Gordo con pasaporte (1)

CAPÍTULO I: ORGÍA DE A DOS.La calentura de ambos nos hizo caer en un torbellino de lujuria como muy pocas veces había conocido antes.

GORDO CON PASAPORTE (1)

CAPÍTULO I: ORGÍA DE A DOS.

DOMINGO.

1:15 AM

Lenta, muy lentamente, mi locomotora estaba entrando al túnel.

Húmedo muy húmedo.

Bañado en excitación.

Detrás de ella, el resto de los vagones, hasta que los de carga golpetearon la entrada de dicho túnel.

Un gemido.

Un alarido.

Un grito!

Ahora mi ferrocarril comenzó un marcha atrás, igualmente lento, y volvió a arremeter para internarse nuevamente dentro de esa cueva oscura dispuesto a dejarse llevar por el ritmo frenético y no detenerse hasta descarrilar en forma literal.

"Yes, yes, yes... fuck me hard... please... moverte más rápidou... please... Necesitar aún más forte esa polla..."

Mi traqueteo se volvió salvaje y desesperado. La calentura de ambos nos hizo caer en un torbellino de lujuria como muy pocas veces había conocido antes.

Mi erección estaba muy por encima del nivel medio conocido y mi mente cargaba con una sensación completamente alocada. No podía razonar... estaba completamente entregado a la lujuria que me estaba invadiendo e impedía controlar mis acciones.

Si hubiéramos tenido en ese momento un medidor de calentura para cada uno, seguramente ambos estarían marcando el grado más alto posible.

Mi pelvis se movía violentamente hacia delante y hacia atrás como si el mundo ya tuviera los minutos contados. Su culo comenzaba a sincronizar sus movimientos con los míos.

Mi pene lo sentía duro como nunca... grueso como nunca... latiendo como nunca... con las venas a punto de explotar en cualquier momento...

Un coro de dos respiraciones salidos de los carriles más agitados, comprobaban a ciencia cierta, que yo no estoy exagerando en lo más mínimo con mis descripciones.

""Nou correr aún. Querer disfrutar por el restou de la noche... Wow, man... you’re fucking hot."

Los sonidos guturales que emitían nuestras bocas se entremezclaban con palabras obscenas, alaridos de bestias salvajes y gemidos que nos era imposible evitar.

Su "fuck, fuck, fuck, fuck!" coincidía con cada uno de mis empellones contra su ojete abierto. Parecía como que sus labios anales corearan al unísono el mismo tema de los su boca. Mi pelvis hacía ventosa en contacto con su raja y el sonido era similar a sus gritos.

"Fuck, fuck, fuck, fuck..."

Cuando estaba al borde de la eyaculación, me detenía, porque él me lo había solicitado de ese modo. El gordo no quería que todo se terminara en lo inmediato. Quería coger toda la noche.

Un nuevo mete y saca furioso antecedió a nuevos gritos por parte de él.

Otra vez, me tuve que calmar.

Quité el hierro ardiente de sus entrañas y como si fuera un reflejo condicionado, giró en forma rápida y vino en busca de ella con la boca abierta.

Se la engulló de un bocado sin antes decirme: "Now, fuck my mouth, please."

Como si fuera el deseo de un condenado, lo cumplí sin protestar.

Comencé nuevamente el movimiento de vaivén teniendo a esos labios que me comenzaban a succionar el miembro sin darme respiro. Mi glande golpeaba la antesala de su garganta mientras él subía y bajaba su cabeza salvajemente sobre mi verga, en total sincronía con mis propios movimientos.

"Voy a eyacular..." avisé para que se detuviera.

Muy lejos de hacerlo, quitó la boca de mi sexo tan solo para decirme: "Give it to me." Y literalmente volvió a tragárselo.

No me demoré en verterme dentro de su paladar, sintiendo su succión como si se tratara de un bebé mamando una teta para alimentarse.

Mis sacudidas fueron violentas como nunca antes. Es que la calentura se había disparado hasta grados inimaginables.

La cantidad de esperma que expulsé en esa oportunidad fue tal que no lo pudo contener dentro de la boca y comenzó a derramarse mientras tragaba y seguía succionando con fuerza.

Pensé que después de eyacular, todo se calmaría. Ja!

Nada más alejado de la realidad.

"Hey... ahora también chupar tú la polla a mí..."

