Gonzalo - Recuperación a medias.
Tras volver a disfrutar del sexo gracias a la calidez de su casera, Gonzalo deberá afrontar las consecuencias de ese primer encuentro, así como volver a disfrutar de la vida, la familia, las amistades y el sexo.
Nada más despertarme y ver el panorama me acordé de lo vivido la noche anterior. Dentro de mí me sentía pletórico, y desperté con la polla durísima y pensando en follar como un salvaje, pero desgraciadamente al volverme hacia el otro lado de la cama, estaba vacía. Me estiré unos segundos para desperezarme y me incorporé para ir a buscar mi móvil al salón, allí donde la noche anterior me había quitado los pantalones. Eran las tres de la tarde y al margen de mis ganas de follar, empezaba a tener hambre. Tras comer algo rápido, me fui a la habitación y solo como estaba comencé a pensar en la situación que se abría ante mí.
Lo de la noche anterior había sido espectacular, después de tanto tiempo, volver practicar el sexo era una gozada y más con una mujer que además de ser atractiva tenía ese morbo añadido de ser una mujer madura. No obstante, caí en la cuenta y es que recién era la segunda mujer con la que tenía sexo sin embargo, el punto que mayor atención me despertaba era el saber si aquello sería una cosa puntual o algo habitual. Entre estos pensamientos me quedé de nuevo dormido. Eran ya las 7 pasadas cuando el ruido de la puerta me despertó y sin tiempo a reaccionar, Tere abrió mi puerta de la habitación y me sorprendió allí, tumbado bajo una manta y en ropa interior.
T-Vaya con el nene, tan flojete estas que no has podido dejar de dormir en todo el día?
Sus palabras me sacaron una sonrisa, al tiempo que entendía que aquello no era más que el preludio de seguramente una nueva sesión de folleteo
G-No creas Tere, pero sin nada que hacer en toda la tarde, pues me he decido a echar una cabezadita. Que tal tu día?
T-Muy bien Gonzalito, la verdad es que había quedado a comer con las amigas y se ha alargado el asunto, pero vaya con ganas de llegar a casita no me digas porque...
G- Pues tu sabrás, la verdad es que a la edad que tienes ya no se aguantan los trotes como antes -conteste con una, pizca de malicia-
T-Sí, eso será, a lo mejor tengo que echar mano de las "barritas" energéticas, las que tanto me gustan… -Dijo al tiempo que se sentaba en la cama y tiraba de la manta.
Poco tardó en quitarme el bóxer y agarrarme firmemente la polla que ante un suave meneo que Teresa disfrutaba, no tardó en ponerse dura como la noche anterior. Yo en mi cabeza, sin casi tiempo pensaba en que era aquello que había hecho clic de nuevo en mi interior y permitía que mi polla fuese la de siempre, pero la verdad en esa situación poco importaba.
T-Como te gusta que la menee ehhh guarrete, vaya pedazo de polla gastas nene, y menudos cojonazos. Aunque se podría mejorar esto, sobra pelo…
Como ya habré dicho, mi polla es bastante grande y gorda, no como un caballo, pero sí mide 19 cm, contrastados por María una noche de borrachera antes de hacer el amor. En cuanto al tema del pelo, la verdad pese a hacer deporte con muchísima frecuencia, algo que a muchos los lleva a depilarse a mi nunca me dio por ahí. Tampoco soy un tipo muy peludo, por lo que no era un gran problema y como es lógico si no depilaba mi cuerpo mucho menos me depilaba el rabo o los huevos, que lucían una pelambrera no muy densa desde que entré en la adolescencia.
G-Como la meneas, Tere que gustazo.
T-Pues espera y verás- No terminó apenas de decir la frase cuando comenzó a mamarme el capullo. Yo me dejaba hacer, sin embargo, poco tardé en arrancarle la ropa y agarrarle esas dos tetazas que gastaba.
T- Quegh quiereff, queghf use las tetas- Digo mientras me mamaba la polla tan hondo como podía- Que vicio tienes nene, mmmhh,
Sin pensárselo escupió entre sus tetas y metió mi polla, empezando a hacerme una cubana que solo interrumpió cuando estaba a punto de correrme. Sabedora de que yo llegaba al clímax, comenzó a mamármela de nuevo y así sin esperármelo chupó fuerte al tiempo que me masajeaba las bolas con sus dedos hasta que me corrí en su boca.
