Golpe por Golpe. El Inicio
Su mirada se lleno de ira, he intentaba inútilmente fulminarme con ellos, fijos en mi, sus labios se abrieron suavemente para hablar, pero de su boca no salió ningún sonido; aunque eso no fue impedimento para entender lo que había dicho PREPARATE, ME LAS VAS A PAGAR
… muchas gracias a todos, de verdad que agracesco sus comentarios y recomendaciones, voy poco a poco, pero seguro, espero que les guste este nuevo capitulo y que comenten. el proximo capitulo, es contundente para la historia .
La Tierra es un lugar más bello para nuestros ojos que cualquiera que conozcamos. Pero esa belleza ha sido esculpida por el cambio: el cambio suave, casi imperceptible, y el cambio repentino y violento. En el Cosmos no hay lugar que esté a salvo del cambio. Carl Sagan.
Pensaba que esta navidad, sería la más triste de todas por haber visto a Rósela y León besarse, pero fue todo lo contrario, con la reciente incorporación de mi hermano Guillermo a nuestra familia esta navidad fue de las más divertidas, mis padres decidieron llevarnos de viaje, Canadá fu el destino elegido por Guillermo, pues quería conocer la nieve, nuestro arribo a Quebec, fue de lo más tranquilo, y mi hermano se sorprendió al ver lo blanca que lucía la ciudad, con las luces de navidad iluminando cualquier espacio, nuestra navidad fue espectacular, entre la múltiples caídas de mi hermano y la paciencia de mi papa para levantarlo una y otra vez mientras le enseñaba a esquiar en nieve; por nuestra parte mi mama y yo, pasábamos el mayor tiempo con ellos, mi mama muerta del frio y yo muerto de la risa. La mañana de navidad fue lo mejor, pues mis papas año con año insistían en poner debajo del árbol de navidad varios obsequios como si santa Claus los hubiera dejado ahí para nosotros, era obvio que desde hace tiempo sabia que santa era solo una hermosa fantasía- por dios tenía 15 años, pero por alguna razón , a mis papas les gustaba escribir una carta para santa junto conmigo y arrojarla al fuego de la chimenea en mi caso los ojos de felicidad de mis padres cuando corrían a mi cuarto a despertarme para que fuéramos a ver el árbol, eran mi más grande regalo de navidad. Sin duda a Guillermo le parecía extraña esta costumbre, pero fue el que más la disfruto y como no hacerlo, si fue el que menos regalos pidió, pero el que más recibió. Una navidad que toda mi vida voy a recordar
Pero todo en la vida tiene un final
Si hubiera sabido que este sería el principio del de nosotros, hubiera rogado para quedarnos toda la vida en Quebec.
Las clases comenzaron y fueron mejor de lo que esperaba, algo en mi comenzaba a cambiar, la cercanía de Guillermo, comenzaba a sembrar, un poco de confianza en mí mismo, caminaba con menos temor por los pasillos.
- Jóvenes, ya se acerca el final de año, y dado que varios van mal en mi materia, les voy a dar la oportunidad de hacer un trabajo para recuperar calificación.
El profesor Héctor, como era de esperarse, ya estaba dando oportunidad de pasar su clase.
- Dicho trabajo, será en equipo.
Todo el salón comenzó a removerse, buscando a sus amigos y quedando con ellos.
- ¡alto! Jóvenes, no he terminado de hablar, los equipos, los voy a elegir ¡yo!, ¿de acuerdo?
El salón se quedo en silencio
- Bien, como dije antes, los equipos los voy a elegir yo, serán de tres personas y habrá un encargado del grupo, que será el que me pase al final una especie de diario de campo, señalando en el, quienes hicieron que, y la disposición que cada integrante tuvo para elaborar el trabajo. Cuando escuchen sus nombres, hagan el favor de levantarse y pasar al frente.
Sin duda era una sorpresa, mas para mi, nunca había hecho un trabajo en equipo, es decir… si los había hecho, bueno siempre solía hacerlos solo, o de un tiempo para acá, con mi hermano, pero, ¿ahora? Un temblor comenzó a recorrer mis manos y mi corazón comenzó a palpitar, ¡estaba asustado!, algo me en mi interior, un presentimiento, esta decisión del maestro, no resultaría nada bien, por lo menos para mí.
Entre nombres y mas nombres, escuche el de mi hermano, le había tocado con un par de chicas, Casandra y una de la cual no recuerdo el nombre.
No podría describir, la sensación que sentía, era como si mi cuerpo me pidiera correr, huir del salón; sin darme más tiempo a reaccionar, escuche…
- San Román, Alarcón y Miranda, ustedes serán el equipo número ocho, mas adelante les daré el tema que van a trabajar, el encargado del equipo, será el joven san Román, ¿alguna duda?
Podría jurar que mi corazón se detuvo, ni siquiera recuerdo, en qué momento me levante de la silla para pasar al frente.
Al terminar la que era la última clase del día, mi hermano se dirigió a mí moviendo sus manos frente a mí
- Podemos hablar con el profesor, ¿no se? Hacer algo, el tendrá que entender y seguramente nos dejara hacer el trabajo juntos
- No lo sé, no creo que logremos convencerlo
- No perdemos nada con intentarlo, ¿Qué dices?
Y efectivamente lo intentamos, pero la negativa del profesor fue rotunda, no habría ningún cambio, los equipos no se disolverían.
Realmente no recuerdo mucho de ese día, la sorpresa de estar en el mismo equipo que león y rósela, no me permitía reaccionar, hasta el siguiente día, cuando Rósela se me acerco, siempre con un aire de superioridad y arrogancia en su voz
- ¡hey! Tu, maría, digo Mario
No comprendía, nunca me hablaba y la primera vez que lo hacía, se dirigía a mí con mi tan molesto apodo
- Ehm…. Si, Mario, dime...