Sus palabras fueron una invitación, más que una orden, a la cual no pude ofrecer ni la más mínima resistencia.

Dejó caer su pesado cuerpo hacia atrás y de costado, apoyando con el impulso su nalga y muslo, su pierna y rodilla, y su panza junto con el brazo. El movimiento fue en tres etapas, pero logró quedar boca arriba y con las piernas bien abiertas sobre la cama en menos de lo que canta un gallo.

Su entrepierna era un reverendo desastre. Una gran cantidad de líquido transparente bañaba toda su gorda verga, los testículos y toda la parte interna de ambos muslos. El tamaño de su miembro era descomunal. No demasiado largo, aunque sí sumamente visible, y casi diría que tan obeso como él mismo, con un glande abultado, grueso y con dos huevos que seguramente me mantendrían la boca ocupada durante largas horas.

Sin darle tregua, me zambullí sin necesidad de un trampolín y dejé caer mi boca sobre su obelisco erguido y el movimiento lo sorprendió haciéndolo saltar hacia arriba, revolcándose con el envión.

"Arghhhhhhhhhhhhh!"

Eso no me detuvo.

Comencé a chupar salvajemente alrededor de su terrible erección, como si quisiera batir un récord de velocidad. No quería desperdiciar ni una sola gota de su excitación.

"Yes, yes, yes, yes..."

Mi lengua arremetió contra sus poderosos testículos. Se enterró entre ellos y empujó con fuerza hacia arriba. Sin poder evitarlo, y casi como si hubiera sido una obligación, me metí el derecho dentro de la boca.

"Ayyyyy."

Dolor... pero indefectiblemente mezclado con goce.

Sentí la masa dura y a su vez gelatinosa que se movía por encima de mi lengua y que mi paladar presionaba suavemente. El obeso se sacudía sobre la cama, mientras me presionaba la cabeza con ambas manos para que siguiera con mi accionar.

Cambié su huevo derecho por el izquierdo y le realicé el mismo servicio. Su pene saltaba de alegría y su líquido se balanceaba entre su glande y mi nariz como si fuera una telaraña.

Quité mi boca de sus bolas y fui nuevamente por su verga. La sobé, lamí y chupé. Cuando la dejé completamente seca, una nueva expulsión de líquido comenzó a bañar las venas de su falo. Esto ya era incontrolable.

No podíamos medir nuestra lujuria.

Chupé nuevamente hasta secar sus jugos, mientras ahora sus manos me obligaban a comerme su pija. Me presionaba hacia abajo con fuerza mientras su glande golpeteaba la entrada de mi garganta. Él no permanecía pasivo. Su culo se levantaba como para cogerme la boca golosa.

"Fuck... I’m gonna cum... mi correr..."

El aviso me volvió loco y aceleré mi movimiento de sube y baja.

"Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrhhhhhhhhhhhhhhhhgggggggg."

Varios sacudones violentos precedieron a su largo grito y torrentes de esperma me inundaron la cavidad bucal. Mi ritmo alocado y frenético no me dejaron dudar ni un solo instante y comencé a tragar su vaciada.

Si dependiera del grado de excitación que me tenía de rehén, debería decir que su néctar era el más delicioso de los que había probado con anterioridad, pero eso me haría quedar como deshonesto, ya que estoy seguro que eso no correspondía a la verdad. Siempre que estoy igual de excitado, me gusta todo lo que trago, sin importar qué sea.

Sus convulsiones quitaron su pene bruscamente del interior de mi boca, mientras su volcán seguía en su erupción y eso logró que salpicara bastante esperma por todo mi rostro. La fuente no tenía previsto detener su funcionamiento.

"Oh... muy pocas veces he visto tanto semen junto y de una sola vaciada." Dije sin disimular mi perplejidad.

"You’re the one, baby... tú haber logrado..." Contestó.

Sin permitirle el más mínimo descanso, alcé sus dos piernas y apoyé sus pies sobre mis hombros. Él adivinó mi intención y tan sólo palpó mi miembro para asegurarse que había recobrado una potente erección; cuando lo comprobó, ofreció su ayuda arrastrando su humanidad hacia mí, para que su entrepierna quedara lo más cerca posible de la mía, y acto seguido levantó aún más su culo para dejarlo a mi entera disposición.

"Push it hard!" Aulló. "Clavarme! Follarme! Cogerme! Make me your bitch! Hacerme tu puta, cabrón!"