G. Joder Tere, ha sido increíble.
T- No te recrees ni te relejes tontorrón, en 5 minutos te espero en la ducha. -Dijo con voz calentona y con una sonrisa mientras se relamía la comisura de los labios. -
Tarde menos de lo dicho en meterme a la ducha con ella, que allí me esperaba desnuda y ya dentro de la misma, por lo que abrí la mampara y me metí dentro. En invierno como era se agradecía la calidez del agua, y sin hablar el agarre por la espalda y subí mis manos hasta sus pechos. Estuve así un buen rato, jugando con ellos y dándole besos en el cuello y mordiendo sus orejas, mientras hacía círculos en las areolas con mis dedos y pellizcaba esos grandes pezones que estaban bien duros, al tiempo que también empezaba a acariciarle el coño y meterle los dedos.
Entre gemidos, ella de nuevo empezó a pajearme y yo cachondo de nuevo como un mono, decidí arrodillarme y empezar a comerle el coño. Tere disfrutaba aquello y me apretaba la cabeza contra su conejo entre gemidos.
T-Te gusta amorrarte al pilón ummm, sigue ummm mamonazo.
La verdad es que tenia un coñazo, un poco peludo y bien carnoso, con una raja amplia y unos labios que sobresalían de la abertura, que se mostraba amplia y holgada, resultado de bastantes experiencias y batallas sexuales.
Tras un rato comiéndole el conejo, en el que no dejo de gemir, finalmente me incorporé y ella sabedora de mis intenciones arqueó la espalda. La agarré de la cintura y poco a poco fui penetrándola. Tras unos primeros momentos de tranquilidad, una vez noté se había acomodado a tener el agujero lleno de polla, comencé un bombeo más intenso que hizo que ambos gimiésemos de gozo.
T-Sigue nene no te paressss, vaaamos cabrón vas a hacer correrse a esta perrahhhh.
Follarse a semejante yegua ya daba un morbo alucinante, pero encima que te demuestren ese vicio es un nivel superior y pues claro, pasa lo que pasa. Sin ningún tipo de vergüenza te dejas llevar y acelerando al máximo las embestidas te corres entre gritos.
T- Joder Gonzalito, menuda corrida jajajajaja
G-Perdona, no podía más. Ahora sigo, uuuuhhhh joder si es que eres una perra.
T- Y espera, no has visto nada tontito. Anda abre el tercer cajón del mueble de mis toallas que necesito correrme. – dijo mientras me pellizcaba los huevos.
Fui esperando encontrar lo que había, un buen dilo rosa de un tamaño aceptable. Mientras volvía con el cacharro en la mano, Teresa se había apoyado en la pared de la ducha y separando los labios vaginales con los dedos, me saco de mis pensamientos ordenándome nuevos favorcitos.
T- Nene, métemelo dentro anda – dijo mientras se giraba en un sexy escorzo para darme un beso, mientras el agua seguía cayendo en la ducha-
Era la primera vez que usaba uno de estos cacharros y tenía su morbo, así que dildo en mano empecé a penetrarla y hacer movimientos algo torpes, al tiempo que de nuevo ella me besaba y yo con mi mano libre amasaba esas tetazas de nuevo. La verdad es que me encantaban, pese a la cierta caída que mostraban eran muy bonitas y sobre todo ese pezón grande que las coronaba era algo que me ponía muy cachondo, constantemente los pellizcaba. Sin darme cuenta de nuevo la tenía como un caballo y Tere lo notó.
T-Bendita juventud, pero como pienso corromperla jajajaja – dijo mientras la meneaba de nuevo erecta- Nene vuelve a meterla en casita anda.
Aquello fue echar mas gasolina al fuego y sin dudarlo empotrándola contra la pared me escupí en la mano y me acaricié el capullo mojado por el agua y de nuevo empecé a bombearla, hasta que ella entre algunos gritos y con las piernas temblando se corrió. El orgasmo la dejo exhausta y se relajó apoyando sus brazos contra la pared de la ducha, mientras yo seguía ahí con la polla dentro.
Cuando creí oportuno la saqué, a reventar como estaba y Tere que aún no se había recuperado se volvió y me abrazó.
T- Pffff menudo nabo me he agenciado…
G- Anda que no habrás conocido varios Tere, que no soy tonto y con lo buena que estas habrás visto de todo.
T. Claro que he visto de todo, pero este me llena pero no me molesta como alguno que me he metido. Y créeme esta polla es de las grandes. -Todo esto lo decía mientras de nuevo me pajeaba.
