Golpe por Golpe. El Inicio X

Cada que vea esa luna llena, siempre, voy a pensar en que quisiera tenerte todas las noches durmiendo a mi lado

Todo hombre es como la Luna: con una cara oscura que a nadie enseña.

Mark Twain

Mi sueño se había vuelto realidad, Leo era mi novio y me quería; era tan feliz, que sentía como si mi corazón fuera a salirse de mi pecho, lo vi alejarse de mi casa y solo hasta que lo perdí de vista pude entrar a mi casa.

Al entrar Diana me estaba esperando preocupada, eran apenas las 8 de la noche según el reloj de la estancia, pero no estaban acostumbrados a q yo llegara tan tarde, ni siquiera cuando me quedaba en la biblioteca a consultar algún libro.

  • joven, ¡por fin llego!

  • Hola Dianita, discúlpame, pero el tiempo se me paso volando

Y era verdad, el tiempo a lado de ¨mi novio¨ duraba un suspiro...

  • ¿Dónde andaba joven?

Esa pregunta me descoloco por completo y la sonrisa se borró de mi cara, quería mucho a Diana, era parte de mi familia, pero, había hecho una promesa a Leo y de ninguna manera pensaba romperla; sin embargo, no me gustaba mentir, no sabía hacerlo.

  • ¡Joven!, quien vino a buscarlo

No tenía opción, debía inventar algo...

  • Diana, ¿puedo confiar en ti?

  • claro que si joven, sabe que lo quiero mucho y me honraría con su confianza

  • bueno, pues,

no sabía cómo empezar, ni siquiera estaba seguro de contarle la verdad a Diana, aun cuando no dijera nada, estaría traicionando a la promesa que le había hecho a Leo de no contarle a nadie

y ahí estábamos, Diana a punto de descubrir mi más grande y único secreto...

  • ¡Hermano!, qué bueno que te encuentro despierto

Guillermo entro de súbito por la puerta y tanto Diana como yo nos quedamos inmóviles, mirándonos fijamente, como si la conversación que estábamos teniendo hace unos segundos, continuara, pero esta vez sin palabras nuestras miradas hablaban entre si y como tal Diana entendió que por ahora la conversación había terminado y que esta, quedaría solo entre nosotros.

Los brazos de mi hermano alrededor de mi cuerpo, mientras me elevaba del piso, me trajeron a la realidad; se le veía alegre, completamente eufórico, su mirada brillaba más que de costumbre, su sonrisa de oreja a oreja me contagio de jubilo y me deje llevar por ella, feliz por mi hermano y por mí; algo bueno había hecho en la vida, no me hacía falta nada, estaba completo, pero... ¡digo! yo estaba feliz por que Leo por fin estaba a mi lado, pero; mi hermano... ¿Qué le había pasado para estar así?

  • ¡Hermanito!, acepto, me dijo que si, por fin Casandra acepto ser mi novia

No creía haber escuchado bien, mi hermano me decía que Casandra ¿había aceptado ser su novia? esperaba en el fondo que todo fuera una confusión y que no hablara de la misma Casandra que me había hecho la vida imposible desde el primer año de la primaria.

  • No te entiendo hermano, explícame, ¿quién es tu novia?

  • Tienes razón, lo siento, ven vamos a mi cuarto, me ayudas a hacer la tarea de Algebra y mientras te cuento todo

Caminamos hacia la habitación de mi hermano y estando ya adentro, mientras prendía la PC

  • Ahora sí, ¡cuéntame!