Sus palabras salían escupidas de su boca junto con gran cantidad de saliva, demostrando continuar preso de un grado alto de locura temporal.

Con un envión, metí mi glande bruscamente , lo que permitió arrastrar al resto de mi verga hacia dentro. Su ano estaba terriblemente dilatado y extremadamente lubricado por los restos de su propio esperma que le chorreaba entre las nalgas, y eso facilitó aún más la tarea.

Nuevamente, sincronizamos nuestros movimientos que se hicieron uniformes en forma casi inmediata.

La habitación se inundó nuevamente con nuestros gemidos que se intensificaron cuando volví a golpear mis testículos en forma desesperada contra su raja transpirada.

"Fill my ass... llenarme con tu leche caliente..." Suplicó mientras mis movimientos lo hacían sacudir.

Aceleré mis embestidas violentas, como queriendo perforar ese ano hambriento de alimento. Supongo que él sintió hincharse mi verga, porque un segundo antes de que comenzara a expulsar mi líquido, ya estaba gritando con dientes apretados y párpados cerrados, que aún así no podían contener a sus lágrimas dentro de los ojos.

Mis sacudidas me hacían temblar y sólo me pude contener porque él me abrazó con sus piernas para sostenerme y hacerme sentir su afecto y agradecimiento.

Mi miembro seguía latiendo mientras se vaciaba dentro de sus entrañas, al tiempo que mis testículos seguían golpeando la unión de sus nalgas. Cuando hube finalizado, mi sistema nervioso seguía excitado y no podía detener mi traqueteo que me había convertido en un autómata.

"Take it easy, baby... ya ser suficiente." Me informó son una sonrisa, para que tomara consciencia de la situación.

Me desperté de mi breve trance hipnótico y me detuve.

Mi respiración seguía a un millón de kilómetros por segundo.

"Cuánto hace que tú no culear a alguien, baby? How long?" Preguntó con los ojos abiertos de lujuria.

Respiré hondo y lentamente volví mi ritmo cardíaco a la normalidad.

"Oh... en realidad... hace mucho más tiempo del aconsejable..."

"Oh, shit... that was so hot... tú ser muy caliente, boy."

"Gracias, Mark... en realidad el que es muy caliente eres tú. Tú has logrado mi buen desempeño..." Confesé en forma sincera.

"Come here!" Rogó.

Me dejé deslizar para zafarme de entre sus muslos apretados y fui al encuentro de sus brazos abiertos que me esperaban para fundirse en un apretado abrazo contra mi cuerpo transpirado.

Nos besamos en forma apasionada, saboreándonos mutuamente con labios y lenguas.

Apenas se separaron nuestras bocas, nos miramos a los ojos y sonreímos al unísono.

"Oh, man... that was fucking hot!"

"Sí... estuvo muy bueno!" Confirmé.

"What time is it?"

"It’s almost 2:00 o’clock." Dije luego de ver el reloj sobre la mesa de luz.

"Damn... you were fucking me for almost the last 4 hours."

Y... sí. Él tenía razón.

Las últimas 4 horas habían sido de sexo desenfrenado. Chupadas, lamidas, cogidas y acabadas... y no exactamente en ese orden. Combinadas y en forma tan salvaje que el tiempo se había evaporado sin que nos hubiéramos percatado de ello.

"Oh, baby... please... come with me to the States." Me susurró al oído mientras me mordía el lóbulo derecho.

"I’m sorry, Mark." Contesté con tristeza.

"I undestand... just wondering." Dijo y se dejó deslizar hacia abajo, para meterse mi pene fláccido en la boca. "But I wish..."

Sonreí mientras escuchaba cómo me chupaba el miembro totalmente muerto que goteaba sus últimas reminiscencias.

Fui consciente de que mi verga demoraría una eternidad en volver a erguirse. Es que el esfuerzo había sido demasiado. Creo que la llevamos al límite de lo tolerable y ahora la muy pobre estaba completamente agotada.

Sentí un beso en mis testículos.

"I must go to piss." Informó.

Vi cómo el gordo se deslizó ágilmente hacia el borde de la cama y fue caminando descalzo por la moquete de la habitación del hotel rumbo al cuarto de baño. Ver al hombre de más de 200 kilos de peso, balancear su trasero en forma simétrica, me hizo temblar de excitación. Es que hacía unos pocos minutos, yo estaba invadiendo sus entrañas, moviéndome dentro de él e inundándolo con mis líquidos.