G- Pues disfrútalo Tere, porque según parece solo tu lo animas de momento. – Dije con guasa.
Aquello la hizo reírse, pero no soltó mi polla hasta que por tercera vez esa tarde y ya con algo de molestias en la zona descargué sobre Tere. Finalmente, tras limpiarnos y enjabonarnos salimos de la ducha y nos fuimos a la cocina a preparar algo. Mientras cenamos, por fin discutimos a cerca de nuestra relación. Ninguno de los dos quería nada serio, 0 compromisos, acordamos tener libertad sexual entre ambos, pero claro seguiríamos disfrutado del sexo entre nosotros.
Tras ver un rato la tele me despedí de ella y me fui a mi habitación a dormir, pues pensaba volver a casa y así lo hice el domingo por la mañana, aprovechando el día para estar en familia y con los amigos. Les conté a mis padres que estaba muy cómodo con todo y ellos alegres de verme de nuevo con ilusión por algo me felicitaron por mi paso adelante. Lo cierto era que de nuevo estaba vivo, y sí a María la llevaré siempre en el corazón, pero el sexo iba a disfrutarlo todo lo posible.
Comencé de la mejor manera posible una nueva semana. En el trabajo cada vez más alegre con todo tuve una mañana de lo más tranquila, así como aproveché el tiempo libre del recreo para repasar la noche del viernes anterior con Ander y Mario. Me enteré de su parte que solo Ander había culminado la faena, mientras que Mario se quedó con las ganas, lo mismo que les conté de mi caso, donde tampoco llegó el rollete a buen puerto. Lo de Tere lo mantendría en secreto, al menos por ahora.
La semana fue bastante llevadera y con pocos sobresaltos salvo un polvete rápido con Tere la noche del miércoles, cuando follamos en el salón antes de marchar a la dormir. Fue un polvete más rápido que los anteriores y tras una mamada que me puso a tono, me cabalgó furiosamente hasta que se corrió. Yo me corrí poco después, pues Teresa bien agradecida como lo éramos ambos hasta ahora me chupó el capullo y me pajeó con sus tetas hasta que por fin me corrí en su boca y se tragó toda mi lefa con cara de satisfacción.
Entre semana yo tenía las tardes libres por mi buen horario laboral, pero ella llegaba a casa baldada tras largas reuniones con los clientes o ejecutivos del banco. La verdad es que en semanas como esa poco rato compartíamos, sin embargo y dejando de lado el sexo los ratos que nos juntábamos las conversaciones eran muy agradables y existía muchísima confianza.
Así pues, transcurrió la semana, hasta que de nuevo el viernes quedé con Mario y Ander para ir de juerga. Eran dos tíos muy simpáticos y con nada de malicia, al menos entre colegas. De nuevo acudimos a la zona de bares de la ciudad, donde el ambiente era cojonudo. En una ciudad como aquella, la universidad, pese a no ser muy grande aportaba mucha vidilla y a eso se le sumaba que la zona albergaba bares muy diferentes donde cada grupo de edad encontraba su sitio. La noche de nuevo iba a alargarse y así fue, fuimos recorriendo algunos de los bares donde la mayoría de gente era joven sin embargo a eso de las 3 acabamos en uno donde la media de edad subía un poco.
Una vez dentro y buscando algo de tranquilidad ocupamos una de las mesas del piso superior del bar y yo me ofrecí a pagar la ronda. Mientras mis colegas se acomodaban yo me acerqué a la barra y mientras pedía los cubatas al camarero, un toque de hombro me hizo girarme hacia la derecha. Era Erika, una de las amigas de mi tía Yolanda.
Yolanda es la hermana menor de mi madre, y como con todos los miembros de mi familia directa la relación era muy estrecha. Era la pequeña de los 4 hermanos de mi madre, siendo mi madre la mayor con la que se llevaba 12 años, es por eso que desde pequeño mi relación con ella siempre fue muy divertida. Ella era 16 años mayor que yo y siempre la tuve como un referente, así como siempre sacaba un rato para jugar conmigo de niño y ya cuando yo en la adolescencia empecé a salir de juerga, siempre me aconsejaba en casi todo y a escondidas me invitaba a algún que otro cubatilla. Además, era una de mis grandes confidentes, así como yo el suyo y nada había cambiado con el tiempo, pese a estar casada y ser madre de dos de mis sobrinos. Es por todo esto que yo sabía bastante a cerca de su grupo de amigas y una de ellas era Erika.
