Gracias a los ascensores
Como un día común termino en una excelente casualidad
Iniciaba el día con la rutina como cualquier otro en medio de esta cuarentena, me levante de la cama, cepille mis dientes, hice un poco de ejercicio, luego a tomar una ducha, finalmente desayunar mientras veía en la televisión los casos diarios y recibiendo la noticia de que la cuarentena se mantendría por una semana más, después de casi 2 horas viendo nada, cuando ya estaba a punto de quedarme dormido sonó el intercomunicador, me indicaron que había llegado un pedido que había realizado días atrás, me puse lo primero que encontré, cuando llegué a los ascensores ninguno funcionaba por medidas sanitarias, pensé en devolverme pero esto era lo más emocionante que había hecho en semanas así que decidí bajar por las escaleras.
Vivo en un piso 20 así que tenía bastantes escalones por delante, las escaleras por lo general están solas pero pensé que ese no sería el caso tomando en cuenta que los ascensores estaban cerrados, aproximadamente 5 pisos más abajo escuche algunas voces y risas, continué bajando, me encontré a una pareja sentada una al lado del otro, solo se reían hablando en voz baja entre ellos, seguí bajando pero algo me decía que estaban teniendo sexo ella estaba roja y el algo acalorado, pensé en volver pero seguramente después de haberlos interrumpido se irían.
Llegué a la recepción recogí el paquete para volver a lo que se había convertido en mi rutina solo que ahora tenía 20 pisos para subir.
Mientras caminaba iba revisando lo que había llegado cuando volví a escuchar unos ruidos en las escaleras, esta vez oí claramente unos gemidos, supuse que era la misma pareja, esta vez no quería interrumpirlos por lo que comencé a subir con mayor cuidado, mientras más me acercaba podía escuchar mejor los gemidos, al llegar al piso donde estaban, asomé solo la cabeza para poder verlos, estaban de pie y ella tenía la espalda contra la pared, desde donde estaba solo podía ver como las piernas de la chica lo abrazaba por las caderas y se sostenía de él, la escena era muy excitante para mí.
Comencé a tocarme sobre el pantalón, me estaba excitando, me estaba poniendo duro de ver a esa pareja teniendo sexo en las escaleras, paso poco rato hasta que empecé a masturbarme mientras los veía, en ese momento sonó la puerta de un departamento de los pasillos, él se sentó rápidamente y ella se quedó arreglándose la ropa, pero cuando él se quitó frente a ella, ella se dio cuenta que los estaba observando, en ese momento nos quedamos los 3 esperando que se abriera la puerta de acceso a las escaleras pero luego de un rato esperando se volvió a escuchar la puerta del departamento cerrándose, yo decidí seguir mi camino pero cuando pase por un lado de ellos la chica me dice:
A: Espero que, ya que estabas disfrutando del espectáculo, no digas nada y podamos continuar...
R: No diré nada, si quieren pueden seguir, aunque me gustaría quedarme para observar un poco más.
Ellos simplemente se vieron y sonrieron.
A: Esto hará que la fantasía sea más excitante.
Se levantaron de nuevo, esta vez ella se inclinó sobre las escaleras y bajo su pantalón para que su compañero volviera a penetrarla, yo me senté al lado de ella de forma de poder ver su cara mientras su él la penetraba.
Podía ver como la sujetaba del cabello y levantaba su cara para que yo pudiese disfrutar, comencé a tocarme sobre el pantalón y ella me bajó el cierre dejando salir mi pene, comenzó a chupármelo mientras su amante se lo metía, sus gemidos iban en aumento, creo que los jadeos de los tres ya se podían escuchar por lo menos a 8 pisos de distancia, él le decía que bajara la voz y ella solo decía entre gemidos que no podía.
Les dije que en mi departamento estaba yo solo, que si querían podíamos ir y terminar allá...
A: Estoy caliente, pero no te conocemos para acompañarte.
R: Ok, mucho gusto, me llamo Ruben y si quieres gritar y gemir duro sin preocuparte de las puertas que suenen o las personas que suban o bajen por las escaleras podríamos subir los tres y continuar allá.
Esto se lo decía mientras agarraba uno de sus pezones sobre la ropa.