  • Ven , toma asiento, bueno pues desde hace unos meses que entre al club me topé con ella, y como era su costumbre comenzó a de odiosa, si te soy sincero, estuve tentado a responder a sus insultos, pero preferí pasarlo por alto, ante todo es una mujer y la verdad es que no te lo había contado, incluso yo mismo no quería aceptarlo, pero desde la primera vez que la vi algo me llamo la atención de ella; para no hacerte el cuento largo, un día estábamos los dos solos en la piscina y mientras ella nadaba, yo me puse a platicar con araron un chavo al que conocí en la clase de Francés y que resulto que también era socio del club, el caso es que mientras platicábamos escuchamos el grito de una mujer que pedía ayuda y al voltear, vi que Casandra se estaba ahogando, así que sin pensarlo, me lance a salvarla... llegue hasta ella y logre sacarla, estaba histérica, como pude la calme solo para que me dijera estúpido ayúdame, un calambre, ¡me duele!, le comencé a dar suaves masajes en el muslo hasta que por fin se tranquilizó, fue ahí cuando paso hermano, estaba muy enojado, había evitado que se ahogara y en vez de agradecerme me llamo estúpido, cuando estaba a punto de levantarme y dejarla hay, me tomo del brazo y me dijo ¡Gracias!, aún estaba indignado, pero el que me dijera gracias hizo que volteara a verla, y valla que la vi, la vi tan frágil, tan delicada y tan sola... todo lo contrario a lo que normalmente proyectaba, el punto es que no me pude aguantar y la bese, me esperaba una cachetada, pero ¡no!, me respondió el beso; desde ese día, comenzamos a platicar todos los días que me la encontraba en el club, si vieras hermano, es increíble, cuando estoy con ella el tiempo vuela, me pierdo en sus labios, es..., es, es como si fuera tú, pero en versión femenino, la amo hermano, no sé cómo paso pero me enamore, ahora solo cuento los momentos para estar con ella y cuando no la veo me desespero

Todo esto me lo dijo con una sonrisa, y mientras me contaba sus ojos que veían en dirección a mi estaban, no sé cómo decirlo, el brillo que hacia único los ojos de mi hermano, es como si se hubiera intensificado mil veces más y aunque me veía, no me miraba a mí.

Quería contarle todo lo que Casandra me había hecho desde pegarme un chicle en el cabello o haber convencido a todo el salón que si se juntaban conmigo les pegaría los piojos, necesitaba decirle que ella había logrado que Damián me golpeara la vez que sin querer tropecé con ella... pero... ver en ese estado a mi hermano, tan emocionado, me borro esos pensamientos de la cabeza y decidí callar, sin duda algo bueno debía tener Casandra para haber conquistado el corazón de un ser humano tan noble como mi hermano.

Los días pasaron  y durante todo este tiempo Guille parecía vivir en otro planeta, todo el tiempo se le veía alegre y sonriendo, se había hecho muy cercano a mama, a quien siempre recurría para pedirle consejos. Incluso en una ocasión la invito a cenar con nosotros. Casandra llego como siempre impecable, con su cabello lacio y pelirrojo, enfundada en unos jeans blancos, zapatos altos negros, una blusa roja y saco negro... enmarcando todo esto con sus ojos verdes, a mis padres al parecer les había caído bien, por mi parte no guardaba ningún rencor contra ella, que hiciera feliz a mi hermano había borrado cualquier vestigio de coraje hacia su persona, conmigo era atenta y siempre estaba sonriendo, en la escuela siempre estaba junto a Guille, no lo sabía a ciencia cierta, pero intuía que algo había pasado entre ella y Rósela, por que ni siquiera se miraban durante las clases. En una ocasión llego a casa antes de lo normal, Diana le abrió la puerta y mientras yo estaba en el jardín, ella llego... me pidió permiso para sentarse a mi lado y después de un largo silencio

  • Mi hermano aun no llega, me parece que se le hizo tarde

  • ¡No!, de hecho fui yo la que llego antes, esperaba encontrarte

  • ¿a mí?...

  • sí, necesitaba pedirte perdón

  • ¡¿yo?!

  • no digas nada, escúchame, sé que debes odiarme por todo lo que te hice cuando éramos pequeños y... básicamente por todos estos años en los que me he burlado de ti, sé que te hice mucho daño, no puedo decir que no era mi intención, porque estaría mintiendo, pero..., es decir, nunca me había puesto a pensar en todo lo que hice, he cometido muchos errores y en verdad me arrepiento

De verdad que no le guardaba ningún rencor, podría decirse que hasta me caía bien, pero, no sabía cómo tomar esto

  • si me dices esto para que no le cuente a mi hermano o a mis papas lo que paso entre nosotros durante esos años a los que te refieres, puedes estar segura que no lo hare, si no le he hecho hasta ahora no creo hacerlo nunca, no es necesario que digas ni hagas nada, por mi parte, todo aquello está olvidado