Unos momentos antes, tenía su miembro en mi boca, lo había lamido, chupado y literalmente comido... para luego hacerle explotar su esperma directamente en mi garganta.

Recordé en cómo habíamos entrado a la habitación apenas unos momentos después de las 8 de la noche, nos habíamos desesperado por quitarnos mutuamente las ropas que nos cubrían hasta quedarnos en calzoncillos, manosearnos descaradamente como si no hubiera un mañana y sentir la erección del otro en nuestros puños apretados en primer lugar, y a continuación deslizarlo dentro de nuestras bocas.

Una vez que llegamos al borde de la cama, lo siguiente fue una explosión de lujuria salvaje. El descontrol total se terminó apoderando de nuestros actos y luego de quitarnos con los dientes la última prenda que cubría nuestros cuerpos, ambas bocas entraron en acción.

Nunca voy a poder olvidar mientras viva, la calidez de su raja que se abrió de par en par con ayuda de sus propias manos para rogarme: "be my guest!"

Cumplí con su demanda... y creo, sin temor a equivocarme, que yo lo he disfrutado aún más que él.

Yo, que estoy casi todo el día rodeado de gordos, ya sea conocidos o desconocidos, había estado entrando en una desesperación por enterrar mi miembro en algún agujero y no conseguía a alguno que necesitara de mis servicios.

De pronto, en forma totalmente sorpresiva, apareció este hombre en mi vida y simplemente nuestras miradas se cruzaron. Fue en ese instante en que comencé aarisualicé todo lo que sucedería a posteiori.

Lo que nunca imaginé, fue que todo se fuera a dar de ese modo. Creo que esto fue una atracción fatal, por parte de ambos. Creo que me atrevería a decir, sin temor a equivocarme, que fue amor a primera vista.

Estoy seguro que apenas nos vimos, nuestros ojos hicieron todo el trabajo.

"Hola."

"Hola!"

"Me gustas!"

"Y tú a mí."

"Me gustaría verte desnudo."

"Y yo hasta mataría para verte a ti de la misma forma."

Lo que sucedió luego, fue un mero trámite, pero por un momento todo se me derrumbó, porque pensé que se me escurriría como el agua entre los dedos.

Quién hubiera pensado que todo transcurriría fuera de los límites de mi país? Es que no podría haber muerto sin haber probado de este fruto prohibido.

Ahora que veo a mi alrededor... todo me parece un sueño.

El Sheraton de la ciudad de Buenos Aires...

La mierda! Si nunca en mi vida hubiera pensado siquiera que pasaría una sola noche dentro de semejante hotel. Y para ser totalmente sincero, jamás se me hubiera ocurrido que estaría allí cogiendo como un degenerado y gozando como muy pocas veces en mi vida.

Supongo que sexo por el sexo, sin agregar otros ingredientes más que una fuerte atracción desde el comienzo, pero que en definitiva no buscaba más nada que saciar una calentura momentánea.

Pero repito... MUY FUERTE!!!

Sólo alguien que haya pasado por algo similar, podría entender ese sentimiento.

Justamente ya había pasado por un trance similar unos días antes, pero en esa oportunidad no se me había correspondido.

Ahora, teníamos una pequeña deferencia:

Creo que él estaba aún más caliente que yo por tenerme en su cama.

Y entonces... quién era yo para negarme a cumplir con sus deseos?

Como dije antes, creo que yo lo disfruté mucho más que él.

Ahora, en ese preciso momento, el gordote salía del baño.

Venía nuevamente hacia la cama, con una sonrisa de oreja a oreja.

Cuántos años tendría?

Debía estar rondando la misma edad que Eduardo... entre 60 y 65 años...

Pelado, con un escaso pelo canoso sobre las orejas... usaba anteojos... vellosidad moderada...

Pero lo que a mí me mataba era el tamaño de sus tetas y culo. Unas caderas de antología, que cuando me sumergí dentro de ellas con mi rostro, tuve que calmarme para no provocar una eyaculación involuntaria.

Y cuando introduje mi lengua en su raja, que sabía sumamente deliciosa, su agujero se abrió pidiéndome que visitara su interior sin hacerlo esperar demasiado.

Es que nunca se me había presentado algo así...

Me refiero a que fue como un flechazo instantáneo. Un deseo irreprimible de tener sexo con él y sentir fehacientemente que él experimentaba la misma necesidad.