A: Mi nombre es Adriana, y quiero seguir teniendo sexo.
M: Mi nombre es Manuel, si Adriana quiere ir entonces vamos.
R: Jajaja bueno ya hechas las presentaciones sigamos subiendo al piso 20.
En el camino, Adriana y Manuel no paraban de besarse, de tocarse. Al llegar Manuel me preguntó:
M: ¿Dónde podemos continuar?
R: Por ahora continúen en el sofá de la sala, quiero verlos.
Manuel se sentó primero y Adriana se subió encima de él, yo me puse frente a ellos para verlos, comenzó a agarrar sus nalgas y ella a moverse sobre él, sus movimientos eran cada vez más intensos y a medida que pasaba el tiempo podía escucharla mejor, Adriana se separó un poco, comenzó a quitarse la camisa, sus senos eran perfectos, no eran grandes, tampoco pequeños, eran exquisitos, deseables, excitantes!
R: Muerde un poco sus pezones Manuel, aprietalos, chupalos, hazla gemir.
Adriana aceleraba su respiración se movía más rápido para sentir como lo tenía excitado, de un momento a otro se quitó de encima de Manuel, se agacho frente a él para sacar su pene y comenzar a chupárselo, se lo metía hasta el fondo, le pasaba la lengua de arriba abajo, lo chupaba como si la vida dependiera de eso.
Se levantó y terminó de desnudar a Manuel y se terminó de desnudar ella, tenía el control.
A: ¿Te puedes sentar aquí cerca?
Me levanté de la silla donde estaba y me senté al lado de Manuel, ahora la veía casi de frente.
A: Me di cuenta de que te gustaba ver mi cara, quizás no quieras perderte esto.
Adriana comenzó a sentarse sobre el pene de Manuel, su cara era excitante, sus gemidos aumentaban, mordía sus labios y todo esto lo hacía mientras me veía.
Sin parar de moverse agarro mi pene, comenzó a masturbarme casi al mismo ritmo que subía y bajaba.
A: Quítate la ropa y levántate
Termine de desnudarme y me levante, apenas lo hice ella comenzó a chupármelo, mientras lo hacía me veía a los ojos para provocarme más.
A: En las escaleras estábamos cumpliendo una fantasía, pero hoy es el día dónde puedo cumplir dos a la vez, Ruben quítate toda la ropa y vuelve a sentarte, hice lo que me pidió, apenas me senté pude ver cómo pasaba sus piernas sobre mí y dejaba a Manuel a un lado, puso mi pene en posición para penetrarla y fue bajando hasta la mitad, después de eso se dejó caer mientras soltaba un rico gemido y me decía al oído con voz de perra:
A: Este es el agradecimiento por dejarnos venir a tu casa para tener sexo, me excita que me vean.
Estuvo un rato cabalgándome, yo chupaba sus pezones, la sujetaba de la cadera, entrelazaba mis dedos en su cabello mientras lo jalaba un poco, luego, volteó para ver a Manuel.
A: ¿Cuántas veces me habías dicho que querías mi culo?
M: Muchas veces.
A: ¿Qué esperas?
Dicho esto, Manuel se puso detrás de ella y luego de lubricarla un poco con sus propios fluidos y saliva comenzó a penetrarla, Adriana se detuvo un momento para que pudiese entrar mejor, mientras más adentro estaba más sentía las uñas de Adriana en mi espalda, luego, en un movimiento rápido se echó hacía atrás para terminar de metérselo hasta el fondo.
A: Que ricoooo, que ricoooo
No duramos ni siquiera 5 minutos en esa posición cuando Adriana comenzó a gritar que iba a acabar, sentimos como apretaba nuestros penes dentro de ella mientras alcanzaba un rico orgasmo, verla así fue suficiente para acabar dentro de ella y después por los gemidos nos dimos cuenta que también lo estaba haciendo Manuel.
Nos levantamos agotados, todo había sido bastante intenso, Manuel y Adriana comenzaron a vestirse mientras se reían entre ellos.
A: Hoy era el día para cumplir la fantasía de hacerlo en público, pero no podía dejar pasar la oportunidad de tener un trío y también tener sexo anal ¿Cuándo podemos volver a venir a tu departamento?