Golpe por Golpe XII .

Solo había sido un juguete, una marioneta, algo se quebró dentro de mí, y sentí una fuerte punzada al imaginar por lo que estaría pasando mi hermano, y todo por mi culpa, por haber dejado que alguien como... como ella entrara a nuestras vidas.

Benjamin Franklin : "Un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo será siempre un hermano"

No me gustan mucho los formalismos, pero al ser la primera vez que hablo para ustedes, me parece que es lo más indicado, presentarme como es debido, no creo que sea necesario describirme físicamente, según yo, mi hermano lo hizo ya en uno de sus capítulos, !¿creo?!, como sea, en caso de que me equivoque, soy alto, mido 1.85, peso 69 kilos, mi cabello es negro y rizado, cosa que me tiene completamente disgustado, preferiría que fuera lacio o en su defecto quebrado, por lo mismo, procuro mantenerlo corto, lo suficiente para lograr peinarme, para los que les interese, me peino de lado, el típico corte relacionado con un príncipe de cuento; me gustan mucho los deportes practico natación, lo cual me ayuda a mantenerme en forma, tengo un abdomen marcado y brazos fuertes, soy delgado por naturaleza, es decir, por más que como no engordo, ehm... parece que me extendí, mi nombre es Guillermo torres Alcántara, tengo actualmente 16 años, casi 17,solo me falta un par de meses para cumplirlos así que considérenme de 17 años.

Mi historia comenzó antes que esta historia, soy hijo de Gabriela Alcántara González y Víctor Torres Mares, nací el 23 de septiembre. De mi padre puedo decir muchísimas cosas, lo que sea que pregunten, como que murió a la edad de 30 años, era un hombre rudo, por su trabajo, obrero en una fábrica de cervezas, pero conmigo siempre fue tierno, comprensivo, cariñoso, en resumidas cuentas era mi héroe; de mi mama, lamentablemente no puedo decir mucho, no tengo más que unos cuantos recuerdos borrosos de ella, murió de cáncer cuando yo tenía seis años... pero puedo decirles que era una gran mujer, lo que más presente tengo, es la calidez que me hacía sentir en cada abrazo y aun me parece escuchar el latido de su corazón;  mi padre solía decir que me parezco a ella, aunque nunca lo entendí, quien me viera sabría que soy el vivo retrato de  mi padre, con excepción de mis ojos, los ojos de mi padre son grises y los míos son color miel; lo único que herede de mi madre, ¡los ojos!; mi papa solía contarme que los ojos de mi madre eran dos luceros que guiaban su camino, que los ojos de mi mama nunca mentían y que a través de ellos podías ver claramente lo que mi madre sentía, decía... que los ojos de mi mama eran la clara prueba de que los ojos, son las ventanas del alma. No sé de dónde sacaba todo lo que me decía, pero cada palabra siempre era la adecuada para describir lo que sentía o más bien imaginaba de mi madre. Aunque me encantaría continuar relatándoles mi vida, me parece innecesario continuar, por lo menos con esta etapa, pues ya la conocen, quizás a grandes rasgos, pero el chiste es que saben lo que paso conmigo, mi padre se caso años después de la muerte de mama, nunca lo he culpado por eso, al contrario, creo que lo entiendo, el necesitaba alguien que lo acompañara y quien se hiciera cargo de mí, lo único que quizás le llegaría a reprochar, fue su mala elección, pues Natalia la mujer que se caso con él, resulto ser un poco fría, por lo menos conmigo, aunque tampoco la culpo, no debe ser fácil cargar con un hijo ajeno; siendo sinceros, hasta cierto punto estoy medio agradecido...