Era bastante alta, superando con creces el metro setenta, así como poseía un cuerpo delgado, con poco pecho, pero eso si tenía un buen culo. De cabello rubio, mostraba una larga melena que la acompañaban sus ojos castaños y un rostro algo alargado, pero atractivo, a pesar de alguna marca de la edad. Tenía ella si mis cálculos no fallaban 42 años, pues era de la edad de mi tía con quien compartía cuadrilla en el pueblo de mis abuelos maternos.
Mi tía me había hablado de ella y es que, si bien entre ellas había una buena relación, eso no impedía ver a mi prima como su amiga se mostraba bastante ligerita de cascos con los hombres. Siempre lo había sido o eso me contaba siempre Yolanda, hasta que conoció a Héctor el que idiota de su marido.
E- Como tu por aquí Gonzalito?
G- Hola, que extraño verte aquí jajaja, que tal todo Erika?
E- Pues bien la verdad, aprovechando el rato con las amigas este finde que Héctor se ha ido de viaje.
G-Buen plan entonces -dije sonriendo- Me alegro de verte, yo ahora vivo aquí, que he empezado a trabajar en un colegio.
E- Me alegro, algo me comento tu tía sí. Hace bastante que no la y veo, desde la última vez que nos juntamos todas en Navidad. A ver si en nada me escapo al pueblo.
G- Pues sí, ella por allí anda con la familia y eso.
E- Ya, eso no cambia jajaja, pues bueno me alegro de verte Gonzalín. Sabes, tengo una idea, te voy a dar mi número por si necesitas algo, desde luego como no voy a cuidar del sobrino de la Yoli, con la de aguadillas que te hemos hecho en la piscina… jajajajja
Tras intercambiar los móviles, nos despedimos y yo volví a mi mesa donde tras apurar la copa y ante la insistencia de Ander poco tardamos en movernos de nuevo hacía los bares más juveniles. Yo no estaba muy convencido de volver al jaleo, prefería estar más tranquilo, sin embargo, pronto me espabilé cuando dos chicas un poco menores que yo a juzgar por su aspecto, se acercaron a mí.
Estuvimos un rato hablando, corto hasta que una de ellas, se alejó y allí me dejó con su amiga. Su nombre era Lidia y la verdad era bastante guapa y no podía dejar de comerme con los ojos. Entre tanto iba la conversación hasta que con decisión la besé y si bien pensaba que estaba perdiendo el tiempo, pues jamás pensé que aquella chica, de ojos castaños, delgada y con cara traviesa, fuera a querer pasar de ahí la primera noche, poco tardo en ofrecerme subir a su piso, que se encontraba muy cerca.
Fui a buscar la chaqueta y tras despedirme de mis amigos caminé con Lidia hasta su casa. Me contó que estudiaba enfermería y era su 3er año, y yo le expliqué que había estudiado magisterio, sin embargo, la conversación se cortó nada más entrar a su habitación. Allí entre besos, nos tumbamos en su cama y poco a poco la ropa fue desapareciendo hasta quedarnos en ropa interior, aunque ella ya había perdido la parte de arriba de la misma.
Sinceramente la chica me agradaba, con un culo generoso y firme, duro y muy apetecible, así como unas tetas bastante normalitas pero que a nadie le desagradarían. Ya con poca ropa encima como digo, lo siguiente fue arrancarnos lo que quedaba y hecho esto entre besos, cada uno echo mano a los genitales del otro. Al principio se sorprendió del tamaño de mi polla y la verdad la ví ponerle ganas al meneármelo, pues mi polla, morcillona, no estaba todo lo dura que debería. Y la verdad no iba a estarlo, pronto entendí que, si bien Tere me había devuelto al ruedo, el problema más allá de mi relación con Tere ahí persistía y para mí fue un palo. Me había recuperado, pero a medias…
Sin embargo, no me dejé llevar por el pánico y pronto me decidí a hacer a Lidia disfrutar y una vez ella se corriese, ya buscaría una excusa. Me afané así por acariciar su chumino, depilado por completo pasando mis dedos por los alrededores de su raja e incluso me atreví a tocar la entrada de su ano. Parecía que le gustaba y si bien aún intentaba que yo me empalmase, al subir la intensidad de mi masaje por su coño y masturbar con las yemas de los dedos su raja, finalmente se centro en su placer, que la llevo a correrse entre gemidos ahogados.
