Gracias a Lara (2)
Lara me facilitó acabar la noche follando con Alicia, y ahora me estaba despertando mis más intensos deseos fetichistas...
Mientras nos besábamos, sentía que mi mano, como si decidiese por sí sola, se recreaba en la lycra apretada de la entrepierna de Alicia, notando incluso el tacto de la braga posiblemente de encaje. Temía que ella me considerase demasiado directo, pero sólo pensaba en subir hacia sus pechos, por debajo del jersey que prometía un acceso fácil a su sujetador. Así lo hice, y al notar el tacto de su sujetador de encaje automáticamente confirmé que las bragas debían ser a juego. En ese momento su mano izquierda me empezó a sobar el paquete, con lo que confirmé que ella también estaba poniéndose a cien. Se me puso muy dura, y después de juguetear con sus pechos y rozarle los pezones a través del sujetador, bajé de nuevo a su entrepierna. Recorrí el rombo de sus pantys con dos dedos y entonces sentí una cálida humedad que me hizo abrir los ojos y encontrarme con los suyos, rodeados por su melena rubia, como ausentes.
Alicia abría cada vez más su boca y yo trataba de llegar hasta el fondo, en un beso interminable y placentero. Entonces sentí la necesidad de acelerar mis caricias, apretando su sexo a través de los pantys, mientras con la otra mano le conseguía acariciar los pechos. Cada vez estábamos más calientes y encima me acababa de abrir la bragueta, y tenía mi polla en su mano. Miré de reojo y confirmé que estábamos, afortunadamente, en una calle sin circulación de gente. Era inviable bajarle los pantys y las bragas, y además no quería, porque el tacto de sus piernas me estaba poniendo a mil. Entonces ella susurró: "a tomar por culo pantys", y pellizcando en ambos lados del rombo, abrió un agujero, sonando cómo rasgaba la lycra. Yo me senté en el sitio del copiloto de nuevo y ella se puso encima mío, con las piernas abiertas. Sentí sus pechos sobre mi y sus labios buscaron mi boca, mientras me acariciaba su melena al trasluz de una farola. Separó los labios de mi boca para susurrarme de nuevo al oído: "fóllame, tío, fóllame...".
Era precísamente mi intención, así que buscando la cara interior de sus muslos con mis manos por los lados, aparté su braguita y sentí cómo mi polla entraba hasta el fondo de ella sin dificultad. Estaba muy mojada, y gemía a cada movimiento de nuestros cuerpos. Busqué el hueco para meter mi cara entre sus pechos y empecé a lamerle los pezones, que se pusieron aún más duros. No puedo explicar la sensación tan placentera de sentir mi pene moviéndose dentro de ella mientras le acariciaba las caderas suaves por la lycra y sentía sus pezones endurecerse al contacto con mi lengua, con sus gemidos de fondo.
De repente noté una sombra a lo lejos, y relajé el ritmo. Ella lo notó y me suplicó desesperada. Yo la castigué quedándome inmóvil hasta que la sombra siguió adelante, y cuando se despejó el terreno, retomé la marcha, embistiendo su sexo con la fuerza que me permitía tenerla encima. Saqué fuerzas de la propia excitación que me envolvía, y metiendo de nuevo mi lengua en su boca, introduje mi pene lo más profundo que pude y me corrí, mientras sentía como su boca ahogaba un gemido absolutamente fundida con la mía.
Durante unos segundos nos quedamos inmóviles y sentí, como seguramente sintió ella, el fluir de mi corrida en su interior, mientras seguí acariciándole las piernas y nos mirábamos fijamente. Menudo flechazo!...
Al día siguiente, al llegar al curso, Lara me miró fijamente a los ojos y con todo descaro me preguntó:
- "Bueno, ¿qué?, ¿qué tal ayer con tu gordi?".
Yo me quedé de piedra. No me esperaba esa pregunta, y me quedé con cara de tonto. Ella me aclaró:
- "Aver, que os vi desde el autobús, que te cruzaste con ella al salir, ¿no?".
Entonces le dije que sí, que habíamos estado hablando, tomando algo... Pero las tías son muy listas, y debió haber alguna expresión en mi cara que hizo que se pusiese muy pesada:
- "¿Te la tiraste?. ¿Te has follado a la profesora?, ¿en serio?".
Yo no sabía cómo quitármela de encima, y para colmo llevaba una minifalda vaquera con unos leggins rosas que le sentaban de muerte, con lo que me estaba desconcentrando y no hacía más que enfangarme. Ella se me puso al oído y me dijo que le contase todos los detalles, y al hacerlo me rozó el oído y se me puso dura, esto iba de mal en peor.
Al final conseguí salir del paso y entramos al curso. Alicia venía espectacular, con un vestido ceñido beige y unos pantys marrones. Estaba incluso más buena hoy, tal vez sería porque me había quedado pillado con ella. Nos miramos a lo lejos y noté una sonrisa cómplice que le correspondí inmediatamente. Antes de llegar me pasé por una mercería y le compré unos pantys nuevos, creo que iguales a los que rompimos el día anterior. Llevaba el paquete en el bolsillo del abrigo, para dárselos disimuladamente cuando nos viésemos, pero tenía a Lara pegada a mi.
Llegó el descanso y alguien pilló a Alicia para resolver unas dudas, así que salimos Lara y yo para que se fumase un cigarro. Miré de reojo a Alicia con cara de resignación. Al salir Lara insistió en el tema, como hablando para sí misma:
- "Así que te has follado a la rubia... Tengo que reconocer que no está mal, si te van las chicas un poco rellenitas, además tiene unos ojazos impresionantes la tía...".
Debo admitir que oir a una tía con leggins rosas y minifalda echar piropos a otra rubia, me estaba poniendo caliente, ahora resulta que Alicia le molaba a Lara, jaja, igual hasta era bollera y no me lo había dicho. Estaba pensando en eso cuando Lara me metió la mano en el bolsillo del abrigo y sacó los pantys, que para mi desgracia estaban estampados en el cartón con una pedazo de modelo con unas piernas impresionantes.
- "¿Y estooo?, ¿es para la rubia?".
- "Lara, joder, deja eso, qué cotilla eres, coño!".
- "Venga ya, no me jodas que le hiciste una carrera con la excitación del momento".
Traté de quitarle los pantys antes de que me pusiese en evidencia delante de todo el mundo que estaba al rededor nuestro, pero fué imposible. Lara le quitó el precinto a los pantys y su cabeza de repente discurrió una perversa idea:
- "A tí te mola el tema este de los pantys, ¿no?. Vente, que me los voy a probar".
- "¿Quéeeee?".
Se dió la vuelta y tirando el cigarro al suelo se metió a los servicios, que ya estaban vacíos porque la gente estaba empezando a entrar en la clase. Traté de alcanzarla, pero a pesar de que llegué a cogerla de la cintura, se me escapó y se metió a los servicios de tías. Yo estaba cabreado con ella por un lado y por otro tenía un calentón importante, con todo este tema. Así que decidí meterme detrás de ella en el servicio, y ella lejos de amedrantarse, me abrió la puerta de una de las cabinas y me dijo:
- "Venga entra, que seguro que te mola".
Yo no sé porqué pero lo hice, y entonces ella me dijo:
- "Me los quiero probar antes de que se los des a ella, ahora me molan a mi también".
Y ante mi sorpresa, y mientras me ofrecía un upskirt perfecto de un pequeño fondo negro triangular bajo sus leggins rosas, añadió:
- "Tú mismo, resérvate para ella o te haces una paja. Pero sin salpicar...".