  • ¿en serio?, bueno, me tranquiliza saber eso, es verdad que ese es uno de los motivos por los que vine, pero no miento al decir que estoy realmente arrepentida, por lo poco que he convivido contigo, y por esto, me doy cuenta de la gran persona que eres y lamento haberte hecho tanto mal; le he tomado mucho cariño a tus padres y estoy enamorada de tu hermano como no tienes idea, es por eso que vine, no seguir viendo a los ojos a tu hermano y escuchando lo especial que eres y lo mucho que te quiere, sabiendo que yo...

  • ya no sigas, lo pasado... pasado, por mí no tienes que preocuparte, a mí, me basta con ver en los ojos de mi hermano, lo feliz que es estando a tu lado.

Y así la relación entre mi hermano y Casandra continuo.

Era feliz, feliz por él y por mí, que día con día me daba cuenta que Leo me quería, me lo decía mi corazón cada que se aceleraba al contacto con los labio de mi novio, él me amaba y yo a él.

No sé si era imaginación mía, pero quería creer que él era la razón por la que las burlas he insultos hacia mi habían parado. Si bien seguía sin amigo por lo menos mis compañeros eran más tolerantes, incluso alguno podía decirse que era cordial, a veces hasta me saludaban o me sonreían; Rósela se estaba quedando sola, creo que por eso había dejado de molestarme, tenía otras cosas de las que preocuparse, como pasar su extraordinario. No sabía si ella y Leo seguían andando, pero me parecía que no, porque en una ocasión cuando salía de mi casa para ir al encuentro de Leo, él me estaba esperando afuera de mi casa

  • ¡Hola amor!, que haces aquí, creí que nos veríamos donde siempre, ya se acerca el día del examen

  • Lo se io, pero quería pasar por ti, te tengo una sorpresa

  • ¿Una sorpresa?, ¿de qué se trata?

- no comas ansias mi amor, mejor anda, no sea que se nos haga tarde

Moría de la curiosidad por saber cuan era la sorpresa de la que hablaba Leo, tomamos un taxi, mi novio le dio la dirección y el conductor nos llevó cerca de la autopista, bajamos y caminamos cerca de diez minutos hasta un puente; nos detuvimos y Leo tomo mi muñeca para ver la hora, ya falta poco

  • Amor, ¿porque cada vez que quieres saber la hora, la vez en mi reloj?, tú tienes el que te di

  • ¿te molesta?

  • en realidad solo me hace gracia

  • Bueno, pues que sepas que prefiero ver la hora en el tuyo, es el pretexto ideal para tomar tu mano y para verificar que sigues usando la pulsera que te di.

  • no me la quito nunca

  • Te amo io, cada vez que veo tus ojos ¿grises?, ¡tus ojos son grises!

  • sí, lo son, ¿hay algún problema?, ¿por qué te sorprendes?

  • yo... es que, siempre pensé que tus ojos eran azules, es decir, por eso te traje aquí, yo

Lejos de enojarme por la confusión me provoco risa, la cara que tenía mi novio era de confusión

  • no te rías, no es justo, te traje aquí porque hubiera jurado que tus ojos eran azules,

  • no te entiendo explícame

Leo estaba enojado

  • ¡No!, mejor vámonos de aquí

  • espera, acaso estas molesto por que mis ojos no son azules, tienes algún problema con eso, es que

Ver a L eo así, me hizo sentir mal, no es que fuera fatalista, pero tal vez el tenía alguna fantasía con un chico de ojos azules y al haber caído en cuenta que los míos era grises, ¿no se?, tal vez preferiría dejarme y buscar a alguien que si cumpliera con sus expectativas, mis ojos se comenzaron a tornar vidriosos y una lagrima amenazaba con salir de ellos

  • no amor, io, no me malinterpretes, no te pongas así, no estoy enojado contigo, estoy enojado conmigo, no entiendo como no me di cuenta antes, por mi culpa la sorpresa se arruino.

  • ¿de qué hablas?, ¿qué tiene que ver la sorpresa con el color de mis ojos?