Aprovechando que ella necesitaba recuperarse del orgasmo y se había abrazado cariñosamente a mí, trate de alzar mi soldado, que de nuevo iba a fallarme cuando la batalla exigía asaltar la trinchera.
Estaba ya cerca de rendirme y explicar que tenía un gatillazo cuando noté que ella se había quedado dormida. Aquello fue una liberación para mí, que, si bien no me importaba hacerlo, prefería ahorrarme las explicaciones sobre mis bajones. En ese contexto y mirando la hora, me vestí despacio y con sigilo, abandoné el piso de Lidia que dormía como un lirón.
Vaya chasco pensé, esto hay que solucionarlo cuanto antes, eso o matarme a pajas hasta que regresase a casa Tere a darme “terapia”. En esas estaba cuando solo mi móvil y sin animo busqué en mi bolsillo el teléfono, esperando un mensaje de whats up de alguno de los grupos de mis amigos o del grupo que había creado Mario. Desbloqueé pues el móvil y la verdad me llevé una sorpresa. Era Erika, que me preguntaba si aún seguía de juerga. Se me cruzaron malas ideas por la cabeza, pero para mí pensé “que querrá a estas horas”, ante la duda respondí que sí, pero estaba ya camino a casa. No tardó en llegar un nuevo mensaje suyo diciendo que ella se encontraba en un bar de la esquina en la calle paralela a donde yo me encontraba, y que si la podía acompañar a casa.
La propuesta la verdad es que me invitaba a pensar en que quería tema, sin embargo, no terminaba de creerme que alguien que me había conocido desde chiquillo y que era amiga íntima de mi tía quisiera algo así conmigo. Intrigado acepté.
Ella me andaba esperando abrigada, pero mostrando sus largas piernas enfundadas en un pantalón de cuero que mostraba su bonito culo al mundo. La verdad es que no vivía lejos y charlando de forma tranquila sobre cosas de lo más simples llegamos a su portal.
G- Bueno Erika, pues hasta aquí el viaje, voy a tirar hacia casa que sino no llego nunca.
E- Se me ha hecho corto, y la verdad estaba disfrutando la charla, no quieres subir ¿
Aquello encendió mis alarmas, pero no me dio tiempo a pensar
E-Vamos sube, que te pongo la última- y al tiempo que dijo esto tiró de mi hombro hacia dentro del portal.
Su piso era una maravilla, estaba muy bien decorado, era amplio y con bastantes lujos. La verdad es que podían permitírselos, pues tanto ella como su marido tenían un buen trabajo y además no tenían niños a su cargo. Ya en el salón de su casa, Erika me ofreció un gin tonic que por respeto no rechacé y allí comenzamos a hablar de nuevo sobre cosas a cerca de la gente del pueblo, así como otras sin importancia, hasta que de pronto ella abrió un melón peligroso…
E- Bueno Gonzalito, yo creo que es hora de irse a dormir, pero la verdad en una cama tan grande como la mía, en pleno invierno es un poquito frío todo…
Aquello me quitó cualquier duda, buscaba algo sin embargo, pensé en que era una mujer casada y la verdad odio las infidelidades, por lo que soy muy reacio a ello y era algo que nunca pensaba cometer. Ante la indirecta, traté de salir por la tangente.
G- Bueno, en seguida volverá Héctor. Yo voy a ir marchando a casa que ya es casi de día.
E- Héctor, bah seguro que es lo último en lo que anda pensando, menudo cabrón.
Aquella respuesta me intrigó
G- Como, acaso hay algún problema entre vosotros?
E- Bueno, problema no, sino que simplemente sé que desde hace muchos años lleva poniéndome los cuernos con su secretaria y toda aquella que se le pone delante en viajes o cenas de empresa.
G- Eso debe de ser duro. Porque no te separas de semejante canalla?– Aquello me daba otra perspectiva de la situación, en otras palabras, luz verde pues ya no tendría remordimientos.-
E-Bueno, al final una lo asume y la verdad desde que me enteré de lo que hacía y lo constaté por mi misma, yo me he tomado también ciertas libertades y pienso seguir haciéndolo… No sé si me entiendes Gonzalín. -Dibujo una sonrisa devastadora en su rostro, algo que indicaba deseo-
G- Bueno supongo que lo que viene ahora quedará entre nosotros no?