Lo siento, lo que les decía, la parte de mi vida que les interesa, es cuando conocí a mi hermano, ¡Mario!, pues ya saben que nos vimos por primera vez en el patio de la escuela, pero supongo que debe intrigarles el por qué de mi decisión de hablarle; como habrán notado algunos, estaba muy temeroso de estar en esa escuela, de buena gana hubiera rechazado la beca, pero no soy tonto, se que oportunidades como esa no se presentan todos los días, por lo que decidí aceptar, y ¿la verdad?, no me arrepiento; el caso es que ver a ese niño ahí tirado, y luego ver el color de sus ojos, me recordaron tanto a mi padre, sin duda era un niño frágil; vaya, que ustedes no conocen a mi hermano ¿verdad?, pues ese primer momento no pude fijarme bien en el, pero más tarde en el salón... fue cuando pude apreciar que Mario es de complexión delgada, no es muy alto, debe medir algo así como 1.65 más o menos, por eso da la apariencia de ser un niño desamparado, tiene los ojos color gris, como los tenia, mi padre, pero los oculta detrás de unas gafas negras, su nariz el afilada, con labios pequeños y delgados, sus pómulos se marcan mucho y cada que sonríe parece que tiene un par de globos debajo de los ojos, tiene mentón cuadrado y cada que se pone nervioso le salen un par de hoyuelos a lado de la comisura de sus labios; el punto de esto es que ese niño provoco una sensación conocida en mi estomago, ¡no!, no se confundan, no estoy enamorado de él, solo que... ¿no se?, desde esa primer vez que el vi en el salón cuando agradecí que me ayudara con el profesor, su sonrisa era... era... era, mmmmmmmm... digamos que me resultaba familiar, como si alguien me hubiera dedicado una sonrisa similar, solo que no logro recordar ¿quien?, desde ese día, supongo que busque estar cerca de él, para cuidarlo, y es que nunca nadie había despertado ese sentimiento de protección.

Ni yo sabía que tan importante se había vuelto él y sus padres en mi vida hasta esa noche en que salí huyendo de casa, de esa mujer, ¿no sabía dónde ir?, camine y camine bajo la lluvia y sin darme cuenta llegue hasta su casa, dude mucho en entrar, pero necesitaba verlo, necesitaba que me sonriera, fue por eso que me anime a tocar el timbre; el resto ya lo saben, el se convirtió legalmente en mi hermano, la persona que más quiero en este mundo, fue por eso que no dude en pelear contra León cuando empujo a mi hermano, de buena gana hubiera continuado peleando, si no hubiese sido por el golpe que recibió Mario al intentar separarnos, verlo así, sin respiración, me asusto mucho, por suerte no había sido nada.

No soy gay o bisexual, por si alguno lo piensa; ni lo hice por agradecimiento, lo hice porque me nació, por que una ira incontrolable me invade cada vez que alguien lastima a mi hermano, nunca he sido un tipo débil, ni cariñoso o cualquier adjetivo con el que deseen compararme, sin embargo Mario es mi más grande debilidad. Bueno él y... Casandra, como ya sabrán ella es el amor de mi vida, la mujer más importante después de mi mama, es por eso que me dolió tanto saber que...

Les explico desde el principio:

Todo empezó el día de la fiesta, tanto mi hermano como yo fuimos invitados, pero, no me creía del todo que de buenas a primeras pasáramos de ser los apestados del insti, a ser chicos populares, es por eso que me negué a ir; no soy tonto, sé que mi hermano moría de ganas de ir, pero de verdad que me daba mala espina, ese fue el motivo por el cual, le pedí a Cas, que nos quedáramos en casa viendo películas, ella acepto sin dudar, incluso fue su idea que le dijéramos a Mario, y es que eso me puso de lo más feliz, saber que las dos personas mas importantes en la vida se llevaban bien y que incluso un cierto cariño nacía entre ellos.

Al llegar Cas a mi casa, en lo que yo decidía que películas veríamos, le pedí que fuera al cuarto de mi hermano a avisarle, para que nos ayudara a elegir, inmediatamente, regreso asustada

  • ¿Que pasa amor?, estas pálida, ¿¡encontraste a Mario!?

  • Yo... lo busque, pero dice Diana, que,... que se ha ido a la fiesta

No alcanzaba a entender muy bien por que Casandra estaba tan alterada, pero su reacción, comenzaba a ponerme nervioso

  • ¿Que pasa?, porque es tas así...

Ella no salía de ese estado de nervios, e incluso un par de lágrimas amenazaban con salir de sus ojos

  • Me estas poniendo nervioso, dime qué te pasa

  • ... Tenemos que ir por tu hermano, es posible que todavía lo encontremos camino a la fiesta,

  • ¿Que pasa?

  • lo voy a llamar, si eso, aun estoy a tiempo...

Casandra comenzaba a hablar sola y los latidos de mi corazón estaban a mil por hora, algo me decía que Mario estaba en peligro, si no, no entiendo... porque Cas reaccionaba así. Necesitaba saber que pasaba, mis manos estaban sudando así que me levante del escritorio, tome de los brazos  Casandra y la agite para que volviera en sí. Lo que ocasiono que callera al piso llorando desconsoladamente.