  • pues veras, te traje aquí porque el fin de semana pasado vine con mi hermano y mis padres, fue idea de mi mama, según ella necesitábamos un día en familia, el caso es que en la tarde, antes de irnos, mi hermano y yo, descubrimos este rio por casualidad y subimos a este puente y justo como a esta hora... mejor no te cuento, míralo por ti mismo.

Y lo vi, desde ese puente podía verse como el sol se iba ocultando, era como estar en la plaza viendo el ocaso

- io, mira hacia abajo

Me quede sin palabras, era maravilloso lo que se veía, cuando los rayos de sol se perdían en el horizonte, el agua del rio, se pintaba de azul, un azul profundo

  • ¿lo ves?, cuando vi esto esa vez, no pude evitar pensar en tus ojos, pero dado que no son azules, pues...

  • te amo Leo

Fue lo único que pude decir

Lo demás, pudo haber sido insignificante, pero no fue así, por lo que les contare a grandes rasgos; leo y yo nos besamos, pero como siempre le ocurría a mi hermano con Casandra, el tiempo se pasaba en un suspiro y cuando por fin nos despegamos, bueno, más bien fue el viento frio el que nos separó, no es que sea friolento, es solo que, no acostumbraba salir con sweater, y cuando lo hacía, era tan delgados, que más valía no traer nada, es que la verdad, no me gusta cargar; el punto es que comencé a temblar, fue cuando caímos en cuenta que ya era muy tarde.

Corrimos a la autopista, pero fueron largos los minutos de espera sin que pasara ni un solo taxi, el viento era cada vez más frio y Leo se tuvo que quitar la cazadora para cubrirme, de nada valieron mis negativas, me obligo a ponérmela; comenzaba a preocuparme, no solo por el frio, si no porque cada vez se hacía más noche. No tuve más remedio que llamarle a Don Alberto el cual sin vacilaciones, me pidió hablar con mi compañero para que le indicara exactamente en qué sitio estábamos, habiendo dado las indicaciones, Leo me pasó el celular y antes de que Don Alberto colgara, le pedí que no le dijera a nadie que iba por mí. El don no tardo nada, y en cuanto el llego, nos subimos al carro, fuimos a dejar a Leo a su casa y en el trayecto a casa, le conté todo, suplicándole que no dijera nada; sin duda me aproveche de él, sabía que me quería y que sería capaz de hacer lo que fuera por mí, le pedí callar y después de mucho insistir, logre convencerlo, con la única condición de que pronto lo presentaría a mis padres y que cada que necesitara ir con él, Don Alberto me llevaría.

Estaba exhausto, así que llegue, por suerte según dijo Don Alberto nadie aparte de Diana sabían que yo no estaba en la casa y que el había salido por mí; pensé ir donde Diana, para pedirle que no contara nada, pero Don Alberto me lo impidió diciéndome que me fuera acostar, que él se encargaría de avisarle. Subí las escaleras lo mas silencioso posible, me asome al cuarto de mi hermano y estaba en la computadora, seguramente hablando con Casandra y mis papas, seguramente estarían en alguna gala; así que pase directo a mi cuarto me puse la pijama y cuando estaba a punto de acostarme sonó mi teléfono, era un mensaje de Leo:

Amor, espero que hayas llegado con bien,

Te amo, no aguanto las ganas de que sea mañana

Para poder verte de nuevo. IO eres lo mejor que me ha pasado

En mucho tiempo. Asómate por la ventana y mira la luna. Ahora si se a que

Me recuerdan tus ojos. Son tan brillantes como ella.

De ahora en adelante, cada que vea

Esa luna llena, siempre, voy a pensar en que quisiera tenerte

Todas las noches durmiendo a mi lado.

Después de leer eso, me asome a admirar el cielo, pensando que yo también moría por dormir a lado de Leo.

Gracias a todos los lectores de mi historia, lamento haber tardado tanto, pero aparte de que tuve varios compromisos, me habia atorado en la historia, no sabia como continuarla, espero que no se hayan olvidado de ella... y quiero agradecer a todos aqullos que me escriben al mail y los que me comentan que les gusta la historia y me alientan a continuar escribiendo.

Espero no defraudarlos.

-S