E- Depende como te comportes…
Ella se acercó a mí y comenzó a besarme apasionadamente, hasta que decidió incorporarse y caminar hacia su alcoba, donde yo la seguí. Allí no dio tiempo al diálogo, Erika se desnudo hasta quedarse en tanga al tiempo que me besaba, y yo hice lo propio, dejando mi polla al descubierto. De su cuerpo, me llamó la atención una cosa que no esperaba, sus pezones. Me gustaban sus tetas, y es que pese a preferir la perfección y redondez del pecho del amor de mi vida, o las perolas grandes de Tere con sus pezonazos, estas a su manera me excitaban. Eran pequeñas y ya un poco lacias, pero estaban coronadas por unos pezones bastante más largos de lo normal, que me estaban poniendo a mil.
E- Jodo, menudo pollón. Pfff si hubiésemos sabido esto antes, jajajajaja. -Sensualmente y mirándome a los ojos mientras se mordía el labio, se arrodilló.
Lo cierto es que mi polla de nuevo estaba sin mostrar su máximo rendimiento, ahí de pie ante la cama como estábamos, no obstante, ante los primeros lengüetazos de Erika sobre mi glande y el tallo de la polla, esta comenzó a hincharse como siempre lo había hecho. Parecía una cosa de brujas, no podía empalmarme con las tías de mi edad o jovencitas, sin embargo, era estar con una madurita y me ponía como una moto.
Entre tanto ella seguía arrodillada, con un cojín que había cogido de su amplia cama de matrimonio para no hacerse daño, mamándomela con mimo. Daba lametazos al glande y chupaba lo que podía al tiempo que me miraba a los ojos, con ritmo pausado. La chupaba bastante bien, y más cuando comenzó a chuparla con más brío metiéndose gran parte de mi trabuco en la boca y pajeándome de tanto en tanto. Yo mientras tanto agarraba esos pezones y bamboleaba sus tetas mientras disfrutaba la mamada. Lo mejor llegó cuando comenzó a lamerme y chupar mis huevos, mientras me pajeaba. Aquello lo encontraba muy excitante y estaba cerca de correrme cuando de nuevo centró los esfuerzos con su boca en mi capullo al tiempo que me miraba a los ojos y me hizó explotar, aunque avisé.
G- Erika, me corro, me voy ahh, ahh correr no pares. Ufff jodeeeer.
El aviso, evitó que la cogiese por sorpresa y sacó mi cipote de su boca para con su mano apuntar mi polla hacía el suelo, meneármela y hacerme vaciar los huevos. La lefa se estampó contra las baldosas del suelo a chorretones y Erika, continuó meneándola poco a poco más despacio hasta terminar de hacerlo.
E- Joder hacía tiempo no veía a nadie correrse a sí. Te ha gustado ehhh, la chupa bien la amiga de tu tía…-Dijo tras incorporarse y tumbarse en la cama, a lo que yo la seguí y me senté a su lado-.
G- Ya lo creo, menudo vicio tienes Erika. Como es posible que tu marido sea tan gilipollas, si le tratas así…-
E- Ese es gilipollas, seguro que ahora anda de putas por el viaje.
G- Porque no te divorcias, así no aguantas a ese idiota?
E- Bueno, no es tan sencillo, aunque no tenemos hijos de por medio, la tienda – que ella dirigía- es un negocio a medias, al igual que la casa y prácticamente todo.
G- Pero habéis hablado del tema?
E- Si la verdad es que esta hablado desde que le pille en su oficina con su puta secretaria chupándole la polla y aunque al principio me costó aceptarlo, lo hablamos. Acordamos que lo mejor era mantener las cosas como estaban, pero claro la confianza ya había muerto y aunque no nos lo hemos dicho, ambos sabemos que cada uno se busca sus aventuras con disimulo.
G-Bueno, visto así si no estas mal… Seguís follando entre vosotros o no?
E- Si eso sí, la verdad es que mal que nos pese aun nos tenemos ganas y cuando estamos por casa solemos dar buen uso a la cama y algunos muebles.
Tirados allí en la cama, decidí reanudar hostilidades, de forma que comencé a acariciarle el cuerpo, sobre todo en la cara interior de los muslos, las nalgas, bastante bonitas y generosas y sobre todo esos pezones que parecían balas. Mi polla de nuevo comenzó a crecer, sin embargo, el dialogo no se detuvo.