  • Discúlpame amor, yo no sabia... lo siento, nunca pensé

  • Tranquilízate, explícame de que hablas, me estas poniendo más nervioso.

  • Ya da igual, lo que pase, lo importante es salvar a Mario

Y comenzó...

  • Perdóname mi vida, pero yo... yo acepte participar en esto antes de conocerte y enamorarme de ti, yo, no sabía que me encariñaría tanto contigo y con tu hermano, Rósela me pidió que me convirtiera en tu novia solo para mantenerte alejado de Mario y que no estuvieras tu para evitar que León lo engatusara; yo te amo, no sabía que todo esto llegaría tan lejos

No entendía una sola palabra, pero algo me quedaba claro, Casandra solo me había utilizado para, por dios Mario, ¿que le van a hacer?, ¿que le hicieron?

  • ¿Que quiere rósela con Mario?

  • No lo sé, solo sé que le tiene preparada una broma en la fiesta, por eso los invitaron, ella quiere vengarse de Mario por haberla hecho que dar en ridículo esa vez en el patio y por lo del trabajo...

No necesitaba saber más, estaba armando todas las piezas del rompecabezas y entendía que, solo había sido un juguete, una marioneta, algo se quebró dentro de mí, y sentí una fuerte punzada al imaginar por lo que estaría pasando mi hermano, y todo por mi culpa, por haber dejado que alguien como... como ella entrara a nuestras vidas.

Pero un momento... aun estaba a tiempo de impedir lo que sea que tuvieran preparado.

Salí corriendo directo a la calle a buscar un taxi, necesitaba impedir que le hicieran daño a mi hermano, podría haber perdido a Casandra, pero Mario era aparte, no iba a permitir que nadie lo lastimara, cuando iba saliendo de la reja de la casa, y mientras intentaba por segunda vez marcarle al móvil, tropecé con algo y caí, en ese instante, los vi, mama y papa venia en el carro y enseguida se detuvieron, papa bajo y me levanto

  • Pero ¿que pasa hijo?, ¿por qué estas tan agitado?

  • Yo, Mario, vamos

  • ¿Qué pasa con Mario?, responde Guille, hijo, respira...

Las palabras apenas salían de mi boca, así que subí rápido al carro y les pedí que arrancaran, ellos lo hicieron, y emprendimos camino a casa de Iván

Mientras íbamos les conté lo que había pasado, papa, estaba callado y no sabía que decir, así que solo condujo

Todo paso en un segundo, aun no alcanzo a comprender como pero, una cortina de agua cubrió el parabrisas del carro y el auto comenzó a girar, extrañamente no estaba asustado, solo pensaba en llegar pronto a la fiesta, así que me sujete fuerte del asiento del copiloto en el que mama iba y de pronto todo se apago.

Solo recuerdo despertar en un cuarto de hospital, nada me dolía, solo la luz de la habitación lastimaba mis ojos, ahí estaba, a un lado de mi cama, con cara de asombro, sus ojos estaban rojos y grandes surcos negros envolvía sus mirada; tenía un poco de sed, así Mario me acerco un vaso con agua y me dio un sorbo, el doctor entro a revisarme, al parecer todo estaba bien, así que se fue; yo solo lo veía a él, mi hermano, necesitaba saber ¿que había pasado?, con los ánimos arriba platicamos sobre todo lo que paso, sobre lo de Casandra y el accidente, sobre la maldita de rósela y el malparido de León... fue cuando pregunte sobre nuestros padres, el solo comenzó a llorar...

algo paso, no sé que, mientras estiraba mi brazo, para acariciarlo t consolarlo; un pequeño dolor en mi pecho, un soplo de aire helado entro y salió de mi boca... y los vi, los volvía ver, los ojos de papa, los mismos ojos que tenía mi hermano y la vi a ella, extendiendo una mano hacia mí y con la otra abrazando a papa, me sonrió y fue cuando lo descubrí, ya sabía a quién me recordaban esos hoyuelos esa sonrisa, MI MAMA, era la que siempre intentaba recordar cuando Mario mi hermano reía...

No hizo falta ninguna explicación, sabia donde estaba, estaba contento, no tenía miedo... lo único que sentía, era dejarlo... a mi hermano.

Marlene Dietrich: "¿Miedo a la muerte? Uno debe temerle a la vida, no a la muerte."

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