Es como cuando lanzas un anzuelo y coges a tu presa y sientes que esa misma presa ya ha lanzado también su propio anzuelo, quedando prendado de tu persona y ambos al unísono tiramos de ellos para terminar acercándonos lo más rápido posible sin permitirnos escapar de nuestro destino.

Ambos al mismo tiempo.

Ambos con el mismo deseo que se podía entrever en nuestras miradas lujuriosas.

Ahora que volvía a meterse dentro de la cama, me volvió a besar en los labios.

"Thank you so much!" Dijo con un susurro casi imperceptible.

Ambos sonreíamos. Estábamos como en las nubes y así mismo, abrazados, lentamente nos dejamos secuestrar por los brazos de Morfeo.

DOMINGO

5 AM

Desperté sobresaltado.

Todo había sido un sueño?

Sin encender la luz, fui tomando consciencia y mi respuesta fue más que evidente.

Un par de poderosos brazos que venían por detrás de mí, me sostenían el pecho. El famoso "cucharita" que te hace sentir tan bien. Su boca casi pegada a mi nuca, haciéndome sentir su cálido aliento y también inundándome con su ya muy potente ronquido. El calor de su panza húmeda estaba apoyado sobre mi espalda, y sus piernas rodeaban las mías como impidiéndome escapar de allí.

Ni falta que hubiera hecho. Si yo ni siquiera pensaba en moverme de ese lugar.

Es que se sentía tan bien...

Moví mi cabeza hacia mi izquierda buscando su brazo y mis labios soltaron un beso mientras con la lengua arrebaté su transpiración y la degusté lentamente .

Alargué mi mano hacia la mesa de luz y encendí el velador.

Me escurrí entre sus tentáculos y giré 180 grados para quedar enfrentado a su perfil.

Miré sus tetas y las aureolas de sus pezones hicieron llenar mi boca de saliva por enésima vez. Fui en su búsqueda y le pasé la lengua a su pezón derecho.

Sus ronquidos no menguaron, lo que hizo que nuevamente me excitara en forma inusual.

Mis labios se apoderaron de su chupete; comenzaron a succionar con fruición cayendo presa nuevamente de una horda de calentura repentina, como para extraerle jugo de esa delicia que se logró poner duro al cabo de unos segundos. Cuando ello ocurrió, presioné levemente con mis dientes, forcejeando con ellos hasta que nuevamente perdí el control.

El gordo comenzó a emitir sonidos guturales entre dientes, como siendo víctima de un sueño. Hubiera dado lo que no tengo para poder averiguar qué era lo que soñaba en ese preciso instante.

Mire su rostro para comprobar que aún permanecía inconsciente, y fui en pos de sus genitales, dejándole innumerables besos por todo el camino recorrido.

Allí estaba nuevamente.

Gordo, voluptuoso, pequeño y jugoso.

Abrí la boca y lo engullí.

Chupé y sentí un sacudón que me estremeció.

Levanté la vista y mi gordo me estaba mirando.

"Fuck! What are you doing?"

No necesité responder a su pregunta. Tan sólo volví a meterme esa golosina en la boca y continué con la chupada.

"I want you so bad, baby!" Exclamó, se apartó de mí y rápidamente se puso en cuatro patas como un perro, esperando nuevamente la estocada.

Fui con mi boca hasta su raja, llegué a su orificio, lamí y presioné hasta que entré en sus entrañas. Aulló y comenzó a moverse para sentirse culeado con mi lengua.

Cada vez más rápido... cada vez más salvaje.

"Fuck me... fuck me..."

Quité mi boca de allí y me instalé con mi arma. Toqué el caño de mi fusil y me percaté que no necesitaba más preparación ni lubricación, ya que todo él estaba bañado en líquido pegajoso. Tan sólo ayudé a esparcirlo con la mano para cubrir toda su inmensa longitud.

Apoyé el glande sobre los labios anales y éstos me engulleron la verga en forma violenta, ya que él se lanzó fuertemente hacia atrás.

Me dolió, pero se sintió rico tenerla de golpe hasta el fondo.

En lugar de moverse, comenzó a empujarse hacia mí. Mis testículos se aplastaban contra su trasero y en ese momento, comenzó a refregarse contra ellos.

Este hombre sabía lo que hacía. Me estaba matando del placer. Tenía absolutamente todo mi miembro dentro suyo, con una dureza indescriptible y él quería jugar en esa posición.