G- Y bueno Erika, como te va con eso de las aventuras, sueles cazar mucho, o soy un caso aislado…
E- Bueno, no va mal de momento, aunque la aventurilla de hoy es de las buenas, no siempre cazó un yogurín con quien desgañitarme a gusto. Y tu que, sé por lo que has pasado, pero que tal va la vida ahora… Con ese cuerpo y esta carita te hincharas a follar no?
G. Bueno, no me va mal. -El hacer alusión a mi difunta novia me distrajo un poco, sin embargo logré olvidar el tema pronto y continúe con mis caricias, hasta ya sin rodeos meter la mano por debajo de su tanga y comenzar a masturbarla, lo que me hizo darme cuenta de que no tenía ni un pelo en el coño.-
Tras un rato masturbando a Erika, que gemía de gusto, y chupando esos pezones, me incorporé de la cama y me mostré dispuesto a meterla.
E- Vete directo al grano, tomo la píldora así que no te preocupes.
Sabiendo esto, me coloqué de pie a un lado de de la cama, cogí a Erika por los talones y de un tirón la oriente hacia mí. Entendió pronto que pretendía y en esa postura, se abrió de piernas para permitir que yo al principio poco a poco se la metiese.
E- uffff vete despacio que esta ayyy, es de las buenas, no corras que duele.
Estaba gozando de tenerla así, rellena de mi polla y con los ojos cerrados de placer, apretando los dientes entre gemidos, a quien de niño había cuidado de mí algunos ratos que mi tía me sacaba de paseo con sus amigas. Excitado pues como un burro, fuí incrementando las embestidas y ella sus gemidos hasta que entre chillos se corrió. Cuando lo hizo engarfió los dedillos de los pies y bufó de satisfacción, sin embargo, al terminar de correrse no parecía necesitar un descanso. Aquello me descolocó, y amainé un poco la follada, pero ella me sacó de mis dudas.
E- Puedes seguir ehh Gonzalin, yo con uno nunca tengo suficiente. Necesito unos cuantos. – Dijo con la cara colorada-.
Consciente entonces que era multiorgásmica algo nuevo para mí continúe para bingo, y decidí gozar del culazo que exhibía.
G- date la vuelta anda, que me apetece tener recuerdos de tu culazo.
No tardó en darse la media vuelta y tras sacar mi polla de su encharcado chumino, ya boca abajo ella la agarré por la zona del vientre y le hice apoyar las rodillas. Se presentaba ante mi su culazo en pompa que ciertamente, aunque estaba algo flácido por la edad, aun se mantenía en su sitio. Era lo que más destacaba de su conjunto, pues una mujer alta y elegante como ella con unas piernas largas que terminaban en ese precioso culo que, aunque había perdido glamour por la edad y había aumentado su tamaño un poquito, aun era redondo y respingón e invitaba a fantasear.
Ante ese culete por tanto actúe como se debe y tras sobarlo un poco y dar algunos azotes, comencé a lamer el chumino de Erika, mientras con la yema de mi dedo índice repasaba los pliegues en la piel de su ojete. Parecía gustarle bastante, pues gemía y no paraba de decirme que le encantaba. Mi polla mientras tanto seguía a reventar y poco tardé en metérsela de nuevo así, a cuatro patas como estaba.
La postura me permitía follarla bien y ella estaba encantada, así que comencé de nuevo a bombearle el chumino aumentando el ritmo hasta notar como mis huevos golpeaban en su trasero entre los gritos de placer de Erika. Yo estaba en una nube y disfrutando del polvo como un poseso, pero aun me quedaban cosas por hacer, así que sin vergüenza ni reparos comencé a meterle un dedo por el ojete. Ni siquiera protestó, simplemente continúo acompañando las embestidas entre gritos hasta que de nuevo llego al orgasmo. Sin embargo, esta vez no me paré y seguí bombeando, al tiempo que mis dedos penetraban su ano, lo que en poco rato supuso nuevos gritos de Erika y creo que dos nuevos orgasmos.
Estaba durando la follada demasiado, y aunque estaba gozando, no terminaba de correrme. Ella entre tanto llevaba ya unos cuantos y extasiada tras el último, pareció necesitar un respirito. Me salí de su coño y me tumbé de nuevo en la cama, mientras ella roja como un tomate se volvió y comenzó a besarme.
E-uffff me has reventado como nunca, menuda polla joder. – Volvió entonces su vista hacia abajo y de nuevo echó la mano a ella, descapullándola lentamente.- Y lo mejor es que no has terminado, ufffff.