- Pues como sabrás, no voy muy bien que digamos en la materia del profesor Héctor, y pues a mí este trabajo me cayó del cielo
Por dentro solo pensaba, ni en la del profesor Héctor, ni en ninguna otra, no era un secreto, el hecho de que Rósela no era ninguna buena alumna y que muchos de los profesores la pasaban, solo porque tenía mucho carisma y a la mayoría del instituto le caía bien o bien por que le pedía a alguien más que hiciera los trabajos y las tareas por ella
- El problema – continuo Rósela, es que no dispongo del tiempo necesario para hacer el trabajo, estoy muy ocupada en los preparativos para mi fiesta de cumpleaños y ni yo, ni León, vamos a poder ayudarte, así que espero que puedas hacerte cargo del trabajo tu solo… - con una sonrisa de lo mas falsa me tomo de la barbilla, ¿verdad que si puedes?
- ¿¡yo!?...
- Qué bueno cariñito, me avisas cuando te dé el tema el profesor y cuando lo termines, para checar nuestro trabajo y el diario, espero que hables bien de nosotros
Sin más, me dio un beso en la mejilla y continúo su camino.
Hasta el receso, cuando León se acerco a mí mientras Guillermo platicaba con sus compañeras de equipo
- Mariquita, mi novia ya me dijo que hablo contigo y que explico que tendrías que hacer el trabajo por nosotros,
Me tomo por los hombros y me hizo caminar a su lado, no sabía qué hacer, mis pies caminaban por si solos, tenía miedo, no sabía que me haría León, tal vez me golpearía… acerco su boca a mis oídos y un corriente eléctrica recorrió mi cuerpo
- Quiero un diez, de lo contrario ni tu amiguito, el adoptado, podrá defenderte de la paliza que te voy a dar, ¿entendido?
Me quede congelado en medio del patio, y cuando mi hermano se acerco a mi preguntándome que había sucedido, no pude decirle la verdad, no quería causar problemas y sabía perfectamente que mi hermano, no dejaría las cosas así, le reclamaría a León y tal vez terminaran liándose a golpes, definitivamente no podía decir nada, este sería mi secreto.
Durante las siguientes ocho semanas, salía de mi casa a la biblioteca, pues tanto para mis padres como para Guillermo; León y Rósela nos veíamos ahí para hacer el trabajo, mi hermano nunca se dio cuenta, pues estaba muy concentrado en hacer su propio trabajo, pero cada que llegaba a la casa, me preguntaba si León o Rósela no me habían hecho nada, a lo que yo respondía siempre con una sonrisa y un simple, ¡no!, se han portado bien. Dado que mi hermano era del equipo número seis, termino su trabajo obteniendo un diez como calificación, ese fue el problema, con tiempo libre y por ahora sin más preocupaciones por tareas, una tarde fue por mí a la biblioteca, pero llego una hora antes de la acostumbrada por Don Alberto, y me descubrió trabajando solo, de nada sirvieron mis excusas, diciendo que me León me había cancelado y que Rósela tenía poco tiempo de haber salido; mi hermano, no era ningún tonto, y eso me quedaba claro, no tardo en darse cuenta de que era yo el que hacia el trabajo y con voz enojada
- No tienes por qué hacerles caso, el esfuerzo es tuyo y no es para nada justo que les des el crédito y una calificación que no se merecen
Yo solo agache la cabeza, sabía que mi hermano tenia la razón , pero… no quería causar más problemas, lo mejor era terminar el trabajo y entregarlo, tal vez así, León se daría cuenta de que no soy una basura como él piensa y ¿no se? Tal vez, no creo que fuéramos amigos, pero podría tratarme mejor.
Al parecer mi hermano no compartía mis pensamientos, porque no paró hasta hacerme entrar en razón, pero en vista del éxito no obtenido…
- No entiendo, porque no comprendes, que ya no estás solo, somos familia, Y si antes de serlo no permití que te humillaran, ahora que somos ¡hermanos!, Menos, tú no eres esclavo de nadie y si no escribes en el informe, que rósela y león, no te ayudaron en nada, no solo le voy a partir la cara, a ese imbécil, si no que le voy a contar a tus papas, todo lo que pasa en el colegio
No tenia opción, mi hermano ya había dado con el clavo, no permitiría que mis padres supieran lo que me pasaba en el instituto y tampoco que Guillermo se peleara con León, precisamente eso es lo que quería evitar, no me quedaron más argumentos, acepte, por recomendación de mi hermano, escribí un informe falso, para que León y Rósela estuvieran tranquilos, pero el día de la entrega, puse en el trabajo uno diferente al que ellos habían leído. Mis manos temblaban, pero mi hermano me tranquilizo
- ¡vamos!, no tengas miedo, yo estoy aquí, no voy a dejar que te hagan daño
Su sonrisa su mano sobre mi hombro en señal de apoyo, pero sobre todo su mirada, tan cálida, siempre me tranquilizaba.
Entregue el trabajo y al siguiente día, cuando el profesor Héctor dio la calificación, puso el trabajo en el escritorio de Rósela, cuando esta lo tomo
- ¡felicidades! Señorita Alarcón, ya tiene una estupenda guía, para que usted y su compañero el joven Miranda, puedan estudiar para el examen extraordinario.
Con esas palabras y después de leer el verdadero informe, es que rósela se dio cuenta del porque de las palabras del maestro
Su mirada se lleno de ira, he intentaba inútilmente fulminarme con ellos, fijos en mi, sus labios se abrieron suavemente para hablar, pero de su boca no salió ningún sonido; aunque eso no fue impedimento para entender lo que había dicho…
PREPARATE, ME LAS VAS A PAGAR…