerró la puerta pero aún así se despidió de nuevo sonriendo por el cristal.

Si, creo que me he enamorado.

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Que buen chaval, sin conocernos y lo que me ha prestado, esta vez me dirigía hacia el lugar de la boda un poco más calmado y con una sonrisa de oreja a oreja sin saber la razón.

-Hasta que llegas, Michelle te ha estado buscando.-Me dijo Arturo entrando al salón.

-Si, es que se me han perdido unas llaves y las he ido a buscar. Que le has dicho?

-Ya, tan importantes eran??-Arturo suele ser muy cabeza dura.

-Si Arturo, tan importantes son -Le dije un poco solo un poco molesto.

-Ya ya. Le he dicho que tampoco sabía y pues se ha ido con la novia a maquillarse.

-Ok, vamos a sentarnos antes de que empiece todo.

Nos sentamos todos los hermanos en las primeras bancas de la iglesia, y todo fue normal, la típica canción de piano y la esposa caminando a través de la iglesia en medio de todos los invitados, con la mirada llena de ilusión hacia el que pronto sería su prometido, Leo.

-Mi amor, hasta que te puedo ver...-Le dije a Michelle terminando la frase con un beso en sus hermosos labios, ella me siguió y empezó a subir la temperatura.

-...amor, sabes... hemos tenido problemas últimamente y... sería genial si termináramos la noche de una forma especial y diferente...

-Si si...-Le dije agarrando nuestras manos y besándola más, después de varios días de no tener nada de acción me empezaba a hacer daños colaterales y algo en mi pantalón empezaba a despertar.-esta noche la acabaremos en la cama entre besos y caricias... te quiero...

-Y yo igual... Vente vamos a la mesa de nuevo.

-Jajaja Yoooo.... es que no puedo dejar que los invitados me vean así....

-Ok, jajaja te quiero.-Me dio un beso en la mejilla.

Todo aquello pasó y ahora todos se iban al salón donde sería la fiesta, algunos solo platicaban alegremente y otros en la alberca, yo mientras el sueño empezaba a dominarme, cuando me di cuenta eran las 1:30 de la mañana.

-Damián te estás durmiendo, por que no te vas al carro.-Me dijo Joel.

-No!-Le dije de sorpresa- Estoy bien, solo... solo...-Volví a cabecear.

Estaba en algún lugar pero lo que sí sabría decirte es el placer que estaba teniendo en mi parte baja, eso y que veía una cabeza subiendo y bajando en aquella parte tan especial y delicada pero no era Michelle, no, ella tendría el pelo café claro con rayos aún más claros y la que estaba viendo tenía el cabello negro y corto... como si fuera un hombre, lo único que escuchaba eran los gemidos entre-cortados que salían como torpedos de mi boca a un volumen no muy agradable para los vecinos, aquel que me estaba mamando estaba a punto de voltearme a ver...

-Damián! Damián!

-Que?! Que...?! Oh, si, lo siento, yo...

-Tomate una cerveza, te va a despertar. Se que no me incumbe pero por lo que he oído no has tenido acción en mucho tiempo jajajaja.-Se burlaba.

-Se ha escuchado?-Dije sin despertar por completo.

-No tienes que preocuparte, has gemido bajo jajajaja. Vete a dormir a la camioneta.

-Pero Michelle...

-Yo la llevo no te preocupes, anda, vete a la camioneta.

-Joder Joel, gracias, te debo una.-Me levanté de mi silla y me dirigí hacía Leo para despedirme, estaba tan cansado que se me olvido despedirme de las demás personas. Me agaché para hablarle al oido.

-Joel tio, lo siento, me muero de sueño y últimamente no he dormido y he estado bajo presión, lo siento.

-Vamos Damián, no tienes que disculparte, vete ya a la camioneta anda.

Apenas entré a la camioneta me acomodé en los asientos y caí completamente dormido, soñe, soñe soñe con... Mario??!

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Este es un nuevo relato, como verán, y pienso continuarlo pero esta vez los quiero hacer largos, espero y les guste, dejen sus comentarios y demás en los comentarios.

Nota, este relato ya lo había subido hacía un año, y lo he vuelto a subir para continuar con el.