G- La verdad es que me gustaría correrme Erika, si no te importa acabar.
E- Claro que vas a acabar, pero dame un minuto. Además creo que te has ganado el premio gordo…
Esas palabras despertaron mi interés, pero supe ser paciente unos instantes hasta que Erika se estiró hasta la mesilla de su cama y sacó un bote de lubricante. Sabía muy bien que premio me había ganado y ella tras dejar el bote sobre la cama, se pudo de nuevo de espaldas y se apoyo de nuevo en sus rodillas, ofreciendo su culo.
E- Todo tuyo Gonzalito, te lo has ganado. Eso sí, ve con cuidado y si me duele paras.
Así como estaba Erika, con ese culazo en pompa cualquiera hubiera ido al grano, pero decidí preparar el terreno antes de la incursión. El trabajo previo había facilitado las cosas, y es que el ano de Erika ya estaba algo dilatado, así como a juzgar por su predisposición y su gusto por que le metiese algún dedo antes, sabía que el sexo anal y ella se llevaban bien. Pese a todo, quería dejarla a punto de caramelo antes de encularla y así, comencé a lamerle el ojete al tiempo que con mis dedos ayudaba a dilatar.
A ella le encantaba que le comiese el ojete y así me lo hacía saber entre gemidos y suspiros. Lo disfrutaba como nadie, por lo que me recreé chupándole el culo, mordiendo sus nalgas e introduciendo mis dedos por su retaguardia, hasta que decidí penetrarla.
E-Ponte un poco de eso antes y úntame un poco a mí, que va a ser mejor.-Al tiempo que señalaba el bote, colorada y con la cara llena de placer.
Me eché un poco del lubricante en las manos, lo restregué por mi polla y con mis dedos esparcí un poco por su ojete. De nuevo me incorporé de la cama, colocándome de pie y agarré entonces mi polla y la dirigí hacia su culo. Ella, a cuatro patas y apoyada en sus antebrazos, echó la vista atrás al tiempo que apoyé la punta del badajo en el orificio, acomodé mis manos en sus caderas y empujando suavemente este comenzó a entrar.
E- Ufffff, ufffff, vete despacio ahhhy, como haaaysta ahora. Uffff, mete un poco más vamos.
Siguiendo sus instrucciones, pues no quería lastimarla fui introduciendo mi tarugo en su culo que si bien era estrecho ya había sido explorado, hasta casi tenerla enterrada por completo. En ese punto, comencé a intentar un mete saca lento y muy suave, permitiéndole acomodarse al tamaño de mi verga. Ella resoplaba y de vez en cuando chillaba por alguna molestia, no obstante, era experta en estas lides y poco tardó en acompañar las leves embestidas con movimientos de cadera entre gemidos.
E- Ohhh me estas rellenando el culo, ohhhh, uffffff sigue ahora no paressss.
Poco a poco fui intensificando la follada, hasta alcanzar cierto ritmo y en una de estas mi polla se salió. Pude ver, así como tenía ya el agujero, bastante dilatado por el esfuerzo, al tiempo que me percaté de cómo estaba sudando su cuerpo. De nuevo dirigí mi polla hacia su culo y la metí otra vez casi hasta adentro, al tiempo que ella aflojó algún pedete. De cualquier manera, empecé a bombear su culo y arrancar los gemidos de la mujer que me estaba ofreciendo su ojete, hasta que por fin noté ganas de descargar mi leche. Aquello definitivamente me llevó a aumentar mi ritmo y a gemir, al tiempo que me agachaba hasta llegar a morder una de las orejas de Erika al tiempo que le anunciaba mis intenciones.
G- Me voy a correr, jooder que bueno me voy a correr Erikaaah
Ella solo gemió más fuerte al tiempo que apretaba los dientes mientras yo la reventaba en unos últimos empellones en los que descargué toda mi leche en su culo al tiempo que ella terminaba por alcanzar un último orgasmo.
Dejé mi polla dentro unos segundos, hasta que la saqué y tras darle un beso a ella me dirigí al baño a limpiarme los restos de la contienda. Cuando volví, me encontré a Erika aun tumbada boca abajo, con lefa en su ojete aun abierto y con una cara de relajación y placer inmenso.
E-Pffff me has partido hoy Gonzalito, menudo arte follando.
Yo no contesté, la verdad es que estaba exhausto y me limité a tumbarme a su lado y pasar mi brazo por su espalda, hasta que sin darme cuenta me quedé dormido.