Yo tan sólo hubiera querido una rápida culeada, pero debía reconocer que esto que él hacía, prolongaba mi placer.

Sin quitarla de su culo, hizo que me pusiera boca arriba sobre la cama y él quedó encima mío. Su espalda sobre mi pecho.

Su peso me dejaba sin aliento, por lo que me impedía totalmente la movilidad. Tan solo debía mantenerme en sus manos para que él hiciera lo que creyera necesario.

Posiblemente, y muy en lo más recóndito de mi subconsciente, ya confiaba plenamente en él.

Es que me trataba como si fuera su rey.

Él me había hecho la invitación y por ende había sido él, quien

me había pagado el pasaje y el hospedaje.

Ahora era él mismo también, quien me quería retribuir esos buenos momentos compartidos.

Se zarandeó hacia la derecha y hacia la izquierda. Tomó fuertemente mis testículo con ambas manos y los tiró violentamente hacia abajo. Sentí que mi sexo creció aún más dentro de él y eso alivió mi dolor. Acto seguido, levantó su culo y volvió a dejarlo caer para enterrarse mi verga aún más en sus entrañas.

"Do you like it?" Preguntó deteniendo sus movimientos.

"Absolutely!" Atiné a contestar.

"Fuck me... fuck me... fuck me..." Comenzó a gritar enloquecido mientras comenzó a cabalgarme con violencia.

Estaba completamente hipnotizado.

No, no estaba hablando de él, por más que efectivamente el gordo estaba en ese estado. Mi comentario era por mi propia condición. Estaba desesperado. Mi miembro entraba y salía de ese ojete hambriento. Sus 200 kilos de peso subían y volvían a caer sobre mí en forma cada vez más rápida y salvaje. Su ancha espalda me alegraba la vista y mis manos acariciaban palpaban tímidamente sus anchas caderas mientras esperaba el desenlace de todo ese descontrol.

Un inacabable chorro de caliente esperma, comenzó a llenarle el esfínter, al cabo de tan sólo un minuto más.

Mis sacudidas lograban hacerlo temblar de emoción, y grande fue mi sorpresa cuando detuve mis movimientos y fue él mismo quien comenzó a sacudirse casi en la misma forma inhumana que lo había hecho yo.

Su primer chorro voló por los aires y lo alcancé a divisar. Ahora estaba eyaculando él y no dejaba de temblar sobre mi cuerpo. Me lastimaba, pero el placer oficiaba de antídoto, anestesiando el dolor.

Eso era extremadamente excitante.

Cuando terminó, quedó unos instantes en esa posición. Mi pene ya estaba encogido, pero aún aprisionado por su culo apretado.

"Damn, you’re really hot." Dijo antes de emitir uno de los más grandes suspiros del que tenga memoria. "Ahhhhhhhhhhh!"

"Thanks!" Atiné a decir. "Tú también lo eres."

"No, you are the one... and I’m just honest, baby..."

Se dejó caer hacia atrás quedando toda su espalda sobre mi pecho. Lo abracé por detrás, acariciándole las tetas; tomó mis manos y las besó, mientras yo hacia lo mismo con su cuello que tenía a milímetros de mis labios. Si no fuera así, su tremenda humanidad me hubiera impedido hacerlo, ya que no podía moverme por estar aprisionado contra la cama.

Abrí mis piernas de par en par y se dejó caer hacia delante para liberarme de su peso. Se sentó delante de mi entrepierna, entre mis muslos y tomó mis pies con sus manos y se abrazó con mis piernas. Finalmente se recostó de espaldas sobre mi vientre.

En esa posición, volvimos a conciliar el sueño.

DOMINGO

10:20 AM

Desperté sobresaltado.

No sentía peso sobre mi cuerpo.

Tanteé a mi derecha y ese lado de la cama estaba vacío.

Abrí los ojos.

Ya era de día.

En realidad estaba sólo en el cuarto.

Sería posible que hubiera soñado todo esto?

No!

Recordaba todo de una forma tan real...

Estaba completamente confuso...

La habitación!

La habitación no me era para nada conocida. Comencé a ordenar mis pensamientos.

Dónde estaba mi gordito?

CONCLUIRÁ.

Si te gustó este relato, no dejes de leer "Genio de la Lámpara", del mismo autor: http://www.todorelatos.com/relato/36486/